lunes, 17 de febrero de 2020

Paseo por Chipre 5. Resaca bajo un arbol

Despierto por ultima vez en suelo chipriota. Esta tarde, a ultima hora, dejare finalmente el pais. Por supuesto, y despues del exceso acontecido ayer, me asalta el mega-resacon. La tipica historia, no me levanto, basicamente me caigo de la cama y voy a rastras hasta el baño. Alli me intento dar una reparadora ducha pero me encuentro con que el agua caliente no funciona. Algunos pensareis que en mi estado lo mejor es una buena ducha fria, pero ciertamente no me sienta nada bien. Por momentos incluso creo que voy a desmayarme o a vomitar o quiza todo al mismo tiempo. Pero el caso es que sobrevivo, debo de ser un tio jodidamente duro, y aun puedo deslizarme hasta el comedor a tomar mi desayuno buffet, que hoy, entre tembleques de mis manos, es bastante limitado. No me cabe nada en el cuerpo.

No tengo absolutamente nada que hacer, asi que intento vegetar un rato en el apartamento. Pero claro, debo desalojarlo a las doce. Bueno, pues lo apuraremos, mas que nada porque aunque me echen a patadas no me voy a poder mover. A esa hora, y ya con todo recogido, hago el check-out, dejo la llave en la recepcion y me meto en el coche. Y ahi me quedo como una hora, catatonico, con las puertas y las ventanillas cerradas, sin musica ni ningun otro entretenimiento, simplemente con la mirada perdida en la nada, dejando pasar los minutos a ver si mi cuerpo encuentra solucion a semejante malestar. Pero la cosa no mejora.

Finalmente arranco el motor y decido conducir sin rumbo establecido. O cuanto menos buscando un lugar donde reposar que tenga una vista un tanto mas agradable que el parking del alojamiento. En una rotonda ya casi llegando al aeropuerto, al que aun no tengo ninguna necesidad de ir, encuentro un cartel indicador de una playa por lo visto bastante espectacular. Por una carreterucha llego hasta el lugar, que realmente es bastante hermoso, pero a la vez ofrece una imagen post-nuclear que da muy mal rollo. Y es que no hay absolutamente un alma en todo lo que mi vista abarca hacia un lado y otro. Mar adentro, la imagen de un par de grandes barcos oxidados que parece que hayan encallado redondea la tetrica escena.

Decido que este va a ser mi sitio de reposo durante las proximas tres horas. Enchufo el coche casi en la arena, bajo un arbol, y alli me quedo con la ventanilla bajada y las piernas medio colgando hacia fuera, simplemente disfrutando de la vista. Hasta que empiezo a mearme. No podia fallar, todo el puto viajecito igual. Por suerte, justo al lado de donde he aparcado parece que hay una especie de edificacion que sirve como duchas y vestuarios a los bañistas (en temporada alta, imagino), y donde seguro que encuentro una taza donde vaciar la vejiga. Para que el rollito post-nuclear no decaiga, el sitio esta abierto de par en par pero absolutamente abandonado. No hay luz, hasta que encuentro la caja de conmutadores, los activo, y todo se enciende cual nave espacial que lleva mil años estrellada en un planeta perdido. Lo cierto es que este ambientillo tan solitario y macabro ya me esta empezando a acojonar un poco.

Aprovecho para dar varios paseos arriba y abajo por esta enorme, larguisima y absolutamente vacia playa. Pero la resaca no hace ni medio ademan de desaparecer. Asi que vuelvo al coche a vegetar y de paso leerme un libro para dejar pasar los minutos, al tiempo que empieza a llover. Con semejante paisaje lo unico que espero es que no sea lluvia acida, que a estas alturas ya seria lo mas apropiado. En una de estas, miro hacia la infinidad del mar y veo una cabeza entre el agua. Alla a lo lejos hay un tio, o mejor dicho un zumbado mental, nadando. Bueno, algo es algo, por lo menos ya se que no soy el unico superviviente a la hecatombe nuclear. Estamos el nadador tarado y yo. Todo un consuelo.

A eso de las cuatro levanto el tenderete, porque como siga aqui mucho mas al final voy a perder el avion, y me dirijo a devolver el coche de alquiler. Antes paro a rellenar combustible en una gasolinera donde todos los risueños dependientes son nigerianos. Muy simpaticos si, pero esto me devuelve al paisaje post-nuclear. Fijo que solo han sobrevivido los negros, el nadador y yo. Por suerte, una vez llego a la oficina de alquiler de automoviles, me encuentro a mis queridas chicas del primer dia, la galesa y la rusa. Y ya se que esto ya lo dije el primer dia, pero no puedo evitar repetirlo... joder como esta la rusa. Hoy que hay mas luz que el primer dia, que era noche cerrada, la tia aparece en todo su esplendor. Vaya jodido monumento de mujer. 

