miércoles, 27 de agosto de 2008

La democracia española agoniza

Parece mentira. Lo que nos ha costado encontrar la fórmula en este país para conseguir una democracia medianamente estable (30 años, viendo los antecedentes históricos ya es una barbaridad) y de pronto como por arte de birlibirloque y de un solo plumazo parece que se va a ir al garete. Y todo por culpa de un loco, un puto lunático, un enfermo mental iluminado al cual se le ha dado la batuta para dirigir el país al son de los muertos de un atentado terrorista. Hay cosas que sólo pueden pasar en España, ésta es una de ellas. Otra, que después de las cacicadas realizadas y de dar claras muestras de una salud mental completamente enajenada y peligrosa, muchos españolitos le sigan dando su voto. Claro que, si los manipulados universitarios no tuvieran derecho a votar (no producen) y los medios de comunicación controlados por el hijo de puta del dictador no se dedicaran a hacer lavados de cerebro, seguramente seríamos como cualquier otro país normal, y semejante malnacido perturbado no estaría en el lugar que está ahora mismo.

Viendo las políticas represoras, censoras y dictatoriales del asesino monclovita, es como nos podemos dar cuenta de que para él la democracia es un pegote que permanecerá como nomenclatura a su desgobierno de maldades hasta que a él le interese o le apetezca. Porque, seamos realistas, democracia en sí, en España ya no hay. Cuando uno no puede hablar en su lengua, no tiene libertad de educación ni de religión, ni tan siquiera de expresión a riesgo de acabar encarcelado, y cuando un ciudadano encuentra que otro simplemente por cuestión de raza, sexualidad, religión o idioma, tiene más derechos que él, es que la democracia no existe. Y si tanto les gusta usar la palabreja de marras a estos cabrones que nos desgobiernan, que la utilicen contra ellos mismos, sí, esto es lo que se llama pura y duramente FASCISMO. Y eso es lo que están protagonizando ahora mismo los dirigentes, votantes y simpatizantes de ZP y toda su pandilla de subministros inútiles y anormales, el nazismo y el fascismo más duro de toda la historia de este bendito país. Y así, amigos, es como comienza el final de una democracia.

Claro que, cuando el pueblo se ve sometido a semejante represión por parte del estado, cuando la radicalización de los que mandan lleva a extremos en que uno no puede ni salir a la calle sin ser golpeado, atracado, insultado o violentado, cuando una más que incompetente gestión política lleva a los ciudadanos a morirse de hambre por no tener ni dinero, ni casa, ni comida, ni trabajo, entonces se puede producir una sublevación en toda regla. Casi descartada esta opción debido a la narcotización de las masas a través de la pequeña pantalla y a la manipulación trapera y descarada desde los centros educativos, sería casi un milagro que se produjera en España un efecto boomerang que nos devolviera a momentos pasados en nuestra historia donde el populacho, respaldado por algún estamento (variable a través de las épocas), se levantaba en armas contra el ejecutivo que les había llevado a semejante situación e iniciaba una nueva etapa política. Eso no sucederá, lo dudo más que mucho, pero sin duda sería la única manera de devolver la cordura a esta nación y sus gentes, un nuevo Cid, Don Pelayo o General Mola que de una puta vez diera un puñetazo en la mesa y mandara al hijo de mala madre de ZP a pastar mierda a los confines del espacio exterior.
 
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