martes, 6 de diciembre de 2016

Dos alcoholicos en Malta. Dia 4

Y por fin amanece el ultimo de nuestros dias en Malta. Buena resaca, como no puede ser de otra manera. Esta vez, si he de ser sincero, no he pasado una buena noche, comimos y nos chuzamos mas de la cuenta, aunque eso tampoco es nada raro en nosotros. El caso es que Toni debe de estar en el aeropuerto a eso de la una y yo tengo mi vuelo mañana a primera hora, asi que pocas cosas nos quedan ya por hacer mas que dar una cordial despedida a la etilica, sobre todo para nosotros, isla de Malta.

Al volver de una de mis multiples visitas matutinas al retrete, me encuentro a Toni de pie junto a la cama observando atentamente el mapa de la isla. Busca un plan para la matinal, antes de tener que ir al aeropuerto, y parece ser que alguna idea le ha cruzado la mente. El noreste de la isla, una zona que no hemos acabado de visitar a fondo, y en particular una localidad, parece que llaman su atencion. Marsascala, podriamos ir ahi, Toni busca mi aprobacion. Facilmente la iba a encontrar, pero cuando me sugiere que un pueblecillo costero de esa indole ha de tener buen marisco, ha terminado por rematarme. Venga, recojamos, al coche y a Marsascala. Si, ya sabeis, veinte minutos...

Marsascala esta un pelin al norte de Marsaxlokk, localidad que ya visitamos hace un par de dias en busca del mejor papeo de todo el pais. Son pueblos muy similares, aunque yo diria que este algo menos turistico y mas tranquilo, si bien tambien tiene un paseo maritimo atiborrado de embarcaciones tanto de pesca como de recreo y huele que apesta a ingles por todas partes. Son las diez de la mañana y nos apetece desayunar algo. Que mejor que marisco, un desayuno peculiar y que nos va a dar energia. Por supuesto regado con unas Cisk de despedida.

Suele pasar que el primer restaurante que ves es el mejor. Vetusto, minusculo, muy rustico... lo pasamos de largo para comprobar si hay algo similar para poder hacer una comparacion de precios y productos... pero no. Todo lo demas es demasiado comercial, corporaciones, pubs tipo britanico. Ahi que vamos pues al restaurante Ximo, que asi se llama el sitio. Y sonrisa de oreja a oreja de Toni, que es recibido por una preciosa camarera maltesa que ya directamente le alegra el dia. Y eso que en repetidas ocasiones la tipa le pilla camara en mano sacandole fotos del trasero. Pero es lo que tiene este negocio, que el cliente siempre tiene la razon.

Pulpo, almejas y cervezas, un desayuno con cojones. Tras haber llenado el buche nos damos un paseo por todo el pueblo y alrededores para acabar cascandonos otra Cisk en un pub bastante pijo y acto seguido iniciar nuestro camino hacia el aeropuerto. Aqui se quedara Toni, hora de hacer su tipico tramite aeroportuario y obviamente de cascarse unas cuantas birras mas porque no esta uno como para perder el tiempo y aburrirse mientras espera el vuelo. Yo, tras una efusiva despedida de mi camarada de andanzas durante los ultimos dias, enfilo rumbo al hotel (veinte minutos, obviamente) donde me tumbo un rato a ver si se me pasa esta mezcla entre resaca y nuevo inicio de chuza.

No acabo de dormir pero reposo el cuerpo un par de horas. Ahora ya puedo salir a dar un paseo por los alrededores para despedirme de los clasicos locales, una en el Alex, otra en el escoces... Al final acabo en un restaurante pijo por delante del cual habiamos pasado todos estos dias pero sin fijarnos mucho. Supongo que porque la camarera es una inglesa cincuentona, eso si, muy educada y con bastante conversacion. Ya que estoy solo, al menos me ameniza la cena, hasta el punto de que ya casi ni me acuerdo de la macedonia, que vete a saber donde cojones trabaja hoy, pero estoy tan reventado que no me apetece ni averiguarlo. Ya tuvimos suficiente racion de esta pajara los dos primeros dias.

Justo antes de empezar a degustar manjares recibo una macabra llamada. El numero de Toni en pantalla. Me huelo lo peor, ha perdido el vuelo, tengo que ir a por el al aeropuerto y nos vamos a chuzar esta noche otra vez. Pero no, no del todo, solo en parte... La cuestion es que su vuelo se ha retrasado y no tienen informacion de si van a volar o no. Incluso algunos pasajeros empiezan a hablar de cancelacion. Joder, y yo que queria tener una noche relativamente tranquila. Le digo que me mantenga informado, empiezo a sudar, veo visiones, cervezas que me rodean y me asedian... Al cabo de un rato me vuelve a llamar, por fin y tras mas de cuatro horas de espera, parece ser que estan embarcando. Necesito llenar el estomago.

Mi cena consiste en un brutal coctel de salmon, gambas y caviar (con medio kilo de salmon ahumado), una especie de tortellini gigantes rellenos de carne de vieira y un buen pedazo de tarta extremadamente dulce que me deja un mal sabor de boca. Cosa que tengo que solucionar. Paseo por el Watson y un par de pintas de Cisk. Seran las ultimas de la jornada, pero no del viaje, ya que mañana a primera hora y antes del vuelo aun me hare otra en el aeropuerto. Y ya puestos me compro tres o cuatro y me las llevo de vuelta a casa. Es un muy agradable sabor que tardare mucho tiempo en olvidar. Hasta la proxima, Cisk.

lunes, 28 de noviembre de 2016

Dos alcoholicos en Malta. Dia 3

Nos despertamos. Y en medianamente buenas condiciones. Parece ser que finalmente fue un gran acierto lo de retirarse ayer a una hora mas o menos temprana. Hoy amenaza lluvia pero de verdad, hasta el punto de que las primeras gotas empiezan a caer. No podemos, pues, perder tiempo si queremos hacer un poco de turismo, aunque nuestra idea principal sigue siendo el mamoneo. Pero ya se sabe, hay que fingir un poco. Sin tiempo ni para desayunar, cosa que ya haremos en ruta, nos subimos al coche y enfilamos direccion sur hacia nuestro primer destino del dia, la espectacular ciudad fortificada de Mdina. Ya sabeis, como siempre dice el navegador por estos lares, veinte minutos al destino.

El cielo parece que quiere aguantar, aunque siguen cayendo gotas aisladas. Queremos darnos prisa porque se avecina una buena tromba de agua. Encontramos facil aparcamiento junto a la entrada de la ciudadela y ahi que nos disponemos a recorrer sus empedradas callejuelas cual atontados turistas. Aunque tratandose de nosotros, el tema bares siempre esta presente, vamos, que aunque sabemos que aqui son mas caros de lo habitual por el rollo turistico, no se nos escapa alguna que otra miradilla de reojo tanto a Toni como a mi. Es lo tipico de sabemos que no debemos, pero al final lo vamos a hacer. En vista de que la desesperacion es mutua, convengo con Toni en salir de la ciudad-fortaleza, buscar algun garito de viejos en la ciudad aledaña de Rabat, y alli tomarnos las primeras del dia con algo solido para llenar el estomago tambien.

A pesar de que siempre he tenido un gran sentido de la orientacion, no te creas que es facil salir de este puto laberinto que es Mdina, sobre todo cuando vas desesperado y con sed, que se te nublan todas tus facultades. Al final conseguimos salir entre una lluvia que, ahora si, se empieza a hacer mas intensa. Como por arte de magia, me dirijo cual automata hacia la calle mas cochambrosa y asquerosa que debe de haber en todo Rabat. Los huelo, se que aqui tiene que haber un bar de esos traperos que nos encantan. Y no falla. Un folio pegado a una puerta que mas parece de una vivienda (realmente mugrienta, por cierto) que de un comercio, nos informa de que se sirven desayunos ingleses a cinco euros. Una doble mirada entre Toni y yo con evidente significado afirmativo nos basta para encaminar nuestros pasos hacia el que bien podriamos denominar como 'el bar de los horrores'.

Tres mesas. Pero realmente solo una y media utilizable. En la media, una vieja sonriente tomandose un vaso de leche nos saluda efusivamente. Pensamos que es la dueña, pero se ve que no es mas que una vecina que se aburria en casa y ha bajado a tomarse su lechita al cutrebar. La barra mide metro y medio, porque si midiera mas, no cabria en el puto cuchitril donde nos hemos metido. Detras, un viejo muy raro que no hace mas que mirar un ordenador. Hasta que no me dirijo a el para pedirle dos Cisk, no me hace ni puto caso. La vieja de la leche sin embargo empieza a darnos la brasa con los tipicos de donde sois, primera vez en Rabat, os gusta, y demas preguntas habituales.

En fin, que nos sentamos en la unica mesa utilizable, previa estupida pregunta al viejo raro sobre donde podemos sentarnos. Ni nos contesta, pero tampoco hay muchas posibles respuestas, la verdad. Ahora me empiezo a cuestionar si lo del desayuno ingles sera cierto o no, porque en este sitio no se yo si... asi que le pregunto al viejo, que simplemente mueve un dedo en direccion a una cortinilla que parece llevar a una cocina. De alli sale una tipeja tambien muy rara que dice que en cinco minutos lo tenemos listo. Pues nada, nos cascaremos esta Cisk y nos pediremos otra mas, como toca. Fijo mi vista en las paredes, de piedra pura y dura sin nigun tipo de recubrimiento ni adorno. Mientras tanto Toni intenta jugar con una especie de perro raro (todo en este sitio es jodidamente raro), que mas bien parece una rata escualida. En realidad creo que se parece bastante al dueño del local, ahora que lo pienso.

Finalmente conseguimos el papeo, que curiosamente esta cojonudo. El sitio sera lugubre, pero por lo menos se lo curran. La aventura de ir a mear es mejor todavia. El tipo de la barra me indica con su dedo, hablar le sale caro, que por la cortinilla al final. O sea, que inspecciono todo el local, porque no hay mas. Pasando la cortinilla de marras hay un pasillo en plan catacumba, que hace una ele, y a medida que avanzas se va haciendo mas estrecho y oscuro. La cocina es una de estas electricas cuadradas de los años... vete a saber. Aposentada en mitad del pasillo, de forma que apenas deja espacio para pasar. Joder, ahi nos han hecho el desayuno. Sigo el pasillo, y despues de pasar una seccion llena de escobas, cubos y rollos de papel del culo medio en penumbra, llego hasta la taza. Y digo bien, taza, porque no hay ni lavabo ni nada mas, solo una taza para depositar tus excrementos. No se si hay luz, si la hay no la encuentro, asi que meo totalmente a oscuras. Toni me reemplaza en la sesion de vaciado de vejiga, con la diferencia de que el si que encuentra la luz, para su horror. El habitaculo donde esta la taza, donde practicamente has de entrar agachado, esta lleno de telarañas por todas las esquinas, techo, suelo... con arañas incluidas. Vamos, que no se nos ha caido una en la polla de milagro.

