sábado, 15 de febrero de 2020

Paseo por Chipre 3. Una nacion ilegal

Me despierto fresco y sin ningun tipo de resaca. He dormido unas siete horas, que es mi ideal, asi que me encuentro en realmente buenas condiciones, y mira que eso es raro. Con una agilidad fuera de lo normal en mi persona, me pego una ducha, me aseo y me visto con bastante rapidez. Hoy si que tengo gazuza, no como ayer que no podia ni probar bocado a estas horas con lo revuelto que tenia el estomago, asi que me encamino hacia el comedor del complejo de apartamentos para dar cuenta de mi desayuno buffet. No me excedo con la cantidad pero si que le meto un buen tiento a todo lo que me pueda dar buenas energias, salchichas, bacon, huevos, alubias y varios vasos de refrescante zumo. Joder, que mañanita, si hasta parezco una persona normal y todo.

Hice bien ayer en retirarme pronto porque el plan de hoy incluye una conduccion de larga duracion, asi que mejor estar en buenas condiciones y haber tomado fuerzas en la matinal. Me voy a la capital del pais, Nicosia, que esta, basicamente, justo al otro lado de la isla. Asi que la tendre que cruzar de oeste a este. Segun me han comentado varias personas, el trayecto son minimo tres horas. Sin embargo yo llego hasta el mismo centro de la ciudad, con un pequeño atasco a la entrada de la urbe incluido, en apenas dos horas. Supongo que me gusta bastante pisarle. Pero tambien es cierto que la autopista de puta madre que practicamente no tiene trafico incita bastante a ello.

En fin, que ya estoy en Nicosia (que por cierto se pronuncia acentuando la ultima i, contrariamente a lo que todos los no chipriotas solemos hacer, poniendo enfasis en la o) y como soy un tio con recursos he encontrado un parking publico justo a la entrada de la ciudad vieja que, luego comprobare, me va a costar una autentica miseria. Lo mismo que ayer, llevo toda la mañana meandome, no se si seran los zumos matinales o es que ya estoy viejo y la prostata me asedia, pero para mi suerte justo en el mismo parking hay un meadero que ademas esta limpio e impoluto como pocos. Joder, de momento todo esta saliendo a pedir de boca.

La principal razon por la que vengo a Nicosia, aparte de para ver un poco el ambientillo de la ciudad, aunque finalmente lo voy practicamente a ignorar por completo, es para cruzar la frontera. Si, habeis leido bien, la frontera. En 1974 el ejercito turco invadio la parte norte de la isla de Chipre, con la idea de anexionarse la zona debido a la cantidad de turco-chipriotas que vivian en la zona y los cuales, segun ellos, eran totalmente maltratados por las autoridades generales, de corte greco-chipriota. Una historia muy larga en la que no entrare en profundidad, quien quiera saber mas que se informe via Google o Wikipedia. Pero el caso es que al final, y desde entonces, la zona de ocupacion ha quedado totalmente aislada, separada del resto de la isla por un doble vallado con minas incluidas, y siendo no reconocida en absoluto por ningun pais del mundo. Salvo, obviamente, Turquia.

Total, que mi objetivo es cruzar a lo que los habitantes de esta nacion ilegal han autodenominado la Republica Turca del Norte de Chipre. Curiosamente aqui, en Nicosia, hay un paso fronterizo que divide la ciudad en dos, al mas puro estilo del Berlin de la Guerra Fria. Y para mas cachondeo, resulta que el paso se ubica en pleno centro de la urbe, en la calle peatonal donde estan todas las tiendas. Asi que camino tranquilamente hasta llegar a unas casetas de madera bastante cutres donde varios tios con metralletas flanquean las legales banderas de Chipre y Grecia. Un menda en una garita me pide el pasaporte, me da el ok y a continuacion entro en la Linea Verde, que es basicamente la tierra de nadie, la zona entre ambos vallados.

A pesar del indicador de "no photo", no puedo evitar tomar unas instantaneas de tan peculiar lugar. Total, nadie me va a decir nada porque no estoy ni en un pais ni en otro. Tras apenas veinte o treinta metros, llego hasta otras garitas donde otros tipos, estos con caras de moros cabreados, me vuelven a pedir el pasaporte. Pasa, pasa, que todo esta bien y todo este paripe es para los turistas perturbados como tu. Pues ahi que voy, a poner mi pie en la famosa nacion ilegal. Aqui tambien hay dos banderas, como al otro lado, en este caso la de Turquia y la de la Republica Turca del Norte de Chipre. Pero no hay tios con metralletas, supongo que a estos no les da el presupuesto para tanto despliegue.

Las primeras dos calles son basicamente la misma mierda que el otro lado de la frontera. Tiendas. Aunque aqui no ves las tipicas marcas multinacionales, sino que el rollo es mas mercadillo, con ropa colgando de perchas en la calle y cestas con todo tipo de gorras, zapatos, ropa interior, sombreros, cinturones y demas. Al final de estas dos calles esta la mezquita y, justo al lado de ella, varias terracitas para que uno se refresque el gaznate. Un moro muy sonriente que esta arreglando sombrillas me dice que me siente a tomar algo. Pero claro, esto se supone que es territorio musulman, coño, es que hasta tengo la mezquita delante. Asi que, logicamente, pregunto sobre el tema que mas me interesa. ¿Pero aqui hay cerveza o que? Joder si hay. Y de todos los tamaños. Eso si, una sola marca, la Efes, de Turquia, como no podia ser de otra manera. Pues nada tio, traeme una y me siento aqui al solecito que ahora mismo acaba de salir a refrescar un poco la traquea.

