miércoles, 1 de octubre de 2025

Andorra interrupta. Dia 2

Unos tremendos alaridos provenientes de mi flanco derecho me despiertan sin remision. Tengo los parpados pegados y un dolor de cabeza que no presume nada bueno para esta nueva jornada que recien se inicia. Miro el reloj y son las nueve de la mañana. O sea que, basicamente, y tras la aventurita de anoche, apenas si he dormido dos horas. Y no ha sido un sueño nada reconfortante. Los berridos que escucho provienen del balcon y no podrian corresponder a nadie mas que al jodido destarifado. El tipo esta hablando por el movil a grito pelado con la gente de su compañia de seguros al respecto de su automovil recien averiado. Pero alguien deberia de explicarle a este energumeno que cuando uno utiliza un telefono, por muy lejos que se encuentre el interlocutor, no hay ninguna necesidad de levantar la voz hasta semejante extremo. Precisamente ese cacharro se invento para poder hablar a distancia como si el individuo al otro extremo de la linea estuviera justo a tu lado.

De donde no hay no se puede sacar. Pero lo que si que saco es una buena cantidad de agua de una garrafa que Toni ha dejado muy amablemente cerca de mi catre. Es evidente que el tio sabe que despues de una buena noche de carallada hay que rehidratarse lo mas posible. Me debo de beber mas de dos litros de agua en los siguientes treinta minutos, y aun asi continuo hecho una completa piltrafa. Lo que yo no se es de donde saca tanta puta energia el destarifado, especialmente teniendo en cuenta en que condiciones iba anoche y mas aun sabiendo que ya lleva, al menos, dos noches seguidas al mismo ritmito etilico. Supongo que quien no tiene neuronas no padece resaca, asi de facil.

Toni aparece tambien desde su habitacion con un aspecto relativamente fresco. Aunque imagino que se habra despertado, al igual que yo, al son de los alaridos del jodido destarifado. Despues de cruzar un par de palabras con mi anfitrion, y agradecerle especialmente el asunto de la salvadora garrafa de agua, el chalado del balcon finalmente cesa en su delirante conversacion telefonica y hace tambien acto de aparicion junto a nosotros. Y nos explica cual es la situacion. Al parecer la grua ya se ha llevado el coche a un primer taller para que lo evaluen, pero la cosa parece bastante jodida. Vamos, que no se va a poder utilizar ese vehiculo en un largo tiempo. Y nosotros aqui estamos, tirados en Andorra, con un Toni al que se le empieza a torcer el gesto porque ya se esta viendo que nos quedamos en su apartamento dos semanas, y yo con un dolor de chola tal que no me apetece calibrar ninguna de las posibles opciones para realizar el viaje de regreso.

Pero no nos debemos de preocupar. Por una vez, la conversacion telefonica del destarifado ha conseguido surtir efecto y parece ser que la gente del seguro ya se ha ocupado de todo. De aqui a unas tres horas un taxista vendra a recogernos y nos llevara a donde le indiquemos, por muy lejos que el destino este. Todo por cortesia de la compañia aseguradora, por supuesto. A ver, son buenas noticias, desde luego. Al menos haremos el viaje de vuelta comodos en un coche y, especialmente, me alegra saber que el conductor no va a ser el tarado del desta. Claro que, mirandolo bien, al final nuestro viaje a Andorra ha quedado reducido de las dos jornadas y media inicialmente planeadas, a simplemente una noche de desparrame y una mañana de resaca. Lo dicho, Andorra interrupta. Tendremos que resignarnos.

Toni sugiere que aprovechemos lo poco de mañana que nos queda hasta que llegue el taxista en cuestion a recogernos. Un paseo por el valle, que tiene unas vistas cojonudas, y un par de cafes en algun garito. Lo segundo seguro que me sienta bien, porque los ojos me pesan como rocas de cien kilos, pero lo del paseito no se yo. Veremos como va respondiendo el cuerpo. El caso es que finalmente todos obedecemos a Toni y salimos a la calle a iniciar el paseo con una temperatura muy agradable y un sol que a ratos calienta incluso mas de lo deseable. Especialmente para aquellos que sufrimos de una terrible resaca y un sopor que nos da ganas de tumbarnos en la hierba de las cunetas a cada cincuenta metros recorridos.

Tras algo mas de una hora de paseo, finalmente paramos a hacernos el mas que merecido cafe, el cual acompaño con una botella de agua a pesar de la insistente cantinela del destarifado de que pidamos las primeras cervecitas del dia. "Es que hoy no tengo que conducir", dice el tio con los ojos iluminados ya pensando en una nueva sesion etilica. Claro, hijo de puta, como si el conducir fuera impedimento para ti para ponerte como una cuba. Manda huevos. El caso es que al final, en este primer refrigerio del dia, y muy extrañamente, nadie consume nada de alcohol. Pero ya os podeis imaginar que la calma y la sobriedad no van a durar mucho.

El taxista llama e indica que va a aparecer en aproximadamente una hora, asi que tenemos que marcarle un punto de recogida. Y a Toni no se le ocurre mejor lugar que el restaurant donde anoche comenzo la gran hecatombe, el famoso Manacor. "Es que hay un parking grande y asi el taxista puede aparcar". Ya, pero tambien justo al lado hay una tienda de licores y un par de bares que hacen que el destarifado pierda absolutamente la cabeza y se lance como un loco a por las botellas de single malt que se pueden observar a traves del escaparate. Media puta hora dando vueltas entre botellas y botellas y botellas para que este jodido esperpento con patas haga su obligada compra andorrana. Basicamente mamoneo de alta graduacion.

Pero aun quedan unos cuantos minutos para que aparezca el taxista. Y junto a la tienda etilica hay dos bares. Malo. El desta dice que no esta aqui para perder el tiempo e ignora las indicaciones que le hacemos Toni y yo al respecto de que nuestra taxi ya esta a punto de aparecer y deberiamos esperarlo en el parking. El tio no nos oye. Ya esta dentro. Y de pronto su cabeza vuelve a aparecer por la puerta gritando que entremos de una puta vez, que ya ha pedido tres cervezas y no se van a quedar en la barra. Y yo cuando entro me veo ante mi una jarra de medio litro que me veo que se me va a salir por las orejas. Y apenas si nos quedan unos pocos minutos para que llegue nuestro transporte. Toni y yo ni nos sentamos, a pesar de que el desta si que se repantiga en un sofa a cascarse su preciado jugo de cebada. Agarro mi jarra y tras darle un sorbo me doy cuenta de que efectivamente no me entra ni por asomo. Y de pronto suena el telefono. El taxista. Y las cervezas enteras. Pues ahi se van a quedar.