Interesante lugar, sin duda. Tras el copioso desayuno nos hacemos un par de cafes malteses, de sabor completamente diferente (mas fuerte y tostado) a los cafes mas habituales del resto de Europa. Toni quiere copa, asi que le pido al viejo raro que me ponga un brandy o algo. Para tener una barra tan minuscula tiene un buen surtido el cabron, me ofrece una botella que parece un Napoleon o algo bastante caro, pero la etiqueta me es desconocida. Llena medio vaso y se lo pasa a Toni. Cuando nos pasa la cuenta vemos que ni nos lo cobra, y de las birras yo creo que se le ha olvidado alguna. Pero bueno, tampoco me extraña teniendo en cuenta la atencion que nos estaba prestando. Por supuesto cuando dejamos el lugar el tipo sigue con la nariz pegada al ordenador y ni nos dice adios.

Final de la historia en Rabat, cogemos el coche, ahora si con lluvia de verdad y nos dirijimos a las bahias del oeste de la isla, de las pocas playas de arena de toda Malta. Despues de visitar un par de tranquilos pueblecillos el navegador nos la juega. En direccion a la Golden Bay nos saca de la carretera principal, nos cuela por lo que primero es un camino vecinal, despues desaparece el asfalto, luego se estrecha hasta el punto de que no cabe el coche y finalmente el camino no son mas que piedras y matorrales. Pero el navegador a lo suyo, continue recto por esta via. Via lactea, no te jode. En fin, que intento dar la vuelta, lloviendo a cantaros, sin espacio, en mitad de una inclinacion bastante pronunciada y con las ruedas patinando sobre el barro y las piedras. Yo ya me veo que de alli no salimos, el embrague empieza a chirriar. Toni creo que tiene ganas de bajarse del coche no vaya a ser que nos vayamos precipicio abajo, pero con la que esta cayendo casi mejor matarse que acabar como una sopa.

Bueno, lo que siempre digo, agradezco el dia en que aprendi a conducir de una forma bastante eficiente. De otra manera, aun seguiriamos en aquella montaña perdida de Malta, o al menos el coche, porque realmente daban ganas de dejarlo alli plantado, con el puto navegador incluido, y largarnos a cascarnos unas Cisk. Por fin retornamos a la carretera principal, con el automovil embarrado como si acabasemos de terminar el rally de Finlandia. Al cabo de un rato el simpatico navegador nos recalcula la ruta, vaya hombre, y en unos minutos por fin llegamos a la jodida Golden Bay. Que si, que es una playa muy bonita y supongo que turistica, pero con la que cae lo mejor que podemos hacer es buscar un bar y cascarnos una pinta de Cisk. Despues de la puta aventura del coche que bien que sienta.

Aun es pronto, despues del desayunazo no tenemos hambre, asi que pensamos que podemos ir hasta el final de la isla, al punto del que salen los ferrys, a ver si hay algun viajecito rapido a Comino, una de las islas del archipielago maltes. Pero a medida que llegamos al lugar, la lluvia pasa a ser tormenta criminal. El limpiaparabrisas no da mas de si, Toni me comenta que mejor dejar lo del paseo en barco, que curiosamente habia sido idea suya. Asi que en mitad de un autentico temporal, en una hermosa carretera junto al mar, doy media vuelta, aunque con la visibilidad que hay, y el viento y la lluvia arrastrando el coche, un poco mas y acabamos en el fondo del Mediterraneo.

En este estado de cosas no nos queda otra que volver al hotel o... la macedonia. Si, acabamos de recordar que hoy estaba trabajando todo el dia en un pueblecillo que nos pilla de camino. Lo malo es que no sabemos donde esta el restaurante, ni siquiera como se llama. Pero como tenemos la suerte de los alcoholicos, para alla que vamos a ver si lo encontramos por casualidad... Pues no. Tampoco insistimos mucho, la verdad, porque con la que cae no nos apetece ponernos a dar vueltas por toda la costa maltesa. Ademas, ya hemos visto esta mañana en el facebook de la pajara que esta liada con un maromo ruso. Somos tipos corteses y caballerosos y no nos gusta meternos en establos ajenos. Y bueno, que llueve mucho y pasamos de dar vueltas como gilipollas, basicamente.

Ya de retorno en el hotel continua la lluvia, son las tres o cuatro de la tarde y seguimos sin hambre, pero con una sed bastante truculenta. Pues decision facil, ruta de bares. Para abrir boca un clasico, el Alex Bar, con su tipico ambientillo de viejos. Para continuar descubrimos un macabro pasillo que conecta nuestro hotel con el Watson, si, el pub de Raphael y Julia Roberts, que por suerte hoy no pululan por ahi. Vaya, un billar, pues seguimos con nuestro pique, y por supuesto con dos Cisk mas. Bueno, ya hemos mitigado un poco la sed. Hagamos algo diferente, ya puestos, una sesion de piscina climatizada en el hotel, que fuera llueve y esta el dia desapacible. Pues ahi vamos.

Toni no tiene bañador, pero los calzoncillos oscuros bien pasan por uno, eso si, le sugiero que coja unos limpios, mas que nada por no mezclar los trocillos de mierda con el agua de la piscina. Yo agarro mis bermudas con la bandera escocesa y al agua patos. No hay nadie, mejor, porque para ver a dos alcoholicos chapoteando y soltando tacos, casi mejor asi. Curiosa piscina, el agua esta realmente caliente y es salada, por lo visto traen el agua directamente del mar y la climatizan, pero eso si, esta cristalina y transparente como en una paradisiaca playa del Indico. De repente ha entrado una pareja con su niño. Si, mira, para familias estamos. A tomar por culo la piscina.

Ya nos hemos relajado, hora de seguir mamando. Como tenemos toda la tarde por delante, vamos a probar nuevos pubs. El Red Lion ayer nos dio buena espina al pasar junto a su puerta, aunque no entramos, con decoracion musical y todo un mueble lleno de diferentes tipos de botellas de Jack Daniels, llenas, por supuesto. Aparte de las rituales Cisk, como tambien hay cocina en el lugar, nos pedimos algunos platos tipicos para compartir. Los mejillones nos defraudan bastante y las beef olives (tronchos de ternera rellenos de mas ternera) no estan mal del todo, aunque prefiero las que hacen en Glasgow. Pasamos un buen rato comiendo y chuzandonos en este lugar y despues visitamos 'el mono', si, el local del mono de madera en la puerta junto al paseo maritimo. Resulta que es la happy hour de dos cocteles por uno. Asi que yo me pido dos cocteles de cerveza, paso de mariconadas. Toni pasa mas aun de las mariconadas y se pide una puta y jodida cerveza.

Todavia tenemos algo de gazuza pero no ganas reales de cenar. Como la macedonia tampoco esta en el restaurante de las dos ultimas noches, pues tampoco nos llama sentarnos a cenar. Asi que nos vamos a otro pub, este en la zona pija que visitamos ayer de refilon. Es mas rollo pub britanico. Hay billar, seguimos con nuestro vicio, y por supuesto con mas alcohol. Yo veo que tienen mis habituales sidras, asi que me pido una, Toni sigue con sus putas y jodidas cervezas. A nuestro lado dos jovencitas casi recien salidas de la adolescencia se estan cascando un coctel de unos tres litros. Es mas, se cascan dos o tres de esos cocteles. Se comen un plato de nachos como si estuvieran lamiendo pollas, Toni se pone nervioso pero a mi me entra hambre de ver el papeo, debe ser que ya estoy viejo. Nos pedimos un par de combos de fritanga, estamos a punto de reventar, pero nos pedimos dos cervezas mas.

Aun visitamos otro pub mas, aun mas pijo, este ya casi rollo discoteca. En la barra hay una tipa rubia con gafas que me recuerda a Laurent Fignon, si, aquel ciclista gabacho de los 80. Encuentro parecidos muy raros a veces pero Toni me da la razon por completo. Nos tomamos una sidra y una cerveza que a Toni le cuesta acabarse, sin embargo cree que con un single malt no tendria problema. Se lo pido, por supuesto un Oban, la madre patria siempre por delante. Pues tenia razon Toni, con el Oban no tiene ningun problema, se lo acaba y bien acabado. Salimos realmente mamados del pub, hasta el punto de que ahora la Fignon me recuerda a Tom Petty con lupas. La tipa se da cuenta de que la estoy mirando y me sonrie, y le faltan varios piños, mal vamos... Bueno, como cubas vamos, asi que lo mejor, retirarse. No se que puta hora sera pero nuevamente, al igual que la primera noche, no recuerdo haber llegado al hotel y echarme a dormir. Ha debido de ser buena pues.

sábado, 26 de noviembre de 2016

Dos alcoholicos en Malta. Dia 2

Amanece en Malta. Bueno, quiza ya ha amanecido hace un par de horas, pero para nosotros, con una importante resaca, es como si amaneciera ahora. Mi estomago esta hecho una porqueria. La primera hora de este nuevo dia la dedico a gatear entre la cama y el retrete. Vaciado constante, importante mareo, pero creo que al final voy a estar en condiciones de emprender la marcha, que hay mucho que ver. Toni no se encuentra mucho mejor, la diferencia es que no acomete el vaciado de su cuerpo tantas veces como yo, pero sus balbuceos, bostezos y macabros sonidos guturales dan cuenta de otro cuerpo humano en condiciones bastante lamentables.

Nuestra idea para abrir el dia era acercarnos al pub escoces que visitamos ayer para enchufarnos un buen Scottish breakfast, si, con haggis incluido, lo echo mucho de menos, y eso que tan solo llevo un dia en Malta. Pero al salir del hotel nos damos cuenta de que nuestros estomagos aun no estan preparados para tanta virulencia, asi que decidimos subir al coche y emprender marcha hacia La Valletta, la capital del pais, que va a ser nuestra primera excursioncita del dia. Como cada vez que pongo la ruta en el navegador, lo mismo, veinte minutos hasta el destino. Y es que parece que absolutamente todo en esta puta isla esta a veinte minutos de conduccion. Alla vamos.

Tres euros por tres horas de parking a la entrada de la ciudad vieja, junto a la estacion de autobuses, lo recomiendo para todo aquel que acuda en coche a La Valletta. Ni se os ocurra buscar otro tipo de aparcamiento, morireis en el intento. La densidad de poblacion de este peñon fortificado que es La Valletta es mas que brutal, mires a donde mires ves construcciones, coches, gente, eso si, todo vetusto y con ese colorcillo medieval que lo hace muy singular. Y a pasear un rato, tampoco es que la ciudad sea muy grande, asi que enfilamos una de las varias callejuelas principales que discurren de sur a norte cruzando toda la urbe hasta llegar al mar. 

Y aqui estamos, en la punta norte de la ciudad, junto al fuerte de San Elmo, bonitas vistas, si, y un recuerdo que me viene a la mente de mi anterior visita. El museo de la Segunda Guerra Mundial estaba por aqui cerca. Efectivamente lo encontramos, aunque lo han trasladado, ahora esta destro del propio fuerte y con la entrada puedes hacer un recorrido por todo el recinto. Diez euros, ni nos lo pensamos. Resulta que el museo esta ampliado y ahora no solo va sobre nazis y aliados, que tambien, sino que refleja la historia de todas las batallas acontecidas en la isla de Malta. La verdad es que lo disfrutamos, pero una extraña sensacion comienza a recorrer nuestros cuerpos. Oh, joder, que seeeeed. Nos hace falta una cerveza. Nos saltamos la ultima estancia del museo, que consiste en un video explicativo de la historia de tal y cual que dura veinte minutos. A la mierda. Hay sed.

