miércoles, 23 de febrero de 2022

Cornualles 6. La parada habitual

Me levanto bastante fresco, en lo que ya es una tonica a lo largo de todo este viaje. Y no, hoy no he tenido sofa magico, aunque la cama no estaba mal del todo. Pero la verdadera razon de este buen despertar es que ayer no me pase con mis vicios etilicos. Tampoco resulto muy dificil controlarse, y es que aqui, en mitad de la nada, la noche no llamaba mucho a los excesos alcoholicos o de cualquier otro tipo, la verdad. Al final voy a tener que emigrar a una cabaña en mitad del bosque para rejuvenecer mi higado, no me va a quedar otra. Claro que igual acabo devorado por un oso. No se puede tener todo en esta vida. Mejor dejemonos de reflexiones absurdas y vamos al meollo, que el viajecito aun no se ha acabado y seguro que todavia nos quedan un buen puñado de cosas por hacer.

Lo que si que se va a terminar hoy es Cornualles. Dejamos ya esta fantastica tierra que tan bien nos ha acogido durante unas cuantas jornadas. Lo hemos pasado bien, hemos visitado varias localizaciones y hemos realizado unas cuantas actividades. No se puede pedir mas. Bueno, se podria pedir que el viaje de vuelta a casa no fueran mas de nueve horas al volante. Pero a esto le vamos a encontrar facil remedio. Como aun tenemos un dia mas disponible de vacaciones, nos vamos a explayar un poco y haremos, de la misma manera que cuando vinimos hacia aqui, una parada a mitad de camino. O quiza no exactamente a mitad de camino, un poco mas alla, pero que cojones, es que no lo puedo evitar. La cosa es que veo Liverpool en el mapa y no se que narices pasa que siempre es parada obligada. Tambien es verdad que desde cualquier punto del que venga de Inglaterra de vuelta a Glasgow, tengo que pasar por la susodicha ciudad, asi que digamos que es una relacion de atraccion inevitable la que tengo con la legendaria villa del Mersey.

Cinco horas largas. No son las nueve y pico de viajar hasta Glasgow, pero aun asi pican. En fin, me lo tomare con calma. Por suerte hoy no me encuentro ninguna movida extraña en el trayecto, que siempre que paso Birmingham o ya llegando a Liverpool hay algunas obras, accidentes o cortes de carreteras que me acaban jodiendo la marcha. En esta ocasion me acompaña la suerte y llego facil y sin problemas hasta el aparcamiento de Mount Pleasant (de los mejores y mas baratos que hay en el centro de la ciudad), ubicado justo al lado del que va a ser mi lugar de reposo para esta noche, el mitico hotel Adelphi. De este alojamiento se pueden decir muchas cosas, pero quedemonos con lo mas basico. Enorme hotel de decoracion decimononica, en el cual incluso se rodaron algunas escenas de la pelicula Titanic, y que es especialmente conocido en toda Gran Bretaña por sus reiteradas apariciones espectrales. Supongo que por eso es tan barato. Pero supongo que a mi el tema macabro me atrae, porque elijo el lugar muchas de las veces que caigo por Liverpool. O eso o es que como siempre voy tan mamado, me importan tres mierdas los putos fantasmas.

El caso es que ya estoy en el charco, la urbe en la cual nacieron y crecieron cuatro chavales que revolucionaron el mundo de la musica (y casi el mundo entero en todas sus facetas) hace ya unas cuantas decadas. Por supuesto el tema beatlemaniaco no puede faltar en una visita a la ciudad, pero no tengo demasiada prisa por visitar los lugares mas miticos a este respecto, puesto que siempre que vengo a Liverpool acabo haciendo lo mismo. Asi que lo primero, y para ir poniendonos a tono, va a ser caer en el primer pub que aparece antes mis narices nada mas salir del Adelphi, que es una taberna irlandesa la cual ya conozco de anteriores visitas, y donde se que sirven una Guinness que esta de puta madre. El sitio esta tranquilo, apenas hay un par de clientes y una camarera vieja y fea. Asi que me siento en una mesa y degusto hasta dos pintas de la que en Glasgow llamamos "la mierda negra". Ya me siento mucho mejor.

A continuacion mis pasos me van a llevar a otra emblematica y tambien misteriosa, como el Adelphi, localizacion que me queda a apenas dos calles. Se trata de Bold Street, esa concurrida calle del L1 (el distrito mas centrico de la ciudad), donde se han reportado numerosos casos de personas que, mientras transitan tranquilamente por ella, son transportadas en el tiempo. Ahi lo dejo, desde luego no me digais que no tiene interes el asunto. El caso es que tras patearme la calle de arriba abajo, algo que hago en casi todas mis visitas al charco, no consigo viajar a ninguna parte mas que a un cafe (tambien bastante mitico, ya que aparece en varias novelas) en el cual me siento a degustar una pinta de una cerveza italiana bastante asquerosa, pero que se da la circunstancia que es la unica que tienen. Se dice que en este comercio, en una mesa concreta, si lanzas tu telefono movil bajo la mesa y te agachas a recogerlo, te trasladas automaticamente a los años sesenta. Por supuesto ocupo la susodicha mesa y hago el ritual, pero al reincorporarme me hago cargo de que sigo en 2022 y con mi chela delante de mis narices. Pues tendre que bebermela, que remedio.

Con los primeros efectos de una melopea que hoy, a diferencia de las anteriores jornadas, si que promete ser historica, me meto a cenar en un restaurant griego ubicado al doblar la esquina de Bold Street de nuevo en direccion al Adelphi. Me hago una buena racion de cerdo marinado con guarnicion, pensando en que me contenga un poco el pedal que puedo empezar a agarrar en breve. Pero el fallo esta en acompañarlo con una botella de vino griego que es de los mejores caldos enologicos que he probado en mucho tiempo. Y la cosa ya se complica cuando ademas, tras el intenso papeo, me da por pedirme una copa de Metaxa, el brandy griego por excelencia. Salgo del puto restaurant haciendo eses, pero me da que la noche no va a terminar tan pronto. Es mas, esto no ha hecho mas que empezar.

De camino a Mathew Street, la zona beatlemaniaca por excelencia, y que ya tardaba en visitar, no se muy bien como pero acabo en una tienda de musica donde me compro (tampoco se muy bien por que) un CD recopilatorio de Eric Clapton. Como si no me conociera ya todas las canciones de este menda. Cosas de borrachos, supongo. Y ahora si, tras un par de minutos mas de ebria caminata, llego al meollo beatle. Normalmente me extiendo tomando pinta tras pinta por todos los pubs historicos de la zona, donde el famoso cuarteto musical tambien solia refrescar sus gaznates en los primeros años sesenta. Pero esta vez, y supongo que porque voy en tan malas condiciones que no me apetece caminar mas de lo necesario, me voy directo a descender las tetricas escaleras que conducen al mas mitico de todos los pubs de esta ciudad de Liverpool, el famoso The Cavern.

