jueves, 4 de octubre de 2018

Los tratos del ministro

Los que vivais en cierto tipo de paises tercermundistas obviamente tendreis una idea bastante lamentable de los politicos. Pero yo vivo en un pais normal. Aqui la gente que se dedica a la politica no es la tipica mierda chabacana que como no sabe hacer la O con un canuto se mete a una profesion en la que se puede chupar del bote sin mover un solo dedo. Claro, eso pasa en ese tipo de paises no normales, o mejor dicho subnormales. En los paises decentes, con gente trabajadora y responsable y donde existe el honor, toda vuestra mierda no existe. Pero no nos liemos...

Hoy quiero hablaros del ministro. Como intentaba explicar antes, este si que es un tio preparado, con un curriculum que deja boquiabierto, pero a la vez con un caracter modesto, afable y sencillo. Muy educado, hasta extremos realmente inimaginables. Y por lo que he tratado con el, un autentico bonachon, asi luego le pasan las cosas que le pasan al pobre hombre. Pero bueno, todos querreis saber de donde cojones sale el ministro y por que me refiero a el en el post de hoy. Vamos al grano.

El ministro suele aparecer bastante por el lugar donde yo trabajo. Es asi que alli todos le conocemos bastante bien. A mi nadie me lo presento, ni siquiera el vino y me dijo 'hola, soy el ministro'. No, es demasiado modesto como para eso. Pero es un tipo curioso, y al final no puedes evitar cruzar alguna corta conversacion cada vez que coincides con el, hasta que de tanta chachara al final comienzas a entablar una cierta amistad. Lo cierto es que su aspecto es unico, de ahi lo de 'curioso' que decia antes. Tendra cincuenta y largos, bajito y bastante amplio. Pero no gordo. Simplemente amplio de hombros, de cabeza, de fisonomia... Esta totalmente pelado y su craneo parece pegado al resto del cuerpo sin cuello de por medio. Es como una bola grande haciendo de tronco y una mas pequeña en lo mas alto. Siempre rojo como un tomate (tiene pinta de tener problemas de tension) y por supuesto vestido de forma impecable, supongo que eso lo conlleva la profesion.

Al principio le puse el sobrenombre de 'el calvo de la sopa', ya que al menda le encanta la sopa. Y mira que estara podrido como para permitirse todo tipo de manjares culinarios, pero no, siempre lo ves pegado a un buen plato de sopa cuanto mas caliente mejor. Ah, y su eterno capuccino. Que si se lo sirves en un tazon de sopa mejor aun. Sopa y capuccino. Ese es el ministro. Claro, con tanta mierda caliente en el cuerpo, al final no me sorprende que siempre vaya colorado hasta los topes. Aunque lo mejor del ministro es cuanto empiezan a comentarte cosas sobre su vida personal.

A mi me sorprendia ver siempre al ministro involucrado hasta los topes en las actividades de la comunidad, especialmente con las personas con algun tipo de minusvalia. Incluso el hombre monta shows para niños con discapacidades donde el mismo actua haciendo payasadas y contando historias. Realmente una persona entregada. Hasta que un trabajador algo mas veterano que yo en la empresa empezo a contarme el porque de toda esta dedicacion. Y es que el ministro prefiere hacer cualquier cosa, aunque no le reporte ni un duro, antes que quedarse en casa mirando el techo. Bueno, lo que le queda de casa.

Al parecer ahora mismo el ministro vive en un minusculo apartamento cerca del centro de la ciudad. Bueno, realmente en el centro no, al otro lado del rio, cerca de donde yo trabajo. En realidad es una zona bastante mas barata y deprimida, basicamente para trabajadores. Si, el ministro tiene una mansion de puta madre en las afueras de la ciudad, pero el no vive alli. Su ex-mujer se quedo con la mansion. En realidad no es que se la quedara, es que el ministro se la dejo para vivir con su novia. Si, la novia de la ex-mujer. Si, eso, que la tipa se cruzo de acera y dejo al ministro en la estacada. Y el hombre, para que no saltara el tipico escandalo politico y todo el mundo se riera de el, pues ha intentado tapar la cosa de la mejor forma posible. Mira, te dejo la casa para ti y tu amante pero no armeis mucho revuelo al respecto. Teniendo en cuenta que ahora mismo estoy escribiendo sobre ello, me da que la estrategia no le ha funcionado mucho.

Pero lo mejor acontecio hace unos pocos dias. Era una de esas jornadas en que el ministro estaba organizando un evento para un colectivo de la iglesia, o algo similar, y por supuesto el hombre en un momento de descanso comenzo a disfrutar de su sopa y su capuccino habituales. El caso es que de pronto un individuo entro en el edificio armado con un cuchillo de carnicero buscando al ministro. Conociendo al ministro, todo el mundo se sorprendio sobremanera de que alguien quisiera cepillarse a semejante pedazo de pan de persona. Pero pronto se descubrio el pastel.

Cuando vio al personaje del cuchillo, el ministro tiro su sopa y casi se cayo de la silla. El otro se le planto delante y le dijo que sabia que se estaba follando a su mujer y que se lo iba a cargar alli mismo. El ministro no nego el cargo que se le acababa de imputar. Como persona tranquila y bonachona que es, intento mediar con el enfurecido marido y llegar a algun tipo de acuerdo para que no corriera la sangre. La cabeza del pobre ministro ya no estaba roja, habia pasado directamente a morada, pero aun a pesar de todo el hombre mantuvo la calma y tras conseguir que el otro personaje dejara el cuchillo y se sentara a hablar con el, mantuvieron una agitada conversacion durante mas de una hora.

Despues de este tiempo, el otrora enajenado marido finalmente se levanto, choco la mano con la del ministro y le dio un par de palmaditas en la espalda. Y se marcho, olvidandose del cuchillo y de rajar a nuestro querido ministro. La curiosidad nos corroia a todos, asi que el ministro paso a explicarse. Al parecer le dijo al cornudo marido que lo de follarse a su mujer no lo podia evitar, pero que si se sentia mejor asi, le daria cien pavos cada vez que se la tirara. Y el otro acepto. Sin comentarios. Bueno, si, un minimo comentario que le hice yo al ministro. Tio, te saldria mas barato irte de putas, y cada dia tendrias una distinta. Pero el ministro es el ministro.
 
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