Salimos del fuerte a toda prisa buscando un abrevadero. Yo recuerdo que por alguna calle perdida habia un bareto que me impacto, de esos con una sola mesa y lleno de viejos fumando y bebiendo de una botella de whisky a morro. Pero claro, aqui hay muchas calles, vete a saber... En fin, la ley del borracho, me lo encuentro de bruces casi sin querer. Hoy tan solo esta la vieja propietaria del establecimiento, que apenas si se puede mover de lo anciana que es. Hasta el punto de que le tenemos que ayudar a abrir las dos botellas de Cisk que le hemos pedido porque ella no tiene ni fuerza. Dejelo señora, usted siga pelando sus patatas sentada en el suelo, que nosotros nos vamos a la terracita a entonarnos. Terracita, bueno, una mesa de plastico con dos sillas en mitad de la calle. Y digo bien, en mitad, porque aqui no hay ni acera, y gracias a nuestra presencia en la susodicha terraza ahora mismo estamos cortando el trafico de lo estrecha que es la puta calle.

El clima nos esta respetando. La temperatura no sube mas alla de 22 grados, lo cual es casi el limite que mi cuerpo soporta en cuanto a calor. Y la lluvia que daban para toda la semana esta aguantando. Cielo nublado, si, pero sin una gota. Nos alegramos de ello, sobre todo con lo contentos que vamos ahora tras la birrilla. Hora de nuestra proxima parada, un pequeño pueblo pesquero en la costa este de la isla, Marsaxlokk, de donde se dice que es el sitio donde mejor se come de toda Malta. No, idiotas no somos. Llegamos a eso de la una, con un hambre que nos devora, pues aun estamos en ayunas y, siguiendo con la famosa suerte del alcoholico, nada mas aparcar el coche, nos topamos con el sitio que ibamos buscando, donde ya comi hace seis años y quede mas que gratamente satisfecho. Ta Viktor, recordemos aquello de que en los sitios que empiezan por Ta se come de pelotas, como muy sabiamente me comento en su dia mi colega 'el joven'.

Pues entramos en Ta Viktor bajo un amenazador cielo negro de tormenta criminal. Nos pedimos dos mega-pintas de Cisk, y es que yo creo que este vaso tiene como unos 600 y pico mililitros, que barbaridad. Y cae la del pulpo. Mas suerte no hemos podido tener. El cielo descarga una lluvia criminal mientras nosotros nos ponemos las botas dentro del restaurante. Y si, tal y como acabamos de comer y salimos, la lluvia para. Definitivamente Dios ama a los alcoholicos. Sobre el papeo, pues que es un puto exceso. Pedimos el menu del dia a recomendacion del camarero. Antipasti para empezar, pero una racion tal que yo apenas me lo puedo acabar y me dan ganas de levantarme de la mesa y pirarme porque no me cabe nada mas. Pues que me quepa, porque luego viene la sopa de pescado. Y luego la lubina, joder como esta la lubina, y con guarnicion de patatas, verdura y ensalada como para alimentar a todo un puto regimiento. Y luego postre tipico maltes. Toni no puede con la segunda cerveza, y ya es raro. Y es que literalmente no tenemos sitio para nada mas.

Son las tres, sabemos que va a anochecer pronto, asi que cogemos el coche, con la barriga que me toca el volante, y nos dirigimos a recorrer el sur de la isla, la zona de los espectaculares acantilados de Dingli, con vistas al islote de Filfla. Visitando pueblecillos y buscando el Blue Grotto, atraccion turistica que sabemos que anda por aqui, practicamente se nos cae la noche encima. Al final encontramos el Bar Blue Grotto, que nos parece mas interesante que la puta atraccion en si, y nos cascamos un par de pintas. Ha oscurecido, tenemos que volver al hotel, yo de noche me veo menos que Rompetechos y entre lo oscuro que esta, el trafico que hay a estas horas y lo mal que conducen los malteses, casi nos estampamos un par de veces. Pero al final llegamos sanos y salvos a nuestra habitacion, nos pegamos las correspondientes duchas y nos preparamos para una nueva sesion de birreo nocturno.

Nos hemos picado al billar, asi que la primera parada va a ser en el pub escoces a echarnos unas pachangas. Nos disculpamos con el menda de Edinburgh, al que decimos que teniamos la intencion de venir esta mañana a por el desayuno pero nuestros estomagos nos lo impidieron. Nos hacemos una ruta un tanto diferente hoy, viendo otro pedazo de paseo maritimo y una zona de pubs mucho mas pija y cara, mas para turistas y menos para gente local. No entramos a ningun sitio, decidimos dejarlo para la siguiente jornada, y es que hoy, si, la macedonia nos espera para cenar. Y por supuesto no podemos faltar a la cita.

Ya no sabemos ni como cojones se llama el restaurante, pero al pasar por la puerta vemos a la jodida macedonia menear sus caderas y nos metemos como centellas. Hoy nos ubicamos en una especie de terracita cubierta que hay a la entrada, estamos solos en este sector, creo que la estrategia de Toni es tener mas intimidad con la macedonia. Y funciona, porque al final de la noche, y tras minutos y minutos de conversacion, nos conseguimos llevar sus datos de contacto e informarnos de que los dos siguientes dias trabaja en otro restaurante en otra ciudad. Ya sabeis donde vamos a ir a cenar en las sucesivas jornadas.

La cena de hoy, sobredosis de pulpo. Para empezar, el pulpo salteado en salsa de vino blanco y para continuar, estofado de pulpo con tomate y verduras varias. Volvemos al vino tinto italiano de ayer. Hoy no hay ni postre, estamos a punto de reventar. Es a estas horas cuando todo el cansancio acumulado de la chuza de ayer, la resaca de hoy y los diferentes paseos se nos echa encima. Aprovechamos el tiempo en el restaurante, hasta el punto de que somos los ultimos clientes y nos estan esperando para cerrar. Pero nos aguantan porque saben que estamos obsesionados con la macedonia y le vamos a dejar buena propina. Al final decidimos ser buena gente, raro en nosotros, y abandonar el lugar... en direccion al hotel. Ya se que puede parecer increible, pero estamos rotos. Apenas si seran las once y ya estamos metidos en la cama. Toni empieza a roncar, se acabo el dia.

viernes, 25 de noviembre de 2016

Dos alcoholicos en Malta. Dia 1

Levantarse a las 3 de la madrugada es una putada. Pero claro, no te queda otra si tu vuelo es a las 6 y aun tienes que conducir una hora hasta el aeropuerto. Lo malo es la chuza que agarre hace dos dias. Ayer la resaca fue dura y para colmo no me fui a la cama hasta medianoche. Ya se sabe, el malestar, la enfermedad, el robot hombre dios... que desvario... a ver, centremonos. Si, el malestar de la resaca que no te deja dormir. Vamos, que he dormido tres horitas y mal dormidas, que sumadas a la chuza y la resaca me dejan con el cuerpo absolutamente destrozado. Y es que despues de los cuarenta ya nada es igual, oigan.

Asi que a mi llegada al aeropuerto, y despues del tipico paseillo por el arco de control, lo primero es sentarme en la taza e intentar vaciar mi cuerpo lo mas posible. El dia va a ser mas que largo y me intento acondicionar pero no hay manera. Subo al avion fatal, el vuelo de casi cuatro horas es un puto infierno, y pasar el rato jugando al Candy Crush y leyendo a Salinger no me alivia lo mas minimo. Este Salinger es un puto tarado, realmente empiezo a odiar sus obras, todas sobre adolescentes con traumas pululando por New York en la decada de los 50. Si, autobiografias de si mismo, es un jodido enfermo mental, pero me compre una coleccion del menda y ahora me la tengo que leer por mis huevos. Vamos, que aterrizo en Malta con un jodido y horrible dolor de cabeza.

Si, aun no lo habia mencionado, esta vez mis pasos me llevan a esta minuscula isla en el Mediterraneo, que junto a sus vecinas Gozo y Comino, forman un pais de mismo nombre que la isla mayor, Malta. Idiomas oficiales, ingles y maltes, no oficial pero integrado, italiano. Poblacion, unos cuantos malteses, muchos britanicos buscando el sol y unos pocos trabajadores perdidos originarios de toda Europa en busca de oportunidades. Pero tampoco nos vamos a centrar mucho en la geografia y demografia del lugar. Aqui se viene a lo que se viene, al vicio, a chupar, comer, desfasar, jugar, putas, mas vicio, muchos vicios, mas y mas y mas... Y algunos como nosotros tambien, si tenemos algun momento de claridad mental entre chela y chela, venimos a echar un ojo a propiedades de cara a una posible futura inversion. Ya veremos.

Aunque para mi uno de los grandes placeres de viajar es hacerlo en solitario, esta vez nos hemos buscado a un compañero de aventuras a la altura de las circunstancias. Toni es un personaje digno de conocer, obviamente no voy a dar detalles personales de el para preservar su anonimato, solo decir que disfruta del vicio de la misma forma que yo (o mas) y que tiene una filosofia de vida ya mas que decidida, sobre todo despues de los cuarenta, como yo siempre digo, que es cuando te cambia todo. Trabajador, si, hasta la medula, pero caramba, cuando no se trabaja en algo hay que emplear el tiempo. Y esa es tambien mi filosofia de vida. Odio a esos imbeciles que no saben distinguir el trabajo de la diversion, lo mezclan y al final no hacen ni una cosa ni otra. Nosotros trazamos una linea que diferencia ambas materias hasta el extremo, aunque con un punto comun, la dureza. Esto es, trabajar muy duro, y divertirse tambien de forma muy muy muy muy dura.

Me estoy explayando mas de la cuenta. Cuatro parrafos y apenas si he aterrizado. Despues de recoger el vehiculo que hemos alquilado y teniendo en cuenta que Toni aterrizara dentro de cuatro horas, decido hacer una primera inspeccion por nuestro hotel y zonas aledañas. Desde el aeropuerto de Luqa hasta St Paul's Bay, donde esta el hotel, hay media hora de conduccion. Oh si, la conduccion maltesa. Es una mezcla entre el sur de Italia, el norte de Africa y Mexico. Aqui no hay leyes. En una rotonda tiene preferencia el que se meta mas rapido, Si solo hay un carril, siempre hay dos filas de coches, los stops son un 'acelera y pasa antes que venga nadie', y para colmo las señales de limitacion de velocidad en lugar de ir bajando los guarismos a medida que llegas a un cruce, los van aumentando. Tremendo.

