jueves, 20 de enero de 2011

Pelis para pasar el rato

Cada vez que me tiro unos cuantos días sin escribir nada en el blog lo primero que hago es pedir disculpas. No sé por qué, al fin y al cabo esta bitácora está aquí para escribir cuándo, cómo y lo que me apetezca, pero mira, uno que tiene buen corazón y sabe que hay por ahí alguno que otro al que le encanta leer las unas veces sandeces y otras veces verdades como templos que de vez en cuando escribo por aquí. Y sí, hasta hacia mis detractores, los que tienen tanto interés en entrar en mi blog para leerme con atención y luego maldecir hacia dentro y hacia fuera lo hijo de lo que sea y "facha" que soy, hasta para esos subseres voy a tener la deferencia de pedir perdón por no escribir más a menudo. Pero qué queréis que os diga, es que no tengo ningunas putas ganas de seguir lanzando a los cuatro vientos malsonancias dedicadas a los rastreros malnacidos jodevidas que nos desgobiernan cada vez de forma más miserable. Y se lo merecen, vaya si se lo merecen, pero entre que todo cae en saco roto porque este país está lleno de imbéciles y gilipollas con el cerebro carcomido y que me he dejado la vida y la salud, o más bien me las han quitado, en estos añitos de infierno nacionalsocialista, pues oigan, que les den por culo, asquerosos esperpentos de mierda.

Y hoy me he puesto a escribir, para decir que estoy vivo, más que nada, pero no pienso hablar ni de Zetamierdas, ni de la actualidad de una nación que cada día se va más al carajo por culpa de sus propios ciudadanos, que al fin y al cabo han sido los que han puesto en la poltrona, y además por dos veces, a los tarados hijos de puta que a día de hoy tenemos en el poder. Así que permítanme, señoras, señores y pajines, que les hable de las pelis que últimamente me estoy viendo antes de irme a la cama a pegar unos buenos ronquidos. La endecalogía (supongo que el vocablo será válido) de Star Trek, por ejemplo. Sí, ya parezco un freaky, viendo esas cosas, pero mira, había visto las primeras pelis sueltas, echaba de menos al señor Spock, y ya que me puse, pues busqué a ver cuántas putas partes tenía la saga. Las seis originales, con Spock, Kirk y compañía, y luego el gran descubrimiento del capitán Picard, protagonista junto a su tripulación de cuatro pelis más (de la 7 a la 10). Ese calvo me encanta, coño, está sumamente perturbado. Luego ya, la undécima parte, recreando la juventud de los Spock y compañía, no me acaba tanto, pero qué cojones, que en breve van a rodar las partes 12 y 13. Más provecho que a la saga de Rocky, qué barbaridad.

Para variar, entre spockada y spockada, me veo una de las cinco partes de Death Wish, cada cual de ellas traducida al español como les ha salido de las narices a los especialistas en la materia. Digamos que se trata de la saga de Yo Soy La Justicia de Charles Bronson, aunque la última parte, por poner un ejemplo, se titula El Rostro De La Muerte, poco que ver con la justicia callejera que lleva a cabo nuestro querido amigo Paul Kersey, personaje protagonista de tan interesantes peliculitas. Éstas son bastante más realistas que Star Trek, sobre todo si las comparamos con la España de hoy en día de la inseguridad ciudadana más absoluta y la delincuencia callejera a todas horas del día. La pena es que no tengamos un justiciero de esta índole rondando nuestras calles. Desde luego mi escena preferida es con la que da comienzo la cuarta peli, con tres tipos intentando violar y asesinar a una señorita en un párking hasta que no se sabe muy bien cómo, de repente aparece el tío Bronson contemplando impasible la delictiva acción. "¿Quién coño eres tú?", le espeta uno de los delincuentes, "la muerte", replica nuestro amigo mientras se lía a balazos con todos ellos. Lo dicho, una pena no tener a alguien así circulando por ciertas ciudades de nuestro país, o casi mejor, paseando por los pasillos de la Moncloa a ver si encuentra algún blanco fácil. Un saludo a todos y hasta pronto.
 
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