Esta vez le ha tocado a la dirigente del PP catalán Dolors Nadal, agredida en su visita la Universidad Pompeu Fabra cuando se dirigía a realizar una conferencia sobre el canon digital, que finalmente no se pudo realizar ante el regodeo de los bastardos violentos. Se sigue demostrando que la educación universitaria impartida por ciertos catedráticos fanáticos es el caldo de cultivo ideal para estos niñatos de papá demasiado aburridos en casita y con más ganas de pegar hostias que de estudiar. Si por mí fuera os ibais todos a licenciar en limpiar letrinas en Carabanchel, malnacidos de mierda. Hay que reconocer la rápida actuación de los Mossos, que consiguieron evitar que aquello se convirtiera en un linchamiento o lapidación al más puro estilo de ciertos países que todavía viven en la Alta Edad Media.
Lo más grave es que estos payasos cobardes realizan sus actos vandálicos al grito de "fascistas", una palabreja muy puesta de moda en los últimos cuatro años, y utilizada habitualmente por personas que no pueden esgrimir ningún otro argumento en contra de nadie más que el vocablo de marras, el cual no saben muy bien qué es lo que significa. Porque si lo supieran, verían que, en realidad, aquí los únicos fascistas, nazis e intolerantes son aquellos que se dedican a apalizar a otras personas simplemente porque no piensan como ellos. Si se molestasen en abrir el diccionario, elemento instructivo que en su puta vida han tenido en sus manos, seguramente observarían que junto a la definición de "fascista" aparece su propia cara. Lo peor es que entonces rasgarían el diccionario e irían a agredir al director de la editorial que lo ha publicado básicamente porque no piensa igual que ellos.