lunes, 13 de septiembre de 2021

Experiencia abrasadora en Skegness. Dia 3

Estaba tan reventado cuando cai anoche sobre la cama que en esta ocasion el insomnio no ha podido
vencer al sueño. Y lo cierto es que me levanto bastante descansado y reconfortado. Eso si, la doble cagalera con el sufrimiento habitual no me la quita nadie. Menuda cruz que me queda por aguantar para el resto de mi existencia. Todas las putas mañanitas la misma historia. Y al igual que ayer, de tanto vaciar pues se abre la gazuza. Asi que me casco otro de estos pseudo-desayunos, y es que los ingleses de esto no entienden, muy poca energia se meten en el cuerpo. Si estuvieramos en Inverness o en Ullapool, otro gallo cantaria. Y por supuesto me abro una chela para acompañar el alimento solido. Para empezar el dia con alegria, ya se sabe.

Salgo al balcon para hacer una inspeccion en primera persona del clima que nos va a acompañar en este nuevo dia y me doy cuenta de la puta y abrasadora realidad, hoy mas que nunca. Aun no son ni las nueve y la puta bola amarilla se me clava en la chola hasta el punto de que parece que me vaya a derretir. Joder, que asco de jodido calor ingles. Lo cierto es que tenia un plan en mente para la matinal, algo medianamente turistico, pero me da que me lo voy a tomar con mucha calma. Asi que lo primero es lo primero. Directo a la nevera, me agencio una chela y continuo con el recital etilico sentadito en el balcon viendo pasar al personal por la calle. Eso si, bien protegido por mi sombrerito de turista, el cual me compre hace un par de años en prevision de un terriblemente caluroso viaje al sur de Portugal. Y con la tonteria me he bajado la chela en dos tragos. Logico, con semejante calor... Pues me abro otra, y otra mas, y... Eh, un momento, vamos a parar que esto me da que se me va a ir de las manos demasiado pronto.

Ademas tengo que conducir, aunque solo sean diez minutos, pero no es cuestion de ir totalmente del reves al volante. Asi es, amigos, vamos a hacer una pequeña excursioncita. Resulta que justo al sur de la villa de Skegness se encuentra una reserva natural que es visita indispensable para quien se acerque a pasar unos dias por la zona. Se trata de Gibraltar Point, una tremenda extension de naturaleza y playa completamente virgenes que lo cierto es que varias personas conocedoras del lugar me han recomendado encarecidamente. Y llego al sitio en cuestion, donde el unico rastro de civilizacion es el tipico cafe que tambien vende souvenirs y el parking para dejar el automovil justo donde empieza la susodicha reserva. Y a partir de ahi, a patear, todo lo que uno quiera y hasta perderse en mitad de la nada. Pues tres horitas que me voy a pasar rodeado de todo tipo de arbustos, bichos raros y arena, mucha arena.

Y es que esta playa natural es la extension de arena mas grande que he visto en mi puta vida. Cierto es que no me he pasado nunca por el desierto del Sahara, pero vaya tela. Despues de pasear y pasear y pasear por entre arbustos hasta llegar a la playa en cuestion, resulta que no se ve el mar. Desde el inicio de la arena hasta el agua hay tanta distancia que no se ve. Asi que continuo paseando y paseando y paseando... y despues de yo no se cuanto rato de apartar moluscos muertos de mi camino con mis pies descalzos, al final llego hasta la orilla. Y entonces me giro y solo veo arena y arena y mas arena. Ahora lo que no veo son los arbustos del principio de la playa, y mira que eran tochos. Menudo paripe de mierda. Media vuelta y a ver si a ritmo de carrerilla llego hasta el coche lo antes posible, porque con tanto mover las piernas y este puto calor abrasador, tengo una sed que no veas. Vosotros ya me entendeis.

Conduzco de vuelta al alojamiento lo mas rapido que puedo, aunque en realidad el camino solamente es la carreterucha que lleva a la reserva natural y dos calles mas una vez llego a la poblacion en si. Necesito un poco de fresco y oscuridad, por favor. Hasta los huevos estoy del puto sol. Vaya, pues me voy a meter en el Churchill's, el pub del barrio, donde estuve el primer dia y el cual ayer ni pise. Mientras todos los atontados turistas se agolpan en su terracita, yo me cuelo entre las sombras del interior del local y alli me quedo tirado en un sillon durante un buen rato degustando una fantastica pinta de Carling Premier, que es un tipo de Carling (obviamente una cerveza inglesa, para los atontados que no la conozcan) que esta realmente de puta madre y que no nos llega a Escocia. Menudos cabrones avariciosos estos ingleses de los cojones.

