Eso sí, las horas de cagalufo, galego o vascuence, no se recortan. Idiomas que sólo sirven para hablar con el vecino y como se llame Mohammed o Dimitri ni para eso, a ésos hay que darles bombo aunque no te sirvan absolutamente para nada. Hay que chuparles los cojones a los nacionalistas, obviamente, y hay que seguir los designios de cualquier loco iluminado que crea que desciende de un rey suevo o que los payasos cagalans existieron realmente. Incluso se rumorea que las tres horas semanales podrían ser ampliadas a cuatro o cinco. Y todo ello teniendo en cuenta que en ciertos lugares las famosas líneas en esos idiotas, perdón, idiomas, ya permiten al que lo desee (y al que no, le obligan) a llevar a cabo toda su educación en estas lenguas sin estudiar ni una puta hora de español. ¿Español he dicho? Vade retro. O sea, que en España no se permite estudiar español mientras en Estados Unidos, Reino Unido, Australia, Noruega, Alemania y prácticamente todos los países del mundo se está estableciendo como principal idioma extranjero debido a su importancia. Incluso en muchos países de habla no inglesa está empezando a superar al inglés. Pero no, como en España somos tan guays, aquí no. Aquí que se joda el español, vamos a masacrarlo y triturarlo, vamos a ir contra todo el mundo que el caudillo zetapariano siempre tiene la razón. Hijos de puta.
Para acabar de completar esta vuelta de tuerca que acaba por ser excesivamente retorcida, ahora resulta que los niños de papá se manifiestan contra los ricos. ¿Eing? Que sí, que sí, que se preparan manifestaciones para que se les suban los impuestos a los ricos, y a la cabeza aparecen todos los niñatos pijohippyprogretas psoístas que en su puta vida han trabajado y no hacen sino vivir de papá y mamá. Pero no, ellos no son ricos, los ricos son los que se levantan todos los días a las seis de la mañana para trabajar por setecientos míseros euros. O quizá los ricos sean los que viven en la más absoluta marginalidad e indigencia porque gracias a ZP y sus lunáticos secuaces ya no tienen trabajo ni dinero para echarse ni un puto mendrugo a la boca. Vamos, que los ricos son todos los que no votan al puto PSOE, para aclararnos. Ya hasta las palabras del diccionario hemos cambiado, pues bien, es lo que toca, para eso somos tan modernos y progretas. No me extraña que la gente mire de reojo a España y salga corriendo como alma que lleva el diablo, ahí no hay más que pulgas y miseria, tarados y enfermos, porquería y suciedad. España está muy enferma, completamente del revés, perturbada, tarada, da asco. No quiero acercarme por ese país nunca más, ni en broma.