Por desgracia no me puedo encantar mucho con ella o perdere mi vuelo. Aun asi, no puedo evitar una efusiva despedida con abrazos y tocamientos incluidos. Y aqui estamos, ya sentado en el aeropuerto esperando dos horas a que mi avion despegue en direccion a casa. Y la resaca no se me va ni a tiros. A la mierda, me voy a cascar una cerveza a ver si me arregla o me acaba de destrozar del todo, vamos a dejarnos ya de medianias. Para cerrar el show, cinco horas y pico de vuelo, con la resaca que sigue ahi porque la cerveza me ha dejado absolutamente igual, y con una maravillosa llegada a mi pais donde una mas que acogedora temperatura de 1 grado positivo me recibe. No se puede pedir mas. Oye, y lo de Chipre... pues habra que repetirlo.

domingo, 16 de febrero de 2020

Paseo por Chipre 4. Happy birthday

Me levanto con una resaca bastante dura. De esas que te hacen abrir los ojos a las 7am sin ninguna razon aparente y ya no te dejan dormir mas. No es que sea la peor que jamas haya tenido, pero el caso es que estoy jodido. Por suerte la ducha a primera hora me sienta bastante bien y el desayuno me entra con relativa facilidad, hasta el punto de que me casco dos platos hasta arriba en el buffet. Parece que mi cuerpo empieza a arreglarse, cosa que no sucede en absoluto con el clima ahi fuera. Vaya puto dia asqueroso. La temperatura ha subido un poco con respecto a las jornadas anteriores y ahora estamos en unos ocho grados centigrados. Pero el cielo completamente oscuro amenazando lluvia tormentosa no es un buen presagio en absoluto.

Mi idea para el dia de hoy era quedarme en la ciudad donde me hospedo, Paphos, y pasear por ella visitando sus puntos mas interesantes. Pero en los dias anteriores ya me di cuenta de que aqui no hay mucho que ver. Asi que camino erratico hasta el mar y vuelvo a mi alojamiento dos o tres veces. No se lo que hacer. De pronto una bombilla se ilumina en mi maltrecho cerebro y me doy cuenta de que hoy es mi cumpleaños. Joder, si es que no se ni en que dia vivo. Bueno, pues habra que celebrarlo si eso. Aunque a mi este tipo de celebraciones no se que pasa que siempre se me acaban yendo de las manos. Bueno, el caso es que aqui encerrado en el alojamiento no me voy a quedar. A pesar del mal tiempo decido tomar el paseo que bordea toda la playa en direccion noroeste y asi, poco a poco y dando un pequeño rodeo, llegar hasta el centro de la ciudad a ver que se cuece por alli.

De pronto empieza a llover a cantaros. Se veia venir. Y yo en mitad de la playa sin ningun tipo de edificacion o refugio en que guarecerme. Un momento, ¿que es eso? Es como una especie de chiringo veraniego en mitad de la arena que ha surgido como de la nada. Ahi voy. Anda, si es un bar. Menuda aparicion por entre la cortina de agua. Definitivamente los dioses aman a los borrachos. Bueno, pues si acaso me enchufo las dos primeras chelas de la jornada mientras espero a que se disperse el chaparron. Y me sientan de pelotas, todo hay que decirlo.

Finalmente llego al centro, cuesta arriba ya que esta en lo alto de una colina, entre una molesta llovizna intermitente. Justamente ahora es mediodia, hora perfecta para otra cervecita. Por desgracia por esta zona no veo muchos abrevaderos, asi que no puedo elegir. Me meto en el primero que veo, que resulta ser una especie de restaurante pijo donde no me ponen buena cara cuando digo que solo quiero tomar una pinta. Al final me la ponen y me da que me cobran mas de lo normal. Hijos de puta. Lo positivo es que mientras estoy deleitando mi gaznate a cubierto, vuelve a caer otro tormenton de lluvia. Lo de siempre, me espero a que descargue y, una vez acabado el preciado licor de cebada, vuelvo a salir a la aventura.

Aventura que a estas alturas ya no es ni mucho menos improvisada. Uno de los calificados como diez mejores restaurantes de Chipre esta por esta zona, el Laona. Un camarero pequeñajo y delgaducho y una rubiaza monumental me dan la bienvenida a un sitio que esta bastante concurrido para las fechas tan poco turisticas que son. No hay menu, es todo cocina casera del dia, esto pinta bien. Tras varias jornadas en este pais, en que se dice que hay una cultura vinicola fantastica, aun no he probado ninguno de sus caldos, asi que va siendo hora. Me pido el tinto de la casa, que no esta nada mal, aunque me lo sirven frio. Hago esta observacion a la rubia, que me dice que es costumbre en el pais. Intuyo que porque en verano, a mas de cuarenta grados, no habria otra jodida manera de beberselo. Nunca se acuesta uno sin saber una cosa mas.

