jueves, 13 de septiembre de 2012

Y la falacia continúa

Pues empieza a hacer frío. Bueno, es lo normal, agosto ha sido finiquitado ya hace unos cuantos días y el otoño comienza a hacer acto de aparición. Esta pasada madrugada, sin ir más lejos, 5 graditos. A ver si este invierno es algo más duro que el anterior y aparece mi tan amado frío. Pero frío de verdad, coño, no sólo un par de días de nieve y luego que si 2 grados, que si 5, que si algún día bajo cero a altas horas de la madrugada pero con el cielo totalmente despejado... No, no estoy loco, pero entre que soy un tipo del norte y que nací en febrero, pues sí, amigos, me gusta el frío. Aunque también me gustaría preguntaros si vosotros estáis a gusto esos maravillosos días de verano con cuarenta y cinco grados a la sombra que se pueden disfrutar en la zona sur de la península ibérica. ¿No? Pues entonces no protestéis del frío, que es que no estáis a gusto con nada, carallo. Que si tengo frío, que si buf qué calor, que si jo que no hace ni frío ni calor. La cuestión es protestar.

No sé para qué cojones abro el post hablando de clima y temperaturas. Tampoco me apetece hablar de nazisociatas, progres y demás especímenes aberrantes de esos que pululan por España, pero alguna referencia tendremos que hacer, si no yo no sería el vikingo macabro y este blog no tendría el éxito que tiene. Ayer aún leía por algún recóndito lugar de la red de redes a más de un españolito gilipollas defendiendo la gestión de Zetamierdoso y su equipo de inútiles integrales y tarados de frenopático. Y por supuesto (os remito al reciente post de este mismo blog Cantinela para besugos) la culpa de que España esté como está ahora no es del desgobierno incapaz, perturbado y anormal que el país ha tenido durante ocho años, no, obviamente no. La crisis internacional, claro, ya salió. La peste de las pestes. Cuando no se quieren abrir los ojos y ver la realidad, pasamos a asimilar la manipulación, el lavado de cerebro y la mentira más absoluta inculcada por esos mismos hijos de puta responsables de todo el desastre que a día de hoy asola España. Y no me canso de repetirlo, MENTIRA COMPLETA Y ABSOLUTA.

No hablo por hablar. Desde que la secta psoísta me expulsó de mi propio país y me obligó a emigrar, vivo en uno de esos lugares donde según dicen estos hijos de mala madre, se fraguó esa falsa crisis internacional y más afectada está la población. ¿Ah sí? Será por eso que nada más llegar aquí ya tenía tres trabajos cuando en España ya llevaba tres años desempleado y sin cobrar un duro. Será por esa crisis falaz salida de cerebros descuajaringados que a pesar de tener que dejar algunas de mis ocupaciones porque no me da tiempo para más, sigo recibiendo llamadas y ofertas de trabajo de muchos lugares. Será por eso que aquí hay más puestos de trabajo que población para poder llenarlos y los únicos parados que hay son los mendigos, borrachos, drogadictos y gente que directamente no quiere trabajar porque no le sale de los cojones. Pero sí, queridos hijos de puta nazisociatas, seguid con vuestra puta cantinela de la pseudo-crisis internacional, que encerrados en vuestra casita delante de la caja tonta viendo La Sexta os vais a enterar mucho de cuál es la auténtica realidad más allá de vuestra visión de auténticos mequetrefes lobotomizados.

Es muy triste, pero es lo que quieren estos becerros seguidores hasta las últimas consecuencias del régimen zetaparil de los cojones. Pero como no tienen solución, ahí se coman su puta mierda y sigan con sus chorradas salidas de cerebros enfermos e incapaces que no dan para más que para el estiércol inculcado por sus jodidos enfermizos ídolos. Es una pena, porque hoy os iba a hablar de un nuevo personaje que haría las delicias de los lectores del vikingo macabro, el camionero checo. Sin embargo estos hijos de perra nazisociatas me han vuelto a encender. Y no debería de liarme otra vez con estos asuntos, al fin y al cabo ya los tengo a varios miles de kilómetros de aquí. Pero bueno, así se enterarán de que no olvido, no perdono y todavía los tengo en mi punto de mira. Y si me cruzo con alguno que sale de su madriguera y viene a molestarme y hacerme la vida imposible otra vez, esta vez en mi territorio, no dudaré lo más mínimo en sacar mis armas y eliminarlo. Fusilarlo, degollarlo o torturarlo hasta la muerte. Al fin y al cabo esa es vuestra mayor afición, ¿no, progretas de los cojones?, inculcar el odio y la venganza, crear tensión y división. Pues acercaos por aquí y ya veréis, majos, ya veréis.

