Me levanto a una hora decente y se me ocurre, como vengo haciendo en las ultimas semanas, salir correr un poco, unos cuarenta minutos, no mas, no vaya a ser que queme mas alcohol del que me puedo beber. Lo cierto es que viviendo al lado del rio, sobre todo en esta parte del este de la ciudad, es una gozada. Me bajo por un sendero hasta la vera del cauce fluvial y alli sigo un caminito que en una direccion lleva hasta el mismisimo centro de la ciudad y mas alla, y en la otra direccion, quien sabe, la verdad es que nunca he llegado tan lejos como para averiguarlo. En fin, pongamonos en marcha.
Uno se piensa que a estas horas y por este tipo de caminitos, que parecen casi exclusivamente habilitados para la practica de alguno de estos deportes populares, en su mayoria nos vamos a encontrar con deportistas madrugadores y algun que otro vecino despistado paseando al perro, pero lo cierto es que de todo hay por estos parajes. Y frio, porque aunque la ciudad es moderadamente templada en invierno, hoy a estas primeras horas del dia nos encontramos con dos grados bajo cero. Sinceramente es la mejor temperatura para correr, al menos en lo que a mi respecta. Quiza tenga algo que ver con mi alcoholismo cronico. Asi no voy todo el rato sudando alcohol como un poseso.
Decido coger el camino junto al rio en direccion este, remontando el cauce, hare veinte minutos y luego dare media vuelta y me volvere. Nunca falla, aunque el lugar esta bastante poco transitado por lo general, siempre te encuentras con algun tarado perdido. Para abrir boca un ciclista chafando huevos que me adelanta sin demasiados problemas, aunque a poca mas velocidad que yo, y eso que voy a pie. De equipo no va mal, buena bici, abrigado, pero insisto, es que el menda iria mas rapido si se bajara de su montura. Por otro lado, y ahora que lo veo, me da a mi la impresion de que soy el unico que tiene cojones a ir en pantalon corto a esta temperatura.
A los siguiente ya me los he cruzado un par de veces, una pareja de viejos y una rubia de unos treinta que intuyo es la hija, todos ellos paseando a dos perros. Nada del otro mundo. A continuacion me pasan dos corredores que van tan follados que parece que anden persiguiendo su comida del dia de hoy. Tampoco seria algo raro, lo cierto es que por este caminito, con la cantidad de maleza que hay, en ocasiones veo cruzar conejos, ardillas, zorros... en fin, mientras no me salga un puto tigre, nada que reprochar. A todo esto sigo siendo el unico menda en pantalon corto, y lo peor es que estoy empezando a sudar.
Doy media vuelta y empieza mi festival. Al otro lado del rio, ya me he fijado en este lugar muchas veces, hay una especie de caseron blanco, que por alguna rara conexion de mi cerebro relaciono con una comuna, una secta o alguna mierda similar. Siempre, sea la hora a la que pase, oigo una especie de musiquilla hipnotica y en ocasiones a un tio como con un megafono dando instrucciones o soltando parrafadas o vete a saber que, dado que a consecuencia de la lejania no acierto a distinguir bien las palabras. El sitio me da bastante mal rollo, pero por suerte hay un rio bastante caudaloso de por medio. Y en estos mismos momentos una barcaza de regatistas con cuatro mendas a bordo surca sus aguas a toda velocidad. Deben de estar preparandose para la Oxford contra Cambridge, vaya usted a saber.
Otro corredor, abrigado como si estuviera en el puto Polo Norte, se me cruza. Otro que va chafando huevos, aunque me da que este lo que no puede es ni moverse de tanta puta ropa. Y a lo lejos viene mi heroe... distingo una silueta, delgaducha, viene corriendo, seguro, pero con el cuerpo de medio lado. Esperate que no lleva camiseta... y va en vaqueros... y con zapatos. Menudo esperpento. Se me cruza y ni me ve, va con la mirada perdida. Y yo que creia que lo mio con el pantalon corto era de machote. Joder, a este le doy el titulo de deportista del mes. Y el que viene a continuacion otro que tal, este ya ni corre, anda tres pasos y se para, se tambalea, cojones que se me cae encima, me dice algo balbuceando, paso de el. O era un yonkarra o un tio al que el pedo de anoche aun le dura y no acaba de encontrar el camino de vuelta a casa. Pues que siga paseando, que siga, que el rio cauce arriba es muy largo.
Al final llego de vuelta al hogar sudoroso, con las primeras gotas de alcohol cayendo por mi frente abajo. Pues creo que sera mejor que haga caer algunos chorros, no gotas, de alcohol del que tengo en la nevera por mi garganta abajo. Primero me doy una reconfortante ducha, a continuacion me asomo a la cocina y, oh si, todavia un par de chelas bien fresquitas. Tendre que ir a comprar algunas mas en breve, pero primero, y sin mas dilacion, me casco la primera y me siento como un puto campeon. Y eso que la carrera de hoy, viendo la cantidad de especimenes que pululan por el mundo, creo que la he perdido. Salud.