Como aun me colea la resaca, tiro por un menu simple, una sopa de verduras que esta mas que cojonuda y el filete de bacalao sobre una cama de espinacas, que esta bien pero no es de diez. A mi lado se sientan dos viejos ingleses que estan debatiendo sobre sus problemas de pasaporte despues del Brexit. En un momento dado, y supongo que habiendo captado mi acento escoces al hablar con los camatas, quieren meterme en la conversacion. La cual concluye rapidamente cuando les digo que me cago en los putos ingleses racistas e imperialistas que votaron, de forma absolutamente irracional y sin pensar en las funestas consecuencias, por el puto Brexit. Lo cierto es que no replican en absoluto. Supongo que me dan la razon.

La vuelta hacia el alojamiento la hago por amplias avenidas, evitando dar el voltio de antes, y esta vez cuesta abajo. Vamos, que casi voy rodando, porque con la botellita de vino ya he pillado el tipico chispazo de sobremesa. Paso acelerado, sonrisilla etilica en la cara y el sol que ahora de repente ha salido e ilumina las inundadas calles de Paphos. Y es que con la chuza voy metiendo los pies en todos y cada uno de los putos charcos que me encuentro en mi caminar. Es llegar al apartamento y el cielo se vuelve a cerrar y la lluvia reaparece. Pero a mi a estas alturas me da igual. Caigo cinco minutos dormido sobre un sofa y cuando abro los ojos de nuevo me quedo vegetando en la misma posicion durante cerca de tres horas. Joder con el vinito.

Ya cayendo la noche inicio mi enesimo paseo hasta el mar y alli, en una especie de club ultra-pijo, en la misma orilla, me enchufo dos cocktails. Y una cerveza. Y un plato de pulpo que esta cojonudo. Y anda que me da que me estoy poniendo pedo otra vez y estoy empezando a perder el control. Y esto me da que puede afectar sustancialmente a mi cartera. Mil ideas inconexas cruzan ahora por mi alcoholizado cerebro, las cuales, no se muy bien por que, llevan mis pasos de vuelta al complejo de apartamentos donde me hospedo, pero en este caso directo al bar. Alli hay un camarero cuarenton bastante cachondo, con pinta andrajosa y desastrada y que parece que pasa de todo, al que le pido otros dos cocktails. Estos me cuestan la mitad de precio que uno de los del garito pijo. Eso si, saben a rayos. Pero bueno, la cuestion es que suban.

Ya bien entonado, decido acabar la noche de mi cumpleaños en un lugar de confianza, por si acaso la monto, que no me extrañaria. Asi que simplemente cruzo la calle para entrar, una vez mas y va a ser la ultima, en el maravilloso mundo de Nina. Y ahi ya pierdo los papeles totalmente. Chelas, cocktails, chupos... y un viejo muy raro que se me acerca y me pregunta que musica me gusta. Cuando le hablo de George Harrison, me encuentro con que el resto de la noche, la musica que va a sonar en el pub va a ser la del guitarrista de Liverpool. Joder, al final esta resultando un cumpleaños de puta madre y todo. Aunque a partir de aqui no me acuerde de mucho mas. Solo dire que un poco despues de la medianoche falleci de bruces sobre la cama de mi apartamento. Ya soy un año mas viejo.

sábado, 15 de febrero de 2020

Paseo por Chipre 3. Una nacion ilegal

Me despierto fresco y sin ningun tipo de resaca. He dormido unas siete horas, que es mi ideal, asi que me encuentro en realmente buenas condiciones, y mira que eso es raro. Con una agilidad fuera de lo normal en mi persona, me pego una ducha, me aseo y me visto con bastante rapidez. Hoy si que tengo gazuza, no como ayer que no podia ni probar bocado a estas horas con lo revuelto que tenia el estomago, asi que me encamino hacia el comedor del complejo de apartamentos para dar cuenta de mi desayuno buffet. No me excedo con la cantidad pero si que le meto un buen tiento a todo lo que me pueda dar buenas energias, salchichas, bacon, huevos, alubias y varios vasos de refrescante zumo. Joder, que mañanita, si hasta parezco una persona normal y todo.

Hice bien ayer en retirarme pronto porque el plan de hoy incluye una conduccion de larga duracion, asi que mejor estar en buenas condiciones y haber tomado fuerzas en la matinal. Me voy a la capital del pais, Nicosia, que esta, basicamente, justo al otro lado de la isla. Asi que la tendre que cruzar de oeste a este. Segun me han comentado varias personas, el trayecto son minimo tres horas. Sin embargo yo llego hasta el mismo centro de la ciudad, con un pequeño atasco a la entrada de la urbe incluido, en apenas dos horas. Supongo que me gusta bastante pisarle. Pero tambien es cierto que la autopista de puta madre que practicamente no tiene trafico incita bastante a ello.

