Estoy escuchando a Gene Vincent. Rock'n'roll del bueno, del clásico, años cincuenta. Su tema más conocido es Be-Bop-A-Lula, aunque en su discografía hay muchas otras perlas. ¿Por qué he elegido a Gene Vincent para esta mañana de lunes? Gene nació el 11 de febrero de 1935, hoy celebraríamos su 78 cumpleaños, ya que por desgracia este gran rockero nos dejó a principios de los años 70. Curiosamente en esa década y también un 11 de febrero, vino al mundo el que suscribe. Así que, sí amigos, hoy es mi puto cumpleaños y es por esa razón que ya tengo una pinta de Tennent's en la mano, porque hay que celebrarlo, aunque uno cada vez se vaya haciendo más viejo. Pero, qué cojones, ya es una buena noticia llegar hasta donde hemos llegado, otros no lo han conseguido, así que brindemos por mi llegada al mundo, por la madre que me parió y por el padre que me engendró, que aquí no somos feminazis y valoramos la importancia de ambos progenitores por igual.
A pesar de estas introductorias cervecitas matinales, esta tarde vendrá lo bueno, os lo aseguro. Aquí, en la ciudad donde resido, el día de tu cumpleaños es costumbre reservar mesa en una taberna para toda la tarde (y ya puestos la noche). Invitas a tus amigos y allegados al evento y, hale, todos a mamar como cosacos. Se da la circunstancia de que entre todos los invitados que figuran en la lista de mi celebración hay un gran número de hard-drinkers, lo cual tampoco es muy difícil viviendo en el lugar que vivo, así que el asunto promete. No faltarán personajes de la talla del chulo, Frankenstein, o el camionero checo, junto con un venezolano ario de casi dos metros y dos o tres buenos amigos nativos de la zona que serán los que más jugo le pondrán a la historia con sus típicas competiciones de a ver quién se casca tres pintas más rápido. Me parece que el récord está por debajo de los treinta segundos. Con eso queda todo dicho.
Como en todo buen cumpleaños, habrán regalitos, aunque sinceramente os digo que esto me toca bastante la gaita. Para mí es bastante presente ver a todas las personas que aprecio en torno a mí, aunque por desgracia la familia quede un poco lejos gracias a la deportación sufrida en mi persona desde mi propio país por parte de un desgobierno de hijos de puta lunáticos con Zetahijodeputa el malnacido a la cabeza. Pero olvidémonos de esos excrementos humanos por un día. Decía yo de los regalos. Me la sopla lo que me regalen, aunque la botella de whisky es algo habitual que no creo que falte. Whisky del de verdad, claro, no el matarratas que se vende en TimoSpain. Mi primer regalo ha sido un ukelele, bien, ya tengo faena, a mi edad y teniendo que aprender a tocar un nuevo instrumento. Y es jodido, no os creáis, básicamente porque memorizar todos esos acordes después de tanto exceso etílico es un esfuerzo realmente criminal para mi sufrido cerebro. Pero lo sacaremos adelante, no os preocupéis.
Y bueno, poco más para el día de hoy. La verdad es que después de todas las sandeces que leo por la red, apetece desconectar de toda la cantidad de grandísimos gilipollas que todavía siguen anidando por España. Porque las barbaridades que uno lee... vamos, así va ese país y así seguirá yendo. Sin remedio. Yo me voy a dedicar a mi vida tranquila en mi nuevo país de acogida y a olvidarme de porquerías existenciales. Eso sí, mi venganza contra los nazisociatas que jodieron mi vida llegará, algún día llegará. No tengo prisa, ya sé que voy cumpliendo años y que el tiempo va pasando. Pero con cuanta más calma me lo tome, más gozaré de mi venganza. Dejémoslo, ya hablaré de eso otro día. Ahora voy a ponerme otra pinta de Tennent's y quizá luego una sidra de pera, unos chupos de Oban y vete a saber qué más. El día promete. Feliz cumpleaños.