No lo he comentado pero no es la primera vez que vengo a este pais. Hace seis años ya estuve en Malta, asi que aun recuerdo la mayoria de estas 'curiosidades maltesas'. De la misma forma, a medida que voy conduciendo y atravesando la isla hacia el hotel, voy recordando las rutas y caminos. Aun asi, nunca esta de mas llevar el navegador que, como ya vereis, en los sucesivos dias nos va a jugar alguna que otra mala pasada. La tecnologia no siempre ayuda al hombre. Pero dejemonos de reflexiones que ahora no van a ninguna parte, porque ya estoy en el hotel, en mi habitacion con balcon y vistas a la piscina. Mi primera idea al llegar aqui era dormir un rato hasta el momento de tener que ir a recoger a Toni, pero mira, resulta que no puedo. Sera el calor, algo mas de veinte grados, demasiado para mi. Asi que me doy un paseo por las calles contiguas, para ir explorando el terreno y sobre todo para tomar nota mental de los bares mas cercanos. El Alex Bar, el cual veo infestado de viejos a traves de sus ventanas, va a ser sin duda la primera parada en cuanto Toni llegue. Me doy un garbeo por el paseo junto al mar, bajo, toco el agua, me aburro, subo, vuelvo al hotel y ya es hora de ir a recoger a Toni. Vamos alla.

Ahora me gustaria saber donde cojones esta Toni. Su avion ha aterrizado hace media hora y todos los pasajeros han salido pero de el no hay ni rastro. No me queda otra que llamarle. Ah si, esta en Malta, ya, en el Hard Rock Cafe del aeropuerto, chumando. Joder, es que no ha podido ni salir por la puerta, ha visto una barra y se ha quedado pegado. Esto promete. Por fin nos encontramos, subimos al coche y de nuevo rumbo al hotel. Basicamente a dejar sus maletas y preparar nuestros gaznates. Entre pitos y flautas ya son las cuatro y pico de la tarde y ninguno de los dos hemos comido nada en todo el dia. Pero el hambre puede esperar. Nuestra primera parada tras el hotel va a ser, como no podia ser de otra manera el Alex Bar. Y alli conocemos a una de esas amigas que a partir de ahora ya no se va a separar de nuestras vidas jamas, su nombre es Cisk.

Cisk es una lager rubia de sabor intenso y 4.2% de alcohol. Es la cerveza local maltesa por excelencia, alla donde vayas en Malta la tienes. Nos gusta y mucho, a pesar de que veo que el susodicho bar tiene una bandera escocesa y un grifo de Tennent's. Pero me contengo. Donde este lo de casa... pero no, me tengo que contener. La Cisk esta estupenda. Pagamos cinco euros por dos pintas, lo cual nos alegra mucho. Bajamos hasta el paseo junto al mar pero ya ha anochecido asi que nos damos cuenta de que a estas horas paisajes vamos ya a ver pocos, por lo que seguimos la ronda de bares. 'El mono' es un sitio en primera linea de mar al que denominamos asi porque tiene un simio de madera en la entrada. Alli nos hacemos unos ales malteses, ya sabeis, cerveza amarga tipica inglesa. Yo no soy muy fan pero a Toni le recuerda a sus dias de juventud en Londres. Nada del otro mundo, aqui no hay mucho mas que rascar y esta zona es un poco mas cara, mejor retornar a las callejuelas junto al hotel. La siguiente parada en el bar escoces, tal cual, ya he dicho que lo de casa tira mucho. El propietario es de Edinburgh, asi que paso de hablarle del Celtic, que es lo que se terciaria en otra situacion. Mi subconsciente me traiciona y casi pido una Tennent's, al final caen dos Cisks mas, y entre banderas escocesas y tios hablando ingles con el mismo acento que disfruto a diario entre Parkhead y Merchant City, Toni y yo nos ponemos a jugar al billar.

Entre pachangas y birras ya vamos finos. Nos emplazamos con el tipo de Edinburgh para mañana mientras seguimos la ruta. Como tenemos algo de gazuza, entramos en una especie de pub raro que tiene la cara de Lady Di en la puierta. Alli la musica que suena es Julio Iglesias en italiano, Todo es bastante macabro, incluido el combo de comida china que nos pedimos, que basicamente es fritanga y de chino tiene poco. Mas Cisk. Creo que aun paramos en algun otro pub pero obviamente no lo recuerdo muy bien. Y bueno, que ya es hora de cenar. Aqui recuerdo lo que mi viejo amigo 'el joven' me dijo hace tiempo sobre Malta, 'los mejores sitios para jalar son los que empiezan por Ta'. La eleccion es facil, en plena zona turistica, un sitio rustico llamado Ta Pawla nos abre sus puertas.

La 'jovencita', como Toni denomina a una joven camarera que esta de muy buen ver, nos alegra el inicio de la cena. Como ya vamos finos, damos la murga con el vino y pedimos un tinto italiano que esta realmente cojonudo. Y para empezar nuestra estancia en la isla, el plato tipico de Malta, conejo. Yo siempre he sospechado, con la cantidad de gatos que hay en esta isla, que no es conejo lo que sirven en los restaurantes. Pero no somos nada quisquillosos, y la verdad es que a estas alturas de la noche ya nos da todo igual. Como entrante pedimos pasta de la casa, obviamente la pasta por estos lares tambien esta increible. Y la cena transcurre entre risas, comentarios, tragos de vino y un autentico gozo para nuestros paladares, hasta que aparece la macedonia.

No, no es una macedonia de frutas, en todo caso de melones. La macedonia es Biljana, una camarera que nos deja a ambos sin habla, hasta el punto de que la 'jovencita' ha desaparecido ya totalmente de nuestros radares. Se acabo el disfrutar de la comida. Ahora ya no le quitamos ojo a la macedonia en cuestion. Un poco mas y al acabar la cena le dejamos mas propina que lo que la propia cena cuesta en si. Como aun no tenemos bastante, montamos el numero a base de chupitos y cocteles. Nuestras caras ya estan desencajadas y yo empiezo a perder totalmente el equilibrio. Pero, aun ciegos como una cuba, no nos vamos sin preguntarle a la macedonia si trabajara mañana. La respuesta es afirmativa. Pues esta claro. Mañana volveremos.

Pero no nos vamos a ir a dormir asi, vamos muy doblados. Mejor que nos tomemos otra a ver si se nos baja. Nuestra ultima parada es el Watson, que va a resultar el lugar mas sordido de toda la zona cercana al hotel. Alli hay un tipo vestido como Raphael, cantando como el culo y montando una especie de karaoke-show para nadie, porque el pub esta vacio. Intenta cantar a Orbison y Sinatra desafinando hasta extremos pateticos, se nos acerca y le damos largas mientras intentamos bajarnos una Cisk. Para rematar, entra en el pub, con las primeras notas de la cancion Pretty Woman, un extravagante personaje al que no dudamos en denominar 'Julia Roberts'. Julia es una autentica foca en torno a los sesenta tacos, con traje rojo ceñido que deja ver sus asquerosos michelines y celuliticas piernas podridas con una claridad vergonzante. Toni no puede ni acabarse la Cisk, a mi ya no es que me entre sueño, sino asco, cuando la tipa se pone a bailar (o lo que sea) al lado del Raphael. Esta decidido. Nos vamos a la puta cama. Tan doblados y cansados que caemos dormidos en 30 segundos, aunque tampoco os creais que me acuerdo mucho de ello.

sábado, 20 de agosto de 2016

La abrasion del pensar

Este sandwich que me estoy cascando va a pasar a la historia. Esta mas que cojonudo, y no creo que sea por el hambre porque como entrante me he hecho ya un hotdog. El pan bien tostadito, por supuesto y de relleno un revuelto con cebolla y ajo sofritos, haggis y queso cheddar Arran ahumado. Para coronar y dar algo de consistencia a la grasienta pastita, un par de lonchas de chicken roll. Ahora si que estoy lleno, hasta el punto de que necesito cascarme una sidra que me baje la hinchazon, sidra de pera, por supuesto, creo que tengo una Magners en la nevera, voy a por ella.

Supongo que este mini festival de papeo viene a que me he levantado hoy a primera hora y me he dado cuenta de que tengo cinco dias de vacaciones. Aunque tengo pensado irme un par de dias conduciendo al norte, posiblemente a algun solitario hospedaje en mitad de las Highlands, de momento voy a pasarme una o dos jornadas en casa mamando como un cosaco. Cuando uno llega a trabajar hasta ochenta horas a la semana es lo que tiene, que necesita descanso y relax. Estaria en la cama todo el dia, pero en esa posicion no puedo mamar, asi que intentare incorporarme de vez en cuando para cascarme mis sidritas. Ah, y esta noche a ver si me puedo hacer una buena mariscada. La putada es que tengo que ir a la pescaderia a comprar todo el material y no me apetece mucho, pero bueno, a ver como va discurriendo el dia.

Cuando uno se levanta de esta manera y con estas expectativas, puede dedicarse a pensar en muchas cosas. Me pasa demasiado a menudo, a pesar de las horas y horas de trabajo, aun sigo teniendo demasiado tiempo para pensar. Quiza es por eso que si por mi fuera trabajaria cien horas a la semana, para intentar no pensar en absoluto. Alguna vez creo que ya lo hice, recuerdo aquella semana de las 105 horas. Lo malo es que si bajas el piston a la semana siguiente te dedicas a pensar mas todavia. Tal vez pensar no sea una actividad nociva pero a mi me abrasa el cerebro. Posiblemente porque tengo mas inquietudes que el resto de seres humanos del planeta.

No hace mucho me levante pensando en la mierda que somos en comparacion con todo el Universo. Y lo grandes que se creen que son algunos idiotas. Cuanto mas idiota es uno, mas delirios de grandeza tiene, siempre pasa. En realidad somos minusculos seres pululando por la superficie de una roca redonda que da vueltas alrededor de un sol dorado. Un sol bastante mierdoso, todo sea dicho. Para nosotros se supone que es todo, pero resulta que es una bolita mas dentro de nuestro sistema solar, que a su vez es una cagarruta dentro de la inmensa Via Lactea, que tambien a su vez no es mas que una mas de las muchisimas galaxias que van flotando por ahi, sin mucho que hacer y sin oficio ni beneficio, por todo el Universo. Y aun diciendo todo esto, yo creo que nadie se da cuenta realmente de la diminuta mierda que suponemos dentro de todo el sistema existencial universal.

Y esperate, que ahora es cuando nos deberiamos de poner a pensar en el susodicho sistema existencial. Las tipicas preguntas, buscando al sentido a todo el puto Universo. Porque en realidad si no hubiera ni Universo, ni galaxias, ni soles, ni planetas, ni seres humanos, ni nada de nada, tampoco cambiarian mucho las cosas. Vale, tenemos la capacidad de asombrarnos ante nuestros logros (que la mayoria de veces son una chorrada) y la belleza del planeta, la inmensidad del Universo y bla bla bla. Bueno, y si no la tuvieramos es que tampoco pasaria nada. Facil, si nadie estuviera aqui, nadie pensaria en ello. Aunque tampoco creo que nadie piense en ello en absoluto. Para ser honesto creo que ahora mismo soy el unico que esta pensando en estas tonterias. Y tampoco me esta sirviendo para mucho. Al final tengo razon, pensar es abrasivo. Voy a cascarme esa Magners de la nevera y a tomar por culo tanto escribir sobre chorradas. Que paseis un buen dia... pero sin pensar.

jueves, 21 de julio de 2016

Una semana en Finlandia 7. La costa de Espoo

Me levanto con una buena resaca, lo de ayer fue intenso de cojones, pero la vida continua y hay que levantarse y andar... o arrastrarse si uno no encuentra fuerza en las piernas. Poco a poco voy espabilando, tengo mi vuelo de vuelta a casa a mediodia, pero aun me queda toda la mañana para intentar llenar mi tiempo con algo de actividad. Asi que voy recogiendo mis pertenencias, cerrando la maleta y dejando un par de bolsas con restos etilicos en la habitacion del hotel de Espoo. Hora de salir a la recepcion a ver como esta la recepcionista de hoy, despedirme y pensar en que pelotas hago y a donde narices voy hasta que sea la hora de acudir al aeropuerto.