Bueno, no todas. Yo directamente dejo la jarra tal cual sobre la mesa, pero Toni aun se bebe media en un par de tragos rapidos. Y obviamente el destarifado no quiere perder ni un centimo de su dinero invertido. De un violentisimo trago se mete su medio litro esofago abajo y tras reiterar un par de veces su habitual cantinela sobre lo flojos y maricones que somos, sale finalmente al encuentro del taxista. Que alli esta, impasible, esperandonos de pie junto a un inmaculado Mercedes de color azul, ya abriendo las puertas para que sus clientes se acomoden e inicien este fantastico viaje de retorno ofrecido por cortesia de la compañia aseguradora.

Pero oye, ¿que puta clase de taxista es este? A medida que me acerco me doy cuenta de que el tipo apenas si puede andar, va medio encorvado y debe de tener casi ochenta tacos. Joder, es que no podiamos tener ni siquiera un final de viaje normal. Nos despedimos de Toni, el cual tambien muestra en su rostro un cierto espanto al examinar a fondo a nuestro conductor, y nos emplazamos hasta una nueva ocasion en la cual, ojala, no acontezcan tantos percances como en esta. El desta se sienta en la parte delantera junto al anciano y, con la media borrachera que ya esta pillando, comienza a darle chachara. Yo, por mi parte, hasta los cojones de todas las sorpresitas que esta aventura andorrana nos esta deparando, directamente me lanzo en el asiento de atras y clavo las narices en mi celular para no ver nada de lo que pueda acontecer en las proximas cinco horas.

Como el viejo y el desta no parar de charrar en todo el trayecto, nos enteramos de que el tipo efectivamente tiene ochenta años, se jubilo hace ya tres lustros, pero aun asi sigue haciendo estos trayectos de larga distancia para sacarse un dinerillo extra. Entre 300 y 500 euros por viaje. Joder, pues como se haga uno a diario... Eso si, el hijo de puta resulta que conduce como un suicida, no baja de 160km/h ni por las carreteras de montaña mas cutres, y encima no para de insultar al resto de conductores por ir mas lentos que el, llamandoles "viejos" y "abuelos" a cada dos por tres. Absolutamente surrealista.

Para rematar la faena, a mitad de camino el viejo pregunta si no tenemos sed para hacer una paradita. "Nos podemos tomar una cervecita para refrescarnos", suelta el menda. Y al destarifado, como no podria ser de otra manera, se le abren los ojos como a un aguila en busca de su presa. No me jodas, ¿mas cerveza? Si yo no puedo ni con el peso de mi cabeza. Pues si, al final paramos y el viejo y el destarifado se hacen su jodida cerveza. Yo me pido un refresco de cola y no puedo ni acabarmelo de lo hecho polvo que estoy. Y cuando me creo que por fin vamos a reemprender la marcha porque estos dos ya han acabado con su bebercio, ocurre lo que tenia que ocurrir. "Tengo hambre". El puto destarifado. Y hale, a aguantar que se meta su bocadillo de tortilla. Eso si, menos mal que esta vez no ha pedido "mesa y mantel".

A las seis y pico de la tarde llegamos a nuestro destino y yo simplemente le digo al viejo-taxista que me deje a un par de calles de mi actual residencia. Necesito caminar un poco para aclarar las ideas y que me de el aire en la cara tras semejante experiencia. Y para mi sorpresa el destarifado no hace ni ademan de bajarse del automovil. Ahi estoy yo fuera del Mercedes esperando a que baje, pero el tio simplemente baja la ventanilla y me dice que ya nos veremos mañana, que ahora se va con el anciano a tomar algo antes de que nuestro conductor inicie el camino de regreso a casa. ¿Pues sabeis que? Por mi como si os volveis a Andorra y vais de aqui alli parando en todos los bares que veais. Yo estoy hasta los cojones y me voy a mi cama a dormir. Vaya viajecito.

martes, 30 de septiembre de 2025

Andorra interrupta. Dia 1

Cuando uno viaja, en muchas ocasiones el gran problema puede venir con las compañias que uno lleve consigo. Por eso durante mucho tiempo he gozado sobremanera de viajar en solitario. En muy pocas ocasiones, y realmente estando muy seguro de lo que hacia, he roto esa regla. Y aun asi, alguna que otra vez me he equivocado de persona y me han amargado un viaje que en solitario seguramente habria sido cien mil veces mejor y mas espectacular. Y si empiezo este post de esta manera ya os podeis imaginar por que es. Si, esta vez me decidi a realizar un viaje acompañado y la cosa se torcio sobremanera. Vaya si se torcio. Hasta el punto de que el plan inicial del viaje y la estancia jamas pudo llegar a completarse de la manera adecuada. De ahi que califiquemos esta aventura como "Andorra interrupta". Ah, si, en ocasiones todavia me encanta el latin.

Obviamente, en esta ocasion la idea era visitar esa pequeña nacion europea incrustada entre España y Francia y absolutamente dominada por la cordillera montañosa de los Pirineos. Efectivamente me estoy refieriendo a Andorra. El plan era sencillo, o debio de haberlo sido, pero... Bueno, el caso es que se trataba de un viaje en automovil de fin de semana. Teniendo en cuenta las cinco horas de trayecto desde el punto de partida, la idea era salir el viernes a primera hora de la tarde y llegar para cenar. Y despues disfrutar del lugar todo el sabado y el domingo. Para la vuelta habia dos opciones, dependiendo del cansancio, o bien salir domingo por la tarde y regresar ya caida la noche, o bien hacer una ultima noche en Andorra, madrugar y llegar el lunes a media mañana. Planes, opciones, todo calculado perfectamente. Pero claro, las jodidas compañias siempre acaban por desbaratarlo todo, aunque tengas atado hasta el mas minimo detalle.