En fin, que ya estoy en Nicosia (que por cierto se pronuncia acentuando la ultima i, contrariamente a lo que todos los no chipriotas solemos hacer, poniendo enfasis en la o) y como soy un tio con recursos he encontrado un parking publico justo a la entrada de la ciudad vieja que, luego comprobare, me va a costar una autentica miseria. Lo mismo que ayer, llevo toda la mañana meandome, no se si seran los zumos matinales o es que ya estoy viejo y la prostata me asedia, pero para mi suerte justo en el mismo parking hay un meadero que ademas esta limpio e impoluto como pocos. Joder, de momento todo esta saliendo a pedir de boca.

La principal razon por la que vengo a Nicosia, aparte de para ver un poco el ambientillo de la ciudad, aunque finalmente lo voy practicamente a ignorar por completo, es para cruzar la frontera. Si, habeis leido bien, la frontera. En 1974 el ejercito turco invadio la parte norte de la isla de Chipre, con la idea de anexionarse la zona debido a la cantidad de turco-chipriotas que vivian en la zona y los cuales, segun ellos, eran totalmente maltratados por las autoridades generales, de corte greco-chipriota. Una historia muy larga en la que no entrare en profundidad, quien quiera saber mas que se informe via Google o Wikipedia. Pero el caso es que al final, y desde entonces, la zona de ocupacion ha quedado totalmente aislada, separada del resto de la isla por un doble vallado con minas incluidas, y siendo no reconocida en absoluto por ningun pais del mundo. Salvo, obviamente, Turquia.

Total, que mi objetivo es cruzar a lo que los habitantes de esta nacion ilegal han autodenominado la Republica Turca del Norte de Chipre. Curiosamente aqui, en Nicosia, hay un paso fronterizo que divide la ciudad en dos, al mas puro estilo del Berlin de la Guerra Fria. Y para mas cachondeo, resulta que el paso se ubica en pleno centro de la urbe, en la calle peatonal donde estan todas las tiendas. Asi que camino tranquilamente hasta llegar a unas casetas de madera bastante cutres donde varios tios con metralletas flanquean las legales banderas de Chipre y Grecia. Un menda en una garita me pide el pasaporte, me da el ok y a continuacion entro en la Linea Verde, que es basicamente la tierra de nadie, la zona entre ambos vallados.

A pesar del indicador de "no photo", no puedo evitar tomar unas instantaneas de tan peculiar lugar. Total, nadie me va a decir nada porque no estoy ni en un pais ni en otro. Tras apenas veinte o treinta metros, llego hasta otras garitas donde otros tipos, estos con caras de moros cabreados, me vuelven a pedir el pasaporte. Pasa, pasa, que todo esta bien y todo este paripe es para los turistas perturbados como tu. Pues ahi que voy, a poner mi pie en la famosa nacion ilegal. Aqui tambien hay dos banderas, como al otro lado, en este caso la de Turquia y la de la Republica Turca del Norte de Chipre. Pero no hay tios con metralletas, supongo que a estos no les da el presupuesto para tanto despliegue.

Las primeras dos calles son basicamente la misma mierda que el otro lado de la frontera. Tiendas. Aunque aqui no ves las tipicas marcas multinacionales, sino que el rollo es mas mercadillo, con ropa colgando de perchas en la calle y cestas con todo tipo de gorras, zapatos, ropa interior, sombreros, cinturones y demas. Al final de estas dos calles esta la mezquita y, justo al lado de ella, varias terracitas para que uno se refresque el gaznate. Un moro muy sonriente que esta arreglando sombrillas me dice que me siente a tomar algo. Pero claro, esto se supone que es territorio musulman, coño, es que hasta tengo la mezquita delante. Asi que, logicamente, pregunto sobre el tema que mas me interesa. ¿Pero aqui hay cerveza o que? Joder si hay. Y de todos los tamaños. Eso si, una sola marca, la Efes, de Turquia, como no podia ser de otra manera. Pues nada tio, traeme una y me siento aqui al solecito que ahora mismo acaba de salir a refrescar un poco la traquea.

Mientras me casco mi brebaje, comienza a sonar la llamada a la oracion desde dentro de la mezquita. Yo sigo dale que te pego y de pronto empiezan a pasar tios en chilaba en direccion a su lugar de rezo. Pero nadie me hace ni puto caso ni me dice nada. Supongo que esta gente esta tan necesitada de la pasta de los turistas que, con tal de que pagues, te ponen hasta aguardiente del mas fuerte que te puedas imaginar. Ya que tengo que conducir de vuelta a Paphos, me controlo con la bebida y solo me hago una. Y ahora comienzo a caminar, alejandome de la frontera y de esta zona medianamente preparada para turistas curiosos, a ver que cojones me encuentro en las zonas mas reconditas de este extraño lugar.

No me hace falta irme muy lejos. Tres calles mas alla de la frontera descubro la cruda realidad de esta nacion ilegal, aislada por parte del resto del planeta y absolutamente dejada de la mano de los dioses. Esto es el cuarto mundo. Edificios derruidos, escombros por todas partes, coches reventados de hace mas de cuarenta años, gente viviendo en casetas de madera o en tenderetes hechos con telas y plasticos... Eso si, algo me llama la atencion sobremanera. Todas las tias que veo pasar estan tremendas. Y nada de burka o trapos moros, que cojones, van en minifalda y con buenos escotes. Y eso que estamos en pleno invierno y ahora mismo no haran mas de cuatro o cinco grados. Desde luego esta nacion ilegal es bastante extraña, pero tambien tiene sus atractivos.

