Y digo yo, si a este hombre le han obligado a dimitir por un regalo, ¿qué debería de acontecerle a un auténtico hijo de perra que ha destrozado la vida a millones y millones de ciudadanos, que ha arruinado a un país entero, que no tuvo ni el más mínimo reparo en asesinar a doscientas personas para llegar a la poltrona, que es amigo de terroristas sanguinarios y que se regodea y se ríe a carcajada limpia de los males que les acontecen a todos los ciudadanos sobre los cuales tiene responsabilidad? ¿Silla eléctrica o cámara de gas? Fusilarlo tampoco estaría mal. Se merece eso y más, pero no me acaban de convencer estos métodos porque son demasiado rápidos y el hijo de puta en cuestión no va a sufrir todo lo que realmente se ha ganado a pulso. Además, creo que habría que añadir a la lista de ejecuciones a toda su caterva de seguidores lunáticos de mierda. Esto es, el resto de políticos y militantes del PSOE, todos sus votantes y simpatizantes varios. A ver si de una puta vez nos dejan vivir en paz a todos desapareciendo de la faz de La Tierra.
Vuelvo a abogar por lo que yo siempre he dicho, colgar a cada uno de estos miserables a lo largo de todas las farolas que hay en todo el país, que llegan de sobra, por cierto. O crucificarlos, que se disequen bajo el sol y la lluvia, que sufran como cerdos. Aunque cualquier otro tipo de tortura es bienvenido, cuanto más sufrimiento mejor, lo mismo que nos han hecho pasar a todos durante estos últimos siete años. Y hombre, si al final no mueren porque ya se sabe el refrán ese de mala hierba tal y cual, pues una rajada de cuello en toda regla tampoco estaría mal. En fin, que a estas alturas de post ya os habréis dado cuenta que ayer noche estuve viendo a Michael Myers en Halloween, pero no os creáis que me he vuelto loco ni un psicópata de repente. Simplemente estoy tan hasta los cojones y me han jodido la vida de tal manera que no puedo ver a Zetaparo y sus secuaces de otra forma que no sea MUERTOS. Espero que pronto mis sueños se conviertan en realidad, o tendré que volver a España para hacerlos realidad yo mismo. Buenos días, amigos.