Qué decir del makinavaja venido a menos que es el tal Loquillo, un macarra de bar completamente anacrónico que va de intelectual sin tener ni puta idea de nada y de músico sin saber ni lo que es un mástil de guitarra, por no decir que canta peor que Paco Umbral con gripe. La tolerancia de este tío con los que no piensan como él es algo fuera de lo común, con perlas tan interesantes como "los votantes del PP que compran discos de Loquillo son gilipollas" o "ningún votante del PP debería de comprar mis discos". No, tío, no, ningún votante ni del PP ni de la puta madre que parió a Santa Claus, vamos, es que ni los que no van a votar tendrían que comprar tus mierdas de discos. Tampoco podemos esperar mucho de un pajarraco que debe creerse por encima del bien y del mal, ya que siendo simpatizante del perturbado partido que defiende el feminismo irracional en este país, se dedica a escribir canciones tan respetuosas con los derechos de las mujeres como "La Mataré". Igual es que el pavo se ha convertido al Islam, así puede golpear a las señoras al tiempo que vota al PSOE, no se me ocurre otra explicación. Aunque la más fácil es que directamente este tío es gilipollas.
Si hay un ejemplo claro de como un tipo puede dejar sus principios para venderse y denostarse como una mierda putrefacta al partido del régimen, ése es Joaquín Sabina. Su chulería y mala educación innatas mostradas a lo largo de los años ya nos daban pistas de cuál iba a ser su destino, con esas cualidades uno encaja a la perfección en el PSOE y el mundo progreta. Aún así, revelaciones como "yo le voto a Izquierda Unida y siempre le seguiré votando a Izquierda Unida, pase lo que pase", demuestran lo que vale la palabra de este amigo de la ceja (y de los duros bajo mano, claro está). En cualquier caso, quizá el principal problema de Sabina no es que sea un progre vendido de mierda, sino que directamente chochea hasta extremos inimaginables. Sólo así es de recibo que le inviten a un programa de televisión a hablar sobre su música y se tire casi veinte minutos (o sea, toda la entrevista) hablando de su polla. Será que acaba de descubrir la viagra y se ha reencontrado con una parte de su fisonomía que creía muerta.
Sí, voy a terminar el post de hoy, una vez más, porque se lo merece, con nuestro entrañable amigo de la caja registradora, con el pesetero intelectual, con el ladrón de canciones, con el eterno vigilante en la red, con el denunciante sacapasta, con el vividor hijo de puta nazisociata apodado Ramoncín. Qué decir de nuevo que en los últimos días no haya comentado ya sobre este pedazo de mierda con extremidades y tentáculos que todo lo abarcan. Ahora me viene a la mente aquel episodio tan pacífico y lleno de tolerancia hacia el trabajo de los demás por parte de este sujeto, que fue la paliza propinada por el susodicho a un periodista que le iba siguiendo por un aeropuerto. ¿Por qué será que estos nazisociatas siempre utilizan los mismos métodos? Tanta manifestación pseudo-pacifista cuando en realidad son unos violentos a los que les encanta repartir a diestro y siniestro. Pero no nos desviemos del tema, no. A lo que íbamos. RAMONCÍN, ERES UN HIJO DE PUTA.