viernes, 16 de marzo de 2012

El legado de Zetaparo

La herencia de Zetamierdoso y su patética mafia de desgobierno ha dejado a España en la más absoluta de las ruinas y a una grandísima parte de sus ciudadanos muriéndose de hambre cuando no pegándose un tiro por la desesperación que supone para más de uno el no tener nada, y ni tan siquiera un atisbo de futuro, porque hasta eso se han cargado estos hijos de puta nazisociatas. Pero este maravilloso legado va incluso más allá, y sobrepasa lo económico, que siempre tanto ruido hace. ¿Qué decir de lo social? El subpresidente anormal que pedía más "tensión" entre los ciudadanos para poder continuar en la poltrona ha conseguido la mayor división, violencia, intransigencia y enfrentamiento entre conciudadanos que jamás se haya vivido en el país. Me atrevería a decir que incluso peor que durante los días previos a la tan rememorada por parte de estos hijos de mala madre Guerra Civil Española. Esto querían los españoles, un dirigente lunático, y he aquí el resultado, miseria, violencia y enfrentamientos. Gracias PSOE, gracias ZP.

España no es un lugar seguro para nadie. Si muchas veces hemos comentado que la aberrante delincuencia inmigrante era uno de los mayores cánceres de la nación, por desgracia otros problemas mucho mayores parece que ahora son los que amenazan al país por los cuatro costados. Delincuencia inmigrante, por cierto, fomentada por estos mismos hijos de puta nazisociatas, que consideraban muy guay, progre y multicultural, traerse, en lugar de a gente trabajadora y comprometida de otras naciones, a la escoria más inmunda y delictiva de los peores países a lo largo y ancho de todo el orbe. Como se suele decir, lo peor de cada casa, eso es lo que ha aterrizado en España. No me extraña que cuando uno va a México o Nigeria, países otrora de los más peligrosos del planeta, te digan que desde hace unos años se vive más seguro por esos lares, puesto que todos los peores delincuentes y gentuza se han largado al paraíso de la delincuencia mundial, España, donde si tienes la tez un tanto (o un mucho) oscura y hablas un poco raro, ya puedes hacer las mil perrerías que nadie te podrá acusar a riesgo de ser un "facha" y un xenófobo.

Pero no quería hablar de inmigración, no, hoy no. La delincuencia inmigrante ya está muy vista, y no es que no preocupe, pero casi que ya estamos acostumbrado a tener que cubrir un cupo de ataúdes, violaciones y robos por parte de estos salvajes amigos de progretas. Ahora el gran problema es la violencia entre los propios españoles. Entre usted en un bar y hable de política y puede que alguien le rompa una mano y la nariz. Ya ni siquiera de política, ni de fútbol se puede hablar, porque jamás el deporte ha estado tan politizado y ha supuesto un enfrentamiento tan violento en este país. Es que por lo menos antes esto era un circo para idiotizar a las personas, ahora, después del fantástico paso de Zetamierdoso por Moncloa, el fútbol se ha convertido en arma arrojadiza para insultar, pegar y de aquí a no mucho, porque nadie parece querer poner remedio a esto, también matar.

Los ciudadanos van por la calle con ganas de darse hostias unos a otros, los "estudiantes" en lugar de dedicarse a estudiar se dedican a liarse a mamporros con la policía y con cualquier pobre distraído que se les cruce por delante. Los intolerantes (véase psoístas, progretas, pijohippyprogres, feminazis y demás mierdas creadas durante los últimos ocho años) se creen con el derecho a pegarte una paliza, matarte a palos o quemarte vivo solamente porque no pienses como ellos o no les sigas su lunática corriente. Y ya la última moda es la de los ayuntamientos que por sus santos cojones se niegan a pagar sus impuestos porque, claro, ahora que los nazisociatas ya no desgobiernan, hay que provocar altercados, sublevaciones, motines e incitar a la violencia contra todo lo que suene a España. Y como tenemos a un nuevo ejecutivo de mequetrefes mindunguis y maricomplejines que no mueven un dedo para que nadie se enfade y los califique con el pueril insulto de "fachas", pues el país se irá a la mierda y se lo tendrá bien merecido, por tener a tanta cantidad de imbécil profundo entre sus conciudadanos. He aquí la maravillosa herencia de estos ocho años de "talante" y "tensión", el legado de Zetaparo el magnífico. Muchas gracias, hombre, muchísimas gracias por dejarnos ESTA España.
 
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