Tras dos horas de perderme por esta macabra republica fantasma, decido que ya es hora de ir volviendo a Chipre. El contraste, tras ver lo que acabo de ver, es tremendo. Rascacielos de oficinas, enormes avenidas y parques verdes. Ciertamente Nicosia es una ciudad bastante pija, ahora que me doy cuenta. En un momento dado me entra gazuza y paro en un lugar al azar, una tipica taberna chipriota, muy cuidada y arreglada pero en una zona un tanto perdida en la que no creo que este demasiado enfocada al turismo. Esto puede ser interesante. Y lo es, ya te digo si lo es. Aunque el entrante de queso frito me deja un poco indiferente, el cordero a la brasa y los caracoles en salsa de tomate son un autentico espectaculo. Gran acierto este sitio. Por supuesto acompaño todo con una chela, pero solo una, que hay que conducir de vuelta a Paphos.

Dos horas (de nuevo he debido de pisarle mas de la cuenta) y mi coche ya esta aparcado en el parking del alojamiento. El sol esta ya cayendo, asi que no me explayo mucho y decido salir a dar un paseito bordeando el mar, aunque el direccion contraria a la que tome ayer. Habiendo ya completamente anochecido y mientras callejeo de vuelta hacia el apartamento, me entra algo de sed y decido parar en un sitio al azar. Y mi olfato alcoholico sigue sin fallarme. El White Hart Bar es una especie de bar-tienda especializado en cervezas locales de autor. Tiene mas de trescientas. Me quedo boquiabierto mirando las estanterias, absolutamente extasiado, hasta tal punto que el dueño-camata se empieza a partir el culo de mi careto orgasmico. Si, tio, muy bien, pero no perdamos el tiempo. Venga, una de trigo y una IPA para abrir boca.

Me casco cuatro y salgo del local como una peonza. Pero ahora que ya voy entonado no voy a parar. Ademas no puedo faltar a mi cita diaria con Nina, asi que alla vamos. Bueno, o tal vez si que falte a la cita. Resulta que es lunes y, al parecer, es el dia en que los locales suelen cerrar aqui en Paphos, especialmente en invierno. No es que no vaya a ver a Nina, es que no voy a ver a nadie. Pero bueno, que no estamos para quejarnos y yo soy un tio con recursos. Al supermercado, que esta a punto de cerrar, a hacer acopio. Me pillo hasta ocho tipos de cerveza diferentes, entre chipriotas, griegas y hastsa una holandesa que no habia visto en mi vida, y algo de comida. Me subo al apartamento y empiezo el festival.

Lo que viene a continuacion ya os lo podeis imaginar. Las tres o cuatro horas finales de esta jornada son basicamente una sucesion de cerveza con algun que otro picoteo ocasional, todo esto en el famoso balconcito de mi apartamento. Obviamente no recuerdo mucho, salvo una cosa. Una cerveza griega llamada Star. Es la mierda mas asquerosa que jamas he probado. Hasta el punto de que solo me pude beber media y acabe tirando el resto por el fregadero. El sabor es algo asi como una mezcla entre orin, diarrea, vomito y alcohol. Y bueno, que de esta curiosa manera acabo el dia, logicamente derrumbado en la cama y esperando un resacoso despertar de aqui a unas cuantas horas.

viernes, 14 de febrero de 2020

Paseo por Chipre 2. Afrodita y el Olimpo

Malduermo la mona durante cinco horas y me levanto con un tremendo resacon. No, si esto ya se veia venir. Primer despertar en Chipre y ya hecho una puta mierda. Me da que mi entrada al pais ayer noche fue bastante contundente. Tengo el desayuno incluido asi que me bajo al restaurante comun del complejo de apartamentos a ver que nos ofrece el buffet. Esta especie de comedor esta justo al lado del bar, tambien perteneciente al alojamiento, donde ayer me casque la primera pinta a mi llegada a la ciudad, asi que la tentacion de hacerme una para que me arregle el cuerpo es grande. Pero me contengo, ya que el plan de hoy es conducir bastante, y como aun soy un tio responsable, prefiero no hacerlo piripi. Mi cuerpo no me permite desayunar mas que dos lonchas de bacon, las cuales casi vomito. Asi que tras un zumito de naranja que tampoco me sienta demasiado bien, decido retornar a mi apartamento y alli tirarme en una silla de plastico en el balconcito, a que me de un poco el sol matinal, y es que el frio criminal (apenas estaremos a dos grados) sigue imperando en el ambiente.

