Escribo este post porque acabo de enterarme de primera mano de una noticia que no debe ser censurada ni silenciada. Mientras los informativos de mediodía de las diferentes cadenas (de báter) se llenan la boca con la ilegalización de ANV, la mochila bomba que ETA ha detonado como respuesta y el nombramiento del nuevo portavoz de Batasuna, en Galicia los acontecimientos siguen por su cauce habitual. Los asquerosos y servilistas medios de comunicación callan como putas ante un inepto hijo de ramera que está rebentando esta comunidad autónoma, y que se llama Pérez Touriño, actual presidente de la Xunta, que está dando rienda suelta a enfermos mentales como el Doctor Muerte y toda su pandilla de terroristas asesinos totalitaristas. Lamentable.Sucedía en la pequeña población de Perbes, perteneciente al municipio de Miño, donde un artefacto ubicado en un chalet abandonado hacía explosión en la mañana de hoy viernes. Para los desconocedores de la zona, no encontrarán mucha justificación a este acto en un lugar más bien de ambiente turista en plena temporada baja. Si no fuera por el curioso dato de que precisamente en Perbes está la residencia de Manuel Fraga, el fundador del Partido Popular. Parece que empezamos a atisbar cuál era el objetivo de estos malnacidos cuando nos situamos con que el lugar del siniestro está bastante cercano a la vivienda del ex-político gallego.
Esta acción ha sido reivindicada por el grupo de "liberación" (como ellos se autodenominan) Resistencia Galega. Vamos, que éramos pocos y parió la abuela. Si ya los hijos de perra asesinos de Galiza Ceibe se habían apuntado tres muertes en su casillero y numerosos daños materiales a base de atentados casualmente también silenciados por los servilistas, rastreros y mercenarios periodistas, ahora se nos unen a la fiesta estos nuevos elementos. Yo lo siento mucho por los gallegos normales de a pie que fueron engañados por politicuchos falsos y hambrientos de corrupción y poder como Touriño y Quintana, pero esto es lo que os pasa por confiar en este tipo de excrementos humanos. Ahora toca apechugar, sentirse amenazado, y lo que es peor, ver como los medios de comunicación omiten la problemática. Es lo que tiene vivir en un régimen dictatorial.