Si ya para empezar, llamas al que va a ser tu acompañante una hora antes del momento previsto de salida, mas que nada para ver si ya esta listo, y de pronto te dice "es que me he liado con unos colegas y vamos a estar de borrachera toda la tarde", la cosa empieza a no pintar nada bien. Es obvio que una chuza de tarde siempre se extiende a la noche y luego, con el resacon, no vas a madrugar ni de coña. Asi que ya de entrada propongo que nos olvidemos del viaje. Pero el tio insiste "que no, que no, que mañana a primera hora salimos". Menos mal que no me ha dicho que nos vamos esta misma noche justo despues de quedar con sus colegas y pillar la gran cogorza. Mas que nada porque el conductor es el, no por otra cosa. Y a todo esto, y como diria la vieja gloria musical Perales "¿y quien es el?". Pues bueno, para esta ocasion mi compañero de viaje va a ser el "destarifado". Y claro, ahora me direis, hombre, tio, con ese nombre... Vamos, que no se ni como te atreves. Pues si, a veces peco bastante de pardillo, y mas aun conociendo al individuo ya desde hace mas de veinte años. Pero que le vamos a hacer...

Otro importante detalle de este viaje se centra en donde nos vamos a alojar en el pais pirenaico. Y es que resulta que, muy amablemente, un viejo colega de aventuras nos ha ofrecido su pequeño apartamento para pasar un par de noches. Me estoy refiriendo a Toni, al cual algunos recordareis de nuestras aventuras cuando viajamos juntos a Malta o Islas Feroe. Un buen amigo que desde hace algun tiempo traslado su residencia a Andorra y un tio con el que definitivamente si que se podia viajar de puta madre. No como con otros. Y bueno, que comento lo de Toni porque, obviamente, el tio nos esperaba para cenar y dormir ya el viernes noche. Y logicamente, con este miserable, alcoholico y postrero cambio de planes, tengo que darle un toque y decirle "no, tio, que es que el desta esta de carallada y no vamos a poder salir hasta mañana". Su reaccion no es muy alegre, pero bueno, va, por lo menos quedaremos el sabado a comer. Si, claro...

Sabado por la mañana. El destarifado no da señales de vida de ningun tipo. No coge llamadas, no lee mensajes. Opciones: durmiendo la mona como un bendito, sigue de farra con los colegas y ya no tiene ni bateria en el celular, o se ha piñado con el coche en mitad de la melopea. Yo ya no se si llamar a Toni porque se va a cagar en mis muertos. Y pasan las horas. Y a las doce del mediodia recibo un curioso mensaje en mi celular que dice: "ya estoy aqui, baja y nos vamos". Asi, sin avisar. Calculo e intento relajarme pensando que, si son cinco horas, aun llegaremos a Andorra a media tarde. Va, venga, vamonos. Y de paso mensaje a Toni diciendole que, aunque nos hemos retrasado un poco en la salida, ya estamos en ruta.

El desta no va muy fino, y es que su habitual locuacidad hoy esta bastante reducida. Ademas, cada vez que cambia de carril por la autovia, va dando bandazos. Pero bueno, confiemos en que poco a poco se recupere de lo que parece una intensa resaca. No vamos mal, ya hemos pasado Tarragona y seguimos direccion norte. El nuevo horario parece que se esta cumpliendo hasta que... "Tengo hambre", suelta el destarifado entre la musica de Julio Iglesias que suena por los altavoces del coche. Joder, este ni ha desayunado, obviamente, con la goma que lleva. Pues yo si que pegue un bocado antes de salir teniendo en cuenta lo que teniamos de camino por delante y logicamente no tengo nada de hambre. Pero va, por no oir a este con sus quejas, vamos a parar y tomamos un pinchito o algo rapido. "Que no, que no, que yo quiero mesa y mantel", suelta el tarado que me acompaña. Joder, ya me veo dos horas mas de retraso. Pero al fin y al cabo conduce el y va a hacer lo que le salga del forro de los cojones, asi que...

Solivella, pequeño pueblo interior de la provincia de Tarragona donde hay un restaurant recomendado por la Guia Michelin. Claro, no podiamos parar en una puta taberna a tomar un bocadillo. Tres de la tarde, el sitio a parir, nos hacen esperar casi media hora. Pero no, nada de bares cutres, el desta se ha emperrado y quiere comer aqui. Hale, pues ahi vamos. Cierto es que el ragout de pato que me pido esta cojonudo, y las dos cervezas que lo acompañan me saben a gloria. Lo malo es que el que conduce se mete el doble de birras que yo y luego, para redondear, dos carajillos. Y lo peor es que me suelta "como yo pago la gasolina, tu pagas la comida". Ah, claro, hijo de la gran puta, ahora entiendo yo porque no querias una taberna cutre. Anda, salgamos de aqui rapidito que Toni...

Toni llama justo en este momento: "¿que pasa que tardais tanto, es que hay lio en la frontera o que?" Pues no, veras, es que el desta tenia hambre y llevamos casi tres horas en un restaurant de Tarragona y... "Sois unos hijos de puta, que ya os veo que no vais ni a llegar hoy... ni vengais". No me extraña su reaccion, ya tiene que estar hasta las pelotas. Sin embargo, el destarifado empieza a partirse el culo como un mongolico y reitera que Toni esta de broma. Que subamos al coche y que sigamos con la ruta. Tal y como esta el panorama calculo que llegamos pasadas las siete. Aunque con los copazos que lleva este tarado... igual ni llegamos.

Siete de la tarde, Andorra. Claro que nosotros aun tenemos que seguir hasta el apartamento de Toni en El Tarter, que es una poblacion hasta la que todavia hay algo mas de media hora. Y el desta que ahora dice que paremos en un supermercado a comprar cervezas para hacerle una pequeña ofrenda a Toni y asi no se enfade por nuestro "retraso". Paramos en una tienda de gasolinera porque yo no quiero perder mas tiempo. Y compramos varias cervezas, arreglado. Pero no, el destarifado aun ve un supermercado casi llegando a destino y tiene que hacer otra parada y comprar mas cervezas todavia. Venga, perdamos un poquito mas de tiempo. Ya son las ocho y media. De llegar a cenar el viernes a llegar a cenar el sabado. Vaya cambio.

Timidamente envio un mensaje a Toni y le suelto un "ya estamos bajo" al que no tengo muy claro como va a reaccionar. Menos mal que este si que es un menda bastante llevadero y al cabo de un minuto vemos su sonriente cara frente al parabrisas indicandonos muy amablemente donde podemos aparcar. Y hale, vamos para arriba a cascarnos las cervezas de la ofrenda. O a meternos en la cama, porque ya las horas que son... Como visto y no visto caen cuatro litros de jugo de cebada. Toni y yo le pegamos, pero lo del desta es inaudito. Con todo lo que lleva entre ayer y hoy y aun tiene sed. Y no solo eso. "¿Vamos a cenar por ahi?", suelta de pronto el menda. O sea, ¿en serio? ¿Este tio vuelve a tener hambre? Yo manifiesto que estoy muy a gusto en el balconcito pirenaico de Toni, que ademas tiene unas vistas directas impresionantes a la pista de esqui de Grandvalira. Pero claro, y Toni da la razon al otro chiflado, ya que hemos venido a Andorra, y ya que nos ha costado tanto, disfrutemos un poco de la noche. Que mala idea.

