En primer lugar, haremos un breve resumen de la vida de este canalla hijo de mala madre. Aunque vamos a ver que su madre bien tiene poco que ver en la escoria que salió de su vientre hace ya más de medio siglo. Lo peor de este tipo de cabestros que tanto insisten con la mierda pro-vasca, es que ni siquiera son de origen vasco. De Juana nació en Legazpi casi por error, puesto que su padre, afiliado por cierto a Falange, era burgalés, y su madre nació en Tetuán. Decidme a mí qué cojones pinta este tío en la organización terrorista ETA. Pero sigamos. Al igual que otro habitual del vikingo macabro, el terrorista gallego Anxo Quintana (Doctor Muerte, para los más iniciados), estudió enfermería, para poco después enrolarse en la Ertzaina (esto es lo más jocoso). De pronto debió de ver la luz, digo yo, porque al año siguiente (1983) ya se descubre su pertenencia a ETA y huye a Francia. Aquí comienza su historia, la de las veinticinco vidas que segó sin ninguna contemplación y la de la gran cantidad de secuelas tanto físicas como psicológicas que ha ido dejando por todo el territorio español para gran regocijo propio.
En 1987 es capturado en Madrid y le condenan finalmente a 3000 años de cárcel por esos 25 asesinatos. Que alguien me explique cómo cojones un tío puede redimir su condena hasta simplemente cumplir 21 de todos esos 3000 años. No es explicable. Y lo más gracioso es que entre sus méritos en prisión se citan los intelectuales, como escribir un libro, en el cual habla de matar y cometer actos terroristas. Es que es para flipar, escribes una mierda de panfleto cuyo tema principal es matar y matar, y en lugar de condenarte, te quitan años. Aunque más cachondo es lo de sus trabajos en prisión, parece ser que firmados por un funcionario sobornado, mientras De Juana, en lugar de currar, estaba en la celda tocándose las bolas o enviando cartas a los cerebros de la banda terrorista.
Claro que luego, todos éramos unos torturadores. Y entonces me viene a la mente otra de sus fantásticas historias, la de la pseudo-huelga de hambre, con foto escondiendo tripilla incluída. El tipo monta el paripé para salir de la celda y estar en una habitación de hospital, cardándose a su novia a diario, la cual por cierto le llevaba por la noche los suculentos manjares que le servían para pasar su "huelga de hambre". Con la maravillosa colaboración, no lo voy a olvidar, de la prensa británica, que publicó la susodicha foto de la tripilla y ponía a De Juana de santo y colocaba a la Justicia y al desgobierno español de torturadores y criminales. Hombre, con lo del desgobierno no se equivocaban mucho, ciertamente, aunque una de las escenas que provocaron mi aplauso durante esos días fue la de José Bono con su "pues si no quiere comer, que se muera". Así le pagaron luego en su partido, dándole una patadita y mandándole a casa. Si es que para formar parte del PSOE no se puede ser una persona normal, hay que ser un anormal malnacido hijo de perra.
Y ya que he empezado a disertar sobre el desgobierno, vamos a analizar su maravillosa actuación en este caso. En mitad de esa tregua cobarde que se le ocurrió al puto chiflado mental del subpresidente ZP, rompiendo todos los acuerdos de Estado que había firmado sobre terrorismo, y pasándose por el forro el pacto antiterrorista, la moneda de cambio para dar a ETA era la liberación del hijo de puta De Juana. Y así se pasó de puntillas sobre causas abiertas contra este cabrón por enaltecimiento del terrorismo, amenazas, insubordinación ante los magistrados y unas cuantas más que hubieran sumado una buena cantidad de añitos más de prisión aparte de cuantiosas e interesantes sanciones económicas. Pero interesaba que este puto asesino fuera un héroe. Una estrategia que al nazi iluminado le salió rana, porque negociar con asesinos, aunque tú también lo seas, es jugar con fuego. Aunque tampoco es que le preocupara mucho su fracaso en este tema, teniendo comido el coco a media España, la poltrona sigue siendo de él por muchas burradas y barbaridades que haga.
Y todavía sin explicarme como de 3000 años la pena se puede rebajar a 21, aquí tenemos a este malparido en la calle. Al final cada asesinato le ha salido a diez meses de prisión. Además sin ningún tipo de arrepentimiento, insultando a todo dios en el tribunal y mostrando una chulería que bien le valía que alguien le rompiera la boca con un puño americano. Para más divertimento por parte de estos sádicos sinvergüenzas que han convertido a De Juana en su héroe abanderado, el muy cabrón se va a vivir a una casa que debería tener embargada y que está situada en la misma calle en que viven varios de los familiares de sus víctimas. Suponemos que ahora igual intenta acabar el trabajo y cargarse a toda la familia. Total, diez meses por cada muerto, pues no está mal, encima le reducirán condena y se le quedará en dos días, y hale, a seguir matando. Imagino que esto de los diez meses por víctima sólo pasa si eres un etarra hijo de la gran puta, porque si yo me cargo al tal De Juana y le hago un bien al país estoy seguro de que me entalegan hasta que las ranas críen pelo. Pero así son las cosas y así se las hemos contado. Gracias ZP.