Me tiro unas cuatro horas el lugar. Disfruto enormemente de hasta tres actuaciones musicales, obviamente con repertorio beatle total, y pierdo la cuenta del numero de chelas que voy pidiendo, una tras otra, en la barra. No abandono el pub hasta que no se acaba definitivamente la musica en directo, ya pasada la medianoche. Y logicamente lo hago en unas condiciones bastante complicadas. Por suerte me conozco bastante bien esta parte de la ciudad y llego al hotel sin demasiados problemas, pero alli un portero enorme me indica que no puedo entrar a no ser que le muestra una factura, o prueba de registro, o algo que indique que estoy hospedado en el hotel. Ante mi cara estupefacta, el tipo me indica que no hay ningun problema conmigo en particular (se ve que detecta mi estado etilico, lo cual no es muy dificil), sino que en los ultimos dias varios chavales rollo hooligans han intentado colarse en el alojamiento a altas horas a hacer destrozos y la direccion ha decidido tomar esta medida. Rebuscando en mis bolsillos algo que se que no tengo, al final se me cae al suelo la llave de la habitacion. El portero amablemente me la recoge y me dice que con eso basta. Pues menos mal, colega, porque ya me veia durmiendo en el kebab de la esquina. Espera... kebab... en la esquina. Me da que aun no es hora de ir a dormir.

Es un clasico cada vez que agarro una mierda de estas dimensiones en el charco, el kebab de ultima hora justo antes de irme a la cama. De hecho, al doblar la esquina se de uno que esta de puta madre, te ponen unos tronchos de carne enormes y... Bueno, el caso es que no llego al kebab porque justo antes de entrar al establecimiento aparece ante mi un pub como salido de la nada. Ademas de esos enormes rollo discoteca. Ni me fijo en la mierda de musica, ni en que el lugar esta totalmente vacio, ni en nada de nada. Simplemente caigo sobre la barra y me pido otra chela. La ultima de la noche, a ver si me baja un poco el pedo antes de ir a dormir. De pronto, justo a mi lado, aparece un extraño anciano bastante pequeño, vestido con un traje gris muy elegante, apoyando sobre un baston y con un sombrero totalmente pasado de moda puesto de medio lado sobre su cabeza. Y el tipo os puedo asegurar que me transmite muy mal rollo.

Calibro todas las opciones posibles ante semejante aparicion. Puede ser una alucinacion debido a la cantidad de mamoneo que he ingerido esta noche. Pero veo que el camata interactua con el y le sirve una pinta. Quiza es que de tanto pasar por Bold Street al final si que he viajado en el tiempo. Pero la musica disco que suena me parece demasiado actual. Ahora el vejete me lanza una sonrisa que supongo que pretende que sea reconfortante, pero a mi me parece mas la del tipico pedofilo retorcido. Pero a ver, que yo ya he pasado los cuarenta hace bastante, no creo que sea de gran atractivo para este jodido maniaco. Finalmente el tipejo intenta entablar conversacion conmigo en un ingles con un marcadisimo acento italiano. Joder, la mafia. Estoy sentenciado. Entonces, y antes de que yo responda al viejo, el camarero llama mi atencion con un mas preocupante todavia "me parece que tu no sabes quien es este".

Pues la verdad es que ni lo se, ni quiero saberlo. Levantando un dedo, me excuso diciendo que tengo que ir al servicio, al cual me llevo mi pinta de cerveza que ya esta mediada. Alli, mientras descargo la vejiga, me acabo la chela de un solo trago. De pronto aparece otro cliente que tambien viene a orinar y, mientras se saca su miembro y se dispone a vaciar, me suelta otro inquietante "ya te ha pillado el viejo, tu no sabes quien es ese". No contesto. Dejo mi vaso ya vacio sobre el urinario, me subo la cremallera y me dirijo casi a la carrera a la puerta de salida. Ya estoy en la calle. Miro hacia atras y me percato de que el viejo no me sigue. Llego a la tienda del kebab y me compro mi manjar nocturno. Vuelvo al hotel y el portero, que ya me conoce, me deja pasar sin mas historias. Subo a mi habitacion. Cierro la puerta, me siento en la cama y me dispongo a devorar el kebab. Pero aun vuelvo a mirar hacia atras para cerciorarme de que el viejo no me ha seguido. Voy a ver si puedo dormir y mañana, con el resacon, seguro que lo veo todo mas claro. O no, pero al menos ya estare de vuelta hacia Glasgow. Y espero que el puto viejo pedofilo no me siga.

martes, 22 de febrero de 2022

Cornualles 5. En la corte del Rey Arturo

Me quedo sin palabras para el sofa magico este de las narices. Otra espectacular sesion de sueño reparador que me hace levantarme como nuevo. Y eso que ayer me da que le pegue al vicio etilico a base de bien. Mira que he dormido horas y aun me levanto con una cierta resaquilla y unas minimas ojeras. Esto en cualquier otro catre de mala muerte me hubiera destrozado por completo, pero en el sofa magico... Lo dicho, no hay palabras. Y mira que llevo aqui ya tres noches y aun no he catado la cama para nada. Ni lo voy a hacer ya, puesto que de aqui a un rato debo dejar definitivamente este alojamiento que tan bien me ha acogido en la preciosa villa costera de Portreath. Pero no abandono Cornualles. No, todavia no. Pasare mi ultima noche en la zona en otra acomodacion un tanto diferente pero que estoy seguro que tambien va a dar mucho juego, al menos como pasaje del terror. Pero ya hablaremos de eso mas adelante, que lo primero es empezar a menear el culo para iniciar las actividades previstas para el dia de hoy.

La matinal y primera hora de la tarde la vamos a dedicar a visitar a nuestro querido amigo el Rey Arturo. Ni estoy desvariando ni me ha sentado mal todo el alcohol que me enchufe en los ultimos dias. No, vereis, resulta que muchos historiadores e investigadores han llegado a la conclusion, a base de juntar datos, atar cabos y relacionar localizaciones, de que el legendario Reino de Camelot se ubicaba por estos lares. Concretamente, parece ser que el epicentro de todas estas leyendas arturicas seria un pequeño pueblecito de la costa norte de Cornualles llamado Tintagel. Y se supone que el hoy por hoy ruinoso castillo de mismo nombre que la localidad se edifico en su dia justo encima de lo que entonces eran las ruinas de la fortaleza del archifamoso Rey Arturo. No voy a entrar a explicaros la leyenda o la historia de este menda, del mago Merlin y de todos sus allegados. Seguro que podeis encontrar informacion online al respecto. Yo solo os dire que hacia alli me encamino a ver que se cuece. Y por supuesto a ver que brebajes nos ofrece la zona.

En teoria, el lugar tan solo queda a una hora, quiza algo menos, de conduccion desde mi querida localidad de Portreath. Pero hoy la ruta se nos va a torcer un poco, y varios factores van a influir en ello. En primer lugar el terrible clima de perros que azota hoy todo Cornualles. Lluvia constante con tremendas rafagas de viento que hacen incluso dificil manejar el automovil en los puntos con menos proteccion natural. Y para rematar la faena, resulta que el navegador se nos pone jugueton y decide que solo nos quiere meter por caminos de ganado por los que apenas cabe un vehiculo y de muy malas maneras. Al final, y despues de dos horas de dar vueltas como un tonto por lugares donde solo hay ovejas, cabras y cabrones (de los de verdad, no de los humanos), decido desconectar el jodido satnav y guiarme por mi propio instinto y por las señales de trafico, que tampoco es que sean muy claras, todo hay que decirlo.

Finalmente han sido mas de tres putas horas para llegar al Tintagel este de los cojones. Pero bueno, ya estoy aqui, y de paso me doy cuenta de por que el lugar no aparecia en ninguna indicacion por la carretera. Es un pueblucho de mala muerte que, eso si, vive a costa del turismo arturico. Todas las tiendas, restaurants, pubs y demas comercios tienen nomenclaturas relacionadas con el asunto. Y si, dije pubs. Ya me esta entrando la sed. Pero en un ataque de responsabilidad, y plantado en mitad de la calle dirimiendo si entrar a la taberna o pillar direccion contraria para ir a ver el castillo, finalmente dejo que la parte turistico-cultural de mi cerebro gane la batalla y encamino mis pasos por una pronunciada cuesta abajo hacia los espectaculares acantilados junto al mar sobre los cuales se ubica la imponente fortaleza.