Restaurant Manacor, uno de los asadores mas famosos de esta zona del pais... y tambien de los que mas pican al bolsillo, obviamente. Antes de entrar ya indico que esta vez, por si acaso, cada cual se va a pagar lo suyo. Y menos mal. El puto destarifado se empieza a pedir botellas de Ribera de Duero de mas de sesenta pavos como si no hubiera un mañana. Y mira que yo recomiendo el vino frances, pero ni caso. Y luego media vaca para Toni y para el. Yo le echo el guante a unos bistecs de buey que no estan nada mal, pero me llenan demasiado. Para colmo, el insaciable destarifado ve mi comida, le gusta el aspecto, y se pide otra de buey. ¿Pero a este tio aun le cabe comida en el estomago? Yo entre las chelas de antes y el vino ya empiezo a ver triple, pero el show todavia no ha terminado. Y es que como hemos hecho tanto gasto nos regalan una botella de pacharan para finalizar la comellada. Y ya os puedo asegurar que no nos vamos a dejar ni una gota.

Esto ha sido un puto exceso. Pero el jodido Toni, que ahora tambien va cargadito, insiste en que vayamos a un pub de rock que esta en Canillo, el pueblo de al lado. Yo ya ni opino, solo me dejo llevar, aunque me preocupa que quien siga al volante sea el puto destarifado, especialmente en las condiciones que va, puesto que ya no puede parar de berrear y en ocasiones parece que incluso va a perder el equilibrio. Llegamos al pub sanos y salvos. Menos mal. Yo me pido una cervecita y estos dos ya directamente se pasan a los cubatas y combinados. La fauna del local, a todo esto, tiene delito. El camata es una especie de cavernicola barbudo y cejijunto que solo responde con gruñidos. A este fijo que se lo encontraron en una cueva pirenaica y lo pusieron aqui directamente a servir copas. Luego hay un italiano pesado que me pilla por banda sin yo darle pie a nada y no para de taladrarme con su nuevo curro en Andorra y lo contento que esta. Y para una chica guapa que veo, una argentina simpatica con la que intercambio unos cinco minutos de conversacion, rapidamente me dice que me tiene que dejar que la esta esperando su "novia". Joder, no doy una.

El puto pub cierra a eso de las tres y yo no se cuantas chelas me he metido. Pero una cosa es segura, Toni y el destarifado se han metido muchos mas cubatas. Yo sugiero ir andando porque paso de ir en coche con dos tios tan etilizados, conduzca quien conduzca. Pero el desta no atiende a razones y rapidamente se pone al volante mientras a grito pelado insiste en que soy un flojo y un maricon. A regañadientes me tiro en el asiento de atras y cierro los ojos para no ver lo que sea que tenga que pasar. Y algo pasa. Un bestial traqueteo me saca de mi semi-sueño y oigo un terrible ruido que recorre todos los bajos del coche. ¿Por encima de que ha pasado este chiflado? Porque el coche esta en la carretera, no entre peñascos. ¿Que cojones sucede aqui?

"Toni, el coche no va", suelta el absolutamente etilizado conductor. "¿Como no va a ir? Va, pon una marcha y acelera", "No, que es automatico, pero algo le pasa al cambio". El desta mueve la palanca del cambio como si fuera chicle, absolutamente destrozada. Obviamente el toquecito por debajo ha reventado algo y, mira, por una vez le voy a dar la razon a semejante energumeno. Efectivamente, el coche NO VA. Acabamos empujando el vehiculo entre los tres (imaginaos el show con el estado de estos dos) y conseguimos sacarlo de la carretera y dejarlo aparcado en la puerta de un hotel. Entramos a pedir auxilio al recepcionista nocturno, que yo creo que empieza a buscar una recortada bajo el mostrador ante el espectaculo que se acaba de encontrar frente a sus narices. Entre Toni y yo calmamos a un destarifado que esta fuera de sus casillas y solo balbucea insultos. El tipo llama a su compañia aseguradora, pero de forma tan ininteligible y perturbada que le cuelgan hasta tres veces. Finalmente, entre el recepcionista argentino (que resulta ser demasiado buena persona) y Toni consiguen hacer la gestion y nos toca esperar a que venga una grua para llevarse el auto averiado.

Seis de la mañana. Finalmente la grua aparece. No se como el tio del hotel nos ha podido aguantar alli en semejante estado durante tanto tiempo. Vale, hora de irse a dormir. Toni nos mete montaña a traves porque si no dice que hay mas de media hora de pateo. Pero esto para el desta no resulta nada positivo. El tio pierde el equilibrio varias veces por entre los arboles y peñascos y, despues de morder el suelo un par de veces, a la tercera casi se cae por un cortado en la montaña. Al final nos toca subirlo a rastras entre Toni y yo, y ya os puedo asegurar que el muy hijo de puta no es un peso pluma, especialmente despues del dia de excesos que lleva. Siete de la mañana, apartamento de Toni. El destarifado ha caido automaticamente sobre su colchon y ya esta roncando. Yo me santiguo y solo pido que el dia siguiente sea menos intenso que este sabado que acabamos de dejar atras. Aunque casi que me conformaria simplemente con poder dormir un rato sin mayores incidencias.

jueves, 17 de abril de 2025

Morir es una sensacion maravillosa

Supongo que fue un dia despues de una jornada de trabajo. O tal vez no, aunque teniendo en cuenta que en aquella epoca laboraba absolutamente todos los dias posibles del calendario, la primera posibilidad es la mas factible. La cuestion es que alli me encontraba yo, apoyado en la barra del Vinyl Bar, uno de los lugares mas emblematicos de esa zona entre Merchant City y el East End de Glasgow. Sobre todo en lo referente a rock'n'roll. En las guias musicales incluso se describe el sitio como una de las joyas ocultas e indispensables dentro del mundo de la noche glasgowita. Y si, alli estaba yo, perfectamente apoyado en la barra, o quiza era la barra quien se apoyaba sobre mi. O mutuamente, que al final es el caso siempre para los que estamos acostumbrados a estas zonas de los pubs y odiamos el sentarnos en las "mesitas" a degustar nuestra consumicion. No, joder, no, yo soy un animal de barra. Creo que siempre lo fui y siempre lo sere.