Al final caen dos pintas de la susodicha y cuando creo que ya estoy suficientemente rehidratado salgo de nuevo a la solana exterior aunque sin un plan demasiado claro. Joder, que calor, esto no hay quien lo soporte, y ahora encima, despues de las chelas, me entra gazuza. Pues resulta que justo enfrente del Churchill's hay un restaurant griego en el cual no habia reparado hasta ahora mismo. Para que complicarme mas la vida. Mucha hambre y tal, pero el caso es que lo primero que me pido es una Mythos, que es una lager griega que me encanta. Al final, mientras como, caeran tres en total. A esto lo llamo yo rehidratarse en condiciones. Y a todo esto, el alimento solido consiste en unas keftedes, que son unas albondigas griegas que vienen servidas dentro de un pan de pita. Cojonudas. Y oye, ahora que ya voy entonado... pues como postre me pido un cocktail de vodka. Me da que ya no hay quien me pare.

Salgo bastante afectado del restaurant en direccion al apartamento con la clara intencion de descansar un poco. Je, menuda broma. Al final acabo en la tienda del barrio y me compro mas cervezas y dos botellas de vodka. Se ve que me ha gustado el cocktail. Logicamente, con semejante pedalera encima y con tanta metralla recien adquirida, lo de reposar queda completamente descartado. Asi que me salgo a mi balconcito preferido y empiezo a combinar chelas con vodka, y asi me tiro unas tres horas. Esto son vacaciones. Aunque en un momento dado es cierto que me apetece cambiar un poco de paisaje. Facil, me pillo toda la municion y me traslado al jardin trasero de la propiedad, en el cual hay unas tumbonas y, maravillosa sorpresa, el edificio en si proporciona una sombra que refresca bastante el ambiente. Ahora si que estoy en la gloria.

Ya bien cargadito, y ahora que por fin parece que el sol esta cayendo y la temperatura puede resultar algo mas soportable, decido caminar hasta la playa, mas que nada para quemar un poco de todo el alcohol ingerido a lo largo de las ultimas horas. Alli se me ocurre la tipica chaladura de borracho que suele acabar en tragedia en muchos de los casos. Me voy a pegar un bañito. A pesar de la chuza, algun tipo de sentido comun aun me debe de quedar en algun rincon de mi etilicamente intoxicado cerebro, ya que apenas me meto unos metros en el agua y siempre procurando hacer pie. Pero oye, que el remojon me ha despejado bastante y hasta parece que la chuza se me haya pasado de forma instantanea. Ademas, ya anochece y... bueno, ya se sabe... La noche es joven.

Me introduzco en un par de pubs al azar de los localizados en la zona del paseo junto a la playa. Pero todo esto es demasiado rollo corporacion y no me acaba de gustar en demasia. A mi me va la movida sordida de los baretos para viejos desdentados y alcoholizados. Pero al no encontrar ninguno de estos, al final acabo en una especie de discoteca rara, cuya decoracion cinematografica incluye decenas de posters de peliculas de Marilyn Monroe inundando todas y cada una de las paredes del local. El sitio es una mierda, los precios son elevados y la musica es en plan baladas ochenteras pegajosas y cansinas. Eso si, las camareras son simpaticas y estan de buen ver, asi que al final decido hacerme otras dos Carling Premier como ultima sesion etilica del dia.

Ya de vuelta al apartamento, tentado estoy de tirarme como un puto saco de bruces en la cama. Sin embargo pienso en el asqueroso insomnio del primer dia y decido alargar la cosa todavia un poco mas. Asi que me salgo a la oscuridad del balcon y me pongo a picotear unas patatas fritas de bolsa que no se muy bien cuando ni como he comprado. Cosas de la chuza, supongo. Logicamente tambien me abro una cerveza polaca de mas del 7% que me estaba reservando para algun tipo de momento final de esta indole, justo antes de caer muerto, cuando ya los porcentajes etilicos me la sudan. Y efectivamente, me acabo mi tan preciado jugo de cebada y entonces, entre un tremendo mareo que creo que se debe a que de repente me ha subido todo el alcohol ingerido a lo largo de tan dura jornada, caigo totalmente a plomo sobre una cama que ya hacia rato que me estaba esperando. Otro dia de pelotas.

 
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