martes, 12 de mayo de 2015

Perdidos en Chequia. Dia 1

Esta vez nuestros etilicos pasos nos van a llevar a la Republica Checa, hermoso pais del centro de Europa cuyo principal logro es ser el numero uno de todo el planeta en consumo de cerveza per capita. Y no por milesimas, no, la diferencia con respecto al segundo clasificado en esta macabra lista es realmente abismal. Por cierto, ese segundo clasificado es Namibia, donde la promocion de tan sagrada ambrosia en los ultimos años ha hecho de todos sus morenos habitantes unos autenticos alcoholicos. Pero vamos a lo que vamos, y dejemonos de zarandajas y tonterias.

Mi compañero de andanzas para esta ocasion no podia ser otro, el camionero checo. Todo un clasico de las mil y una anecdotas etilicas, menda que se desayuna unas cuantas cervezas y cuyo menu a lo largo del dia no va mucho mas alla del vodka y algun que otro whiskito ocasional. Y aqui estamos, en el aeropuerto, pintas en mano, esperando a que llegue el avion que nos va a llevar con destino al centro de Europa, a la cuna de tipos tan interesantes como Dvorak, Smetana o Pavel Nedved.

Durante el vuelo continuan cayendo licores. Yo me inclino por las sidras (como no), aunque para mi decepcion no las tienen de pera, ya seria mucho pedir. El checo continua rebotando de cerveza en cerveza y de vez en cuando vodka que te crio para seguir calentando motores. Todo va segun lo planeado, incluso en el control de pasaportes del aeropuerto nos dejan pasar a pesar de que la taja ya empieza a ser considerable. No sucede lo mismo con un par de limones que son registrados de arriba abajo por la policia checa, y es que lo llevan en la cara, son demasiado amarillos como para pisar Europa.

Entre pitos y flautas ya es media tarde y creo que no hemos comido nada en todo el puto dia. Para el checo es normal, ya que su dieta es liquida, pero yo tengo gazuza. Nuestro destino final y cuartel general para los sucesivos dias es la ciudad de Most, al noroeste de Praga, muy cerca de la frontera con Alemania. Nada turistica, ni de lejos, pero el checo es originario de este lugar y quiere recordar su pasado, aparte de que en un sitio asi, tan perdido de la mano de Dios, todo nos va a resultar mas que barato, escandalosamente tirado, diria yo. La cuestion es que, una vez en Praga, a donde llegamos desde el aeropueto en bus, buscamos transporte para Most. Se nos hace de noche, todos los autobuses van llenos debido a las putas reservas con antelacion por internet. No hemos sido previsores. Al final el checo soborna a uno de los conductores, obviamente no entiendo muy bien el idioma checo, pero creo que le ha dado una propinilla extra para colarnos a nosotros y dejar tirados a dos mendas que tienen reserva pero que estan llegando con retraso. Asi es la vida.

Me quedo dormido durante el trayecto que dura algo mas de una hora. Demasiada chuza. Entre algun que otro ronquido me parece escuchar la voz de un azafato de bus un tanto afeminado que ofrece chocolatito caliente a los pasajeros. Anda y que te den por culo que seguro que te gusta. Si me despierto es para cascarme una buena cerveza. Mira, si ya estamos en Most. Es noche cerrada, asi que lo mejor es ir a conocer el extravagante alojamiento que el checo nos ha buscado. Pero antes, oh, hay sed, vamos a cascarnos unas cervecitas para dar la bienvenida a la ciudad, o que ella nos la de a nosotros.

El Koyot es uno de los tipicos bares de la ciudad. Most es una urbe levantada de la nada en los años sesenta por los comunistas. Esta zona es muy rica en carbon, y los sovieticos decidieron establecer aqui varios asentamientos mineros que en apenas unos meses se convirtieron en una ciudad de cien mil habitantes. Los edificios son los tipicos bloques comunistas, todos iguales, construidos en hilera, simplemente lugares donde los sufridos curreles iban a dormir. Y cada grupo de bloques tiene, mas o menos en el centro, un bar. Los bares son como casetas de una sola planta, con tejadito y todo. Es la forma de distinguirlos de los bloques y saber donde esta el chumeo en todo momento. Infraestructura comunista. Trabajas, vas al bar destinado a tu grupo de bloques a ponerte tibio y despues a dormir a tu apartamento comunista. Si, ya se que el Muro de Berlin cayo hace bastante años, pero aqui las cosas han cambiado poco, al menos en la forma de vida.

