lunes, 7 de diciembre de 2015

Experiencias madeirenses 3. El este de la isla

Hoy la resaca es menos intensa, pero el cansancio se va acumulando. De nuevo el consistente desayuno del hotel ayuda a reponer fuerzas. Nuestra primera excursion del dia va a ser montaña arriba, tal cual suena, puesto que vamos a visitar el pico Arieiro, el mas alto de toda la isla, con sus 1818 metros y que es perfectamente visitable ya que una interesante y sinuosa carretera de montaña lleva hasta su cumbre. Pues ahi vamos.

Como ya he mencionado, la ciudad de Funchal se encuentra en una ladera de monte que cae hacia el mar, y mira tu por donde que lo que hay en lo mas alto de ese monte es nuestro destino, el susodicho pico Arieiro, asi que tan solo veinte minutos de ininterrumpida subida en coche nos van a dejar en tan elevado punto geografico. Eso si, aunque una vez fuera de la ciudad todo es bosque, maleza y naturaleza en general, siempre tenemos la suerte de encontrar algun bar o abrevadero de carretera donde hacernos una Coral para empezar el dia con la entonacion debida. 

Despues de cruzarnos con varios rebaños de ovejas que nos invitan a meterlas al maletero para hacernos una buena barbacoa (cosa que al final por alguna razon no hacemos), llegamos hasta la bola, que marca el punto mas alto de la isla y de paso la minuscula base militar que alli se ubica. Militares no se ve ni uno, deben de estar hasta los huevos de tanto turista, y es que de estos si que hay muchos pululando por la zona. Y eso a pesar del fresco que corre por aqui arriba. A algunos pobres les pilla por sorpresa el repentino cambio de los 23 graditos de hace un rato en Funchal a los apenas 8 que hay aqui en el pico, y con un viento que te deja pajarito, sin ninguna duda.

A mi el fresco me estimula la sed. Bueno, a decir verdad me la estimula cualquier temperatura y situacion, asi que bajando ya del pico por la otra ladera (que da a la parte norte de la isla), es hora de hacer una parada en Ribeiro Frio, un pequeño pueblo que no tiene mucho de peculiar salvo que tiene varios abrevaderos para humanos. Y obviamente, cae otra Coral. Mientras refresco el gaznate veo en el mapa que bajando por esta ladera acabamos en la localidad de Santana, me imagino que otro punto turistico. Pero de pronto se me ocurre que, para evitar el contacto con mis tan odiados turistas, mejor me meto monte arriba por la carretera vieja que entra por un lateral de la poblacion en lugar de coger los tuneles que nos llevan al centro. Y vaya si va a ser una buena idea.

Tengo hambre y me apetece al menos una tapita para que el pedo no sea un exceso. De pronto, cuando apenas empiezan a aparecer las primeras casas de Santana, veo un bar misteriosamente llamado O Barril. Suena bien, vamos a ver si dan de comer. El menda de la barra, un tipo de veintilargos, me dice que si quiero comer me hace una espetada casera, que alli no tienen nada mas. No tengo tanta hambre, pero viendo lo cutre del sitio intuyo que esto va a estar de puta madre. El tipo me dice que me acomode en la terracita y me pone por la cara un vino de degustacion, tipico de la localidad. Empezamos bien.

De pronto ante mi me veo un cuarto de vaca muerta, el tipo me la muestra para que vea lo fresco que es el producto, y comienza a hacerla trocitos delante de mis narices. Obviamente ya le he pedido otra botella de vino, esta vez un Douro portugues, tinto que esta cojonudo y que me recuerda a los mejores Ribera de Duero españoles, por razones obvias. No dire mucho mas salvo que es la mejor espetada que podia comer. Mas aun cuando el tipo me dice que no me va a sacar cubiertos, que lo tipico es comerla con la mano y chuscos de pan. Pan casero que esta mas que cojonudo, por cierto. Bueno, y lo del precio ya es para cagarse de la risa, yo creo que me cobra porque le sabe mal regalarme tanto papeo. Creo que he estado mas de dos horas aqui dandome el festin y casi hasta me da pena dejar Santana, pero hay que seguir carretera adelante hacia el extremo este de la isla.