En realidad apenas si quedan cuatro piedras mal contadas de todo el conjunto historico, aunque hay que decir que el emplazamiento en si es espectacular. Por desgracia, y debido al horrendo clima que esta aconteciendo en la zona durante toda la jornada, el acceso a los puntos mas altos del castillo esta cerrado. Por cuestiones de seguridad, ya se sabe. Y es que tomando un par de fotografias el viento ya casi se me ha llevado un par de veces el celular, la chaqueta e incluso a mi mismo. Lo peor de todo es no poder cruzar el famoso puente de Tintagel, del que se dice que es uno de los mas arriesgados, acojonantes (porque te pone los cojones en la garganta) e impresionantes de todo el orbe. Se trata de una pasarela colgante que une dos acantilados entre el viento y el oleaje brutal. Con el agregado de que a mitad el puente esta cortado y tienes que pegar un pequeño saltito. Aunque al menos lo puedo fotografiar en la distancia.

Me tiro un par de horas haciendo el cabra por el lugar, aun sin poder visitar la parte que esta cerrada. Consigo bajar hasta la pequeña cala de piedras donde se ubica la llamada Cueva de Merlin, que es donde se supone que residia el mago en cuestion. El lugar es sumamente hermoso, pero imposible de acceder a el debido a que la marea esta subiendo y el agua del oceano invade completamente la gruta. Lo mismo de antes con el puente, me conformo con una foto en la distancia. Y bueno, que todo esto esta muy bien y es muy bonito, pero a mi no se ha quitado la sed etilica. De aqui a los pubs del pueblo hay una buena distancia y mas vale que empiece a recorrerla o acabare con la lengua hasta el suelo babeando en busca de licor de cebada. Asi pues, ahi que vamos, a todo lo que dan las piernas, cuesta arriba de nuevo en direccion a la villa, directo al primer abrevadero que encuentre.

El lugar elegido es una mierda. Un bareto acristalado que de rustico tiene bien poco y donde ademas los camareros son dos gordos con bastantes malos modales. Pero me casco un par de pintas de Offshore, que era lo que necesitaba en estos momentos, y ademas soy informado de que, como hoy es domingo, para comer estan haciendo un Sunday Roast. Una costumbre muy inglesa de los domingos, el asado de cerdo o vaca, con sus correspondientes acompañamientos, que ya te alimenta para todo el dia. Lo cierto es que no tengo mucha hambre, pero con paciencia y otras dos cervecitas consigo acabarme mi enorme racion. Y ahora si que siento que voy a explotar, que puta barbaridad. Lo malo es que no puedo ni parar a reposar. El check-in en el nuevo alojamiento me espera y aun tengo casi una horita de conduccion hasta el lugar. Asi que comencemos la ruta.

El clima de mierda continua y el navegador me la quiere volver a jugar. Pero esta vez ya directamente lo desenchufo a las primeras de cambio. Lo malo es que el lugar en el que voy a pasar la noche es una especie de resort perdido en mitad de un bosque y junto a un hermoso lago. Si, un paraje muy idilico pero al que solo se llega por caminos de tierra que ni figuran en los mapas. Asi que, en un momento dado, y cuando ya intuyo que estoy bastante cerca de mi destino final del dia, vuelvo a enchufar el maldito satnav de los cojones. Y esta vez si que me lleva directo al sitio a la primera. Claro, como son todo caminos de mierda de los que le gustan, por ahi si que navega correctamente el muy hijo de puta. Si es que ya nos vamos conociendo. La puta tecnologia de los huevos.

Sobre el resort, yo me esperaba algo realmente tetrico, pero esto supera todas mis expectativas. Un edificio tipo barracon con las habitaciones en la planta superior y todos los servicios en la inferior, incluyendo el bar, por supuesto. A ver si no que cojones voy yo a beber en mitad de ninguna parte, porque aqui lo unico que hay en millas a la redonda son arboles y ovejas. Y el puto lago, pero paso de beber agua. Por no haber, no hay ni personas, y es que mi vehiculo es el unico aparcado junto al edificio. No hay mas huespedes. El recepcionista es un indio bastante amplio en sus primeros veinte, que me dice que como no hay nadie mas que yo en el lugar, si necesito de los servicios de bar o restaurant, el se ocupa de todo. Vamos, que me pone el chumeo y me cocina y me sirve la cena. Tetrico no, lo siguiente. Pero bueno, ya que menciona lo del bar...

Pues si, resulta que detras de la recepcion hay un bar con restaurant en toda regla. Sofas, mesas de madera, zona para comensales totalmente engalanada, mesa de billar... joder con el puto indio. Lo cierto es que su compañia me es muy amena porque el hombre me intenta dar conversacion, pero despues de dos pintas de mi sidra preferida en los ultimos dias, la Cornish Gold, decido hacer alguna actividad un tanto diferente para pasar las horas. Aqui no hay mucho que rascar, asi que me pongo a pasear por mitad del macabro bosque que rodea el alojamiento en todas direcciones. Y tan macabro, porque ahora esta cayendo la niebla y aqui parece que de detras de un arbol me vayan a salir zombies o vampiros en cualquier momento. Y encima el clima sigue siendo criminal, con la lluvia y el viento arreciando cada vez mas.

Con este panorama, me vuelvo a plantar delante del indio y me casco dos sidras mas. Desde luego el sitio en verano, con el lago de fondo y algo mas de vidilla, debe de ser encantador, como me dice mi dicharachero anfritrion, pero lo cierto es que ahora mismo yo no le encuentro ningun atractivo. Finalmente, y apenas pasadas las ocho y media, enfilo mis pasos hacia mi habitacion que, todo hay que decirlo, es amplia, comoda y ofrece todo lo que uno pueda necesitar. Rebuscando el cepillo de cientes entre el equipaje, resulta que me encuentro una lata de cerveza, supongo que de las que compre alguno de los dias anteriores en Portreath. La alegria de la noche y la forma perfecta de despedirme de esta jornada hasta el amanecer. Por cierto, aqui no hay sofa magico, pero la cama no esta mal del todo.

sábado, 19 de febrero de 2022

Cornualles 4. Penzance y el chino enchelado

Lo de este sofa es magico, sin ninguna duda. He vuelto a dormir de pelotas. Yo creo que incluso tiene propiedades curativas. Porque da igual lo reventado, torcido y mamado que vayas, que una vez te tumbas, ya sabes que vas a dormir un buen puñado de horas del tiron y te vas a levantar completamente restablecido. Es que ni un atisbo ni de cansancio, ni de resaca, ni de nada similar. Tengo que comprarme uno de estos para casa. Y bueno, que si, que la noche ha estado muy bien y todo eso, pero el caso es que amanece un nuevo dia y hay que comenzar la actividad. Y con muchas ganas de hacer cosas, desde luego, porque me encuentro bien fresco y en plena forma. Sigamos el show en Cornualles, pues.