Mientras me casco mi brebaje, comienza a sonar la llamada a la oracion desde dentro de la mezquita. Yo sigo dale que te pego y de pronto empiezan a pasar tios en chilaba en direccion a su lugar de rezo. Pero nadie me hace ni puto caso ni me dice nada. Supongo que esta gente esta tan necesitada de la pasta de los turistas que, con tal de que pagues, te ponen hasta aguardiente del mas fuerte que te puedas imaginar. Ya que tengo que conducir de vuelta a Paphos, me controlo con la bebida y solo me hago una. Y ahora comienzo a caminar, alejandome de la frontera y de esta zona medianamente preparada para turistas curiosos, a ver que cojones me encuentro en las zonas mas reconditas de este extraño lugar.

No me hace falta irme muy lejos. Tres calles mas alla de la frontera descubro la cruda realidad de esta nacion ilegal, aislada por parte del resto del planeta y absolutamente dejada de la mano de los dioses. Esto es el cuarto mundo. Edificios derruidos, escombros por todas partes, coches reventados de hace mas de cuarenta años, gente viviendo en casetas de madera o en tenderetes hechos con telas y plasticos... Eso si, algo me llama la atencion sobremanera. Todas las tias que veo pasar estan tremendas. Y nada de burka o trapos moros, que cojones, van en minifalda y con buenos escotes. Y eso que estamos en pleno invierno y ahora mismo no haran mas de cuatro o cinco grados. Desde luego esta nacion ilegal es bastante extraña, pero tambien tiene sus atractivos.

Tras dos horas de perderme por esta macabra republica fantasma, decido que ya es hora de ir volviendo a Chipre. El contraste, tras ver lo que acabo de ver, es tremendo. Rascacielos de oficinas, enormes avenidas y parques verdes. Ciertamente Nicosia es una ciudad bastante pija, ahora que me doy cuenta. En un momento dado me entra gazuza y paro en un lugar al azar, una tipica taberna chipriota, muy cuidada y arreglada pero en una zona un tanto perdida en la que no creo que este demasiado enfocada al turismo. Esto puede ser interesante. Y lo es, ya te digo si lo es. Aunque el entrante de queso frito me deja un poco indiferente, el cordero a la brasa y los caracoles en salsa de tomate son un autentico espectaculo. Gran acierto este sitio. Por supuesto acompaño todo con una chela, pero solo una, que hay que conducir de vuelta a Paphos.

Dos horas (de nuevo he debido de pisarle mas de la cuenta) y mi coche ya esta aparcado en el parking del alojamiento. El sol esta ya cayendo, asi que no me explayo mucho y decido salir a dar un paseito bordeando el mar, aunque el direccion contraria a la que tome ayer. Habiendo ya completamente anochecido y mientras callejeo de vuelta hacia el apartamento, me entra algo de sed y decido parar en un sitio al azar. Y mi olfato alcoholico sigue sin fallarme. El White Hart Bar es una especie de bar-tienda especializado en cervezas locales de autor. Tiene mas de trescientas. Me quedo boquiabierto mirando las estanterias, absolutamente extasiado, hasta tal punto que el dueño-camata se empieza a partir el culo de mi careto orgasmico. Si, tio, muy bien, pero no perdamos el tiempo. Venga, una de trigo y una IPA para abrir boca.

Me casco cuatro y salgo del local como una peonza. Pero ahora que ya voy entonado no voy a parar. Ademas no puedo faltar a mi cita diaria con Nina, asi que alla vamos. Bueno, o tal vez si que falte a la cita. Resulta que es lunes y, al parecer, es el dia en que los locales suelen cerrar aqui en Paphos, especialmente en invierno. No es que no vaya a ver a Nina, es que no voy a ver a nadie. Pero bueno, que no estamos para quejarnos y yo soy un tio con recursos. Al supermercado, que esta a punto de cerrar, a hacer acopio. Me pillo hasta ocho tipos de cerveza diferentes, entre chipriotas, griegas y hastsa una holandesa que no habia visto en mi vida, y algo de comida. Me subo al apartamento y empiezo el festival.

Lo que viene a continuacion ya os lo podeis imaginar. Las tres o cuatro horas finales de esta jornada son basicamente una sucesion de cerveza con algun que otro picoteo ocasional, todo esto en el famoso balconcito de mi apartamento. Obviamente no recuerdo mucho, salvo una cosa. Una cerveza griega llamada Star. Es la mierda mas asquerosa que jamas he probado. Hasta el punto de que solo me pude beber media y acabe tirando el resto por el fregadero. El sabor es algo asi como una mezcla entre orin, diarrea, vomito y alcohol. Y bueno, que de esta curiosa manera acabo el dia, logicamente derrumbado en la cama y esperando un resacoso despertar de aqui a unas cuantas horas.
 
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