miércoles, 8 de junio de 2016

Una semana en Finlandia 2. De Joutsa a Yli-Li

Hora de despertarse en Joutsa, de buena mañanita, como esta mandado. Un desayuno continental cortesia del alojamiento en que nos encontramos nos espera, y despues millas y millas de carretera en direccion norte. Y es que nos dirigimos al Circulo Polar Artico. Hasta alli queremos llegar, aunque no sera hoy, donde nos quedaremos muy cerca, sino mañana, cuando alcancemos la villa de Rovaniemi. Pero no adelantemos acontecimientos, de momento, y tras desayunar, nos damos un paseito por los rurales alrededores de nuestro hotelucho, intentando tomar fuerzas para subir al coche y enfilar carretera direccion norte.

Estamos entrando en la denominada region de los lagos, una extensa zona en la parte mas central de Finlandia, dominada por la ciudad de Kuopio, la cual entraba en nuestros planes de visita hasta ayer mismo, pero esta mañana, y tras revisar la ruta en el navegador, decidimos no dar el pequeño rodeo que nos asomaria a tan hermosa villa (al menos eso nos han comentado). Y es que ya de por si tenemos muchas horas de coche por delante, y el visitar Kuopio nos retrasaria algunas horas mas. Pues si, es una pena, pero tendremos que obviarla. Asi que ponemos direccion a Oulu, en la costa noroeste, y tambien una ciudad de considerable tamaño para lo que son las urbes finlandesas.

Apenas hemos recorrido una hora de camino y de morros nos encontramos con una señal que nos indica un cercano museo de la aviacion, junto a la carretera. Son estas las cosas que uno espera encontrarse en estos paises, sorpresitas en mitad de la ruta que te hacen entretenerte. Al final hemos hecho bien en coger la ruta rapida. Cazas del ejercito finlandes (y algun ruso perdido), helicopteros, radares, arcaicas baterias antiaereas... la verdad es que el museo merece la pena, aunque tampoco nos podemos encantar, sigue quedando mucho camino por delante.

Conduccion en plena region de los lagos, los paisajes son bellos por momentos, aunque me sigue sorprendiendo la cantidad de trafico que nos encontramos. Nada comparado con la locura de otros paises del centro y sur de Europa, pero aun recuerdo las carreteras desiertas de la vecina Suecia o el sentirse como el unico habitante del planeta en Islandia. Eso si, ahora que menciono a Suecia, la estampa cada vez se va acercando mas a la del eterno vecino. Carretera y arboles, carretera y arboles, carretera y arboles... y cuanto mas al norte circulamos, mas carretera y mas arboles... Al final del dia te tumbas en la cama y sigues viendo carretera y arboles...

En Finlandia es muy complicado encontrar restaurantes de carretera o incluso en los pocos pueblos que uno pasa en su trayecto. Y es que la distribucion de la poblacion en este pais rara vez se establece en pueblos. No hay zonas deshabitadas en absoluto, pero es mas comun ver casas desperdigadas, en plan granjas americanas. No se produce la tipica reunion de viviendas en torno a un pueblo, con plazas, calles, servicios y demas, no, son casas diseminadas a lo largo de cientos y cientos de kilometros. De esta forma, encontrar abrevaderos y sitios donde poder menear el bigote es muy complicado. Tan solo, y muy de vez en cuando, cuando llegas a una confluencia de casas mas o menos numerosa, te encuentras una pizzeria.

Como no he venido aqui a comer pizzas, decido parar junto a un laguito y ver que llevo en el maletero. Ayer hice un buen aprovisionamiento de camino a Joutsa, asi que en un idilico paraje junto a unas asquerosas aguas estancadas, improviso un hornillo y me cocino cuatro o cinco chorradas para mitigar el hambre. Echo de menos una buena sidra de pera, pero como aun queda bastante por conducir, habra que moderarse. De aqui a no mucho pasare por Oulu, y alli posiblemente pare en un supermercado a comprar algo para cenar esta noche y un buen surtido de mamoneo. Joder, solo de pensarlo me esta entrando una sed criminal. Venga, recojamos la paraeta y para Oulu.