Hoy no hay paseo estrambotico, tengo planes para el dia y no quiero perder demasiado tiempo. O basicamente lo que no deseo es acabar siendo abducido por alienigenas o algo asi. Porque si ayer acabe en una base militar secreta, a saber a donde podrian llevarme hoy mis pasos. Mejor me tomo las cosas con calma. Una buena ducha y otro desayuno lo mas poderoso posible, dentro de las limimtadas posibilidades que nos ofrecen los ingleses, me sirven para ocupar las primeras horas de este nuevo dia que nos va a llevar a hacer otra excursioncita por estas interesantes tierras. Y a pegarnos otro buen festival etilico-gastronomico, eso seguro.

La idea que tengo en mente para hoy es acercarme a Penzance, una de las villas mas importantes de todo Cornualles, al menos por tamaño y poblacion, aunque tampoco os vayais a pensar que esto es Tokyo. Y desde luego importante a nivel historico, eso si que no se le puede negar. Se dice de esta pequeña ciudad que en su tiempo fue el lugar de todas las Islas Britanicas con mas piratas por metro cuadrado. Y no nos deberia de extrañar lo mas minimo si tenemos en cuenta su situacion geografica extrema, casi al final de una peninsula, y su relacion tan estrecha con la mar. Incluso a dia de hoy sigue siendo un puerto con bastante reconocimiento dentro de toda Inglaterra. Asi que, ahi vamos, a poner cara de corsario y a disfrutar de las callejulas de la susodicha poblacion, Penzance.

Apenas cuarenta minutos al volante y por carreteras realmente comodas. El viajecito se me pasa en un suspiro y en un abrir y cerrar de ojos ya tengo mi vehiculo aparcado justo al lado de la zona portuaria. Desde aqui se puede ver perfectamente como el centro de la ciudad esta en una pequeña colina, y a primera vista se encuadra en una estampa bastante hermosa, con serpenteantes calles empedradas y ese toquecillo a vetusto que siempre ofrece una extraña belleza arcaica al sufrido turista. La mala noticia del dia esta en la parte climatologica. Cielo completamente gris y llovizna constante que por momentos arrecia y pasa a ser una lluvia bastante consistente. Que le vamos a hacer, nos limitaremos a ver lo estrictamente necesario e iremos haciendo paraditas para cobijarnos del agua y estar a cubierto unos minutos. Y ya os podeis imaginar donde vamos a hacer estos pequeños altos en el camino.

Para abrir boca paramos en el Admiral Benbow, un pub perfectamente caracterizado como si de una taberna pirata se tratara. Incluso en la entrada un pequeño letrero reza "solo servimos a piratas". Muy en consonancia con la ciudad y su historia, y sin duda un sacadinero para turistas, puesto que el sitio esta a rebosar. A mi lo de la pirateria me la trae floja, pero la primera cervecita del dia si que me interesa. Me casco mi pinta de ale en apenas dos tragos (habia sed) y tras unos minutos de asueto y relajacion decido continuar con mi paseillo por las calles de Penzance.

La calle mas carismatica e historica de la villa es Chapel Street, donde estan todas estas tabernas, diversas tienduchas de arte y mobiliario clasico, la coqueta Iglesia de St. Mary y alguna que otra chorrada mas. Muy cercanos tambien y dignos de visitar estan los Morrab Gardens, unos jardines que ofrecen una buena cantidad de plantas, arboles y especies animales de lo mas exotico y provenientes de los cinco continentes. Y yo creo que ya esta bien de hacer turismo. Vuelvo a tener sed. Asi que es hora de hacer otra paradita, esta vez en un pub con bastante menos caracter que el anterior, aunque con nombre tambien ciertamente bastante piratesco. De esta manera entro en el Turks Head, donde no solamente me voy a cascar dos pintas de Offshore, sino que tambien voy a meterme en el cuerpo un sabrosisimo fish pie. Desde luego lo del pescado fresco aqui en Cornualles es una maravilla. Tras el festival me quedo totalmente extasiado, pero sin demasiadas ganas de hacer mucho mas en Penzance. Y es que la lluvia ahora cae con bastante mas fuerza y tampoco me queda nada demasiado interesante por ver.

Pues me vuelvo para el apartamento. La tarde ya esta mediada y pronto oscurecera, asi que mejor ir buscando cobijo. En Portreath el clima no es mucho mejor, asi que cualquier actividad al aire libre casi que queda descartada para lo que resta de jornada. Pues vamonos al pub a mamar, joder, que eso es como un seguro de vida, ahi seguro que me lo paso bien. Como no me apetece andar demasiado bajo la lluvia, hoy decido quedarme en el pub mas cercano al alojamiento. Alli me casco dos sidras (menuda aficion le he pillado a la sidra cornica esta), pero no acabo de sentirme muy a gusto. Entre el calor que hace (la puta obsesion por poner la chimenea a toda virolla en este pueblo), unos chavales jugando al billar pegando alaridos y los nada interesantes Juegos Olimpicos de Invierno en la television, decido que mejor me pillo unas viandas etilicas en la tienda del pueblo y me subo al apartamento a beber yo solo y tranquilo.

Dicho y hecho. Hago acopio de una buena variedad de brebajes, todos ellos de la zona, incluyendo una caja entera de Korev (una de las lagers con mas tirada de Cornualles) e incluso pienso en comprar algo solido tambien. Entonces escucho de refilon una conversacion que dos lugareños estan teniendo mientras estan pagando por su compra en la caja. Dicen algo de ir a pillar comida al "chino" del pueblo. Vaya, esto me ha sonado bien. Curioso que soy yo, abro Google Maps en mi celular e investigo al respecto. Y mira tu por donde que el susodicho "chino" es un takeaway que esta en esta misma calle de la tienda pero en la esquina opuesta. Pues que cojones, me llevo las chelas y de paso me subo un chino tambien. De perdidos al rio.

Todo el puto pueblo esta en el chino de los cojones. Deben de haber mas de cuarenta personas esperando por su comida en un cubiculo que no tendra mas que tres o cuatro metros de largo y de ancho. Y la espera no es precisamente corta. Casi una puta hora ahi de pie para que me den un par de chorradas que he pedido. Ya puede estar bueno el asunto, porque si no me voy a cagar en la puta madre de todos los jodidos chinos, y mira que hay. En fin, que al final obtengo mi recompensa y ya puedo emigrar al apartamento a relajarme y comenzar el show que me va a llevar hasta el final del dia.

El chino esta de puta madre, menos mal. Mas o menos las historias de casi siempre, pollo con arroz y un pato que esta soberbio. Pero tampoco es que le haga mucho caso a la comida, la verdad. Despues de cascarme un par de ales que me dejan un cierto mal sabor de boca, me tiro como un loco a por la caja de Korev. Y me bebo una, y otra, y otra, y otra... Pues no, no seais malpensados. No me bebo la caja entera. Al final sobro una. Pero de eso ya me dare cuenta a la mañana siguiente. Porque entre tanto chino, chela y ponerme fino, al final caigo redondo. Y ya os podeis imaginar donde. Exacto, en el sofa reparavidas. Que de puta madre que voy a dormir.

viernes, 18 de febrero de 2022

Cornualles 3. Cumpleaños en el fin del mundo


Desde luego este sofa es comodo de cojones. He dormido de puta madre, cosa que no puedo decir de la mayoria de camastros de otros diversos alojamientos en los que he estado, incluso hoteles de lujo. Me despierto bastante pronto, pero completamente despejado y activo. Hasta el punto de que, tras un rapida ducha, se me ocurre la brillante idea de salir a dar un paseo colina arriba para disfrutar de la soleada matinal que nos ofrece este maravilloso paraje de Portreath. Pienso que, si las vistas ya desde aqui son espectaculares, si subo hasta lo mas alto de esta montañita, deben de ser ya directamente orgasmicas. Y ahi que enfilo la callejuela o carreterucha que continua en direccion ascendente una vez pasada la zona del apartamento. Paso firme y resuelto y a ver hasta donde llego.