Una recepcionista nueva, buen material tambien, sin duda. Ya que tengo incluido el desayuno, me acerco a una especie de buffet y pico tres o cuatro cosas, pero tampoco tengo el estomago para muchas alegrias despues de la chuza de ayer. Al parecer sigo estando solo en el hotel. Me siento en una mesa para seis comensales toda para mi y mientras como algo a ritmo muy pausado me pongo a leer un periodico que alguien ha dejado justo al alcance de mi mano. En un perfecto finlandes, claro, asi que leer, leo poco, pero bueno, asi a grandes rasgos me entero de cuatro o cinco tonterias. Tampoco es que mi memoria vaya a retener mucha informacion en el estado en el que estoy.

Finalmente me despido del hotel y subo al coche. Una luz se me ha encendido en el cerebro, recordando que alguien en algun momento me dijo que la costa sur de Espoo es digna de visitar. Preciosas playas, puertecillos para pequeñas embarcaciones de recreo y zona, en general, muy pija, para los grandes pastosos de Finlandia. Chalets de lujo, con acceso privado a las playas, urbanizaciones tranquilas y propiedades que quitan el habla, con todo eso me encuentro despues de conducir unos diez minutos en direccion sur hasta la susodicha costa.

En un momento dado decido acercarme a unas de las varias playas que hay por la zona. Alli aparco y me doy un paseo para ver el lugar mas a fondo. Mucha calma, mucho silencio. Hace un dia con claros y nubes pero con una temperatura bastante agradable, sin embargo no se ve mucho trasiego de gente. Intuyo que la zona es demasiado privada y elitista, asi que poco movimiento de grandes masas voy a ver. Aparte de que el pais tampoco es que de para ver aglomeraciones de grandes masas. Aun si me dijeras en torno a una zona de chumeo, vale, pero esto de ir a la playa no parece en absoluto una aficion demasiado marcada para los finlandeses.

Y se acabo lo que se daba, hora de ir hacia el aeropuerto de Vantaa. Una media horita segun el navegador, un cierto trafico pero nada especialmente tragico, y alli que llego, dejo mi coche de alquiler en el sitio acordado con la compañia, deposito las llaves en un buzon y me dirijo a la zona de seguridad y de embarque. La tipica mierda de los aeropuertos, tanta seguridad y luego resulta que un moro con un camion o con un hacha se carga a la gente a lo largo y ancho de Europa como si nada. Pero los que tenemos que ir jodidos somos los sufridos turistas que lo unico que queremos es coger un puto avion. En fin, como decia Julio Iglesias, las cosas de la vida son asi.

Despues de que el policia del control de pasaportes me haya tenido que preguntar cuatro veces cual era mi destino porque no me entendia (cosas del acento escoces), finalmente aqui estoy, sentado en uno de los bares del aeropuerto, haciendo tiempo, como se suele decir. Pinta de lager finlandesa en mano y degustando un combo de arenques marinados con diferentes sabores. Una buena manera de despedirse del pais. No ha estado nada mal. Intuyo que en algun momento, y posiblemente a no mucho tardar, tendre que volver a encaminar mis pasos hacia Finlandia. Hasta entonces, nakemiin Suomi.

martes, 12 de julio de 2016

Una semana en Finlandia 6. Espoo

Cuando uno se levanta demasiado pronto en Helsinki lo unico que puede hacer es pasear. Hasta los mamodromos estan cerrados a estas horas tan intempestivas, asi que voy a ejercitar un rato las piernas hasta que se haga la hora de cambiar de ciudad y de hotel. Y es que hoy, a eso del mediodia, debo hacer check-in en el que va a ser mi ultimo alojamiento finlandes, un fantastico hotel-resort en la cercana ciudad de Espoo, apenas a media horita, si llega, del centro de Helsinki. Pero lo primero es lo primero, paseemos.

Pues cojo toda la costa, el puerto, el paseo junto al mar, pero en direccion contraria a la que fui ayer, y a ver que narices hay por aqui. Barcos de toda indole, finlandesas haciendo footing a primera hora, un sol que poco a poco se va haciendo mas y mas torrido y... mira, el museo militar. Cerrado, demasiado pronto, pero en una especie de plaza junto al edificio principal puedo gozar del visionado de varios tanques y piezas de artilleria que alguien ha dejado ahi aparcadas junto al resto de coches de los vecinos de la zona. Se ve que no les cabian dentro del museo. Curioso es ver como los tanques finlandeses, sin ningun tipo de pudor, llevan la insignia de su ejercito. Esto es, la svastica, algo mas recortada que la clasica usada por los nazis en los 30 y 40, pero con una similitud que llega incluso a asustar. Pero a ver quien se mete con los finlandeses, al que le moleste que se tape los ojos o basicamente, que se joda.

En algun sitio lei que aqui en Helsinki era tipico hacer topless en los parques, y mira tu por donde que mi paseo me lleva a cruzar un par de parques, pero quiza aun es demasiado pronto para que las hermosas finlandesas dejen ver sus encantos mas sabrosos, y eso que hoy la temperatura parece que va a acompañar. Decepcionado tras no ver ninguna protuberancia femenina al natural, mis pasos me conducen a la ciudad subterranea. Y es que Helsinki tiene toda una red de galerias subterraneas que recorren el centro de la ciudad como si de una segunda urbe diseñada para topos se tratara. Aqui abajo, aparte de las logicas entradas a las lineas de metro, tenemos pasillos y pasillos de tiendas de toda indole, restaurantes, bares e incluso accesos a viviendas. Hay que pensar que cuando llega el invierno debe de ser mas agradable ir pirulando por aqui abajo bien calentito que helarse en la superficie. Que blandengues.

Al final mi paseo acaba donde ayer empece a descubrir la ciudad, la plaza del Senado y el mercado del puerto. Tengo algo de gazuza asi que me siento en uno de los muchos puestos donde sirven comida y me hago unos pescaditos fritos del artico. Por desgracia no hay sidras, pero teniendo en cuenta que aun tengo que conducir hasta Espoo no es cuestion de ponerse del reves tan pronto. Y bueno, que tampoco me apetece presentarme en la recepcion del hotel balbuceando y tambaleandome. Pero todo llegara, amigos, todo llegara.

Finalmente dejo Helsinki y en menos de media hora llego hasta el hotel de Espoo, situado en pleno centro de la ciudad. Bueno, vamos a ver, centro porque esta en el puto medio, pero que nadie se espere un casco historico. Esta urbe parece la tipica creada a mediados del siglo XX para servir unicamente como dormitorio a trabajadores de la cercana Helsinki. Vamos, que no hay nada, solo urbanizaciones de autenticos pastosos y en esta zona mas centrica los tipicos bloques de apartamentos donde imagino que la poblacion vivira bastante condensada. Aunque hay un trafico relativo, por momentos me parece estar en una pelicula post-nuclear, ya que no veo absolutamente a nadie paseando por las aceras de las anchas avenidas de este lugar.

El hotel, lo esperado, un enorme edificio que lo contiene todo. Mas de cuatrocientas habitaciones, varias saunas y piscinas cubiertas, bares, restaurantes... Pero no veo a nadie, seguimos con el ambiente post-nuclear. En el parking solo hay un coche, el mio. En la recepcion solo dos personas, la recepcionista y yo. Antes de tomar posesion de mi habitacion me informo sobre los abrevaderos y lugares para menear el bigote mas cercanos. La rubia de la recepcion es mas que amable, me da un plano y se tira veinte minutos explicandomelo todo. Tambien me dice que el hotel esta bastante vacio, por lo que los restaurantes estan hoy cerrados y tan solo tienen un bar abierto. Suficiente.

Con la informacion de la rubia me voy a dar un paseo por Espoo. Para empezar a menear al bigote me meto en una especie de restaurante mexicano donde basicamente sirven fritanga. Lo de mexicano supongo que es porque hay un par de cactus flanqueando la entrada. Obviamente me casco un par de sidras, para ir entrando en calor, pero el dependiente no es excesivamente amable y no veo personal femenino, asi que despues del tipico combo de alitas y cuatro chorradas mas, salgo en busca de mas alcohol y de paso intento conocer un poco el centro de la ciudad. Estacion de tren, ayuntamiento, anchas avenidas, esta ciudad es aburrida de cojones y apenas si hay sitios donde mamar.

Finalmente encuentro algo. Si, el Kannunkulma Club, un garito en condiciones, inmenso, dos pistas de baile, varias pantallas para ver eventos deportivos, una sesion de karaoke en marcha, una preciosa rubia tras la barra y hasta un escueto cuartucho dentro del mismo pub donde la gente se pone tibia a fumar. Hacia tiempo que no veia las clasicas zonas de fumadores, cerradas a cal y canto, donde hay tanto humo que apenas puedes ver las caras del resto de la gente. Obviamente caen unas sidras. Pues voy a aprovechar la sesion de karaoke, que es lo suyo, y me voy a hacer el My Way de Sinatra. Ya empiezo a ir fino, no me entiendo con el DJ, ah no, que es que el menda solo habla finlandes. Bueno, despues de un par de horas de entonamiento etilico, voy a ir pensando en recogerme.

Pero antes tengo hambre, encuentro otro restaurante que va a ser una aventura, porque no se que tipo de comida sirven. Estoy yo solo, sigue el rollo post-nuclear. Por suerte el camarero habla ingles y me dice que estoy en un restaurante macedonio. Unos mejillones tipicos y unos tortellini al estilo macedonio. Suficiente para mitigar el hambre, y por supuesto un par de cervezas macedonias, que no estan nada mal, todo sea dicho. A ver si me voy a tener que ir a pasar mis proximas vacaciones a Macedonia. Ahora si, hora de volver al hotel, sauna, piscina... que cojones, antes voy a pasar por el bar. Me enchufo dos sidras mas, ya voy encendido.

En recepcion pido informacion sobre la sauna y demas, por si hay que reservar turno. Nada de nada, resulta que, ahora me lo dice la recepcionista (ha cambiado, ahora es una morena, pero tampoco esta nada mal), estoy absolutamente solo en el puto resort de 400 habitaciones. En tono de broma, la pajara me dice que si quiero ir desnudo de la habitacion a la sauna y de ahi a la piscina, que no pasa nada, que no hay absolutamente ningun otro huesped en el hotel. Conmigo no se bromea. Salgo de la habitacion en pelota picada, bajo dos pisos tal cual hasta llegar a la zona de las saunas, alli me tiro veinte minutos asandome a noventa grados centigrados. Acto seguido me meto, todavia en pelota picada, en la piscina. Un agradable bañito.