Pasamos varias poblaciones no tan turisticas como me pensaba (el norte de la isla parece mucho menos turistico que el sur), como Porto da Cruz y Machico, hasta llegar a una lengua de tierra que se mete en el oceano hasta acabar en dos islotes que representan el punto mas oriental de la isla. Muy bonitas vistas, pero poco mas. Y la verdad es que, como siempre, empiezo a tener sed otra vez, pero esta vez de verdad, asi que, como ya va cayendo la tarde, quiza sea hora de recorrer esa media horita que me va a llevar de vuelta a Funchal. Lo mas reseñable de este recorrido es que paso por debajo de la imponentes columnas que sostienen el aeropuerto sobre el mar, que a decir verdad es algo que causa bastante impresion.

Funchal, hotel, todavia una horita y pico hasta que se ponga el sol. Me voy al bar, me abro una Coral y me sumerjo en la piscina, que cojones, me estaba llamando. Me salgo, me tumbo en una hamaca, me abro otra cervecita y dejo que el sol caiga definitivamente. Hora de bajar hasta el centro a enchufarse alguna que otra tapita en el bar del figado. Hoy esta concurrido el sitio, un vejete me empieza a taladrar con el Celtic de Glasgow y la copa de Europa que gano en Lisboa. Por lo visto el estaba en el campo aquel dia. Si, era 1967, ya os dicho que se trataba de un vejete. Entablo conversacion y les digo a los habituales que no saben lo de puta madre que esta este bareto. Vaya si lo saben, por eso no hay quien los saque de aqui. De paso me entero que el sitio se llama Bar Expresso. Bueno, para mi seguira siendo el bar del figado.

Recorro las calles de Funchal (un dia mas y eso que no me queda mucho que ver), y en una sombria esquina lejos de casi todo me encuentro O Nosso Bar, otro sitio cutre lleno de viejos con interesante tapeo. La camarera es una brasileña que se parece a Ronaldinho, vaya dentadura, colegas. Por lo demas, mas cervezas y tapitas variadas. Entre la espetada de O Barril y tanto tapeo en baretos hoy estoy realmente comiendo de puta madre. Y si, lo siguiente es acercarme a cascarme unas ultimas rondas de chumeo en el Venda Velha.

No me habia fijado en las anteriores noches, pero de camino al pub en cuestion, paso por la puerta de un Strip Tease Club. Hombre, pues habra que entrar a ver que se cuece. Por lo pronto el portero ruso que me dice que la entrada es gratuita me cae bien, se le ve simpatico y en busca de clientes, obviamente. Una vez dentro el local esta muerto. Ni striptease ni leches, tan solo una camarera gorda medio en pelotas. La Coral me cuesta 5 pavos, malo, me la voy a acabar y a salir de aqui pitando. Poco a poco empiezan a aparecer putas, alguna se me acerca para pedirme que le invite a una botella de campagne. Anda si, que estoy yo como para historias. Las dos ultimas ya directamente me dicen que suba a cardar con ellas al privado. 150 pavos cada una. Esto... me acabo la birra de un trago y salgo disparado de alli. Ni me despido del ruso, que por cierto esta cobrando la entrada a otros dos clientes. Pringaos.

Pues si, vaya perdida de tiempo y de dinero. Mejor me casco un par de Corales en el Venda Velha, me subo a un taxi para volver al hotel, como ya viene siendo habitual, y una vez alli me abro una o dos mas en el bar. Y lo de siempre, me voy a la cama tan contento. Mañana seguro que me espera otro intenso dia, y supongo que tambien esta extraña resaca sostenida de la que no acabo de deshacerme del todo.
 
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