Cierto es que veo un par de acantilados bastante espectaculares, pero al cabo de un rato la pista se mete mas hacia el interior y, con la extension de los campos que me rodean, me es imposible seguir divisando la costa. Para mas inri, en un momento dado, y tras unos diez minutos de paseo, veo que la carretera se acaba y da a parar a un tremendo vallado metalico bastante tetrico. Al fondo, muy a lo lejos, veo una torre de control y unas construcciones de poca altura que en la distancia no consigo distinguir demasiado bien. La curiosidad mato al gato, ya lo se, pero yo no lo puedo evitar y me acerco hasta la misma valla para intentar meter las narices y ver si consigo colegir de que cojones va todo esto. Varios letreros de "prohibido el paso bajo pena de arresto" no me acaban de amedrentar, hasta que veo una placa, bastante escondida y corroida por el paso del tiempo, en la que a duras penas distingo los emblemas de la Royal Air Force. Capto el mensaje, una base militar secreta. Porque ni figura en los mapas. Pues yo paso de que me enganche algun soldadito guallon y se ponga a hacer experimentos con mi culo. Mejor me largo por donde he venido y me olvido del tema.

Vuelvo al alojamiento porque tanta fue la energia con la que me levante, que ni siquiera me dio tiempo a desayunar antes de mi extravagante caminata. Con gran parte de las viendas que compre ayer en la tienducha del pueblo me cocino un no demasiado reconfortante "English breakfast", el cual por supuesto incluye una cervecita. Para hacerlo mas llevadero, ya se sabe. Y en estas que estoy degustando el jugo de cebada y metiendome una salchicha en la boca, cuando me doy cuenta de que hoy es mi cumpleaños. Ah, pues mira que bien. Pero tampoco es que me alegre en demasia. Vamos, es que practicamente se me habia olvidado. Supongo que es la cosa esta de que cuando uno ya pasa de cierta edad no le apetece lo mas minimo seguir cumpliendo años. Pero bueno, es ley de vida y tampoco podemos luchar contra ello. Asi lo pasaremos de la mejor forma posible.

El plan para hoy, y uno de los grandes puntos algidos de este viaje, era acercarme hasta el fin del mundo. O al menos eso era lo que pensaban los habitantes de estas tierras hace muchos siglos. Porque lo unico que se acaba en Lizard Point, que asi se llama el sitio a visitar, es la isla. Estoy hablando, para ser mas claros, de la punta mas al sur de la isla de Gran Bretaña. Que curiosamente esta aqui, en Cornualles, y a unos cuarenta y cinco minutos de conduccion de donde yo me encuentro alojado. Asi que subamonos al automovil, disfrutemos de un rato al volante, y a ver que nos ofrece el lugar. Tengo que decir que para mi esto es un poco como completar el circulo. Ya estuve un par de veces en la punta mas al norte de la isla, Dunnet Head, que logicamente se encuentra mucho mas cerca de casa. Asi que ahora es el turno de visitar el otro extremo.

El paisaje es bastante bonito. Varios acantilados, un embarcadero donde uno puede incluso bajar a tocar el agua del oceano, y por supuesto el tipico cafe para turistas que no hace sino joder toda la estampa y darle ese asqueroso toque comercial que siempre denota la deleznable presencia del avaricioso ser humano. Unas cuantas fotitos en el lugar para dar constancia de que lo hemos alcanzado y venga, vamonos a algun lugar algo mas refrescante, porque lo cierto es que yo ya empiezo a tener una sed tremebunda. La historia de todos los dias. No lo puedo evitar. Pero el pueblecito por el que he pasado justo antes de llegar hasta el extremo sur y con el curioso nombre "The Lizard" creo que me servira para tomar ese tan merecido refrigerio. Tambien aqui, en un pequeño cafe, pruebo uno de los productos culinarios mas tipicos y reconocidos de Cornualles, un Cornish Pasty, que realmente esta cojonudo aunque es mas un snack que una comida propiamente dicha. Pero lo importante es el liquido, que me va a servir no solo para rehidratarme, sino tambien para empezar a entonar el mediodia y la tarde que ya en breve se cierne sobre esta maravillosa tierra cornica.

Asi pues me casco las dos primeras chelas del dia en The Lizard, antes de volver a mi querido apartamento en Portreath. Ya de vuelta, y antes de empezar la maraton etilica que hoy no solo me servira para ponerme hasta el culo, sino tambien para celebrar mi cumpleaños, decido bajarme hasta la hermosa playa de la poblacion y darme un pequeño paseito por la arena. Lo de darnos un chapuzon si eso lo dejaremos para otra vida, que cada vez soy menos de meterme en el oceano. Sera la edad. Pero lo cierto es que el sitio esta medianamente concurrido con algun que otro bañista aislado (estamos en febrero) y sobre todo surferos. Aunque el clima esta de lo mas apacible y el mar en calma, con lo cual no hay demasiado oleaje, estos interesantes personajes, siempre pegados a sus eternas tablas, hacen acto de presencia en gran numero. Por lo visto el asunto este del surf es bastante habitual en la zona.

Con el tema del cumpleaños comenzando a atormentarme la cabeza, decido que voy a pegarme una buena cena, mas que nada para hacer el parire de una celebracion o similar. Asi que dirijo mis pasos hacia el primer pub que visite ayer, que tambien tiene restaurant, con la intencion de pegarme una buena cena. Si, ya sabeis, donde el camata viejo sordo. Pero por suerte hoy el tipo no esta, o al menos yo no lo veo. En su lugar me atiende la camarerita escocesa, lo cual me parece muchisimo mejor. Me conduce hasta la zona del restaurant, adosada al bar propiamente dicho, donde en unas quince mesas estoy yo solo. Se ve que aqui no son mucho de salir a cenar. O mas bien es que solo cenan liquido y en la barra. La chica me felicita el cumpleaños, ante lo cual le insinuo que mejor no me pregunte por cuantos caen o me cabreare. Y acto seguido comienzo con el festival etilico-gastronomico.

Para beber, que es lo realmente nos importa, me pido un vino chileno, que no esta muy alla. Nunca me gustaron los vinos chilenos, pero viendo la seleccion en la carta se que los demas que tienen me van a dar verdadera angustia. Asi que me acabo la botella y me pido un par de sidras locales de las de ayer, que eso si que estaba de puta madre. Para comer me hago un solo plato, porque si no la melopea no me sube todo lo que me tiene que subir. Asi que me tiro a una merluza a la plancha con guarnicion que esta fresca y bastante buena. El pescado y el marisco de Cornualles tienen fama de ser excelentes, pero lo cierto es que hasta ahora, con tanto pensar en beber, tampoco les he prestado demasiada atencion. Y para rematar la cena, y teniendo en cuenta que me esta atendiendo la simpatica camarerita escocesa, pues algo de nuestra tierra, para que no la echemos mucho de menos. Un doble chupo de Glenfiddich servira. Joder, que bien que sienta el agua de fuego a estas horas y teniendo en cuenta que ya soy y me siento un año mas viejo.

