sábado, 5 de diciembre de 2015

Experiencias madeirenses 2. El oeste de la isla

Buenos dias. Buenas resacas. Es lo que tiene levantarse temprano despues de tanta carallada. Pero hay que estar activo, tenemos un interesante dia de carretera por delante para visitar toda la parte oeste de la isla de Madeira, asi que vamos a desayunar y coger fuerzas. El desayuno en si no esta mal, no es mi habitual desayuno escoces pero me puedo conformar, sobre todo porque con la resaca tampoco me entra la comida demasiado bien. Claros y nubes sobre Funchal, aunque parece ser que alla a donde vamos la cosa va a estar algo mas nublada, nos adaptaremos a lo que sea.

Salimos de Funchal en direccion oeste por la autopista que atraviesa toda la parte sur de la isla. Esto es una sucesion de localidades turisticas concatenadas sobre las diferentes laderas de las montañas. Quinta Grande, Ribeira Brava, Punta Do Sol y muchas otras poblaciones van quedando atras entre fantasticos paisajes que combinan montaña con mar de una forma casi perfecta. La autopista es una sucesion de tuneles, menuda pasta se han dejado aqui en infraestructuras, es evidente que en una isla que es un pedazo de roca es muy complicado hacer una carretera en linea recta salvo que atraveses la roca propiamente dicha. Y eso han hecho, perforar, y aun asi no os creais que la cosa es muy recta del todo.

Tenemos llovizna a ratos y la cosa parece que va a ir empeorando, a pesar de que los 20 grados no los mueve nadie. En un momento dado se nos acaba la autopista y comienzan las carreteras guapas de montaña, parece ser que estan acabando de construir mas tuneles nuevos y mientras tanto nos toca disfrutar de la carretera vieja. Oye, pues esto me da una buena idea, quiza podria parar en alguno de estos pueblecillos que ahora voy atravesando y que ya tienen bastante poco de turistico. Una cervecita en una de estas aldeas no me vendria mal, pues alla voy.

Paro en un sitio que parece el tipico bar de aldea, pero al entrar pronto me doy cuenta de que tambien es una tienda de ultramarinos, papeleria, correos, venta de tabaco, de souvenirs, de casi todo lo que quieras, y al final, si, la barra, la minibarra, eso si, con gran variedad de botellas y por supuesto Coral, que desde ayer ya empieza a ser nuestra cerveza preferida. El hecho de que no hablen ingles me confirma que por estos lares turismo hay poco, logicamente el precio por la birrita es irrisorio, creo que ha sido una gran idea lo de parar en este lugar. No se ni como se llama la aldeucha, pero ya estamos muy cerca de nuestra proxima parada, Ponta Do Fargo, la poblacion en el extremo suroeste de la isla. En un espectacular mirador y rodeado de vacas, tomo unas fotos acojonantes de los macabros acantilados y de un faro perdido que nos indica que efectivamente estamos en la misma punta. Alla a tomar por culo, y mas alla del oceano, America.

Rumbo norte y montaña arriba atravesamos una cerrada niebla que coincide con una mas cerrada todavia vegetacion selvatica que cae sobre la carretera desde todas partes. El viento y la lluvia tambien se nos echan encima y, a pesar de que la temperatura es muy agradable, el clima es bastante inhospito ahora mismo. A no mucho tardar llegamos al extremo noroeste de la isla donde, bajando un acantilado y junto a la costa, se encuentra otra bonita poblacion llamada Porto Moniz, conocida por sus piscinas naturales formadas por el mar entre las rocas. Vuelven a aparecer los turistas. Unas fotitos y salgamos rapido de aqui.

Ahora vamos bordeando la costa norte de la isla en direccion este y la verdad es que ya hay gazuza. Paramos como por inercia en una poblacion llamada Seixal. Los huevos por inercia, aun me acuerdo que el vino que me casque anoche para cenar se llamaba Seixal. Vemos un restaurante donde no parece que haya presencia turistica, vamos a ver que nos ofrece. Para mi decepcion no tienen ningun vino autoctono, asi que decido que lo mejor es continuar a Corales. Hoy probaremos el pulpo, otro clasico de la gastronomia de la isla, y que esta realmente cojonudo, y un arroz de pescado y marisco que me defrauda un poco porque tiene mas ingredientes congelados que frescos. No muy lejos de aqui queda un parque eolico en lo alto de las montañas que tiene pinta de ofrecer espectaculares vistas. Quiza sea nuestra proxima parada.

Seguimos conduciendo tras haber llenado el estomago y refrescado el gaznate. La lluvia ya es incesante, la niebla va a ratos segun subimos y bajamos las montañas. Cogemos los desvios adecuados para el susodicho parque eolico pero a unos 1200 metros de altitud la carretera esta cortada, no podemos llegar hasta arriba. Parece ser que la pista no esta en muy buen estado por ahi arriba debido a la inesperada mala climatologia de hoy. Pues una pena perderselo, pero tampoco vamos a sufrir mucho, Funchal no esta muy lejos de aqui y a mi me esta empezando a entrar sed de verdad. Empiezo a pensar en el bar del figado y el pub de anoche y me empiezo a emocionar. Hale a Funchal, cojones.

Imprudentemente, de pronto se me ocurre meterme con el coche en pleno Funchal y visitar varios puntos interesantes conduciendo por las estrechas, macabras y peligrosas calles. Realmente no quiero recordar esto porque casi sufro un puto infarto. Montaña abajo por una estrechisima calle se me bloquean los frenos y tengo que hacer un autentico rally que casi acaba con el coche, mi persona y algun que otro peaton despistado, despeñados y a trocitos en el fondo de algun barranco. Tras haber salvado la vida a base de derrapes y un autentico desafio automovilistico, agradezco a la providencia el haber aprendido a conducir tan bien cuando era joven. Que le den por culo al coche y a las putas calles de Funchal, yo me voy al hotel y me casco unas cuantas Corales. Para olvidar el mal rato pasado, ya se sabe.

Apenas acaba de anochecer cuando ya llevo dos o tres cervecitas en la terracita del hotel. Aqui en la capital el clima es bastante mejor que lo vivido hoy en el resto de la isla. Asi que me decido a bajar al bar del figado, donde me hago varias tapitas para cenar, obviamente acompañadas por Corales. Despues me doy un interesante y cansino paseo por todo el centro, a un lado y a otro, sin parar, no me quiero perder nada, aunque estoy realmente cansado. Despues de unas tres horas me doy cuenta de que ya no puedo ni andar, pero estoy al lado del Venda Velha, el pub donde acabe anoche. Pues el plan va a ser el mismo, cervezas hasta aburrirme. Total, al lado tengo mi parada de taxis preferida. A eso de la medianoche pillo uno de vuelta al hotel y una vez alli me hago dos cervecitas mas y a la cama. Necesito descansar. Mañana sera otro dia.
 
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