sábado, 24 de septiembre de 2011

Una cervecita antes de ir a la cama

Estoy tranquilo. He llegado del trabajo a casa hace un rato, un buen puñado de horas, pero satisfecho, como cualquier persona normal que se gana su sueldo para tener una vida decente en un país normal. Vamos, todo lo contrario que en España, donde ni hay personas normales, ni trabajo, ni sueldo, ni vida decente, ni por supuesto es un país normal. Pero me la sopla tanto que casi que hoy voy a obviar cualquier comentario sobre el país de los rebuznos zetapariles y la agilipollada masa borreguil que, o bien le aplaude como subnormales a un lápiz que da vueltas sobre una mesa, o bien pasa olímpicamente de todo mientras se muere de hambre delante de un televisor donde estén dando un partido de fútbol. Bueno, lo de siempre, que España me la trae floja y que les jodan a todos los nazisociatas de los cojones, progretas hijos de puta y demás estiércol malnacido que ha provocado lo que ha provocado, incluyendo mi emigración forzosa. Malparidos.

Hoy he estado currando mano a mano con Cras, todo un personaje. Al principio me parecía un inútil integral y un puto gordo sin cerebro que sólo pensaba en follar y en comer. Pero el tipo poco a poco se ha ido ganando mi confianza, también es verdad que cada día curra más y, con esto de que ha dejado a su novia preñada, también se controla bastante con el tema del folleteo. Sí, sigue estando gordo como una foca y jalando todo lo que puede y más, pero supongo que para eso no tiene remedio el colega. Además es un forofo incondicional del Celtic de Glasgow, lo cual para mí le da muchos puntos. Aunque luego le preguntas sobre fútbol y el tipo no tiene mucha idea, pero yo creo que es más el hecho de sentirse parte de algo que el forofismo futbolero en sí. No es ni mucho menos un hooligan, aunque por su aspecto y forma de actuar cualquiera podría a primera vista pensar que sí. Insisto, un buen chaval, entregado como el que más, que cada día me gusta más como compañero. Una pena que mañana no coincida con él.

La verdad es que por lo general aquí en Escocia casi toda la gente tiene ese buen rollo que proporciona la felicidad interior. El hecho de que aquí no haya un desgobierno hijo de puta jodiendo la vida a las personas hace mucho para que las susodichas personas sean buena gente. También es verdad que esto es un poco la pescadilla que se muerde la cola, España está llena de gentuza, hijos de mala madre, malas personas, malnacidos con muy mala baba que se ríen del mal ajeno e incluso lo desean cuanto más mejor. Ya sabéis, todos esos que votan al PSOE, de ese tipo de bastardos de mierda estoy hablando. En Escocia no tenemos ese tipo de escoria humana, es por eso que ni hay PSOE ni similar, ni hay imbéciles, ni inútiles, ni anormales de ese calibre. Me había prometido a mí mismo no hablar de esos hijos de perra. Lo siento, tanta jodienda vital me han dado que no lo puedo evitar. Bueno, que les follen.

Pues lo dicho, que después de venir de lo que en España no te dejan hacer, o sea trabajar, estoy en casa cascándome una buena Tennent's para irme a la cama contentillo, aunque la felicidad aquí es bastante más fácil de alcanzar que poniéndose ciego a pintas de cerveza. Diría que cada cual puede realizarse de la forma que más le guste porque aquí hay opciones para todo. No, progretas psoístas de mierda, realizaros como os gusta a vosotros, jodiendo a los demás, eso no se puede hacer, hijos de puta. Huy, se me vuelve a ir la mente a otras cosas. En fin, que solamente quería compartir con vosotros, queridos lectores, la tranquilidad del emigrante, del que vive lejos de la chaladura inhumana de la nación zetapariana. Os digan lo que os digan por la manipulada caja tonta, fuera de España se vive de cojones, y una vez que os vayáis, lo más posible es que no volváis jamás, como es mi intención. Así que, pinta en mano, brindo por todas aquellas inteligentes personas que se quieran largar de España. Y los nazisociatas que se ahoguen ellos solitos en su propio vómito. Buenas noches, colegas.
 
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