La cuestion es que alla andaba yo degustando posiblemente la segunda o la tercera del dia. Y digo esto porque normalmente la primera cae de un trago y ni tengo ocasion de hablar o departir con alguien hasta que no llevo, cuanto menos, la segunda bien avanzada. Pintas de Tennent's, quiero pensar que era lo que me estaba haciendo en aquel momento. Y no es que Tennent's sea de mis cervezas preferidas ni mucho menos. Poco sabor, demasiado gas y una acidez posterior que no me van en absoluto. Pero es que en el Vinyl el resto de material de barril no me hace ni lo mas minimo. La Guinness es solo para ser consumida en Irlanda, os lo aseguro. Menabrea, lager italiana demasiado cara y con poco caracter o sabor. La sidra irlandesa para ocasiones contadas, y aquella seguro que no era una de ellas. Y las otras dos o tres chelas... pues no recuerdo que fueran tampoco buenas en absoluto. Asi que si, al final siempre terminaba, a pesar de que me tocaba mucho los huevos, con Tennent's.

Aparte del bebercio, en esta anecdota yo creo que mas importante era la compañia. Si, los personajes que estaban en la barra junto a mi. Recuerdo claramente a Johnny, que por cierto es el propietario del lugar, pero eso no evita que se tire diez o doce horas todos los dias degustando caldos en su propio bar. Johnny ya ha pasado los sesenta, pero cierto es que aun se conserva en muy buena forma tanto fisica como mental. Sobre todo en lo referido a degustar consumiciones etilicas. Alli tambien estaba Chris. Me encanta este chaval. En torno a los cuarenta, calvo, con minima barba, y un eterno viajante. Que si me voy a Nicaragua, que si a Peru, o que si no encuentro vuelos atractivos me tiro un fin de semana dando vueltas por las Highlands. Y todo el dia a cervezas hasta que cierra su presencia en el pub con un cocktail. Espresso Martini, nunca falla. Supongo que asi se va contento a casa. Y Matt, ese dia tambien estaba Matt. Bajista de varias bandas de mucha calidad en el mundillo rock de Glasgow y que ademas, creo recordar, por aquel entonces trabajaba ocasionalmente de camarero en el propio Vinyl Bar.

Y quiza habia algun personaje mas en torno a nosotros. Alguno de los habituales, Scotty, Greg, el cowboy desdentado... pero tampoco los recuerdo en la conversacion, que al fin y al cabo es el meollo de la cuestion. El caso es que en un momento dado Johnny saca a colacion un articulo que acababa de leer en la prensa digital. Eh, tios, la vacuna de la inmortalidad. Ya la han sacado. Vamos, que te pinchas y ya no te mueres. Claro, que supongo que eso esta solo accesible para los mas potentados del planeta. Y obviamente, siempre estas expuesto a una sobredosis de droga, alcohol, o a meterte un talegazo con el automovil. Claro, claro, asi lo explicaba Johnny, es que el asunto es simplemente que no te mueres de senectud. Vamos, que a poco que te cuides un poco, vives para siempre. Ya veis lo adelantado que esta el mundo a dia de hoy. Vaya... mierda.

Y si, asi acababa Johnny su explicacion. Y es que tras un largo trago a su cerveza (o sidra, no recuerdo en que estaba Johnny ese dia), el tio dejo bien claro que a el eso de los pinchazos raros no le va. Y menos para hacerse eterno. Yo tambien habia leido al respecto de la noticia y no pude mas que dar la razon a Johnny. Al fin y al cabo nosotros dos eramos los mas viejos dentro de la conversacion y supongo que nuestra opinion deberia de contar un poquito mas. Si esto ya se nos esta haciendo largo, figurate si encima nos dicen que la cosa jamas se va a terminar. Para cagarse. Pero Chris no acababa de estar del todo de acuerdo. El si que opinaba que meterse el pincho ese podria resultar interesante. Y mas aun Matt, que era el mas joven de todos (aun no llegaba a los treinta). El si que abogaba totalmente por el asunto ese de la inmortalidad. Estaba claro, era todo un tema generacional, o mas alla, simple y llanamente de edad.

Tuve que poner entonces las pelotas sobre la mesa y expresarme con la mayor de las claridades posibles. Mirad, tios, a mi que no me quiten una sensacion tan maravillosa y unica (sobre todo unica, porque solo va a acontecer una vez en la vida) como morir. Que si, que si, que yo quiero saber que se siente. Quiero morirme. Que no me vengan con mierdas modernas. Todo el mundo a lo largo de toda la historia de la humanidad ha muerto. No queramos jugar con fuego. Sigamos siendo lo que hemos sido siempre, humanos mortales y, simplemente, muramos. No tuve que decir mucho mas. En ese momento, y tras mi breve platica, todos estuvieron de acuerdo. A la mierda con la vacuna de la inmortalidad. Dejemonos de tonterias y giliflauteces. Morir es una sensacion maravillosa.

viernes, 28 de febrero de 2025

Contengan su optimismo, por si acaso


Este último año fue una completa mierda. El peor de mi vida, sin duda. Todo 2024 y lo que llevamos de 2025, e incluso los últimos días de 2023, diría yo. Todo comenzó con una mala visita al dentista. No debería de tener nada que ver, de hecho aquella no era sino la necesidad de una extracción dental para que la cosa no se complicara y acabara por quedarme sim boca. Pero de alguna manera, a partir de ahí todo comenzó a joderse y comencé una espiral de negatividad, depresión y caída en picado que parece no tener fondo.

Tampoco quiero entrar en más detalles que a nadie le interesan. La cuestión es que paulatinamente tuve que ir alejándome de todas mi pasiones y pequeñas cotidianidades que me proporcionaban algún tipo de felicidad. Hasta quedarme solamente rodeado de miseria y tedio, literalmente. Lo que pasa es que nunca he sido una persona pasiva. Hasta en las situaciones más extremas me revuelvo y quiero buscar soluciones, por mucho que las fuerzas no acompañen. Luego las decisiones tomadas pueden no ser las más acertadas y me arriesgo a terminar incluso peor de lo que estaba. Pero al menos que no se diga que no lo intento. Hay quien a eso lo denomina tener cojones, yo simplemente lo considero combatir el aburrimiento.

