martes, 10 de mayo de 2011

Duelo en el pelotón

Una nueva tragedia golpea al ciclismo. La muerte ayer en plena competición del belga Wouter Weylandt es el enésimo golpe a un deporte infinitamente castigado por unos, por otros o por el simple azar, como parece que ha acontecido en esta ocasión. Sucedía ayer en la tercera etapa del Giro de Italia, en el descenso del Passo del Bocco, tan sólo a 25 kilómetros de acabar la jornada, Weylandt se iba al suelo sufriendo varias fracturas, una de ellas mortal en el cráneo. Curiosamente el mismo día que acababa ganando un español, Vicioso, que poco pudo disfrutar de su victoria viendo como un compañero de profesión se dejaba la vida en la carretera. Para el día de hoy se espera una etapa neutralizada por los propios corredores, pequeño homenaje, dentro de lo posible, para el corredor belga del equipo Leopard Trek que, lo que son las cosas, había llegado a la ronda italiana como gregario casi a última hora ocupando el lugar de compañeros que habían declinado su participación en la prueba.

Por fortuna, creo yo que por fortuna, este año hemos podido enterarnos de la noticia al instante, en directo, ya que la cadena VEO7, al igual que hizo el año pasado, se está encargando de retransmitir esta prueba ciclista, la tercera más importante del calendario mundial, todas las sobremesas. Y digo esto porque ya parece haber pasado el período de silencio impuesto por la dictadura zetaparista con respecto al ciclismo, con esos años en los que la televisión pública compraba los derechos del Giro para que ninguna otra cadena se hiciera con ellos y luego ni siquiera lo retransmitía. Algo ha tenido siempre este puto desgobierno nazisociata contra el deporte de la bicicleta, bien sea sacando a relucir mierda sobre dopaje en los manipulados desinformativos (como si en el mismísimo fútbol los jugadores no se drogaran) o bien incluso resistiéndose el dictador Zetatonto a recibir a Alberto Contador cada vez que éste ha ganado una prueba.

No me desviaré del tema, porque cada vez que hablo de estos hijos de puta me enciendo, ya lo sabéis, y realmente el propósito de este post es un sentido homenaje a estos héroes de la carretera, que dedican y sacrifican su vida por un deporte que, salvo en casos muy excepcionales, poco ofrece a cambio salvo la propia satisfacción y superación personal. Aunque sí, hay algunos capullos, porque no se les puede denominar de otra forma, que sí que ofrecen algo a cambio a los sufridos ciclistas, tratarles de drogadictos para arriba día sí y día también a través de las ondas, la prensa y la pequeña pantalla. Me gustaría ver qué puto día empezamos a tratar de la misma manera al asqueroso drogadicto de Guardiola, que éste sí, hasta se llevó una sentencia encarcelatoria por este motivo hace unos añitos y a futbolistas que huelen a droga a la legua, partidito tras partidito. Pero el sino de este país que es España es estar agilipollado. Me remito al índice de visitas a este blog en los últimos días después de haber escrito dos posts con reminiscencias futbolísticas. Se han disparado los visitantes. Se ve que aquí no nos interesa la aberrante situación política, económica, laboral o social del país, sólo el fútbol. Pues así nos va y así nos seguirá yendo. En fin, descanse en paz Wouter Weylandt.
 
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