Esto son vacaciones, ahora estoy en el cielo. Solo falta una cosa, irme a mi habitacion, enchufar la tele y ver la final de la Champions League mientras me acabo una botella de vodka finlandes que no se muy bien de donde me he sacado. He debido de comprarla hace un rato, pero no me acuerdo. Creo que al final gana el Real Madrid, pero si eso ya lo leere mañana o cuando sea en la prensa deportiva. Con el pedal que llevo en estos momentos no estoy como para computar tanta informacion. Me voy a ir a dormir, si es que no estoy durmiendo ya. Mañana un ultimo paseo y a primera hora de la tarde avion de vuelta a casa. Que pena que esto no dure mas.

miércoles, 29 de junio de 2016

Una semana en Finlandia 5. Helsinki

Con una buena resaca se inicia el dia en Kitee, es lo que pasa cuando uno mezcla demasiados brebajes etilicos la noche anterior. Despues de despedirnos efusivamente de Natalia, y sin perder ni un apice de tiempo, es hora de salir de este entramado de aldeas junto a la frontera rusa y enfilar carretera en direccion suroeste, hacia la gran capital del pais, Helsinki. Aunque con poco mas de medio millon de habitantes y un centro historico no demasiado extenso, no se si eso de "gran capital" se puede aplicar. Bueno, dejemoslo en la capital.

Intentando no atropellar a un grupo de macizas vacas que se planta en mitad de nuestro camino, quiza para despedirnos de la zona, conseguimos finalmente coger la carretera numero 6 en direccion a Helsinki. Por el camino iremos dejando atras poblaciones como Lappeenranta, sede de otro aeropuerto internacional, o Taavetti, donde paramos a poner gasolina junto a un interesante bar con comidas caseras para currantes, o finalmente Elimaki, donde ya se nos ha abierto el apetito de tal manera que no nos importa meternos en la pizzeria de un moro a que nos ponga una aberrante pizza denominada "Finlandia". Supongo que el nombrecito sera porque lleva toda la comida que uno pueda encontrar en Finlandia dentro de la misma puta pizza. Que barbaridad, a ver quien cojones conduce ahora.

Antes de ir a nuestro alojamiento de hoy nos damos un garbeo por las transitadas afueras de la capital. Los poligonos, fabricas y demas, ya se sabe, trafico, movimiento. Pero es que resulta que hay una tienda de uniformes militares de toda indole que uno no puede dejar de visitar si pasa por esta zona. Por supuesto la tienda tiene bar, para alegrarle a uno la estancia. Si bien los uniformes vintage que voy buscando no estan expuestos al publico, lo cual me decepciona un poco. Si, esta claro, yo vengo aqui a ver que material nazi tienen. Este es uno de los pocos paises de Europa donde no se andan con tapujos con esas cosas. Desgraciadamente uno de los dependientes me dice que este tipo de materiales los tienen en el almacen y solo los venden via internet. Aun asi, las mascaras anti-gas y los kits de supervivencia, entre otros varios ropajes curiosos, hacen las delicias de los diversos clientes (bastante macabros por cierto) que se mueven por entre los pasillos del lugar.

Helsinki, la eterna capital, aqui estamos. Con un trafico endiablado, avenidas demasiado estrechas para tanto puto coche. Aparte de que llegamos en hora punta de salir de currar y esas cosas. Y para mas guasa nuestro hotel-apartamento se encuentra casi al final de esta especie de peninsula que forma el nucleo urbano. Vamos, que tenemos que atravesar la ciudad de cabo a rabo. Finalmente llegamos junto a la imponente catedral ortodoxa, uno de los simbolos de la ciudad. Justo detras, en una especie de isla comunicada por puentes al resto de la urbe, Katajanokka, se encuentra nuestro complejo hotelero. Hoy nos toca un apartamento muy aseado y espacioso, que tiene hasta sauna propia dentro del cuarto de baño. Pero la verdad es que esto me interesa poco, ya estoy en Helsinki, acabo de dejar el coche y es hora de mamar como un cosaco.

Hace un puto sol y calor de justicia, la lluvia que nos salpico en los dos dias que fuimos bordeando la frontera rusa ha desaparecido por completo. Vamos, que me aso, lo mismo que las jamonas finlandesas que pasean por la calle, que con esta solana no hacen mas que despojarse de mas y mas ropa y realmente le ponen a uno muy nervioso. Tampoco me voy a parar mucho en describir las tipicas mierdas para turistas, decir simplemente que paseo por el puerto y su mercado, la imprescindible plaza del Senado, y enfilo hacia Kamppi. Si, lo habeis adivinado, la zona de los pubs y el mamoneo.

Resulta que hay un tranvia turistico que recorre toda la ciudad. Y es gratis. Bueno, relativamente gratis. Mejor que gratis, tal vez. Tu no pagas nada por subir al tranvia pero hay consumicion obligatoria. Habeis leido bien, consumicion en el tranvia. Se trata de un tranvia con barra de bar y todo el alcohol que uno pueda desear. La verdad es que soy mas de patear, pero por una vez igual me subo al puto tranvia. Eso si, mientras espero a que pase me voy a meter en un abrevadero a ir calentando motores. Bueno, lo tipico, mama que te mama al final pierdo el tranvia de los cojones. Repito la operacion una parada mas adelante. De nuevo me entretengo haciendome una mientras pasa el cacharro y... lo vuelvo a perder. Pues esta claro, a la mierda el tranvia, me meto en otro garito y sigo mamando.

Finlandia es el pais del heavy metal por definicion, todos los pubs van de ese rollo, mucha musica violenta en directo, lo cual incita a chumar mas todavia. Empieza a ser tarde, voy pedo y creo que ya es hora de meter algo solido en el estomago. Despues de calibrar varias opciones, acabo con lo que ya me imaginaba que iba a pasar aunque queria evitarlo. El restaurante de comida tipica finlandesa mas caro y famoso de todo Helsinki, el Lappi, ahi voy. Al no tener mesa reservada y entrar como un andrajoso alcoholico, la primera impresion de los camareros no parece la mas positiva, y se resisten a darme mesa. Despues de vacilar un poco y ver como empiezo a menear la cartera llena de euros, viendo que soy una sola persona y que en cualquier momento puedo empezar a cagarme en alguien, se deciden a darme una mesa. Y no creo que se vayan a arrepentir.

Voy a pedir lo mas caro, que cojones. Por supuesto sidra de pera en grandes cantidades. Para abrir boca (o ponerme mas ciego aun), empezamos con la "lagrima de reno", esto es un aguardiente tipico lapon que debe de tener un 60 o 70% de alcohol y que se sirve a -30 grados con un arandano congelado dentro del vaso. A continuacion pasamos a la degustacion de entrantes, que entre otras cosas incluye diversos tipos de caviar, salmon, arenque y un mas que cojonudo carpaccio de reno. El plato fuerte se compondra de otra bandeja de degustacion, con dos o tres tipos de carne de reno y sin duda mi preferida, la carne de alce poco hecha. A pesar de la insistencia del camarero no tomo postre. Si, tio, fijo que esta muy bueno como dices, pero es que creo que voy a reventar, colega.

Ahora deberia de ser la hora de salir de juerga por ahi, pero entre el madrugon con resaca, que ya me he ido poniendo a tono antes de cenar y la cena propiamente dicha, que se me sale por las orejas, creo que voy a ir tranquilamente paseando hacia el hotel para tumbarme y morir. Eso si, la desdicha hace que tenga que atravesar la zona de Kamppi otra vez, con todos sus pubs y tal cantidad de finlandesas pechugonas por todas partes, que no puedo evitar parar a hacerme un par de sidras mas. Ahora si que voy a estallar de verdad. Finalmente, a rastras, consigo llegar al apartamento. Mira que tenia idea de meterme en la sauna, pero le van a dar por el culo. Cama, roncar y mañana sera otro dia.

miércoles, 15 de junio de 2016

Una semana en Finlandia 4. Coqueteando con Rusia

Nos despertamos en Suomussalmi, es hora de visitar el museo de la Guerra de Invierno. En enero de 1940 el comunismo sovietico decidio anexionarse Finlandia intentando emular la guerra relampago que Alemania habia comenzado con Polonia tan solo unos meses antes. Ni los rusos tenian la determinacion alemana, ni los finlandeses eran la perita en dulce que suponian los polacos. Ahora no vamos a entrar en consideraciones historicas, el que quiera saber algo mas de la batalla en cuestion, que se remita a wikipedia, pero el tema es que los bolcheviques salieron trasquilados de una forma mas que espectacular. Siempre pongo el ejemplo del finlandes que reventaba tanques con un palo, para que uno se haga una idea de la desproporcion de un ejercito al otro y el merito que aquellos granjeros suomis tuvieron al detener a la maquinaria belica mas potente de la epoca.

Al lio. Ya que es muy temprano y el museo no abre hasta las diez, nos dedicamos a circular por la carretera de Raate, la ruta historica que los rusos tuvieron que recorrer para entrar en Finlandia, y donde les dieron a base de bien. Alli todavia quedan, algunas restauradas y otras no tanto, las trincheras que los finlandeses cavaron junto a la carretera y el rio, y que fueron una de las grandes claves de su victoria. La susodicha carretera a dia de hoy apenas si une un par de granjas perdidas con Suomussalmi, asi que en su tramo final ya no esta ni asfaltada. Imaginamos la mezcla de barro, hielo y nieve que en enero de 1940 debio de ser esto, y como los finlandeses despedazaron a los rusos a temperaturas de hasta cuarenta grados bajo cero.

Una vez abierto el museo, nos recreamos con la maquinaria belica sovietica de la epoca. Y digo bien, sovietica, porque los finlandeses carecian de este tipo de maquinaria. Asi que todos los tanques, antitanques y piezas de artilleria que aqui encontramos pertenecen al bando comunista. Obviamente hay menciones a los heroes finlandeses por todas partes y algunas recreaciones de lo que fueron la batalla y los campamentos con muñecos a tamaño real, que da una idea bastante buena de lo que aqui sucedio. Fuera del edificio del museo, un memorial a base de piedras, muchas piedras, inmumerables piedras apiladas y colocadas en filas, nos recuerda que el numero total de estas piedras es equivalente al numero total de muertos (tanto rusos como finlandeses) en aquella batalla en apenas una semana. Puedo imaginar que en vez de piedras veo cadaveres apilados. Quiza con esta escena mas de un mequetrefe deberia reflexionar acerca de las "bondades" del comunismo. Aunque de donde no hay ya sabemos que no se puede sacar.

Dejamos atras la historica y a la vez macabra carretera de Raate para volver al centro de Suomussalmi y alli tomar carretera direccion sur. Antes de tomar el desvio, nos topamos con un rebaño de renos a los que por poco nos llevamos por delante. Supongo que si por accidente atropellas a un reno no te queda otra que echarlo al maletero y cenartelo a la noche. Mejor no pienso en ello que me esta entrando gazuza. El caso es que al final enfilamos la susodicha carretera hacia el sur, que discurre paralela a la frontera rusa, en direccion a Kajaani, Nurmes, Joensuu y finalmente Kitee, donde se encuentra nuestro alojamiento para acabar la jornada de hoy, un macabro resort en plena naturaleza ubicado a tan solo 500 metros de la frontera rusa.