Tras media hora de vegetar, decido ponerme en ruta. En breve tomo la autopista que baja por esta costa oeste de la isla, la cual esta muy bien construida y apenas si tiene ningun tipo de trafico. En unos pocos minutos me planto en el primer objetivo turistico del dia, Petra Tou Romiou, que es el lugar donde dice la leyenda que nacio la diosa Afrodita. Se supone que la menda salio del mar por entre las rocas de esta preciosa cala y asi se produjo su nacimiento. Todo eso esta muy bien, pero yo me estoy meando a rabiar. Por suerte, como estamos en pleno invierno y la temperatura sigue siendo gelida, apenas si hay dos o tres parejitas haciendo fotos del sitio. Camino un poco sobre las piedras junto al mar y pronto encuentro cobijo tras una roca para descargar la vegija. Joder, que falta me hacia. Bueno, ya hemos hecho el paripe turistico y mingitado. A ver a donde puedo ir ahora.

El Monte Olimpo, la montaña mas alta de todo Chipre, estaba en mi lista de lugares a visitar desde hace meses. El nombre desde luego es muy sugerente, y el hecho de que haya una carretera hasta practicamente la cumbre, invita a darse un voltio por alli. Una hora de conduccion segun el navegador. Adelante pues. Claro que, si en la costa estamos a dos o tres grados, deberia de hacerme cargo de que el frio alla arriba, a dos mil metros sobre el nivel del mar, puede ser bastante mas problematico, especialmente para alguien que va en camiseta y con bermudas. Coño, es que a Chipre se viene a pasar calor, no a este extraño temporal de frio que asola la isla desde ayer.

¿Dije temporal? Fijo que esto es cosa de los dioses, que alla arriba en su jodido Olimpo me han visto intentar la machada de alcanzar la cima y ahora envian todas sus armas contra mi. Tormenta brutal de nieve durante la ascension. A medida que voy pasando pequeñas aldeas completamente cubiertas de blanco que mas parecen de paisajes de Heidi que de esta calurosa isla mediterranea, me empiezo a dar cuenta de que cada vez circulan menos coches por la carretera. Al final resulta que me convierto en el unico perturbado que continua conduciendo por entre la nieve. Y encima con mi coche japones minusculo. Tras girar una curva me veo dos coches empotrados contra la montaña tras deslizarse sin control sobre el hielo y la nieve. En el siguiente giro, un coche aparece volcado ladera abajo sobre unos arboles completamente nevados. Y acto seguido mis ruedas empiezan a patinar de forma bastante peligrosa. Se acabo lo que se daba.

Estoy chiflado pero todo tiene un limite. Detengo el coche con la ayuda de un monton de nieve que hay junto a la entrada de una propiedad, y es que los frenos no acaban de responder del todo. Alli, una rubia treintañera que esta recogiendo leña abrigada como si estuviera en Siberia se me queda mirando extrañada. Bajo del coche para comprobar que me he detenido sin mas contratiempos y sin destrozar el automovil. Todo esta correcto, aun se conducir con bastante destreza incluso en las condiciones mas adversas. Bueno, todo no. La mirada de la rubia es de autentico espanto. ¿Que cojones pasa? Ah, ya, que yo sigo en bermudas y camiseta. Pero tampoco hace tanto frio, ¿no? Nada mas abrir la boca para dirigirme a ella, me suelta un "eres escoces, ¿no?", que no se muy bien si se debe a mi marcado acento de Glasgow o a mi vestimenta veraniega en invierno propia de cualquier tarado de mi tan adorada ciudad. Aprovecho la coyuntura para intentar ligar con la excusa de preguntarle si hay algun desvio mas arriba por el que tomar una carretera que me vuelva a llevar a la costa. No, tengo que deshacer el camino nevado y ahora ademas cuesta abajo. Que los dioses nos protejan. O mejor que me dejen en paz, que ya me estan dando bastante por culo con el temporal de los cojones.

Finalmente salgo de mi incursion al Olimpo sano y salvo, aunque sin la rubia de la leña, y decido retomar una ruta costera algo menos peligrosa. Dos horas al volante me llevaran hasta la punta mas occidental del pais, la preciosa peninsula de Akamas, que es toda ella una reserva natural. A todo esto, yo no se que pasa que llevo toda la puta mañana meandome encima. Asi que durante el trayecto aun tengo que parar un par de veces en localizaciones perdidas al azar para poder vaciar la vegija de forma continua e insistente. Junto a la reserva natural, donde tambien se ubican los Baños de Afrodita y la Playa de Afrodita (voy a acabar hasta las pelotas de la jodida diosa), y entre vacas y vistas realmente brutales, hay un tranquilo pueblo costero llamado Latchi, que parece el tipico sitio idilico lleno de viejos britanicos retirados. Alli encuentro un pequeño supermercado donde hago acopio de varios manjares tipicos de la zona, incluyendo seis o siete cervezas locales, todas diferentes, que dentro de un ratillo me voy a disponer a catar.