De vuelta al alojamiento, y de la misma forma que hice ayer, me paro en el otro pub del pueblo. Entro dando tumbos, se ve que no estoy muy acostumbrado a beber single malts y el Glenfiddich me ha afectado mas de la cuenta. O sera el premio acumulado de las chelas del mediodia, el vino chileno, las sidras y el whisky, todo junto. Como no me quiero complicar la vida catando mas cervezas raras, me pido otra sidra, que de momento es lo que mas me ha gustado de todo lo que ofrecen por estos lares. Me la acabo a duras penas y ahora si que me siento borracho como una cuba. Lentamente y en mitad de la oscuridad, retorno al apartamento. Pero no caigo, antes de eso aun tengo los santos cojones de abrirme otra cerveza. Intento encender el televisor para ver si puedo entretenerme con alguna pelicula pero me da que no lo consigo. Joder, que comodo es el sofa. Me acabo la cerveza y cierro el tenderete por hoy. Se acabo el cumpleaños.

jueves, 17 de febrero de 2022

Cornualles 2. Los pubs de Portreath

No he dormido demasiado. Tampoco es que en mi rutina diaria lo suela hacer, pero no he pasado una noche comoda. No le pongo ninguna pega a la cama, pero supongo que cuando uno viaja le suele acontecer esto de que extraña su propio catre. En muchas ocasiones enmascaro este problema a base de ponerme como una cuba y caer horizontal como un tronco, pero esto no es lo que sucedio ayer, y supongo que de ahi viene el ligero malestar matutino. Vamos, que no taje todo lo que deberia haberme tajado. Aunque miremos el lado positivo del asunto, no tengo resaca y tras una pequeña ducha puedo realizar las primeras actividades del dia con una cierta claridad mental. Pues vamos alla.

Para abrir boca, me bajo al restaurant del alojamiento a dar cuenta de mi desayuno incluido en el precio de la habitacion. Como siempre que viajo a Inglaterra comento, estos malditos sassenachs no tienen ni puta idea de lo que es empezar el dia en condiciones. Los muy ingenuos estan muy orgullosos de su jodido "English breakfast", pero se les pasa rapidamente toda la tonteria en cuanto cruzan la frontera que tienen al norte y prueba un autentico "Scottish breakfast", especialmente en las Highlands. Vamos, que como siempre digo, echo mucho de menos los Scottish rolls, el black pudding, el haggis, la square sausage, los tattie scones... Menudos flojos estos inglesuchos. Pero bueno, como ya reflexione ayer, no protestemos tanto y adaptemonos a lo que esta gente ofrece, o si no lo voy a pasar mal constantemente. Ademas, siempre hay naciones mucho peores que Inglaterra. Ya sabeis de lo que hablo.

Hoy toca pillar carretera hacia el sur (en realidad misma direccion que ayer), para luego dar un giro al suroeste y meternos de lleno en nuestro destino final, la zona de Cornualles. Me quedan cuatro horas y pico para llegar a Portreath, que es el pequeño pueblo costero donde me voy a alojar los proximos tres dias, asi que, como aun es pronto, me puedo tomar las cosas con calma. De esta manera, y antes de subnir a mi vehiculo y emprender la marcha, me doy un paseillo por los alrededores del hostel y echo un ojo a ver que tiene que ofrecer esta aldeilla de Alveston, que ayer noche con tanta oscuridad no pude ver en absoluto. Y realmente no hay nada. Un cruce de carreteras, muchos campos y arboles, y alla a lo lejos la iglesia que lanzaba las macabras campanadas anoche. Una ligera caminata de unos cinco minutos me lleva hasta ella y alli me recreo viendo las decenas y decenas de tumbas que rodean la construccion principal. No se, esto de los cementerios siempre me ha llamado. Y ya esta, porque lo demas que mi vista capta en la distancia son un par de casas pijas y mas arboles y mas carretera. Pues vamonos para Cornualles, que estoy seguro de que pronto tendre sed y no quiero llegar demasiado desesperado por hacerme la primera.

Tras salir de la zona de Stratford, a las pocas millas vuelvo a pillar la autopista, y tras seguir bajando y pasar junto a localidades mas o menos importantes como Cheltenham, Gloucester, Bristol o Exeter, finalmente veo el cartelon que anuncia que por fin entro en Cornualles. Y la autovia, aunque algo mas cutre que la que me ha traido hasta aqui, continua, lo cual es una alegria para mi porque pensaba que al llegar hasta este lugar tan a tomar por culo de todo, solo habria carreteras de mierda. Pero no, la conduccion sigue siendo agil y resuelta, e incluso con menos trafico. Y asi continuo, manejando mi vehiculo tranquilamente, hasta que pillo la salida que corresponde y tras un par de millas por una carretera algo mas modesta y atravesando diversas poblaciones, finalmente llego hasta mi destino del dia, Portreath.

Siguiendo el navegador, acabo a mitad de subida de una colina que parece que se eleva directamente desde el mar. Detengo mi automovil justo en el punto indicado, aparco a un lado de la calle y entonces, al salir del vehiculo y darme media vuelta, me quedo atonito ante unas vistas al mar realmente espectaculares. Desde luego he sabido elegir el sitio. Me quedo medio idiotazo observando los acantilados y la preciosa playa, y analizando los entresijos de calles de la poblacion aledaña. Insisto, el paisaje es sencillamente perfecto. Pero de pronto algo me despierta de mi embobamiento. Sed. No podia fallar. El cuerpo ya me va pidiendo algo de jugo de cebada. Asi que cojo los bartulos y camino unas cien yardas por una pronunciada cuesta abajo que me va a llevar al apartamento, que tambien es de los que quitan el hipo, donde un tipo cincuenton muy simpatico, que supongo que es el propietario, me esta esperando con la mayor de las sonrisas.

El tio me dice que puedo bajar el coche por la empinada y estrecha rampa por la que he llegado andando y aparcar justo en la puerta. Aunque me parece un tanto arriesgado, le hago caso y, tras dejar el equipaje, me dirijo hacia mi vehiculo. Pero entonces el tipo me sujeta del brazo y, sin venir a cuento, me empieza a comentar los lugares de mas interes del pueblo y que deberia de visitar en las proximas horas. Su pub preferido, justo al doblar la esquina, otro pub mas grande con restaurant que queda cerca de la playa, la tienda de licores... en fin que el menda solo me habla de lugares de mamoneo. Me da que nos vamos a llevar bien. Yo no digo nada, simplemente sonrio mientras me relamo pensando en todos esos sitios, pero el propietario esta sufriendo un autentico orgasmo mental y no puede parar de hablar de chumeo. De pronto me espeta que deje el asunto de ir a por el coche y que me invita a un par de cervezas. Me cago en la puta, me he metido en la boca del lobo, si yo ya soy facilon y encima me lo ponen en bandeja... El caso es que no se que puta luz de responsabilidad se ilumina en mi cerebro que me hace decirle que primero voy a por el automovil y luego vemos lo de las chelas. Porque yo se que me lio facil y bajar el vehiculo por este camino de cabras yendo pedo, fijo que acaba en tragedia.

Pues el tipo se ve que se lo toma a mal, porque tras subir a por el coche, bajarlo y aparcar donde el menda me ha dicho, resulta que ya no hay rastro de el. El hijo de puta ha desaparecido, y no se por que pero intuyo que en direccion a alguno de los pubs anteriormente mencionados. La verdad es que casi lo agradezco, porque empezar mi experiencia etilica en la localidad tan a lo bestia seguro que no me iba a conducir a nada bueno. Asi que me instalo tranquilamente en el apartamento, que tiene todas las comodidades requeridas (includo un enorme sofa que va a dar mucho juego en los proximos dias), una amplitud fantastica y unas vistas al mar que resucitarian a un muerto. Y tras una larga media hora de disponerlo todo de cara a mi estancia, que va a ser de hasta tres dias en este lugar, pues ahora si, es hora de empezar la chuza. Vamonos a los pubs.

