sábado, 29 de diciembre de 2012

Consumismo navideño

Pues sí, amigos, estamos en Navidad, le pese a quien le pese. A quien más pesa es a los progretas anti-religiosos, me consta, pero que se jodan. El caso es que la Navidad, en un país normal, aparte de significar el pasar un buen puñado de momentos familiares con reuniones de toda índole, es también un acelerón brutal al consumismo. He dicho en un país normal. En España obviamente no. Porque en primer lugar existen los gilipollas anti-consumismo, anti-capitalismo y prácticamente anti-todo, porque, como he dicho, son gilipollas y no tienen ninguna razón de ser más que su propia gilipollez. En segundo lugar, y quizá lo más importante, el país ha sido expoliado y arruinado por una pandilla de bandidos perturbados mentales desde una poltrona que han ocupado durante casi ocho años, así que al ciudadano de a pie no le queda ni para comprar una bolsa de pipas. Y para rematar, por alguna estúpida razón de mercado, los precios suben durante esta época del año. Supongo que poca gente me creería si dijera que en otros países no demasiado lejos lo que se hace es bajar los precios cuando se acerca la Navidad, e incluso en plena Navidad. ¿Y por qué? Para estimular el consumo y vender más todavía, borricos. Y vaya si lo consiguen. Ah, pero seguro que esto es mentira, claro, como yo soy un facha...

Las calles de tiendas de esta ciudad en la que resido actualmente son una auténtica locura en los últimos días. No puedes dar ni dos pasos sin tropezar con alguien que vaya cargado hasta las cejas de bolsas. Hay algunos que no sé cómo coño pueden cargar con tanto. Cuatro bolsas en una mano, cuatro en la otra, dos bajo los sobacos y hasta bolsas colgando de las orejas. Qué locura. Y eso que en España se sigue defendiendo la extraña teoría de la crisis a nivel mundial, vaya, vaya... Hasta yo, que soy bastante moderado dentro de esta espiral consumista aunque no me opongo en absoluto a ella, caí en la tentación y me compré un nuevo televisor. 300 nabos que salieron directos de mi cuenta a la de la tienda en cuestión. Eso sí, me cago en la leche, menudo tocho de televisor. No estoy para tirar cohetes pero tampoco me arrepiento lo más mínimo. Sobre todo teniendo en cuenta que el mismo cacharro seguramente en España está rondando los 1000 pavos. Pero claro, yo estoy loco y todo esto será mentira. ¿La razón? Ya la sabéis, pues porque soy un facha. Claro, claro...

Pero los españoles son gilipollas, porque están como están y en el fondo les gusta. Se recrean en su propia mierda, son unos vagos compulsivos, unos sinvergüenzas integrales, unos delincuentes en potencia, unos timadores y estafadores en la teoría y en la práctica, les gusta ser todo eso y hasta se permiten el lujo de insultar y menospreciar al resto de países, algunos de ellos con desempleo prácticamente nulo, porque son así de chulos y capullos. Bueno, hago mal en meter a todo el mundo en el mismo saco, así que no digamos todos, digamos sólo el 99% de los españoles. Afortunadamente conozco a alguno con cierta lógica dentro de sus neuronas y que sabe razonar y se da cuenta de lo que hay y de lo que tiene a su alrededor. Evidentemente estas honrosas excepciones no se prestan a entregar su voto al PSOE, ni lo han hecho, ni lo harán. Sí, ya lo sé, soy un... faaaaaacha. Venga, borregos, que quiero oír vuestros balidos borreguiles desde la distancia. Faaaaachaaaaa... se ve que en vuestros progre-colegios la educación era tan lamentable que no os pudieron enseñar ninguna otra palabra. Joder, me cansáis. Lo mejor, me abro una cerveza y disfruto un poquito de las fiestas navideñas, yo que puedo. Hale, que os jodan. FELIZ NAVIDAD CATÓLICA Y CONSUMISTA.
 
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