martes, 11 de diciembre de 2007

Todos al talego

Las prohibiciones restrictivas del partido nacionalsocialista que ahora mismo desgobierna España parecen no tener fin. Por fortuna, algunas de las más bárbaras se quedaron en proyecto, como aquella de eliminar ya no sólo la libertad de expresión sino también la de pensamiento. Eso sí, sólo sería delito pensar en cosas que a ellos no les gustaran. Supongo que aquel extravagante proyecto nunca se llevó a cabo porque hubiera sido complicado demostrar en un juicio que yo estoy todo el día pensando rajarle el cuello al presidente del desgobierno, por poner un ejemplo. De todas formas, la lista de restricciones impuestas por estos malnacidos no es precisamente una ligereza: hablar contra ellos, manifestarse contra ellos, fumar, comer hamburguesas, conducir vehículos todoterreno por el campo, irse de putas en Barcelona... y unas cuantas más que me producen auténtica vergüenza ajena. La cuestión ya directamente es: ¿se puede hacer algo en este país sin llevarte una multa o acabar entre rejas?

En realidad sí, se pueden hacer muchas cosas. Por ejemplo puedes asesinar a 25 personas y luego ponerte en huelga de hambre, o puedes ser sudamericano y violar tantas adolescentes como te plazca, incluso puedes chorizar el famoso 3% y hasta te dan el premio de gobernar (o desgobernar) una comunidad autónoma. Lo que no puedes es tomarte tres vinos y luego irte en coche a casa, porque entonces eres un criminal tan peligroso que te vas directo al talego. Aunque mejor no menciono el vino, porque estos hijos de puta estaban en proceso de embargar la mitad de los terrenos de Vega Sicilia para hacer una extraña autovía que aún nadie sabe a dónde lleva. Por no hablar de ese famoso proyecto, que supongo que no tardará mucho en convertirse en otra fascista ley restrictiva, la de poner impuestos especiales a las bebidas alcohólicas y reducir su venta exclusivamente a locales autorizados. Ni fumar, ni beber, ni hablar, ni conducir, casi que ya ni masturbarse tampoco.

Pero volviendo al pollo este de la conducción. Los índices de alcohol en sangre para retirarte el permiso son tan irrisorios que ha habido quien ha dado positivo hasta con un enjuague bucal. Manda cojones. Claro, como a ellos los llevan los chóferes, bien mamados, fumados y masturbados que irán. Y aunque los pillen conduciendo a 300 por hora y completamente chuzados, me juego el cuello a que no acaban entre rejas como cualquier español de a pie. Y lo más cachondo es que con estas medidas de auténticos dictadores, uno engancha las cifras de siniestros al volante comparadas con otros años y resulta que... ¡han subido! ¿No será entonces que ése no es el problema? ¿No será cuestión de que las autoescuelas han bajado tanto el nivel que la gente con permiso no tiene ni puta idea de conducir? ¿No será que toda esa gentuza que convalida su permiso de Colombia, Brasil o las Islas Caimán sólo sabe conducir carros? ¿No será que hay una inmensa cantidad de ilegales hijos de puta conduciendo por ahí sin permiso? ¿No será que habéis bajado tanto el límite de velocidad que ir a 120km/h por una autopista produce sopor y el consiguiente peligro? En definitiva, ¿no será que sois gilipollas profundos y de paso unos dictadores bananeros de pacotilla?

Pero seguid con vuestro fascismo entalegador, que cuando las prisiones rebosen (que ya lo hacen) os tendréis que comer vuestras putas leyes de mierda que sólo sirven para reprimir a un pueblo que hasta vuestra llegada era libre. Eso sí, los conductores al talego y los violadores, asesinos y terroristas todos a la puta calle. Ahora que lo pienso, con ese panorama, casi que prefiero estar dentro. Es más seguro.
 
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