En apenas una hora consigo estar finalmente de vuelta en mi apartamento en Paphos. Son las cuatro y aun queda una hora larga de sol, asi que me salgo al balconcito y empiezo a enchufarme traquea abajo todos los manjares adquiridos. Ahora si que tengo hambre y sed, coño, se ve que con tanta conduccion, frio y aventuras, la resaca de esta mañana ya es historia. Consigo entonarme y, como el astro rey ya esta practicamente desaparecido, considero que ya es hora de salir a rematar la faena etilica en algun pub. Pero antes aun encamino mis pasos al paseo maritimo, el cual recorro mientras contemplo la hermosa puesta de sol sobre el Mediterraneo. Pasando junto al bastante prescindible castillo de la ciudad (que es un bloque de piedra bastante amorfo) y llegando hasta el final del pequeño cabo en que acaba la ciudad, la noche cae completamente sobre mi. Asi que decido que ahora si, por fin, es hora de mamar.

De vuelta al meollo de la zona de pubs, junto a un restaurante en primera linea de playa, un par de negros bastante siniestros llaman mi atencion. Cuando me acerco a ellos para prestarles atencion, me susurran si me interesa un encuentro "vis a vis" con alguna de sus chicas. No se de donde han salido estos morenos o si es que no dominan demasiado bien el idioma de Shakespeare, pero la ultima vez que escuche esa expresion era para referirse a los encuentros intimos en el talego entre los reclusos y sus parejas. Por si acaso, y para evitar males mayores, declino la invitacion. Ahora mismo estoy mas centrado en intentar refrescar el gaznate un poco. Y que mejor sitio para hacer esto que un viejo conocido de anoche, The Bottle Bank Bar, el garito de Nina.

Alli me casco tres pintas que no me acaban de entrar muy bien. Cuando me sirve la tercera, Nina me espeta que tengo aspecto de sentirme como un pedazo de mierda. Ciertamente no estoy en mi mejor noche. Con las chelas la resaca parece volver a querer asomar y ademas agregando el cansancio tras todos los paseitos y experiencias acontecidas a lo largo de todo el dia. No lo voy a alargar mucho mas. A eso de las once ya estoy de vuelta en el apartamento. Tomo un par de bocados de lo que me ha sobrado de mi sesion culinaria previa y antes de la medianoche ya estoy encamado y roncando. A ver si hoy consigo dormir como una persona normal, que falta me hace.

jueves, 13 de febrero de 2020

Paseo por Chipre 1. Presentacion

Si uno se levanta a las seis y media, se adecenta medianamente, coge los bartulos y se pega una horita de conduccion hasta el aeropuerto para esperar por un avion al que aun le quedan casi dos horas para partir, pues ya esta mas que claro cual va a ser el siguiente paso. Tengo sed. Cerveza. Es ya como un jodido ritual. Es entrar a un aeropuerto y empezar a salivar como un loco. Y eso que se que me van a pegar un cañazo por una mierda de chela. Pero con eso de que tienes que llegar con antelacion y que siempre te hacen esperar, es que basicamente te obligan. Aunque a mi tampoco hace falta que me empujen mucho, para que nos vamos a engañar.

Y bueno, que despues de un vuelo de cinco horas que fundamentalmente me paso leyendo, y aun asi se me hace bastante largo, pues aterrizo en mi destino estipulado para esta ocasion. Esa isla del Mediterraneo oriental, al sur de Turquia y casi frente a las costas de Siria. Estamos en Chipre, amigos. A ver que da de si el pais. Por lo pronto el siempre ineludible paso fronterizo es casi como una broma. Seguridad la minima. Por no haber no hay ni policias ni barreras. Un tio te dice que escanees el pasaporte en una maquinita, el cacharro te da una especie de ticket y luego se lo entregas a un viejo gordo descamisado que esta sentado en una silla leyendo un periodico. Comienza bien la cosa.

Y va a ir a mejor. Infinitamente mejor, diria yo. No una no, sino dos preciosas hembras me estan esperando en el hall del aeropuerto con mi nombre en un cartelito. La empresa de alquiler de coches. Que es una pequeña empresa local, yo no suelo tirar por las multinacionales en estos casos, ya que las compañias modestas suelen dar mas facilidades, son un pelin mas baratas y el trato con el staff suele ser familiar y cercano. Y ojala fuera especialmente cercano con estas dos. Una galesa y una rusa. Lo de la rusa es un jodido escandalo. Pero que monumento de mujer. Y ademas simpatica y dicharachera como pocas. En fin, ya podrian aprender otras estiradas de mierda de algunos paises lamentables que yo me se. Jodidas marimachos.

