jueves, 28 de marzo de 2024

Una playa en Albania. Dia 1

Hora de volar. Asi es, amigos, nos vamos de paseo una vez mas y comenzamos la jornada de viaje con la inexcusable llegada al aeropuerto. Esta vez, y con un cierto alivio, tengo que decir que no tenemos ningun intempestivo horario de madrugada para nuestro vuelo, con lo cual no me hizo falta despertar a las dos o las tres de la mañana. Claro que todo tiene sus ventajas e inconvenientes. Lo cierto es que cuanto antes llegas a tu destino antes puedes iniciar la accion vacacional, especialmente la etilica. Pero mira, por hoy podemos pasar por alto dicha eventualidad que tampoco nos deberia de preocupar en demasia, puesto que nuestro vuelo apenas sera de tres horas y media. Y a todo esto, mencionemos nuestro lugar de reposo para lo que va a ser la proxima semana, una estancia medianamente larga. Si, colegas, nos vamos a Albania, en plena Europa balcanica. Una nacion de lo mas desconocida para el ciudadano medio y que en los ultimos tiempos se esta, por fin, abriendo al turismo. No en vano, la ruta aerea que tomamos hoy apenas comenzo hace un par de meses. Asi que vamos alla, a lanzarnos y a disfrutar.

Justo antes de acceder al hall de salidas del aeropuerto me encuentro a un compañero de trabajo y buen amigo, Matt, el cual parece un tanto confundido (me da que ha estado pegandole al vicio etilico) y no termina de aclararme si va o viene. Lo poco que le entiendo es algo de una gira con su grupo de rock, aunque tampoco le veo portando ningun instrumento. En fin, el sabra lo que hace. Yo ya me cuelo en el aeropuerto que tengo sed y algo de gazuza. La verdad es que los bares de este aeropuerto son cada vez peores, y es que por lo visto los van cambiando cada cierto tiempo. No consigo encontrar ni una sola marca de cerveza medianamente decente y al final me conformo con una Blue Moon (que no es definitivamente lo mio) y unos macaroni fritters para menear el bigote, los cuales estan realmente asquerosos. Y que no me van a sentar nada bien. Todo el puto dia de repiton. En fin, subamos al avion y pensemos en las chelas balcanicas que estan por venir.

Es vuelo es lo mas fluido y llegamos incluso con antelacion. Lo mas reseñable es un tio gordo que tengo sentado al lado y que se casca ocho gin-tonics durante las escasas tres horas de vuelo. Incluso me doy cuenta de que alguno de los jarrillos se los mete directamente de un trago. Este tiene mas sed que yo, por lo visto. En mi caso, y despues de la mala experiencia con la Blue Moon y lo revuelto que tengo el estomago tras el papeo, dejo pasar el tema del mamoneo, al menos hasta aterrizar. Leo, escucho un par de podcasts y me echo un par de partidas al Candy Crush para dejar pasar el tiempo, y en nada ya estamos aterrizando. Y entre el cambio de horario y las horas transcurridas resulta que el cielo ya esta oscuro. Bueno, pues que empiece la noche.

Unas maquinas que leen tu pasaporte de forma automatica representan todo el control fronterizo para entrar a Albania. Con el añadido de que me da la sensacion de que no les da tiempo a leer nada, puesto que aun ni he acercado mi documento al scanner y la portezuela de acceso ya se me abre sola. Esto si que es una bienvenida en condiciones. Un taxista enviado por el alojamiento viene a recogerme para llevarme directo al lugar y asi evitar malos entendidos con otro tipo de conductores que en ningun caso van a hablar mi idioma. Pero el asunto es que el tio, entre mi adelanto y que se ve que el se lo toma con mucha tranquilidad, llega tarde. Cuarenta y cinco minutos esperandole en el hall del aeropuerto. Y a mi que me esta entrando sed. Pero me contengo. Prefiero una cervecita ya relajado en algun garito junto a la playa que las prisas y los precios desorbitados del aeropuerto. A veces esta bien ser paciente. Mira, ya esta aqui el chofer. Vamonos.

O el tio no sabe hablar mi idioma o no le va mucho darle a la lengua. Silencio total durante la media hora de trayecto. Lo unico que el menda suelta son un par de interjecciones bastante malsonantes que no entiendo en absoluto, pero intuyo que son insultos en albanes que van dedicados a otros conductores que realizan adelantamientos un tanto arriesgados justo delante de nuestro automovil. Y por fin llegamos a nuestro destino, la playa de Durres. Esta es la segunda localidad en tamaño y poblacion de todo el pais, despues de la capital, Tirana, que apenas queda a otra media hora en vehiculo desde aqui. La peculiaridad de Durres es su fantastica y larguisima playa, toda inundada de apartamentos vacacionales a lo largo de su linea costera. Y en uno de estos me voy a alojar yo, ya no junto a la playa, sino justo encima de la propia playa. Estoy ubicado en una segunda altura asi que casi que desde el balcon me podria lanzar directo a las aguas del Mar Adriatico. Bueno, en realidad caeria de bruces sobre la arena, pero quiza con un poco de impulso...

