viernes, 21 de diciembre de 2007

El canon dictatorial

A mí me gustaría saber por qué unos gobernantes tienen los santos cojones de aprobar leyes a las que son contrarias el noventaytantos por ciento de los ciudadanos. Es evidente que por complacer a cuatro culos gordos mamones que sin este tipo de "ayuditas" no podrían vivir con sus acostumbrados lujos. Estos pajarracos, en una extraña relación simbiótica, les devuelven el favor encabezando manifestaciones absurdas contra la oposición, poniendo por las nubes a sus favoritistas amiguitos y de paso diciendo las sandeces propias de todo aquel que no comulga con un partido político por convicción sino por puro mercenarismo, rastrerismo y mamoneo. Estos sinvergüenzas son los cuatro artistuchos de mierda que se benefician del canon dictatorial que, contrario a la opinión de la práctica totalidad de los españoles, los malparidos de los nacionalsocialistas nos quieren imponer por las buenas o por las malas.

Lo más cachondo es que lo intenten explicar como una "multa preventiva". Por si a usted se le ocurre hacer esto con este aparato, yo le multo. Vamos, que cuando yo me saque el permiso de conducir usted ya me multa por si cometo alguna infracción, ¿no? O mejor dicho, me mete en el talego, que ahora es lo que está de moda. Aparte de que esta gilipollez de gravamen económico esté fuera de toda lógica, me gustaría saber qué daño le puedo hacer a un director de cine cuando compro un microhondas (uno de los curiosos artículos en los que hay que pagar canon). Quizá es que las películas españolas son tan malas, que los DVD's suelen acabar tostados en el horno. Hijos de puta, en vez de pedir tanta ayuda y tanto canon, haced de una puta vez una película que merezca la pena y no el cine de mierda al que nos tenéis acostumbrados. Si no os van a ver es porque sois MALOS.

Sobre el tema de la SGAE habría mucho que hablar. Si aún este extraño canon repercutiera en todos los autores, pues mira, como autor y socio, yo me alegraría. Pero que quede claro a todo dios que la susodicha SGAE son cuatro mamones, con nombres y apellidos. Y fuera de estos hijos de perra, el resto de socios (menos mal que no pagamos cuota) no recibimos un duro. Por no recibir, y casualmente desde que desgobierna esta pandilla de malparidos, no recibimos ni los boletines que todo socio ha recibido toda la vida. ¿Para qué? Lo que queda bonito es decir "somos diez mil socios que tenemos nuestros derechos". Pero se olvidan remarcar "de los cuales, 9.996 no pintan nada". Si la gente prefiere descargar la música que comprarla es porque sois unos putos ladrones, vividores y caraduras. Así que tanto vuestra corrupta mafia de pseudo-artistas como los dictadores nazis que regís los destinos de España, os podéis ir todos a la santa mierda.
 
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