martes, 4 de septiembre de 2012

Curaciones estomacales milagrosas

Estoy hasta los cojones de otra de las cantinelas habituales del españolito alelado que no tiene ni puta idea de nada y se cree Séneca, "como en España no se come en ninguna parte". Afirmación que me provoca náuseas por la tremenda falacia que resulta ser y porque no puede ser enunciada más que por cerebros absolutamente ignorantes, que seguramente no han ido más allá de la plaza de su pueblo y que, probablemente, para más inri y desastre mental, han sufrido el lavado de cerebro impuesto a lo largo de los últimos años por el nazisociatismo progreta dedicado a hacer sufrir a la gente en todos los aspectos de su vida cotidiana, incluyendo por supuesto la alimentación, con todos los problemas que ello puede conllevar en la salud de las personas. Pero no nos extrañemos de nada, ya sabemos que los progretas disfrutan con el mal ajeno, y ver cómo alguien se retuerce de dolor por un insufrible dolor estomacal puede ser una de las cosas que más felices les pueda hacer.

No es una ni dos, sino muchas ya las personas que, en este nuevo lugar donde vivo lejos de la idiotez congénita del españolito agilipollado que recita peroratas absurdas sin saber ni lo que significan, milagrosamente han sanado de forma repentina de sus terribles males del sistema digestivo. Personas que se hinchaban a medicamentos recetados por doctores sumamente incompetentes, que habían llegado al punto de apenas poder probar alimento, que sufrían un mal eterno que les afectaba incluso en su vida laboral (si es que aún tenían, claro) y personal, y había minado su salud hasta extremos cercanos a la muerte, de repente sanan sin saber muy bien por qué y empiezan a comer absolutamente de todo, incluyendo picantes, grasas, comidas sumamente pesadas, e ingieren bebidas alcohólicas sin ningún tipo de problema más allá de la cogorza que se puedan pillar. ¿Milagrito, milagrito? No creo en los milagros, aunque si fueran una o dos personas de entre mil, igual me lo planteaba. Pero cuando son novecientas noventa y nueve de cada mil, habrá que empezar a pensar que en España alguien está interesado en envenenar a la ciudadanía. Quizá así no se dedique a pensar en otra cosa más que en sus propios dolores. Aunque para distraer la atención ya está el fútbol, ciertamente.

Pero lo más triste es que mientras se suministran alimentos de calidad ínfima o incluso nula, se intente lavar el cerebro del españolito tonto que comulga con ruedas de molino ya desde hace muchos años con la mentira absoluta de que la comida española es la mejor de todo el planeta. Y encima, basándose en semejante falacia, los precios son sumamente aberrantes. Veinte pavos por unos filetes de ternera que son suelas de zapato, te joden el estómago, te hacen cagar cuando no vomitar, para encontrar que en otros sitios, unos filetes de calidad más allá de lo creíble, pueden costar hasta siete veces menos. Por no hablar de lácteos, frutas, arroces y pastas, vegetales, pescados y todos lo que uno pueda llegar a pensar dentro del ramo de la alimentación. O sea, mira qué guay España, comes mierda que te enferma, te roban literalmente por ello y encima te convencen de que es el mejor producto del planeta. Eso ya es directamente de ser MUY HIJO DE PUTA. No me extraña que nadie que sale de ese país de mierda no quiera volver para nada, ahí se pudra con todos los progres, malnacidos y gilipollas integrales que pululan por sus tierras. Y a ser posible que todos sus habitantes se mueran por problemas en el sistema digestivo, por idiotas.
 
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