miércoles, 22 de octubre de 2008

Aznar defiende la libertad de expresión

Y desde luego muy bien que hace Aznar defendiendo la libertad de expresión, los valores de la democracia y el derecho de cada uno a discrepar sobre las barbaridades (y esto lo apunto yo) que están realizando ciertos anormales comemierda como los miembros del actual ejecutivo español. El ex-presidente del Gobierno arremetió contra todos aquellos que quieren tapar las voces discordantes a base del insulto, la intolerancia y en muchos casos la cárcel (cuántos nazisociatas veo reflejados en estas palabras) y lo hizo en la presentación del libro escrito por el presidente checo Václav Klaus, que lleva por título "Planeta Azul". Esta obra muestra una voz discordante con respecto a todos aquellos fatalistas apocalípticos que ven el famoso cambio climático como algo inmediato y de consecuencias fatales para toda la humanidad. A la vez, Aznar criticó el hecho que muchos progretas gilipollas iluminados estén dedicando dinero y esfuerzos a combatir el cambio climático de los cojones en lugar de crear empleo y dar de comer a los ciudadanos. Pero ya sabemos de las aficiones del loco peligroso que nos desgobierna, joder a los españoles es lo primordial.

Y razón no le falta a don José María, es más, yo diría que está cargado de ella. El tema del cambio climático se remite a pruebas circunstanciales, poco científicas y muy variables dependiendo de los factores que se tengan en cuenta. Pero como ahora todos tenemos que ser megaprogreguays, ultraecologistas y retroceder unos cuantos años hasta vivir en la edad de piedra por los designios divinos del enfermizo personaje que llegó a la Moncloa en tren, pues aquí se dice lo que él y su pandilla de lameculos chiflados digan por sus putos cojones. Y ahí es donde más razón tiene Aznar, ya que el que intenta llevar la contraria a estos fascistas totalitaristas censores acaba insultado, menospreciado, vilipendiado y en ocasiones hasta frente a uno de sus manipulados jueces (especialmente uno que yo me sé). España se ha convertido, con la llegada de Rodríguez Zapatero y su gentuza al poder, en una asquerosa dictadura fanática, donde por quemar fotos de la monarquía se da una palmadita a la espalda y por llamar hijo de puta al nazi pucelano acabas en el talego. Y esto, por desgracia, es real y sucede.

Supongo que en breve saldrán los energúmenos detractores del ex-presidente Aznar, radicales intolerantes (justo a los que se refiere él con sus afirmaciones, mira tú por dónde), insultándole por doquier y lanzando todo tipo de dragones y mazmorras por sus asquerosas bocas llenas de mierda. Y resulta que todo este hatajo de anormales antidemócratas que quieren figurar como los grandes justicieros interplanetarios, defienden y apoyan las ideas de personajes tales como Fidel Castro, el simio Chávez o el nuevo dictador español ZP. Y es que, por desgracia, hay por ahí mucho hijo de la gran puta que entiende la libertad de expresión como "yo digo lo que me sale de los cojones y los demás no tienen derecho a exponer sus ideas". Esto es básicamente lo que se llama "la ley del embudo", lo ancho para mí y lo estrecho para los demás. Pero dejemos de marear la perdiz con silogismos y comparaciones, porque este tipo de malnacidos neofascistas no pueden recibir más denominación que SOBERANOS HIJOS DE LA GRAN PUTA. Y punto.
 
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