Como tengo bastante gazuza y de paso quiero darme un primer paseo por este pueblo de Portreath, decido encaminarme al pub mas lejano, el que queda cerca de la playa. El sitio es bastante tetrico y tiene su tipico ambientillo de lugareños, algunos de ellos, especialmente los que parecen pegados a la barra, realmente reventados. El camarero debe de andar cerca de los setenta tacos (si no los ha pasado ya) y se mueve con una lentitud extrema. Le pido informacion sobre las diferentes chelas locales con el tipico y ya excesivamente manido cuento del turista escoces perdido, pero el tio o no me oye o no entiende mi acento, porque me pone una cerveza al azar. Offshore, bueno, por lo que leo en la etiqueta del tirador es una lager de la zona. Me servira. Me la enchufo en dos tragos y despues me pillo, por probar algo diferente, una sidra llamada Cornish Gold, que esta realmente de puta madre. Hasta tal punto que, junto con unas pequeñas viandas para llenar el estomago, me pido otras dos mas.

Ahora me encuentro realmente bien. Barriga llena, medio puntillo etilico y relax total. Ademas me siento en una mesa en donde, en lugar del viejo sordo de la barra, me atiende una camarerita en sus primeros veinte y que ademas es de Glasgow. En la gloria. Mantenemos un par de conversaciones sobre nuestra querida tierra norteña y ella me comenta que ya lleva aqui dos años y que echa muchisimo de menos Escocia. Yo le diria que mientras haya cerveza, uno se puede ir a cualquier rincon del mundo y no echar nada de menos, pero claro, quiza ella no sea tan talanquina como yo. Que le vamos a hacer. Y a todo esto, que puto calor hace en este puto pub. Es que ahora mismo me estoy asando. Me cago en el puto camata viejo sordo. Me doy la vuelta y me doy cuenta de que el muy hijo de puta esta echando troncos a la chimenea y avivando mas y mas y mas el fuego, hasta hacer que esto sea un puto horno. Oiga, viejo, que fuera hacen diez grados, que no estamos en Siberia, joder. Aunque mejor no le digo nada. Total, esta sordo.

Cuando finalmente salgo del pub, porque no aguanto mas la jodida temperatura infernal, ya llevo una buena curcia. Es tarde y deberia irme a descansar, pero aun voy a hacer un par de paraditas que me resultan mas que necesarias. Justo antes de que cierre me cuelo en la famosa tienda de bebidas que el propietario del apartamento me habia comentado. Y me doy cuenta de que en realidad es una especie de badulaque que vende de todo. Debe de ser la unica tienda del pueblo. Obviamente me pillo unas cuantas cervecitas del terreno, variedad, para degustar en el alojamiento, mas que nada. Pero tambien me hago con algo solido para prepararme los desayunos. Si, ya lo se, la mierda de siempre, no hay haggis. Pero bueno, salchichas, huevos, bacon, baked beans, crumpets... subsistiremos con lo que nos ofrecen por aqui.

Y bueno, ultima parada del dia antes de ir a la cama, ya muy cerca del apartamento. Pues el otro pub del pueblo, el que mi anfitrion me habia dicho que era su preferido. La primera idea que me viene a la cabeza es que quiza el tipo este aqui dentro pegandole a base de bien y ya con un buen nivel etilico, sobre todo si ha estado sin parar desde que desaparecio nada mas hacer mi check-in. Pero lo cierto es que la sed por hacerme una ultima me puede y decido que me da igual lo que me encuentre en el lugar. Asi que atravieso la puerta y me doy de bruces con la barra. Aqui no hay camata sordo, sino una treintañera no demasiado simpatica a la que, indefectiblemente, le vuelvo a soltar la cantinela del turista perdido. Tras presentarme con una cierta desgana lo que tiene en los tiradores, me tiro por una cerveza tipo ale de la zona que sinceramente me sabe a rayos.

El pub en si no esta mal, tiene una tele enorme donde hay un partido de futbol al que nadie hace caso y al fondo veo unos chavales jugando al billar. Pero lo cierto es que me encuentro realmente cansado y esta ultima chela me ha dejado un mal sabor de boca. Entre la oscuridad de la noche (otro puto pueblo sin farolas) y por un caminito peatonal que sube colina arriba entre la maleza, regreso a mi apartamento, que me espera con los brazos abiertos y con la nevera deseando recibir los brebajos que he adquirido en la tienda. Y ya puestos, pues antes de dormir me abro una, asi me voy feliz a la cama. Aunque en realidad nunca llegare a ella, porque me siento en el famoso sofa gigantesco a hacerme mi cervecita... y ahi me quedo.

miércoles, 16 de febrero de 2022

Cornualles 1. Tras los pasos de Shakespeare

Una fantastica tierra en el suroeste de la isla de Gran Bretaña, llena de historia y leyendas de toda indole, y con una cultura y unas costumbres de lo mas interesante que uno pueda encontrar no solo en las islas britanicas sino posiblemente en toda Europa. Morada de piratas, cuna del Rey Arturo, lugar donde se cruzan y confunden mar, cielo y tierra. Una afilada peninsula que en su momento y para algunos representaba el fin del mundo. Todo eso y mucho mas. Si, amigos, estoy hablando de Cornualles. Seguro que todos en alguna ocasion habeis escuchado mencionar este interesante punto geografico. Quiza algunos no tengais claro del todo como ubicarlo con exactitud en el orbe, pero bueno, para eso estan los mapas y las aplicaciones de localizacion en los celulares. Asi no tengo que explicaros nada mas ni continuar explayandome con el sitio en cuestion. Que la verdad es que menuda paja mental me he hecho en este primer parrafo. Asi que vamos a dejarnos de tantas loas y alabanzas, y entremos en materia, que para eso estamos aqui.

Pues si, nos vamos a Cornualles. Lo cierto es que todo esto surgio buscando en un mapa el lugar mas lejano en la isla de Gran Bretaña al cual podia ir partiendo desde Glasgow. Son nueve o diez horas en automovil, dependiendo del trafico y circunstancias inesperadas, y queda lo bastante lejos como para olvidarse de la rutina cotidiana durante unos cuantos dias. Asi que ahi vamos. Pero para hacerlo mas interesante, me planteo no hacer el viaje del tiron y parar a pasar noche en algun punto intermedio, tanto a la ida como a la vuelta. Supongo que es la tipica excusa para poder catar las cervezas autoctonas de cada lugar por el que voy pasando, pero lo cierto es que la primera parada del viaje va a suponer mas un subidon de cultura para nuestros denostados cerebro que la elevacion del grado etilico en sangre.

Stratford-upon-Avon es una localidad inglesa que queda un poco mas al sur de Birmingham, concretamente en el Warwickshire. Y no seria mas que un pueblo muy pijo donde todo dios habla con ese acento sivarita que parece que tengan la boca llena de mierda, sino fuera porque en su dia un tal William Shakespeare nacio en este lugar. Bueno, nacio, vivio y murio. Vamos, que es el puto hijo predilecto del pueblo. Y claro, teniendo en cuenta que aqui mucho mas no hay, pues ya tenemos claro de que vive toda la villa. De los jodidos incautos como yo que paramos aqui solo para hacernos un par de fotitos justo delante de la casa donde nacio el susodicho escritor. Pero seguro que en mi caso no solo me limito a eso, que me conozco.

