domingo, 24 de junio de 2018

Imbéciles construidos por la televisión

Algunos gilipollas se piensan que ya me he vuelto definitivamente loco. Por lo que escribo más que nada. Y bueno, yo ya los he definido en la segunda palabra de este post. Pero aparte de gilipollas, lo peor es que son idiotas profundos. No tienen jodido cerebro. Claro que esto empieza a ser una problemática demasiado extendida. La gente es estúpida, por lo general. Y es un puto problema lo de ser más inteligente que el 99% de la gente. Te das cuenta de lo becerros que son y cómo, encerrados en su idiotez más absoluta, se creen los tíos más listos del jodido planeta. Venga, y que siga la fiesta de la subnormalidad cerebral más absoluta.

En realidad escribo como escribo porque ya me da absolutamente igual todo. Estoy hasta los cojones de vivir en un puto mundo rodeado de imbéciles profundos. Y ahora me diréis que debería de sentir lástima por ellos. Qué cojones, si aun reconocieran lo tontos que son... pero es que encima van de putos enterados. Aquí todo dios sabe y entiende de todo y te puede dar lecciones sobre cualquier mierda. Claro que esas malditas lecciones son siempre erróneas. Y así va todo. Y si encima resulta que a nuestros gobernantes los elige el populacho, pues apaga y vámonos. Lo dicho, estamos condenados. Por eso estoy hasta los cojones. Porque no tenemos ningún jodido futuro.

Ah sí, la televisión. Yo creo que ahí está el jodido problema. Hemos dado en el clavo. Hace unos días leía un estudio que revelaba que a partir de los años 50 la media del cociente intelectual de los habitantes del planeta comenzó un cierto declive. Que se intensificó sobremanera en los años 70 y 80. Curiosamente a medida que la televisión se iba implantando de los hogares de todo el orbe, la gente se iba haciendo cada vez más estúpida. Y supongo que si hacen el estudio a día de hoy y comparan el cociente intelectual de 2018 con el de ochenta años atrás, nos daríamos cuenta de que el mundo está plagado de subnormales profundos por doquier. Y no por enfermedad, que eso sí que es una desgracia, sino por elección propia. Lamentable.

Elección propia que es pasarse horas delante de la caja tonta viendo como las cadenas de váter corroen los cerebros. Ahora lo que dice la puta tele es sagrado. Y lo que dice la puta tele, mira tú por donde, es mentira. En un 95% de las ocasiones es mentira. Pero es la palabra de Dios. Del Dios TV. Nadie se va a molestar en comprobarlo. Es como, "oye, tío, que la tele dice que ahí en tu ciudad está nevando". "¿Pero qué dices? Si hace un sol brutal y treinta grados." "Que no tío, que no, que lo he visto por la tele y fijo que está nevando. ¿Quién lo va a saber mejor, tú que estás ahí o yo que lo he visto por la tele?"... Pues eso, tal cual.

Y ahora que lo pienso, ¿para qué cojones seguir escribiendo sobre esto? Si al fin y al cabo en la televisión van a decir lo contrario a cualquier cosa que yo comente. Joder, entonces seré un mentiroso y hasta me podrán encarcelar. Ya te digo, llevar la contraria a la caja de mierda. Mirad, me voy a abrir una puta sidra y a pensar que dentro de dos semanas estaré viendo lituanas en topless, y no precisamente por la tele. Ah, y lo mejor de todo es que en Lituania el comunismo está prohibido, como en todos los países normales sobre la faz de la tierra. Pero claro, también hay paises subnormales...

lunes, 11 de junio de 2018

Sigo vivo y me apetece insultaros a todos

¡Eh, hijos de puta! Ah... malditos cuervos carroñeros asquerosos. ¿A que os pensabais que había fallecido? Ya os gustaría, cerdos cabrones, ya os gustaría. Pero no, aquí estoy, sigo vivo y coleando y con más cojones que nunca. Eso no es necesario ni dudarlo. Bueno, ya sé que hace mucho tiempo que no escribo pero, ¿para qué pelotas tengo que escribir si no me apetece? Al fin y al cabo no os interesa lo más mínimo. Quien lea esto es porque está más enfermo aún que yo. Y ahora que lo pienso, pues me da la sensación de que yo estoy bastante cuerdo. Bueno, supongo que depende del punto de vista. Pero no, no me interesa vuestro jodido punto de vista. Tengo bastante con hacerme una idea de cuál es el mío. Bueno, ¿algo más, putos perros sarnosos?

Mirad, en realidad estoy aquí solamente porque he llevado el portátil a reparar esta mañana, después de tenerlo muerto tres años o más en el fondo de un armario, y quería escribir algo para probarlo. De momento funciona bastante bien. Ahora lo que tengo que hacer es acostumbrarme de nuevo a este jodido teclado en español. Bueno, los dos primeros párrafos los estoy superando de una forma medianamente razonable. Sí, es cierto que a veces tengo que pensar dónde cojones están los signos de interrogación y exclamación. Pero el tema de las tildes y las eñes parece que lo tengo medio superado. Y con el agravante de que ya me he metido varias sidras de pera y empiezo a ir bastante doblado. En fin, ¿a quién coño le importa?

La verdad es que ha sido una mañana de lo más excitante y a la vez asquerosa. Acostumbrado como estoy a no salir de casa, el hecho de tener que ir a un par de lugares es bastante estresante para mí. No he muerto, pero al final me he gastado más dinero del deseable. Y eso sí que me jode. Prefiero invertir lo que gano trabajando como un cerdo en alcohol para ponerme tibio y olvidar la mierda de vida que tengo. En fin, que doscientos pavos se me han ido como quien chasquea los dedos. Así que no estoy de jodido humor. Quizá dentro de dos o tres sidras más lo esté, pero ahora mismo no. Pero mira, como siempre digo, algo positivo tengo alrededor. En este país en que resido el comunismo es ilegal, no como en otros lugares...

Acabo el post de la misma forma que lo empecé, borracho. Y aparte de eso, insultando a todo dios. Hijos de puta. Pero sin exclamación, así, relajadamente... hijos de puta. A ver si el jodido Microsoft Office se acaba de instalar. Sí, ahora tengo un portátil reparado pero vacío como el cerebro de un comunista. Así que me toca sesión de instalación. Ya se sabe, 1%, 2%, 35%... y mientras a esperar. Aunque en mi caso la espera se hace bastante amena. Voy a abrirme otra sidra de pera. No hay nada mejor que tener a este tipo de amistades siempre a mano. Hasta luego, malparidos hijos de la jodidísima zorra.
 
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