Ahora podría, dentro de esta onda recién comentada de buscar remedio a las malas situaciones, optimizar con la idea de un futuro positivo. El típico comentario de "ya estamos en el fondo, a partir de ahora toca remontar". O tomarme en serio los ánimos que me llegan de conocidos, "vamos, seguro que ahora todo va a ir bien". Podría llegar a creérmelo e incluso tomar esa actitud. Aunque no estoy nada convencido. Pero bien, sí, digamos que, aunque no tengo una jodida bola de cristal, veo que en efecto todo va a ir bien. Pues aun así no me atrevería a soltarlo a los cuatro vientos ni en broma.

Recuerdo una entrevista que hicieron a John Lennon a principios de diciembre de 1980. Decía que había pasado muy malos momentos pero que ahora había vuelto al negocio musical, era feliz con su familia y se sentía más fuerte y con más ganas que nunca. Todo optimismo. Incluso agregó, casi al final de la entrevista "mi música es una obra unitaria que no terminará hasta que esté muerto, y espero que eso no suceda hasta dentro de mucho tiempo". Esa misma noche Lennon fue tiroteado y asesinado a la entrada de su casa junto a Central Park, en New York City.

No está de más mirar al futuro con optimismo. Incluso aunque no nos lo creamos ni nosotros mismos. Pero cuando uno lo cacarea en voz alta y con tanto entusiasmo, se arriesga a que un pistolero hijo de puta cualquiera le meta cinco balazos. Tampoco hay que ser tan drástico, pero hay muchas otras formas de morir. Incluso alcoholizado tirado en el suelo de la cocina de tu casa. Así que me voy a abrir una cerveza para desayunar y a ver qué pasa. Todavía no vi a ningún tirador solitario rondando por ahí fuera.


domingo, 7 de abril de 2024

Una playa en Albania. Dia 8

Lo de siempre, noche antes de viajar, sueño imposible. Apenas si duermo tres horas, despertandome constantemente y con terribles dolores de ojos y de cabeza. Cuando finalmente me pongo en pie estoy completamente reventado, pero la cuestion es que no hay tiempo para quejas puesto que en apenas un par de horitas tengo que dejar el alojamiento e iniciar el largo viaje a casa. Asi que, en muy malas condiciones, intento adecentar un poco el apartamento y arrastro los pies hacia la ducha, la cual tampoco ni mucho menos me arregla. Yo se lo que me hace falta, pero el caso es que no me quedan ni cervezas ni vino, anoche acabe por pulirme todas las existencias etilicas. Perra suerte la mia. En fin, un cafe y nos vamos. Paseito de veinte minutos (o mas, en estas condiciones) hasta la terminal de autobuses.

De camino decido hacer una parada en el restaurant donde cene ayer. Y es que anoche ya me informe, por si tenia la necesidad, de que abrian a las siete de la mañana para servir desayunos. Bueno, o para lo que mas me apetece en estos momentos... Dos cervezas que me pongan las pilas y acaben con este asqueroso malestar que llevo en el cuerpo. Oye, pues si, mira, parece que me encuentro un poco mejor. Y de paso pico unas aceitunas y unas croquetas y parece que ya empiezo a funcionar. Venga, vamonos para la estacion a ver como esta el tema este de los buses al aeropuerto.

Un cartel cutre pegado en una extraña mampara en mitad de la nada (recordemos que la terminal de autobuses es una explanada sin mas) me informa de que tengo un transporte al aeropuerto de aqui a una hora. Estupendo, me da tiempo a visitar un bareto cercano y hacerme un triple expresso. Lo suyo seria una chela, pero con eso de no haber dormido me esta entrando una modorra muy desagradable y no quiero quedarme roncando sobre la acera, cual pordiosero roñoso, y perder el autobus. Bueno, autobus por decir algo. Cinco minutos antes de la hora anunciada, junto al cartelon, aparece una furgoneta medio reventada llena de asientos (habra como veinte) pero sin ningun espacio para equipajes o maletas. Menos mal que yo viajo con lo justo, que es una bolsa de mano, y aun asi me las veo putas para encajarme en el asiento. Pero vamos, que aqui viene la tipica familia con cuatro maletas y tienen que ir en el techo, porque otra opcion no hay.

La cuestion es que la furgalla va a reventar de gente, pasaje completo. Y esto, con el poco espacio que hay, no es nada agradable. Hace un calor de mil demonios y este cacharro no tiene ningun tipo de ventilacion. Tras una larguisima media hora llegamos al aeropuerto y todos los pasajeros descendemos del vehiculo sudando como cerdos. Venga, vale, dejemonos de zarandajas y vamos rapidito a la terminal que aun tengo tramites por realizar antes de embarcar. Y es que resulta que, supongo que porque en este aeropuerto todavia no han instalado lectores digitales, ayer no pude hacer el check-in online, asi que necesito hacerlo en el mostrador y que me den la tarjeta de embarque fisica, como en los viejos tiempos. Pero claro, esto es Albania y no todo va a ser tan facil.

El mostrador para realizar el check-in para mi vuelo esta cerrado a cal y canto y no se ve absolutamente a nadie medianamente cerca de el o a quien se pueda interrogar al respecto. Por suerte aun quedan cuatro horas para el despegue (ya me vine con tiempo preveyendo alguna historia semejante) y no tengo una prisa excesiva, asi que voy a sentarme y de paso investigo en la app de la aerolinea a ver si encuentro alguna informacion. Vale, la conexion wi-fi del aeropuerto no funciona, vamos mejorando. Y lo peor es que con tanto cafe, las dos chelas, las croquetas y el calor de la furgo, tengo el estomago extremadamente revuelto y no me entra ni una puta cerveza mas. Voy al servicio, a ver si vaciando me encuentro mejor. Pero las tremendas cagaleras no son una buena señal, y el hecho de no haber dormido practicamente nada tampoco ayuda en absoluto. Ahora mismo me encuentro fatal.

Tras tres horas de espera sin mas entretenimiento que ver a gente pasar, finalmente el mostrador de los cojones abre y consigo mi tarjeta de embarque. Una hora para el vuelo. Me dirijo hacia la puerta designada y alli me encuentro con que el vuelo saldra con una hora de retraso. Y yo estoy hecho polvo, cojonudo. Arrastro los pies hasta un banco y alli me desparramo a ver pasar mas gente. Este pasatiempo ya me esta empezando a tocar las pelotas. Por fin, y despues de dos horas mas de estar sentado, se abre la puerta y nos revisan el pasaje. Hale, para el avion. O no.