Como todos estos dias anteriores, la conduccion por estas carreteras nos deja innumerables anecdotas. Volvemos a ver lagos por doquier, estamos nuevamente en la region de los lagos, nos encontramos no muy lejos de Kuopio, y obviamente nos vuelve a asolar la tentacion de visitar esta ciudad, pero seguimos rumbo fijo a nuestro destino final de hoy, esa frontera rusa. En Nurmes hacemos una parada para avituallarnos, comida y sidras para esta noche. Descubrimos con gran regocijo que en este pueblo hay un Alko, la tienda nacional regentada por el Estado donde puedes comprar alcohol de alta graduacion. Y por supuesto no me lo pienso, va siendo hora de tomar algo mas duro, me compro una violenta sidra de pera con un 8% de alcohol, un vodka finlandes bastante raro y un extraño licor de cafe que luego va a resultar ser la version suomi del Tia Maria.

Y finalmente, tras un rato mas de conduccion, llegamos a la villa de Kitee, que tampoco ofrece nada mas que una ultima ocasion de comprar dos o tres chorradas para hacer una barbacoa esta noche en nuestro macabro alojamiento en plena naturaleza. El Riihivalkea, que asi se llama el resort en cuestion, esta ubicado en mitad de ninguna parte, a unos 30 kilometros del centro de Kitee en direccion a Rusia. Las carreteras son bastante sadicas, huele a Rusia por doquier, y la lluvia y el frio que nos llevan acompañando todo el dia hace que esta sensacion de estar en pleno territorio bolchevique sea mas y mas intensa. Incluso con el navegador, nos pasamos de largo dos veces, pero al final, y despues de unas cuantas maniobras bastante inverosimiles, conseguimos llegar a nuestro destino.

Natalia, la propietaria del lugar, nos da la bienvenida. Mujer de 43 primaveras muy bien llevadas, muy simpatica y, como no podia ser de otra manera, rusa, la tipica belleza rusa, de Murmansk, para ser mas concretos. Quiza hemos cruzado la frontera sin darnos cuenta, porque aqui todo dios habla ruso y da la sensacion de que en una de estas alguien va a salir con un gorro de piel de oso y un Kalashnikov. Entre risas, Natalia nos confirma que no, no hemos cruzado la frontera, y que no lo hagamos ni locos, hace una semana unos turistas franceses fueron a hacerse fotos al otro lado de la barrera, entre risas y jolgorio, y cuando fueron a tomar su avion de vuelta a Paris fueron detenidos por las autoridades fronterizas, ya que habian sido identificados y localizados.

Aunque no figura en ningun mapa, ni en google, ni en el navegador, Natalia confirma las sospechas que yo tenia al respecto de este lugar. Efectivamente hay un paso fronterizo a traves de caminos de tierra. Obviamente vigilado, si no que se lo digan a los franchutes. Tal y como me entero de este hecho, casi dejo a la pobre mujer con la palabra en la boca y salgo disparado a ver ese paso fronterizo semi-ilegal. Apenas a 500 metros del resort, un pequeño paseo por una carreterucha sin asfaltar y alli llego, a una misera barrera de color amarillo y rojo y un par de carteles que advierten en varios idiomas y con una palma de una mano dibujada que alto, que ni se me ocurra pasar. A lo lejos, ya en territorio ruso, veo una garita aparentemente vacia. Si, Natalia me ha dicho que hay camaras escondidas por el bosque, que por cierto es bastante espeso a ambos lados del camino. De forma consciente o inconsciente, mientras hago unas cuantas fotos pongo un pie, o quiza los dos, en territorio ruso. Ejem, bueno, ha sido solo por veinte centimetros y apenas por dos segundos. Un accidente lo tiene cualquiera.

De vuelta a ver las curvas de Natalia, la bien plantada rusa me enseña la zona donde puedo hacer mi barbacoa. Me tiro un buen rato hablando con ella sobre veinte mil asuntos, parece que esta tan agobiada de no ver gente, que esta mas contenta que un clavel de poder charlar con alguien. Entre otras cosas me comenta que soy el primer turista no finlandes ni ruso que aparece por este lugar en dos años. Je, que honor. De paso me ofrece trabajo. Pues me lo pensaria, pero ahora mismo no estoy necesitado, la verdad, pero quien sabe en un futuro. Y entre unas cosas y otras me dice que se le ha olvidado ofrecerme la sauna, como se nota que no es finlandesa, si no habria sido el primer tema a mencionar nada mas verme. No, amablemente declino la sauna por hoy, prefiero bajarme los licores que he comprado en el Alko de Nurmes junto a la barbacoa, que por cierto va a incluir una latita de caviar ruso que, estando donde estoy, no he podido dejar de comprar.

El frio me ha acompañado en estas dos jornadas bordeando la frontera rusa. Es como una invitacion a no pasar al otro lado, supongo. Hoy no es tan intenso como en Suomussalmi, pero debemos de estar a siete u ocho grados y a ratos se pone a llover. Continuo con mi barbacoa junto al rio, me pongo tibio de comida y bebida, me doy un garbeo por este resort junto a la naturaleza. Justo antes de subir a dormir, ya en buenas condiciones etilicas, me encuentro por ultima vez a Natalia, que sonrie al verme observando una maceta que no es una maceta, que es un obus reconvertido en maceta. Si, aqui hay muchos recuerdos sovieticos. Y para cerrar el dia me cuenta la historia mas curiosa de todas. Justo en el sitio donde estoy, estaba ubicada hasta hace apenas diez o quince años la frontera. Por alguna extraña razon los finlandeses decidieron ganar 500 metros y la trasladaron hasta su ubicacion actual, eliminando gran parte de la llamada "tierra de nadie". Natalia me enseña, dentro del propio resort, los antiguos postes fronterizos. No se si sera el alcohol o tanta historia rara sobre rusos, pero algo me dice que estoy en el sitio adecuado. Adecuado no se para que, pero adecuado. Me voy a dormir.

martes, 14 de junio de 2016

Una semana en Finlandia 3. Rovaniemi y Suomussalmi

Oye, la sauna con posterior rio de anoche me dejo como nuevo. Hasta he dormido mejor y todo, y eso que me levanto bien temprano porque hoy espera una ruta de aupa. Estamos apenas a dos horitas de conduccion de Rovaniemi, nuestro punto culminante en cuanto a latitud se refiere en este viaje. Y es que alli mismo, nada mas salir de la ciudad propiamente dicha, comienza el Circulo Polar Artico, el cual por supuesto vamos a visitar. Asi que subimos al coche a toda prisa y comenzamos a circular por las carreteras que transitan entre Yli-Li y Rovaniemi, que dicho sea de paso no son de gran categoria, pero que ofrecen una conduccion solvente y rapida. Si, la red vial aqui en Finlandia es realmente buena, no tenemos ninguna queja en absoluto.

No son aun las diez cuando comenzamos a circular por la impecable, pulcra y tranquila Rovaniemi. Ayer nos comentaban en el alojamiento que se esperaban temperaturas de record para esta zona de Laponia, casi veinte grados, lo nunca visto, y lo cierto es que, aunque todavia es temprano, las nubes que aun permanecian desde ayer empiezan a desaparecer y el sol comienza a picar. En manga corta y pasando calor en Rovaniemi. A quien se lo cuentes pensaras que estas chiflado, pero asi estan las cosas hoy. Lentamente, y sin perder detalle, atravieso esta ciudad totalmente reconstruida tras la Segunda Guerra Mundial, cuando los nazis decidieron arrasarla en su retirada. La nueva construccion se supone que se hizo en forma de cuernos de reno, el animal mas representativo de Laponia, aunque obviamente cuando uno va conduciendo no se percata mucho de ello.

Unas pocas millas mas al norte del centro urbano de Rovaniemi llegamos a la Villa de Santa Claus, si, el lugar donde oficialmente reside tan entrañable, rojo y barbudo personaje. Y es aqui mismo donde la linea del Circulo Polar Artico, muy bien indicada, nos da la mas cordial bienvenida a las regiones mas septentrionales del planeta. Esto de Santa Claus es un gran negocio, parque de atracciones, restaurantes, tiendas de souvenirs por doquier... listos los finlandeses. Entre todas las construcciones y edificios varios, uno reza en su puerta "Santa esta aqui". Asi que entramos a comprobar si es verdad.

Unos macabros elfos nos dan la bienvenida. En realidad son finlandesas que estan lo siguiente a buenas, maquilladas y vestidas de enanos del bosque. Despues de ver chorradas varias como el reloj que lleva el tiempo universal y el unico acceso subterraneo del planeta al Circulo Polar, una de las elfas me pregunta si quiero ver a Santa Claus. Hombre, ya puestos... a ver si se paga unas sidras o algo. Me abren la puerta de una mazmorra muy extraña y alli, al fondo, enfocado por una luz celestial (producida por un potente led), aparece sentado y lanzando su tipico ho ho ho, el mitico Santa Claus. Una entrevista interesante de unos diez minutos la que tuve con el menda, sobre todo cuando empezamos a hablar de vino y comida. El tipo no hacia mas que acariciarse la barriga y relamerse. Eso si, un poco tocon y sobon, menos mal que ya no soy precisamente un niño, si no igual empezaria a pensar que el personajillo en un tanto pederasta. Aunque... eso de llevar regalos a los crios sin esperar nada a cambio... mal huele el tema.

Dejamos los 66 grados y 32 minutos de latitud norte. Entre pitos, flautas y Santas, se nos ha hecho la hora de comer. El propio Santa me ha recomendado un buffet libre en Rovaniemi (no se anda con tonterias el tipo), asi que alla que voy a mitigar un poco el hambre. Un paseo por el centro de la ciudad y a seguir ruta, que aun tenemos mucha carretera por delante. Justamente ahora que el sol esta pegando de lo lindo y nos acercamos a esos historicos veinte grados de los que nos hablaban ayer. El proximo objetivo es Suomussalmi, bajando direccion sureste, casi hasta llegar a la frontera rusa. Por supuesto antes de llegar tendremos que hacer nuestra tipica paradita en algun supermercado con que nos topemos por la carretera para comprar mas sidras, que estan cayendo como pipas.

A lo largo de estas cuatro horitas de ruta nos vamos a encontrar con varias pirulas curiosas, es lo que tiene circular por estos lares. Fantastica una indicacion en una señal en la carretera con un retrete pintado. Cogemos el desvio y nos encontramos, junto con un merendero y un laguito, una caseta con sus correspondientes cagaderos. Al principio me pregunto para que cojones quieren esto si puedes cagar en cualquier punto de la naturaleza que aqui rebosa, pero caigo en la cuenta de que, en pleno invierno, a treinta o cuarenta bajo cero, no creo que a uno le apetezca mucho ponerse a cagar al descubierto. O se te congela el culo o el zorullo,y ninguna de las dos cosas debe de ser agradable.