Con esta tesitura, y a pesar de que son mas de las seis de la tarde, intento alargar los tramites de los papeleos del coche en la oficina para seguir acompañado lo maximo posible por estas dos pajaras. Me lo tomo en serio y me tiro dos horas con ellas. Al final me da pena salir de alli, pero intuyo que quieren cerrar y yo empiezo a tener sed. Y con tanta emocion sexual, ni me he fijado en el coche macabro que me han dado. Un Honda de estos pequeñajos, con cambio automatico, que mira que me jode, y que tiene los mandos de los intermitentes y los limpiaparabrisas al reves. O sea, los indicadores a la derecha del volante y el limpia a la izquierda. Vaya puto lio. Me tiro todo el camino hacia la ciudad dando al limpia cuando voy a indicar un giro. Al final opto por no usar los intermitentes, con dos cojones. Y encima ya es noche cerrada y como estoy medio cegato no veo tres en un burro.

Para redondear el show, la ciudad de Paphos, que es donde me voy a alojar a lo largo de estos dias, especialmente en sus zonas mas centricas es de estas urbes de callejuelas estrechas y enrevesadas. Laberinto de caminos que de pronto se quedan cortados, calles que se entrecruzan sin sentido... y el navegador me deja de funcionar. Tras veinte minutos de dar vueltas sin sentido por la zona donde se que esta mi alojamiento, y pasar cinco o seis veces por los mismos sitios, al final se me hinchan los cojones y meto el coche en un sitio donde veo que pone "parking privado", pero cuya cancela esta abierta. Aparco en una plaza, apago el motor con la intencion de revisar en Google Maps donde estoy y, al levantar la cabeza, veo el nombre de mi alojamiento en enormes letras azules. La suerte del borracho, supongo.

Son ya las ocho y tengo una sed que me mata. Lo unico que llevo en el cuerpo es la cerveza matutina del aeropuerto. Hago el check-in con una vieja recepcionista a la que no consigo ligarme, dejo los bartulos en mi fantastico apartamento con vistas a la piscina y al mar, y no me entretengo ni un segundo mas. Como una centella al bar del complejo hotelero. Cerveza casi de un trago. Mas calmado ya tras saciar mi sed etilica, busco en el mapa un restaurante para cenar (a estas horas tambien hay hambre) y salgo hacia uno de los sitios con mas recomendaciones de todo el pais, el Windmill, que queda a apenas dos calles. Y que por supuesto, como estamos en temporada baja, esta cerrado a cal y canto.

Con una cierta tristeza, camino cabizbajo en busca del primer sitio al azar donde pueda llenar el buche. Y es asi como entro en una tipica taberna chipriota (no tan tipica, esta montada con espectaculo regional y demas mierdas para engatusar a los turistas) donde lo primero que hago es pedirme una cerveza. Ya me pensare si como algo. Pero el menu no esta nada mal y los precios son razonables, asi que me pido un starter de cerdo y halloumi, el queso nacional por excelencia, y despues el guiso de pulpo al vino tinto, que esta seriamente cojonudo. Y dos o tres chelas mas, por supuesto. Cerrando el show con un licor casero macabro que tiene un fantastico 50% de alcohol y me deja ya mas que entonado.

Hora de visitar algun que otro pub. Como el cansancio tras todo el viaje me empieza a noquear a ratos, decido parar en los dos locales que hay justo frente a mi apartamento, asi la retirada puede ser rapida. El primero es el Rose Pub, un garito heavy con musica en directo donde los dos camatas barbudos no me atienden tras mas de cinco minutos de estar esperando en la barra. Y muy ocupados tampoco parece que esten. Pues que les den. Me largo al de al lado. Y esta va a ser la mejor decision que voy a tomar en todos estos dias. Acabo de entrar en el mundo de Nina.

Nina es la señora cincuentona propietaria del Bottle Bank Bar. Un sitio con un aspecto muy acogedor y que ahora mismo solo tiene a dos clientes, una pareja inglesa ya entrada en edad que me sonrien y me saludan efusivamente. Supongo que la carga etilica que deben de llevar encima tiene bastante que ver. Una cerveza, otra, una sidra, otra, algun licorcito tipico del pais, otro... Nina me presenta y explica todos y cada uno de los brebajes que me va sirviendo. Es como un tour etilico chipriota. Keo, Leon, Metaxa... Al final se me olvida el cansancio y me tiro alli toda la noche mamando hasta que el local cierra. Logicamente salgo bastante afectado del lugar. Pero el show aun no ha terminado.

Siempre me pasa. Con la cogorza, a altas horas, necesito un kebab. Y estamos casi en la tierra por excelencia del kebab, que es Turquia, aunque aqui tambien se deja notar la influencia de este manjar (sobre todo cuando esta bien hecho). Entre un criminal frio, ya que yo venia con ropa de sol y playa y estamos a -1 grado, recorro un par de calles al azar y pronto encuentro mi recompensa. Una bulgara cuarentona con gafas y cara de chupona me da la bienvenida a su kebab 24 horas y me enseña la interminable carta. Uno de pollo bastara, pero bien cargadito. Espectacular. No recuerdo llegar de vuelta al apartamento, es lo que tienen este tipo de noches. Pero supongo que lo hice. Y debi de caer absolutamente muerto sobre la cama. Chipre ya me ha sido oficialmente presentado.
 
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