Luftim es el propietario del inmueble. Tipo en sus ultimos treinta muy simpatico y parlanchin, y que domina medianamente bien el ingles, algo que en breve voy a comprobar que no es nada comun por estos lares. Y mi albanes ya os podeis imaginar el nivel que tiene. Tras las explicaciones y aclaraciones de rigor al respecto del apartamento, rapidamente le pregunto por los supermercados y abrevaderos mas cercanos, aunque al respecto de estos ultimos poca informacion necesitaria, ya que estan por todas partes. De esta manera, ya acomodado y una vez finalizados todos los tramites, salgo disparado a comprar cervezas para llenar la nevera, que uno no sabe a que hora le puede entrar sed, quiza incluso de madrugada, y mas vale tenerlo todo previsto. El primer supermercado mas o menos serio al que entro me deja absolutamente decepcionado cuando veo que la unica metralla que vende consiste en Heineken y Corona. Vaya mierda. Ni las toco, me voy directamente al abrevadero de la esquina, me siento y utilizo la unica palabra que se decir en albanes: "birra".

La camarera, muy risueña ella (y atractiva, todo hay que decirlo) rapidamente me suelta un estruendoso "yes" y me trae una chela de medio litro llamada Peja. Nos vamos entendiendo. O no, porque cuando intento comentarle algo mas, la tia me suelta otro "yes" que no viene a cuento en absoluto. Me da que de la misma manera que yo solo se decir "birra" en albanes, ella solo sabe decir "yes" en ingles. Claro que para irnos a la cama tampoco nos haria falta mucho mas. Pero la amabilidad de esta gente me deja muy gratamente sorprendido. Como ve que estoy intentando decirle que quiero comer pero no me pilla ni una, rapidamente me envia a la mesa a un gordo (que creo que es el cocinero) que habla tres o cuatro palabras en mi idioma. De esta manera le hago entender que tengo gazuza y que me apeteceria probar la sepia que hay en el menu (el cual traduzco con el celular). Ah, y de paso traeme otra cerveza. Pero tu no, gordo, que me la traiga la chiquita.

"Yes" y otra cerveza sobre la mesa. Me encanta esta mujer. Aunque casi que me va a encantar mas el medio kilo de sepia que aparece ante mis ojos acto seguido. Joder, que banquete. Y la tercera Peja de la noche, que por cierto, segun leo en la lata, es una cerveza fabricada en una de las naciones vecinas y con la cual Albania tiene cultura comun, Kosovo. Ya satisfecho tanto en lo etilico como en lo gastronomico, dejo el local tras espetarle a la chica yes que mañana volvere, aunque me da que no me entiende en absoluto. Por supuesto para despedirme me suelta otro "yes". Antes de subirme al apartamento, y en una pequeña callejuela, encuentro un badulaque cutre aun abierto a pesar de que son casi las once de la noche. Entro a piponear y en el me encuentro parte del paraiso recien llegado a Albania desde algun celestial lugar. Dos neveras enormes llenas hasta arriba con cervezas de marcas extrañisimas que no habia visto en mi puta vida. Pues habra que avituallarse para realizar una cata en condiciones, digo yo. Y ya puestos me pillo tambien una botella de vinito del pais, que segun he leido tiene una produccion enologica de muy buena calidad aunque bastante desconocida.

Ya en el apartamento, me tumbo en un comodo sofa a ver el unico canal de television que entiendo, que basicamente son videos musicales ochenteros uno tras otro durante horas y horas. Queen, McCartney, Dire Straits, Scorpions, Springsteen... y yo que me abro una Elbar, primera cerveza propiamente albanesa que voy a catar en mi vida, y que no esta nada mal, por cierto. En cualquier caso, y bastante lleno por las anteriores chelas y la sepia, me paso a algo mas digestivo y rapidamente me abro la botella de vino. Un caldo de lo mas curioso, ya que tiene un sabor frutal realmente intenso, con toques como a manzana, y que entra de lo mas facil, puesto que apenas si se nota el alcohol. Esta sumamente cojonudo, que peligro. Antes que quedarme catatonico en el sofa, decido mudarme a la cama, la cual descubro que tiene una sabana con los jetos de algun grupo de adolescentes ochenteros (me da que aqui en Albania se debieron de quedar en esa decada), asi que voy a dormir en buena compañia. Aunque a estas alturas ya bien poco me importa dormir con una top model, con mancebos adolescentes o con negratas de dos metros. Voy tan cocido que tal y como cierro los ojos me muero. Aunque no voy a tener un sueño demasiado placentero.

 
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