jueves, 25 de enero de 2018

Culo podrido

Me he levantado con el culo podrido. Es esta una expresion que aplico cuando tengo esas cagaleras diarreicas que hacen incluso daño al ser evacuadas del cuerpo. Vamos, que te escuece el culo de una forma insufrible y, a pesar de quedarte muy a gusto puesto que vacias todos tus males, luego vas por ahi espatarrado y sin poder sentarte del dolor que han sufrido tus posaderas durante el proceso de defecacion. Normalmente esto se produce cuando el dia anterior te has pasado con el picante. Pero picante a base de bien, no de ese de nenazas de 'uy, que picantito esta esto'. Me refiero a ese tipo de papeos que te anestesian la boca al ser ingeridos. Como las newyorkers, las alitas de pollo mas picantes de todos los Estados Unidos (al menos eso dicen los fanfarrones neoyorquinos), que ya en su dia me jugaron una mala pasada en una de mis visitas a Manhattan.

Pero vamos a empezar por el principio, por el extraño dia de ayer. Tipica matinal, me levanto y tras mi desayuno a base de fruta me dispongo a hacer mi habitual hora de carrera continua por el caminito que bordea el rio. Desde mi casa apenas tengo un minuto hasta llegar al rio, asi que me pongo en marcha y una vez que llego a junto a la corriente fluvial me doy cuenta de lo alto que va hoy el cauce. Joder, es que parece que se vaya a desbordar. Los arboles ribereños estan completamente anegados y con el viento que hace y la fuerza con que baja hoy el agua, en algunas zonas el camino empieza a peligrar tambien. Y todo esto porque hace dos dias nevo un par de horas y ahora con el deshielo tenemos toda esta mierda.

Mucha mierda. Mierda total. Y es que tras cinco minutos de carrera el camino ha desaparecido. Frente a mi, el rio se ha comido por completo mi habitual ruta deportiva. Vamos, que ya no hay camino, solo puto rio. Doy media vuelta mientras el cauce sigue subiendo y empiezo a temerme que en un momento de estos voy a tener que cambiar el running por el swimming. Temores confirmados. Dos minutos despues de haber dado media vuelta observo que el camino por el que habia venido ha desaparecido por completo. Lo de creer en Dios a veces funciona y, casualmente, a mi izquierda aparecen unas escaleritas que llevan hasta una urbanizacion. Mi unica forma de evacuacion ahora mismo, que logicamente aprovecho sin pensarmelo dos veces. Claro que, como esto siga subiendo, los vecinos de la urbanizacion tambien van a tener que cambiar sus Mercedes y Audis por putas zodiacs.

Al final llego a casa sano y salvo y sin necesidad de haber tenido que emplear mis dotes natatorias, que por cierto a estas alturas deben de estar ya bastante oxidadas. Apenas si he podido correr diez minutos, asi que se me ocurre cambiar mi sesion deportiva diaria por algo mas ameno. Que cosas tiene el destino, casualmente ayer me compre una caja con 18 chelas para ser consumidas por mi persona durante el fin de semana. Bueno, que cojones, empecemos el finde en miercoles. Ademas, como tengo tiempo, voy a prepararme un estofado de cerdo al estilo indio. Oh, si, me encanta la comida india, y hace tiempo que no me preparo algo de esa indole. Asi que comienzo con mis patatitas, cebollitas, ajitos, unos buenos trozos de marrano y muchas, muchas especias.

Muchos pensareis que toda la comida india es picante. Si, bueno, relativamente si, en un alto porcentaje. Pero lo interesante de ese tipo de picantes es que varian mucho en su intensidad. En India hay muchos grados diferentes de picante. Con el estofado no he querido pasarme. Para esta receta he mezclado varias especias, imperando el curry y sobre todo el garam masala. Este ultimo es un combinado de multiples especias, laurel, comino, clavo, pimienta y otras muchas que en su mayoria no se traducir. La cuestion es que el papeo me ha quedado tan de pelotas que me hago tres platos. Con sus consiguientes cervezas, claro esta. Al terminar estoy mareado, pero no por el alcohol, sino por tal cantidad de comida.

En mitad de una pesada digestion se me ocurre trabajar un poco en casa. Tengo algunas chapuzas que hacer y el moverme puede suponer un cierto alivio. Asi que empiezo a colocar unas molduras para los rodapies que tenia pendientes. La cola se me ha secado, es lo que tiene dejar las cosas pendientes durante tanto tiempo, asi que usare pegamento superfuerte. Bueno, se rompe el tubo y se me cae todo el puto pegamento por encima de la mano. Ahora la hemos hecho buena. Despues de media hora con la mano debajo de agua caliente, aun noto que tengo un par de dedos pegados. Esta mierda del bricolaje y las chapuzas caseras no es para mi. Mejor me voy a la cocina, me pillo otra chela y me relajo.

Entre pitos y flautas, ya han pasado varias horas y la comida me ha bajado hasta los pies. Me sorprendo al darme cuenta de que mi cuerpo me pide picante. El estofado se me ha quedado corto en este aspecto. Para cenar necesito algo extremadamente picante. Como tampoco tengo demasiada hambre, lo cual no me extraña tras el exceso de la comida, me inclino for freirme unas patatas y despues cargarlas a base de picante. Son como unas bravas pero especialmente bravas. Al estilo indio, vamos. Agrego pimienta, chilli, pimenton picante, tabasco... todo lo que encuentro por casa que tenga cierto caracter rabioso. Pruebo pero aun no es bastante. Agrego mas todavia de cada cosa. Me abro otra cerveza. Necesito mas picante y mas y mas y mas...

Encuentro un tubo de wasabi. Esto va a ser mi salvacion. Me encanta el wasabi, comermelo solo, basicamente, ademas he leido que es muy bueno para la salud, aunque eso a mi la verdad es que me la sopla bastante. Ahora creo que tengo la combinacion perfecta, pincho una patata ultra-rabiosa, me meto media cucharada de wasabi y le pego un trago a la chela. Por momentos parece que la cabeza me va a estallar, pero estoy disfrutando de esta mierda. Cuanto mas me rabia la boca, mas necesito mamar, la caja de 18 chelas esta temblando. La idea es caer redondo en la cama hasta el dia siguiente. Pero semejante indigestion de picante me va a pasar factura. Aun asi, la cerveza tambien hace su efecto y la modorra etilica me deja noqueado.

Y bueno, ahora retomamos el inicio de este macabro post. Con las primeras luces del nuevo dia, en mi estomago se ha encendido una alerta roja. Cagaleras de las que te pudren el culo. Lo primero es expulsar unos gases que en realidad lo que parece es que te vayan a romper el culo, pero finalmente, y una vez sentado en la taza, ya te das cuenta de que de lo unico que sufres es de putrefaccion. Por suerte este tipo de circunstancia se suele resolver en apenas 24 horas. Asi que hoy toca sufrir un poquito. Mañana, ya seguramente restablecido, sera momento de mas chelas y mas comida picante. Hasta entonces me despido en mitad de mi putrefaccion.
 
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