Ahora resulta que no hay avion. Estamos, literalmente, en fila en mitad de la pista de aterrizaje pero no tenemos cacharro al que subirnos. Alguien, a gritos desde una cierta distancia, nos observa que debemos esperar en esta posicion puesto que la aeronave aun no ha llegado. Y asi nos tiramos una hora mas. Por suerte ahora ya no veo pasar gente, aqui es espectaculo es algo mas variado. Primero pasan como diez camiones portando escombros uno detras de otro. Menudo desfile. Despues vemos discurrir varios autobuses de estos de transportar pasajeros por el aeropuerto, que van completamente vacios y parece que esten de carreras, porque pasan a toda velocidad. Y ya para rematar, al final vemos tambien como aterrizan delante de nuestras narices dos aviones, cuyos pasajeros deben de estar flipando al ver a traves de sus ventanillas esta macabra hilera de seres humanos en mitad de la pista de aterrizaje.

Finalmente aparece nuestro avion, que se detiene justo delante de nosotros como invitandonos, de una puta vez por todas, a embarcar rumbo a casa. Pero esperate, que aun tienen que bajar los pasajeros que vienen en el, hay que descargar las maletas y cargar las nuevas, realizar el repostaje... Vale, por fin subimos. Me abrocho el cinturon y me dispongo a cerrar los ojos un rato a ver si puedo dormir. Pero no lo consigo, y ademas me doy cuenta de que el avion no se mueve. ¿Que cojones pasa aqui, nos hemos piñado y de ahi esta quietud? ¿Estamos muertos? Ah, no, que sigue el retraso. Nos informan de que despegaremos de aqui a una hora y media. Hasta los huevos estoy ya. Al final llegare a casa mas alla de la medianoche, y lo peor de todo es que en esta ocasion no voy a tener ni vino ni clips ochenteros. Vaya viajecito de regreso de mierda.

sábado, 6 de abril de 2024

Una playa en Albania. Dia 7

Son las ocho, he dormido durante unas cuantas horas pero el cuerpo me pide mas. Demasiado sueño de retraso. Pero es imposible. Clac-clac-clac y alaridos constantes. Los hijos de puta del domino. Que en todas estas jornadas que llevo alojado en el apartamento no han parado ni un solo dia. Confirmado, estos malnacidos no tienen casa. Intento retozarme entre las sabanas, me tapo los oidos, intento ignorar el escandalo... todo en vano. Al final acabo como siempre, mirando al techo, con el cuerpo completamente dolorido y sin posibilidad de dormir todas las horas que necesito. A muy duras penas me acerco hasta la ducha e intento que el agua repare mi cuerpo, lo cual a estas alturas es una absoluta quimera. Nada, que nos toca pasar al plan alternativo, el de siempre, el que ya se que funciona. Medicina liquida.

Salgo al balcon precisamente en el momento en que los miserables del domino terminan su pachanga y recogen su tinglado. Pues ahora me toca a mi. Once de la mañana y sonora apertura de la primera chela del dia. La tormenta de arena de la jornada anterior ya es mas que historia y hoy tenemos un sol y un calor abrasador. No queda otra que hidratarse bien. Asi que me tiro realizando mi actividad preferida hasta las dos de la tarde. Y me acontece lo que en todas las sesiones etilicas anteriores. Tanto me emociono y tanto pillo la directa que al final me quedo sin metralla. Pero ya sabemos como funciona esto, a grandes males, grandes remedios. Vamonos para la tienda y de paso nos damos un garbeo por la playa.

Es tal la calina que estamos sufriendo hoy que en un momento dado incluso necesito meterme a pasear por el agua y asi refrescar un poco mis sufridos pies. Y de esta manera continuo durante media hora. Ya no se ni hasta donde he ido caminando, debo de estar ya cerca de Grecia, esta puta playa es interminable. Cuando me doy cuenta de que en la distancia ya ni veo la zona de mi alojamiento, decido que ya esta bien de esta mariconada de pasear por la orilla remojando los pinreles. Mejor me remojo por dentro. Y mira que casualidad que siempre que esta idea viene a mi cabeza aparece ante mi un precioso abrevadero con sus puertas abiertas e invitandome a tomar un refrigerio. Pues vamos alla, que no se diga que hemos venido aqui a perder el tiempo.

Despues de una maravillosa cerveza que me sabe a gloria, recuerdo que toda esta historia de salir a pasear por la playa no era mas que una excusa para comprar mas municion de cara a lo que resta de dia. Pues sera hora de ir a buscar una tienda y hacer acopio de provisiones, digo yo. Tal y como salgo del abrevadero, un par de oscuras nubes aparecen en el cielo y la temperatura baja drasticamente. Pues mira, mejor, asi el paseo de vuelta se me hara mucho mas facil y podre caminar mas rapido sin tener que sudar como un puto cerdo. Teniendo en cuenta que hoy es el ultimo dia que voy a pasar completo en el apartamento, ya que mañana apenas va a ser despertar y salir hacia el aeropuerto para regresar a casa, tan solo me pillo unas cuantas chelas, la primera de las cuales abro sin ninguna compasion mientras salgo al balcon nuevamente a proseguir mi interesante sesion alcoholica.

Pero mira, sera por el paseito o porque ya llevo demasiado liquido en el cuerpo sin nada solido, pero la cuestion es que ahora me ha entrado gazuza, y de la buena. Como esta es mi ultima jornada en Durres, decido retomar el truco que utilice el otro dia en Tirana y buscar la lista de mejores restaurants de la ciudad, a ver que me encuentro por aqui cerca. Y asi me hago una ultima cena en condiciones. A tan solo dos cuadras del apartamento tengo el Cosmo, en la posicion numero cinco de mejores restaurants de la urbe. Pues venga, voy a ponerme unos pantalones decentes (llevo todo el dia en shorts) y salgamos para alla a ver que viandas puede ofrecer esta gente a mi sufrido paladar.

Para empezar me pido las croquetas caseras de cangrejo y como plato principal el espectacular pulpo a la plancha, que es de lo mejor que he probado en mucho tiempo. Por supuesto lo riego todo con un litro de Korca, cerveza de la tierra, para no bajar ni un apice la intensidad etilica. A pesar de ser un restaurant bastante pijo, con camareros trajeados, velitas, flores y todas esas gilipolleces, lo cierto es que el precio, nuevamente, me resulta bastante irrisorio. Y bueno, con esto ya he comido para todo el dia y la noche, asi que ahora va siendo hora de plantearme mi proximo paso, aunque la verdad es que me encuentro bastante lleno, la noche ya ha caido y no estoy para demasiadas aventuras. Pues que cojones, vamos a nuestra rutina habitual.

