Lo que nos atañe es el tema de los estudiantes, y más concretamente los universitarios, que son los que (por regla general) se encuentran entre los 18 y 23 años, es decir, edad de votar, que no de razonar, por lo que se ve en muchos casos. La primera razón a exponer para apoyar la idea central del post va a ser la mierda intolerante y comecabezas en que se han convertido esos centros educativos especializados denominados universidades. En ciertas (muchas) carreras, el catedrático guallón de turno, pasa olímpicamente de dar su clase con las materias encomendadas. Aparte de los aprovechados de turno que intentan cardarse a sus alumnas (bueno, hasta cierto punto eso es natural), están otros, los más peligrosos y perturbados de estos profesores. Espantajos que directamente se sientan en su puta poltrona y comienzan a hacer mítines políticos, a comer cabezas y a teledirigir el voto de los alumnos. Con agravantes, ya que incluso se les obliga a realizar trabajos sobre este tipo de disertaciones dictatoriales, y evidentemente si la ideología expresada por el alumno no concuerda con la del "educador", patapam, suspenso al canto, te jodes y a ver si la próxima vez le votas a "mi" partido. En esto se han convertido las universidades de hoy en día.
A esto vamos a sumar el bajo nivel intelectual de los universitarios de hoy en día, tíos que acaban una carrera de cinco años con 20 faltas de ortografía en un dictado de 100 palabras. Y parece que el sistema educativo implantado por el actual desgobierno va en función de conseguir más inútiles, más cerebros vacíos y más gilipollas alelados a los cuales poder manejar como marionetas llenas de trapo y estiércol. Tanta televisión manipulada, tantos programas lavacerebros a lo Gran Marrano, Teleputa, Operación Fracaso y demás lindezas, han dejado las mentes de estos "estudiantes" (también me gustaría saber qué coño estudian) casi casi al mismo nivel que la de engendros como Desatinos o Magdalena Álvarez. A lo mejor es que el PSOE recluta a sus ministros a la salida de los exámenes. Obviamente personajes con tan patético nivel mental y mentes tan putrefactas no tienen demasiada objetividad para efectuar un voto razonado por sí mismos. Y la estrategia comebolas sigue su curso.
Pero lo que más indigna a muchos y la razón que más adeptos a esta causa antivoto universitario consigue capturar es la que viene a continuación. Estos tíos no son productivos. Directamente no tienen preocupaciones económicas de ningún tipo. En su inmensa mayoría son niñatos de papá que por vestir como mierdosos y alegar veinte mil gilipolleces progres se creen mucho más guays y considerados, cuando en realidad, y visto lo visto en varias universidades durante la campaña política, no son más que unos putos radicales fascistas intolerantes hijos de mala madre. ¿Cómo cojones va a votar con cierto sentido un tío que no tiene que preocuparse ni de las hipotecas, ni del precio de la cesta de la compra, ni de la economía, ni del paro, ni de ninguno de los grandes problemas de España? A esta gentuza se la suda, así están luego hasta los cuarenta viviendo en casa de los papis, y mientras tanto, hagamos botellón, droguémonos y manifestémonos como zombis al son de una cantinela que no tenemos claro ni de qué va. Si tuviérais que ganar la pasta para emborracharos y chutaros, a lo mejor resulta que se os acababan los vicios.
En definitiva, los estudiantes, según lo expuesto arriba y unas cuantas razones más que un día de estos seguiremos explicando, no deben votar. Y me da igual el puto corte político que tengan, hasta que una persona no tenga las preocupaciones de la vida cotidiana de cualquier ciudadano de a pie, que no vote. Al fin y al cabo a los niños no les dejamos votar, y a los incapacitados tampoco, así que no es nada nuevo, o todos o ninguno. Es evidente que lo expuesto en este post va a tener los enemigos de siempre, los enemigos de la libertad, porque si, efectivamente, los universitarios no hubiesen votado en estas últimas elecciones generales, habría que ver cuál hubiera sido el resultado. A los nazis no les interesa.