La cuestion es que el viaje de Glasgow hasta Stratford se me hace medianamente ameno, a pesar de las horas y horas de autopista y de acabar cerrando los ojos y seguir viendo rayas, asfalto y camiones. Supongo que la buena musica que siempre me acompaña me ayudo a sobrellevar la conduccion. Finalmente, y tras unos ultimos minutos de carreteras de algo menor categoria, consigo llegar al que va  ser mi lugar de descanso para esta noche. Se trata de un hostel en Alveston, a tan solo dos millas de lo que es el centro de Stratford, y en una zona totalmente rural, mas alejado del meollo del centro de la pequeña urbe shakespeariana. Yo pensaba que por el baratisimo precio que pague por este alojamiento me iba a encontrar algo cutre y muy tetrico, pero lo cierto es que el sitio esta mejor que muchos hoteles de gran categoria. Habitacion bastante amplia con baño privado, todo extremadamente pulcro y limpio, enormes y preciosos jardines rodeando la propiedad, restaurante y bar. Y aqui esta lo bueno. He dicho bar. Si, bar. Y esta abierto. Vale, pues lo de acomodarme en la habitacion puede esperar. Voy a hacerme la primera del dia.

La camarera es una señora delgaducha (casi con pinta de sidosa) que tendra cuarenta y tantos, muy jovial y activa. Ni corto ni perezoso, me apalanco en la barra y le suelto mi cantinela habitual del turista escoces perdido que quiere catar caldos propios de la zona. Y la pajara rapidamente me presenta una serie de cervezas, no locales, pero medianamente cercanas, con la vision de las cuales mis ojos empiezan a brillar de forma mas que notable. Me lanzo a por la Twisted Spire, que es un blond ale, y que no me acaba de desagradar a pesar de que no soy en absoluto fan de los ales ingleses. Pero bueno, estando donde estamos, nos tendremos que amoldar a los productos de la tierra. Mientras contengan alcohol... Y bueno, que habra que mover el culo del bar este del alojamiento o si no me da que ni Stratford, ni Shakespeare, ni la abuela de Hamlet colgada de una soga. Venga, vamos para el centro antes de que anochezca, que ya queda muy poco para ello, y a ver si podemos ver algo medianamente cultural.

Lo cierto es que no es la primera vez que visito esta ciudad. Creo que fue alla por 2004 cuando hice mi primera incursion en el mundo shakespeariano. Casi han pasado cuatro lustros pero aun recuerdo bastante bien las calles y donde estan los puntos de interes. Asi que me pateo la famosa Henley Street, donde esta la vetusta casa donde nacio el gran personaje, y despues callejeo un poco para pasar por la que fue su casa familiar hasta el dia de su deceso, la iglesia donde fue enterrado, que queda justo a la vera del rio Avon y... bueno, pues que tengo sed. Y creo que, casualmente, aparque mi automovil justo frente a un par de pubs. Asi que vamos a acercarnos a la zona a recoger mi vehiculo y de paso me refresco un poco mas el gaznate.

No puedo con el acento y los modales extremadamente pijos de este jodido pueblo. Yo creo que no es que sea la forma de hablar propia de la zona, es que los muy hijos de puta se enfuerzan y retuercen aun mas para que parezca mas pijo todavia. Es deleznable. Pero lo peor es entrar a un pub y darte cuenta de que no es el tipico tugurio de puta madre que te encuentras en Glasgow. Joder, es que aqui entras sediento y sudoroso como un cerdo a refrescarte el gaznate y te encuentras que el pub es una puta mansion victoriana con salones de te, relojes de cuco, mobiliario del Siglo XIX y hasta putos mayordomos que te sientan y te abanican. Pues vale, todo eso esta muy bien, pero yo quiero una chela. Y ahi que viene el puto mayordomo todo trajeado y te trae una pinta en una bandeja y te hace una reverencia. Putos raritos de los cojones. Creo que me voy a hacer una y voy a salir pitando de aqui.

Justo antes de subirme al coche para ir de vuelta al alojamiento, me encuentro a un pordiosero sentado en un banco a la vera del rio Avon. Me impresiona por el contraste del andrajoso individuo con todo el pijerio que inunda el resto de la localidad. El tio esta sentado (o mejor dicho medio tirado) junto a valla, con un par de latas de Kronenbourg abiertas y rodeado de gansos enormes a los que esta intentando dar de comer. Vaya escena. Todo sea que los gansos, que no son precisamente unos bichos muy tontos, le metan un picotazo y le roben las latas de cerveza. En fin, que me vuelvo al hostel a terminar la noche. Empiezo a estar cansado y solo llevo un par de jarrillos en el cuerpo. Supongo que tanto pijerio no me ha sentado nada bien.

Ya en el alojamiento, mas tranquilo, me siento en el restaurant y, mientras me pienso si ceno algo o no, me casco un par de cervezas. Empiezo a encontrarme mejor. Asi que me enchufo una hamburguesa de pollo para mitigar un poco el hambre, y es que con todo el lio del viaje creo que no habia comido nada en todo el dia. Me sienta realmente bien al estomago, hasta el punto de que me despeja una cierta modorra que se habia apoderado de mi y que me hacia presagiar un futuro inmediato en posicion horizontal. Me animo y decido que me apetece darme un paseo por esta pequeña aldea a ver si hay algo interesante. Pero al salir al exterior, y teniendo en cuenta que ya es una hora bastante tardia, me hago cargo de que la oscuridad es practicamente absoluta. Vamos, es que aqui no hay ni putas farolas. Y no atisbo ni casas, ni calles, ni nada de nada. Simplemente estoy en un cruce de carreteras donde todo esta jodidamente oscuro.

A lo lejos escucho las campanas de una iglesia. Una malevola idea cruza mi mente. Normalmente, donde hay una iglesia, suele haber algun mamodromo cerca. Me surge la tentacion de comenzar a caminar en la oscuridad en direccion a las campanadas. Pero es que no se ve nada, joder. Y vete a saber a que distancia esta la puta iglesia. Y si me equivoco y no hay pub, estoy bien jodido en mitad de ninguna parte. Demasiados pensamientos contradictorios cruzando por mi mente. Mejor me doy un paseo por el jardin del hostel, que tambien esta mas oscuro que el culo de Kunta Kinte, y me vuelvo para dentro a tomarme la ultima. Y en esto que tras dar unos pocos pasos, de pronto, veo una extraña luz a lo lejos.

Un poco mas alla, siguiendo la carretera, parece que hay una casa. Pero fijandome un poco mas, veo que tiene varias luces, bastantes luces, de hecho. Voy a investigar. Me acerco, me acerco un poco mas, ya casi estoy llegando y... Exacto. Es un pub. Buena forma de terminar la noche. Me apalanco en un comodo sofa y me pido hasta tres chelas. Finalmente el cansancio se apodera de mi y decido que es hora de volver a atravesar la oscuridad en direccion al alojamiento. No voy demasiado afectado, pero necesito descansar puesto que mañana me espera una nueva jornada de conduccion bastante prolongada. Al final han habido mas cervezas que Shakespeare, pero bueno, conociendo mis aficiones tampoco se podia esperar menos de esta curiosa villa de Stratford-upon-Avon. Beber o no beber, he ahi la cuestion.

 
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