Trafico tanto al entrar como al salir de esta ciudad costera del Baltico. Trescientos mil habitantes, se nota, aqui huele a civilizacion. Buen momento para detenerse a hacer unas compras para esta noche. Si, vale, hay mucha comida tipica, pero lo bueno esta en las neveras. Esto es el paraiso de la sidra, no me cansare de decirlo. La Somersby danesa, que probe por primera vez en Islandia, y que aqui se manifiesta con todos sus macabros y exoticos sabores, por supuesto pera, pero tambien, arandanos, frambuesa, fresa... Y un clasico finlandes, la Upcider, tambien con diferentes sabores, entre los que me llama la atencion la de frutas silvestres.

El alojamiento de esta noche se encuentra a unos cuantos kilometros al noreste de Oulu, concretamente en un paraje rural, junto a un rio, perteneciente a Yli-Li, curioso nombre de poblacion que mas me recuerda a la China profunda que a la Laponia donde ya practicamente estamos entrando. La promocion de productos organicos que vi en internet sobre este hotel (o lo que sea) me da en la nariz que debe de ser una especie de comuna hippy o similar. Estoy preparado para todo, llevo sidras. La lluvia hace acto de aparicion una vez pasado Oulu y ahora que ya nos encontramos en carreteras algo mas secundarias. Al final el navegador me dice que gire por un camino de tierra medio embarrado y tras atravesar la maleza como si fuese a introducirme en un poblado zombie, aparece ante mi un tetrico edificio que me parece que va a dar mucho juego.

La propietaria del hotel, muy simpatica, pero algo hippiesca (ya me lo veia venir), me da la bienvenida y me pregunta para que hora quiero la sauna. En los proximos dias me voy a dar cuenta de que esta es una costumbre finlandesa. La gente te dice hola y lo primero que hace es invitarte a la sauna. En otros paises te llevan a la habitacion o te preguntan por la cena o el desayuno, aqui por la sauna. Para mi regocijo, veo que se trata de una sauna tipica, de las que cada vez quedan menos, y solo en perdidas zonas rurales. La tipica caseta junto a un rio, te metes en pelotas para sufrir los ochenta grados de temperatura y luego sales corriendo a zambullirte en el rio. Si, todo eso esta muy bien, pero primero me voy a cascar una sidra.

Tras una hora de paseo por los alrededores, un par de sidras y algo mas de chachara con la propietaria (que me pregunta si quiero acudir a sus clases particulares de yoga, algo que amablemente declino), es el momento de la sauna. El marido de la tipa esta poniendola a punto, vamos, subiendo la temperatura a base de un curioso sistema de brasas y agua que produce un vapor irrespirable. Un finlandes muy simpatico, pero con una sonrisa que supera el limite del mariconeo. Me despeloto para meterme en la sauna, pero por si acaso me aseguro de que el maromo no anda cerca, que no me ha dado muy buena espina. Y por supuesto cumplo con todo el ritual, sauna y baño en pelotas en el rio. Eso si, la corriente fluvial lleva tal cantidad de mierda que no me retozo por sus aguas mas de lo imprescindible. Oye, pues esto funciona, la temperatura ha bajado bastante esta noche, debemos de estar a nueve o diez grados, y yo no tengo nada de frio yendo en bañador y camiseta. Bueno, quiza las sidras tambien tengan algo que ver en ello.

A pesar de la invitacion de la dueña para usar su cocina, decido usar la barbacoa que tiene en una especie de cobertizo, con vistas a la sauna y al rio, y en compañia de unas cuantas sidras. Mientras me pongo morado veo pasar a varios tipos en pelotas que me saludan. Si, lo tipico, ritual de sauna y rio. Aqui en Finlandia es bastante tipico eso de que la gente pase en pelotas por delante de ti como si nada, no hay pudor de ninguna indole, al fin y al cabo todos tenemos polla y cojones, no hay mucho de lo que asustarse. Curiosamente solo veo pasar maromos, pero ninguna tipa. O es mi habitual mala suerte o es que esto esta lleno de julandrones. Pero no vamos a pensar mal. Despues de mi sesion etilico-gastronomica, toca dormir hasta mañana, donde voy a tener la jornada de visitas y conduccion mas extensa de todo este viaje. Para rematar veo que mi habitacion no tiene puerta. Ninguna tiene puerta. Libertad absoluta. Mientras no entre ninguno de los tipos esos de la sauna y el rio a darme una sorpresita nocturna, dormire tranquilo.
 
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