Ya hemos conocido el Koyot, el cual vamos a pisar a diario, sin duda, ya que esta a solo dos manzanas de nuestro alojamiento. El checo tiene contactos hasta en el infierno. Estamos hospedados en una especie de edificio universitario, con sus aulas y todo, pero que ahora mismo esta en desuso por reformas. Vamos a usar las habitaciones destinadas a los profesores que tienen que pernoctar. Realmente es como un mini-apartamento, ya que tenemos nuestra cocina con nevera (y cervezas en breve) y un completisimo baño. Pero todo esto nos importa una mierda, tenemos sed.

En el Koyot sirven tambien comida hasta tarde (ya deben de ser las once, con la tonteria), y como estamos cansados y no queremos ir muy lejos, ahi que vamos a ponernos del reves y yo de paso a llenar un poco el estomago. El checo no ha comido nada en todo el dia pero se la suda. Las cervezas, que al cambio nos saldrian a 0.20, van cayendo una detras de otra sin compasion. Empiezo a cuestionarme cual sera el precio de las birras en el supermercado si en un bareto valen esto. Mañana resolvere mi duda existencial, ahora estoy demasiado ocupado. Me enchufo tambien un manjar checo que no tengo ni puta idea de como se llama pero que me revienta. Demasiadas calorias, carne de caza de toda indole con una especie de pan frito ultragrueso y patatas. Esta gente sabe comer... y beber.

El checo ha comenzado su show de vodka peppermint, bebida por lo visto muy tipica por estos lares y que es su preferida. El Koyot nos cierra porque ya es la una de la madrugada pero aun nos queda una ultima sorpresa. Y es que de camino de vuelta al alojamiento, y con la taja todavia a medias, nos topamos con una especie de pub bastante pijo llamado Picasso. Ubicado casi en un sotano, sus tenues luces de neon me recuerdan a la pelicula Blade Runner. Entramos y no esta muy concurrido, es un dia cualquiera a las tantas de la madrugada. Nos sentamos en la barra y empezamos a cerveza limpia, que por supuesto el checo acompaña con sus chupos de vodka peppermint.

Manda huevos. No tenemos mas coronas checas. Nos hemos quedado sin pasta. Y la cerveza ya esta puesta. Los caretos de las camareras no son muy amigables. Esperate, que aparece el propietario con un gorila. Aqui se va a armar, yo estoy doblado y listo para la accion. Como nadie habla ingles, nadie me entiende una mierda, pero yo estoy despotricando a los cuatro vientos con actitud amenazadora. En un momento dado me doy cuenta de que el checo ha desaparecido, esto ya me huele a encerrona tipo Hostel. De repente una mulata que esta bastante buena se acerca a mi hablando en ingles. La tipa dice que es checa (pero mulata, manda huevos) pero que ha estudiado en Londres. Me comenta que el checo ha ido al cajero a sacar pasta, que no pasa nada, y que siga bebiendo. Joder, yo que ya estaba dispuesto a repartir a todos estos comunistas cabrones... En fin, el dueño, cuando le digo que soy escoces, se parte la caja y me invita a una ronda. No se explica que puñetas hace un turista en esta ciudad de mierda. Me empiezan a caer bien estos comunistas... bueno, en realidad son bastante anti-comunistas.

El checo por fin vuelve con pasta recien sacada del cajero. Obviamente ahora que ya hay buen rollo y encima tenemos duros, nos hacemos unas cuantas rondas mas. Salimos del Picasso a rastras, esto va a ser una constante todos estos sucesivos dias. Deben de ser las tres o cuatro de la madrugada. Una buena hora para retirarse a dormir la mona. Mañana exploraremos mas bares y conoceremos a nuevos e interesantes personajes.
 
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