En realidad sólo hay una cosa que no hay en Escocia y que absolutamente siempre que he venido por aquí y desde que me he instalado definitivamente hecho en falta. Aquí no hay sudakas, no, no, no, ese tipo de esperpentos subhumanos mezcla de monos salvajes y delincuentes y piratas del siglo XVI, no existen en Escocia. Mira que he pateado las calles, mira que me he relacionado con gente, mira que hay gentes de sitios diversos, pero ni un sólo sudaka, ni uno. ¿Habrá alguno? Quizá por ahí alguno que otro perdido, pero me imagino que en su puesto de trabajo y dando el callo, no como en España, vagando por las calles, delinquiendo y atemorizando a todo el personal. Claro que el problema de los sudakas es que son vagos, muy vagos. No les gusta trabajar, eso ya lo sabemos todos, así están sus países de hechos mierda. Y no, esto no es ni racismo, ni xenofobia, ni ninguna gilipuertez progreta de los cojones, es una puta realidad, los sudakas son unos vagos, y evidentemente no van a venir a un país en el que tienen que trabajar, porque los vagos son deportados por sinvergüenzas. Por no hablar de la vaguería absoluta que sufren estos malnacidos por intentar aprender un idioma. ¿Para qué cojones van a venir a un país en que se habla inglés, que mira que es fácil de aprender, cuando en un país en que se habla español pueden campar a sus anchas, delinquir todo lo que les salga de las narices y encima todavía hay mentecatos, gilipollas y anormales que les defienden y tratan como dioses?
Tampoco hay muchos negros en Escocia, pero sí, alguno te cruzas por la calle, eso sí, trajeados, bien vestidos, arreglados y perfectamente integrados, trabajando, dando el callo y llevando una vida digna como el que más. No la puta escoria vestida con trapos de colores que ves traficando y berreando por las calles de las ciudades españolas. Eso aquí como que no, delincuentes go home. O go to Spain, paraíso de los malhechores. También hay, en ciertas zonas de Escocia, un cierto número de indios, moros y orientales, pero, volviendo al tema de los morenos, siempre trabajando, llevando un negocio y, en definitiva, dando el callo. Aunque no sé ni para qué explico todo esto, los imbéciles de siempre seguirán con los ojos cerrados, depositando su papeleta psoísta y amargando la vida al resto de ciudadanía, la cual comulga en plan absolutamente borreguil. Tenéis lo que os merecéis, colegas, ex-paisanos. Sé por otros blogs que en España siguen aconteciendo barbaridades y aberraciones, que el país se hunde cada día más, pero ni pienso comentarlo ni me importa un pimiento. Ese país no tiene remedio.