Despues de un par de paraditas mas a disfrutar de la salvaje naturaleza y algunos sorpresivos encuentros con renos en mitad de la carretera que casi son atropellados, finalmente llegamos a Suomussalmi, donde tenemos el alojamiento para esta noche. Para darle un poco de vidilla al tema, resulta la propietaria del establecimiento solo habla finlandes, y ya os digo yo que a pesar de tirarme dos meses estudiando este idioma, de poco me ha servido. Finalmente recuerdo mis nociones de ruso, que la mujer habla a duras penas, y de mala manera nos acabamos entendiendo. Aunque no hacia mucha falta, obviamente la primera pregunta era para que hora queria tener la sauna preparada, estos finlandeses no cambian. Como aun no he hecho acopio de sidras para la noche, dejo la sauna para las nueve o las diez. Primero toca comprar, ver lo poco que tiene que ver el centro de la ciudad y empezar a ponerse a tono.

Suomussalmi fue escenario de una de las batallas mas crudas y brutales de la Segunda Guerra Mundial, la llamada Guerra de Invierno, en enero de 1940. Los rusos, con hombres, recursos y maquinaria para invadir veinte Finlandias, no pudieron apenas pasar de la frontera debido a la fortaleza, estrategia, inteligencia y gran capacidad de adaptarse al terreno de los aguerridos finlandeses. Mañana, por cierto, visitaremos el museo de la carretera de Raate, lugar donde mas encarnizada fue la lucha, a pocos kilometros de donde ahora mismo estamos. De momento nos conformamos con ver una ciudad totalmente nueva y sin ningun encanto mas que la historia, ya que tambien fue una de esas villas completamente arrasadas a lo largo de la guerra y reconstruida decadas mas tarde.

Sauna, si, es la hora, esta vez con sidras dentro de la propia sauna, por recomendacion de la señora propietaria que con gestos nos indicaba que su mayor placer era ponerse tibia mamando mientras se daba su sesion de ochenta y tantos graditos. Aqui no hay rio, asi que toca sauna y ducha fria. De nuevo me quedo como nuevo y eso que ahora mismo en Suomussalmi empieza a hacer frio de verdad (estaremos a tres o cuatro grados) y la lluvia se hace cada vez mas persistente. Pero despues de la sauna como si nada, pantalon corto y chanclas, ah, y sidras. Para cenar, dado que en esta especie de motel tenemos cocina dentro de la habitacion, una especie de jamon cocido de reno y varias cosillas mas que gentilmente me caliento. Aunque entre la sesion de sauna y el pedo que estoy empezando a agarrar, creo que en breve voy a caer frito. Mañana sera otro dia.

miércoles, 8 de junio de 2016

Una semana en Finlandia 2. De Joutsa a Yli-Li

Hora de despertarse en Joutsa, de buena mañanita, como esta mandado. Un desayuno continental cortesia del alojamiento en que nos encontramos nos espera, y despues millas y millas de carretera en direccion norte. Y es que nos dirigimos al Circulo Polar Artico. Hasta alli queremos llegar, aunque no sera hoy, donde nos quedaremos muy cerca, sino mañana, cuando alcancemos la villa de Rovaniemi. Pero no adelantemos acontecimientos, de momento, y tras desayunar, nos damos un paseito por los rurales alrededores de nuestro hotelucho, intentando tomar fuerzas para subir al coche y enfilar carretera direccion norte.

Estamos entrando en la denominada region de los lagos, una extensa zona en la parte mas central de Finlandia, dominada por la ciudad de Kuopio, la cual entraba en nuestros planes de visita hasta ayer mismo, pero esta mañana, y tras revisar la ruta en el navegador, decidimos no dar el pequeño rodeo que nos asomaria a tan hermosa villa (al menos eso nos han comentado). Y es que ya de por si tenemos muchas horas de coche por delante, y el visitar Kuopio nos retrasaria algunas horas mas. Pues si, es una pena, pero tendremos que obviarla. Asi que ponemos direccion a Oulu, en la costa noroeste, y tambien una ciudad de considerable tamaño para lo que son las urbes finlandesas.

Apenas hemos recorrido una hora de camino y de morros nos encontramos con una señal que nos indica un cercano museo de la aviacion, junto a la carretera. Son estas las cosas que uno espera encontrarse en estos paises, sorpresitas en mitad de la ruta que te hacen entretenerte. Al final hemos hecho bien en coger la ruta rapida. Cazas del ejercito finlandes (y algun ruso perdido), helicopteros, radares, arcaicas baterias antiaereas... la verdad es que el museo merece la pena, aunque tampoco nos podemos encantar, sigue quedando mucho camino por delante.

Conduccion en plena region de los lagos, los paisajes son bellos por momentos, aunque me sigue sorprendiendo la cantidad de trafico que nos encontramos. Nada comparado con la locura de otros paises del centro y sur de Europa, pero aun recuerdo las carreteras desiertas de la vecina Suecia o el sentirse como el unico habitante del planeta en Islandia. Eso si, ahora que menciono a Suecia, la estampa cada vez se va acercando mas a la del eterno vecino. Carretera y arboles, carretera y arboles, carretera y arboles... y cuanto mas al norte circulamos, mas carretera y mas arboles... Al final del dia te tumbas en la cama y sigues viendo carretera y arboles...

En Finlandia es muy complicado encontrar restaurantes de carretera o incluso en los pocos pueblos que uno pasa en su trayecto. Y es que la distribucion de la poblacion en este pais rara vez se establece en pueblos. No hay zonas deshabitadas en absoluto, pero es mas comun ver casas desperdigadas, en plan granjas americanas. No se produce la tipica reunion de viviendas en torno a un pueblo, con plazas, calles, servicios y demas, no, son casas diseminadas a lo largo de cientos y cientos de kilometros. De esta forma, encontrar abrevaderos y sitios donde poder menear el bigote es muy complicado. Tan solo, y muy de vez en cuando, cuando llegas a una confluencia de casas mas o menos numerosa, te encuentras una pizzeria.

Como no he venido aqui a comer pizzas, decido parar junto a un laguito y ver que llevo en el maletero. Ayer hice un buen aprovisionamiento de camino a Joutsa, asi que en un idilico paraje junto a unas asquerosas aguas estancadas, improviso un hornillo y me cocino cuatro o cinco chorradas para mitigar el hambre. Echo de menos una buena sidra de pera, pero como aun queda bastante por conducir, habra que moderarse. De aqui a no mucho pasare por Oulu, y alli posiblemente pare en un supermercado a comprar algo para cenar esta noche y un buen surtido de mamoneo. Joder, solo de pensarlo me esta entrando una sed criminal. Venga, recojamos la paraeta y para Oulu.

Trafico tanto al entrar como al salir de esta ciudad costera del Baltico. Trescientos mil habitantes, se nota, aqui huele a civilizacion. Buen momento para detenerse a hacer unas compras para esta noche. Si, vale, hay mucha comida tipica, pero lo bueno esta en las neveras. Esto es el paraiso de la sidra, no me cansare de decirlo. La Somersby danesa, que probe por primera vez en Islandia, y que aqui se manifiesta con todos sus macabros y exoticos sabores, por supuesto pera, pero tambien, arandanos, frambuesa, fresa... Y un clasico finlandes, la Upcider, tambien con diferentes sabores, entre los que me llama la atencion la de frutas silvestres.

El alojamiento de esta noche se encuentra a unos cuantos kilometros al noreste de Oulu, concretamente en un paraje rural, junto a un rio, perteneciente a Yli-Li, curioso nombre de poblacion que mas me recuerda a la China profunda que a la Laponia donde ya practicamente estamos entrando. La promocion de productos organicos que vi en internet sobre este hotel (o lo que sea) me da en la nariz que debe de ser una especie de comuna hippy o similar. Estoy preparado para todo, llevo sidras. La lluvia hace acto de aparicion una vez pasado Oulu y ahora que ya nos encontramos en carreteras algo mas secundarias. Al final el navegador me dice que gire por un camino de tierra medio embarrado y tras atravesar la maleza como si fuese a introducirme en un poblado zombie, aparece ante mi un tetrico edificio que me parece que va a dar mucho juego.

La propietaria del hotel, muy simpatica, pero algo hippiesca (ya me lo veia venir), me da la bienvenida y me pregunta para que hora quiero la sauna. En los proximos dias me voy a dar cuenta de que esta es una costumbre finlandesa. La gente te dice hola y lo primero que hace es invitarte a la sauna. En otros paises te llevan a la habitacion o te preguntan por la cena o el desayuno, aqui por la sauna. Para mi regocijo, veo que se trata de una sauna tipica, de las que cada vez quedan menos, y solo en perdidas zonas rurales. La tipica caseta junto a un rio, te metes en pelotas para sufrir los ochenta grados de temperatura y luego sales corriendo a zambullirte en el rio. Si, todo eso esta muy bien, pero primero me voy a cascar una sidra.

Tras una hora de paseo por los alrededores, un par de sidras y algo mas de chachara con la propietaria (que me pregunta si quiero acudir a sus clases particulares de yoga, algo que amablemente declino), es el momento de la sauna. El marido de la tipa esta poniendola a punto, vamos, subiendo la temperatura a base de un curioso sistema de brasas y agua que produce un vapor irrespirable. Un finlandes muy simpatico, pero con una sonrisa que supera el limite del mariconeo. Me despeloto para meterme en la sauna, pero por si acaso me aseguro de que el maromo no anda cerca, que no me ha dado muy buena espina. Y por supuesto cumplo con todo el ritual, sauna y baño en pelotas en el rio. Eso si, la corriente fluvial lleva tal cantidad de mierda que no me retozo por sus aguas mas de lo imprescindible. Oye, pues esto funciona, la temperatura ha bajado bastante esta noche, debemos de estar a nueve o diez grados, y yo no tengo nada de frio yendo en bañador y camiseta. Bueno, quiza las sidras tambien tengan algo que ver en ello.

A pesar de la invitacion de la dueña para usar su cocina, decido usar la barbacoa que tiene en una especie de cobertizo, con vistas a la sauna y al rio, y en compañia de unas cuantas sidras. Mientras me pongo morado veo pasar a varios tipos en pelotas que me saludan. Si, lo tipico, ritual de sauna y rio. Aqui en Finlandia es bastante tipico eso de que la gente pase en pelotas por delante de ti como si nada, no hay pudor de ninguna indole, al fin y al cabo todos tenemos polla y cojones, no hay mucho de lo que asustarse. Curiosamente solo veo pasar maromos, pero ninguna tipa. O es mi habitual mala suerte o es que esto esta lleno de julandrones. Pero no vamos a pensar mal. Despues de mi sesion etilico-gastronomica, toca dormir hasta mañana, donde voy a tener la jornada de visitas y conduccion mas extensa de todo este viaje. Para rematar veo que mi habitacion no tiene puerta. Ninguna tiene puerta. Libertad absoluta. Mientras no entre ninguno de los tipos esos de la sauna y el rio a darme una sorpresita nocturna, dormire tranquilo.
 
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