Me paso por ultima vez por el badulaque, y es que en la compra anterior no habia hecho acopio de vino. Y que seria de una noche en mi apartamento de la playa de Durres sin mi habitual botellita de vino y, por supuesto, el canal de video-clips ochenteros en la television. Llego de vuelta al alojamiento un poco antes de las ocho y me preparo para acometer mi ultima velada en Albania. Entre lo mal que duermo, la cantidad de mamoneo que he ingerido hoy y el paseito por la playa, lo cierto es que me encuentro ciertamente cansado. Me pongo horizontal sobre el sofa y en esta ocasion no voy a llegar ni a la medianoche. Eso si, del vino no dejo ni una gota, con dos cojones.

jueves, 4 de abril de 2024

Una playa en Albania. Dia 6

No hay manera de poder tener una noche de sueño decente. A las cinco ya tengo los ojos abiertos como platos y observando el techo con autentica desesperacion. Al final, y despues de varias horas de intentar reconciliar el sueño, acabo hasta los cojones y decido salirme al balcon a hacerme una cerveza. Son las siete y no hay mucho mas que hacer, bueno, salvo echarle un ojo a la partida de domino de los tarados habituales de ahi abajo, que ya hace un rato que comenzaron su show. Clac-clac-clac-clac con las fichitas y yo chelita tras chelita hasta que un poco antes de las diez me quedo en dique seco. Menudo desayuno liquido que me he pegado hoy. Bueno, voy a dar un paseo a ver si se me despeja un poco este proyecto de taja matinal y, de paso, me acerco a una tienda y pillo algo mas de municion.

Al bajar a la playa me hago cargo de que el mar esta muy revuelto y por lo visto se avecina una buena tormenta. Aunque el sol sigue brillando en lo mas alto, hoy el dia no tiene nada de calido. Las rafagas de viento son continuas y terribles, hasta el punto de que si uno camina a contraviento le es muy dificil avanzar. Pero tampoco esta es una eventualidad que me vaya a detener en mi cometido. Es mas, con este fresquito me siento mucho mas comodo que con la bola abrasadora y me da por pasear hasta mas lejos que nunca. Playa abajo, al final llego a un punto en que decido callejear un poco y buscar, necesariamente, una tienda donde conseguir realizar la compra etilica que tanto ansio.

Cuando finalmente llego de vuelta al apartamento, la climatologia se ha complicado de una forma mas que preocupante. Sobre todo para la estructura del alojamiento en si, y es que me da que estas viviendas vacacionales junto a la playa no estan hechas para tanta ventolera. Todas las ventanas tiemblan y las paredes crujen de manera bastante siniestra. Asi que lo mejor es salir al balcon, toda excusa es buena. Que si, que hace un viento criminal, pero a mi eso me da igual, yo lo unico que quiero es beberme mis cervecitas. La unica preocupacion seria que se las llevara el vendaval, pero si las escondo en un rinconcito bien resguardadas ya no tengo ese problema. Y asi continuo durante unas cuantas horas, bebe que te bebe mientras dejo que el huracan destroce tantas edificaciones como quiera.

Ya son las tres de la tarde y, aunque el viento en si no me molesta en demasia, lo cierto es que tanto ruido de crujidos, cosas cayendo y rompiendose y demas desastres, ya me esta tocando los cojones un poco. Voy a salir a dar otro paseo y a ver si encuentro un bareto tranquilo donde pueda seguir chupando sin demasiado escandalo, y de paso me meto algo solido tambien en el cuerpo, porque de momento, y hasta esta hora, todo ha sido jugo de cebada. Asi pues, inicio ruta y me doy otro tremendo paseo, nuevamente playa abajo, para darme cuenta de que ahora lo que se nos ha venido encima es una terrible tormenta de arena. Aun asi, camino y camino buscando un refugio mas o menos decente, y es que todos los garitos por los que paso parecen mas endebles todavia que mi propio apartamento. Sin duda esta ciudad no esta preparada para este tipo de inclemencias meteorologicas.

Finalmente, y con arena en los ojos, boca, orejas y absolutamente por todas partes, encuentro uno de estos tipicos hoteles pijos que se levantan justo sobre la propia playa y ahi que decido meterme a cascarme una buena cerveza. O mejor que sean dos, le digo al estirado y trajeado camarero, y si eso tambien me traes el carpaccio de pulpo que hay en el menu, para que no pienses que solo soy un turista alcoholico en busca de cobijo frente a la tormenta. El carpaccio, por cierto, esta asqueroso, y fuera la tormenta arrecia hasta el punto de que ya no se ve absolutamente nada mas que una cortina amarillenta de arena volando. Como para salir a iniciar el paseo de vuelta a casa. Pues me quedo aqui un rato mas y, si eso, me hago un vinito, para cambiar de tercio. Oye, camata estirado, uno no, si eso me traes dos. Si, supongo que ya es la hora del vino, ya sabeis, la rutina habitual.

En un momento de mediana tregua por parte del vendaval de arena, decido intentar el regreso al alojamiento. Pero la cosa se complica y tengo, nuevamente, que buscar un refugio temporal durante unos pocos minutos para desenarenarme los ojos, porque llega un momento que no los puedo ni mantener abiertos. Vaya, que casualidad, he caido en otro badulaque con mogollon de botellas en sus estanterias. Pues ya que estoy aqui me pillo un vino para subirmelo al apartamento y asi terminar la noche bien contento. Venga, ultimos metros a la carrera en mitad de la tormenta de la arena y por fin llego a mi refugio dispuesto a comenzar la parte final de la jornada.

Ya sabeis, tele, videos ochenteros y botella de vino del pais. O mejor dicho, botellas. Y es que resulta que ayer, como cai bastante cansado cuando apenas si me habia bebido dos vasos, al final me deje un buen resto de la botella correspondiente a la jornada. Asi que, mira, no hay mal que por bien no venga, hoy tengo botella y media para ponerme completamente pasado hasta que el cuerpo aguante. Eso si, teniendo en cuenta que todo el papeo que llevo en el cuerpo en todo el dia es el carpaccio de pulpo del hotel pijo, lo cierto es que agarro un cagallon pero de los buenos. En fin, que lo de siempre, que llego hasta la medianoche, aunque esta vez si que me acabo todo el vino, y finalmente caigo absolutamente muerto sobre la cama. Y a ver cuanto y como duermo esta vez.

 
Clicky Web Analytics