martes, 20 de septiembre de 2011

Colas

El Reino Unido debe de ser el país de las colas. Les encanta hacer colas, les encanta ponerse en la cola, supongo que también va en ese carácter ordenado y metódico de los británicos, y es que al fin y al cabo una cola no es otra cosa más que establecer un orden, desde el primero al último. Sé que en cuanto he escrito la palabra "cola" a los que aún tenéis la desgracia de residir en Zetaparolandia se os ha venido a la mente la cola del paro. Pues mira tú por donde, esa cola aquí no la tenemos, ¿y sabéis qué?, que igual que hacen el Piolín Blanco y el travelo Pajín, me río, me parto el culo, me descojono. Y lo hago porque como ya no estoy en el país de los tontos, me la suda lo que acontezca allí, por mí como si quiere estar toda la nación en paro, al fin y al cabo, y aunque así fuera, seguiría habiendo hijos de puta que seguirían votando al PSOE. Así que os lo merecéis, por idiotas. Ya sé que todos los días que escribo un post comento lo mismo, pero coño, no me jodas, es que es de subnormales, y sí, me regodeo y cachondeo. A mí ya me jodieron la vida entera, ahora es tiempo de que me parta el culo un poco en la distancia. ¿O no tengo yo también ese derecho?

Habrá también en España personas a las que lo primero que les viene a la cabeza cuando se habla de una cola es la intención de colarse o idear alguna treta o fulla para avanzar puestos en ella. Ridículos, los españoles son ridículos, y luego me podéis hablar de picaresca, de pillería o de lo que os salga de los cojones. Sinvergüencería, coño, las cosas por su nombre. No verás nunca en una cola británica que alguien se salte el orden establecido, que nadie se intente colar, ni tan siquiera la más mínima bronca por algún tipo de confusión en el orden establecido. No, por favor, si hay dudas, pase usted, no usted, no usted. Vamos, en España ni se pregunta, y si es posible se le mete un codazo a la anciana de delante aunque se caiga al suelo y se rompa todos los huesos. Mejor, que se vaya al hospital o al cementerio, así ganamos todos un puesto en la cola. Claro que también es verdad que España está llena de sudakas sinvergüenzas, moracos malnacidos y negros selváticos sin educación que o no saben ni lo que es una cola o directamente ni la respetan porque ellos son los más chulos de su jungla. En el Reino Unido los negros están integrados y son educados, los moros no abren la boca no vaya a ser que les caiga una buena y los sudakas directamente ni existen, son demasiado vagos como para venir a un país donde tienen que aprender un idioma que no es el suyo.

Pero no nos desviemos del tema, sigamos con las colas. Colas que pueden ser larguísimas, en un centro comercial, en un badulaque de comida rápida o en el supermercado. Pero aunque veas cincuenta cabezas por delante de ti, no vas a protestar, nadie protesta, todo el mundo aguarda su turno tranquilamente. En España como tengas a dos personas delante de ti ya estás rajando. Y te pones a gritar como un loco solicitando que venga el encargado, la policía y la madre que los parió a todos. Se ve que tienes mucha prisa. En España siempre se tiene mucha prisa, no vaya a ser que lleguemos tarde a casa a tumbarnos en el sofá a tocarnos los huevos mientras vemos el fútbol, porque desde luego prisa para ir a trabajar no hay, más que nada porque no hay trabajo. Pero bueno, pongamos el caso de que tienes prisa porque quieres ir a trabajar, porque realmente tienes trabajo, sí, uno de esos de ocho a ocho por 700 pavos, aunque te van a despedir de aquí a dos semanas. Tienes prisa por llegar a él, pero cuando llegas a la puerta de la oficina te desvías para ir a tomarte un cafenito y una vez allí intentas estar lo menos posible en tu puesto porque realmente no te gusta trabajar. Así pues, ¿qué puta prisa tienes, jodido españolito?

También es verdad que una cola en España se puede eternizar. Tres personas pueden ser alrededor de diez minutos. Eso si el cajero, funcionario o personal que atiende no decide justo antes de que te toque cerrar el chiringuito para irse a almorzar o al Corte Inglés. Entonces te jodes y esperas una hora. En el Reino Unido he visto colas de treinta personas desaparecer en menos de dos minutos. ¡Eso no puede ser!, gritaría el nazisociata progreta manipulado de turno. Sí, soy un mentiroso, ya lo sé, aunque simplemente me limite a contar lo que ven mis ojos. Es una cuestión de efectividad, payasos, imbéciles, anormales nazisociatas, una efectividad que en el país de vagos y caraduras que es España bien poca gente conoce. En el Reino Unido el que atiende la cola no se va a tomar un café en mitad del turno, ni cierra la caja por las buenas, ni está solo ante el peligro como Gary Cooper. Seis, siete, veinte personas atendiendo, las que hagan falta, aquí no se recorta en gastos, se mira por la gente, y así, obviamente, el país funciona, hay empleo y todo el mundo llega a un cola y sonríe y es feliz. Igualito que en España, vamos, pero en fin, ya se sabe, de donde no hay, no se puede sacar.
 
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