domingo, 4 de diciembre de 2022

Escapada a Palermo 1. Obertura sublime

Un avion aterrizando a media mañana y la melodia principal de la pelicula "El Padrino" resonando en mi cabeza de forma continuada e irrefrenable. Yo creo que esta situacion solo se puede producir cuando uno, despues de un viaje de algo mas de tres horas atravesando los cielos de media Europa, finalmente arriba sano y salvo a esa maravillosa isla localizada en el sur de Italia llamada Sicilia. Efectivamente, aqui estamos, en la cuna de algunos de los mejores caldos vinicolas que se producen en todo el planeta, donde dicen que la pasta no sabe como en ningun otro lugar del orbe y donde, y de ahi esta taladrante musiquita que no deja de sonar en mis oidos, se dice que se origino ese curioso movimiento (si asi lo podemos denominar) llamado "la mafia".

Ya tendremos ocasion a lo largo de los cuatro dias que vamos a pasar en la ciudad de Palermo de dedicarnos a quehaceres mafiosos pero, de momento, lo primero es iniciar todos los tramites para acomodarnos y poder disfrutar lo mas posible de nuestra estancia. Del aeropuerto a la ciudad propiamente dicha hay un buen trecho, que decidimos recorrer en el tren que nos lleva directamente (en realidad con unas cuantas paradas) desde el subterraneo del campo aereo hasta la Estacion Central, que para nuestra suerte apenas queda a dos minutos de paseo del amplio y vetusto apartamento que hemos reservado por un muy modico precio en el curioso barrio de Kalsa.

Pero antes de continuar la narracion, es necesario reseñar la extraña prevision meteorologica que nos va a acompañar a lo largo de nuestra estancia. Si bien en estas fechas de finales de noviembre, segun tenemos entendido, lo habitual son cielos despejados y una temperatura de entorno a 25 grados centigrados, lo que nos vamos a encontrar difiere bastante de estos datos estadisticos. Tenemos un ciclon sobre Sicilia. Y curiosamente llega hoy (parece que lo hayamos traido en el avion como un pasajero mas) y no se va a marchar hasta el mismo dia en que nosotros tambien partamos. Desde luego tenemos una suerte loca. Con esta coyuntura, parece ser que se ha dado alguna alerta de algun color por parte de las autoridades y muchos de los servicios de transporte estan cancelados e incluso se recomienda a la gente no salir de las casas.

Vamos a ver, que no me dejen ir a ver el resto de la isla porque no tengo forma de trasladarme, pase, pero que no me dejen salir a jalar y mamar, eso si que no lo tolero. Asi que me pasare las advertencias por el forro. Aunque pronto me dare cuenta de que toda esta tonteria no tiene ninguna base razonable mas que la flojera de unos habitantes que estan acostumbrados a ir medio desnudos por la calle, solecito, cachondeo y que no aguantan ni cuatro gotas. Porque en Glasgow, en pleno verano, hay bastante mas frio, viento y lluvia del que ahora mismo hay aqui. Es mas, agradezco el clima, porque yo a 15 grados, que es lo que tenemos ahora mismo, me siento como pez en el agua, y con mas de 20 ya empiezo con los sudores, las quemazones y a pasarlo realmente mal. Asi que vamos a disfrutar de este "frio" siciliano lo mas que podamos, que seguro que la proxima vez que vengamos aqui, el clima nos va a joder a base de bien.

Salgo de la estacion de tren con un hambre criminal y no me da tiempo ni de llegar al alojamiento. Es lo que tiene haberme levantado a las 3am y no haber probado bocado aun. Ya son las dos de la tarde y lo cierto es que en las ultimas dos horas he tenido extrañas visiones de platos de pasta pasando por delante de mis narices mientras yo babeaba como un cerdo. Vamos a solucionarlo. Primer lugar al azar, me pido unos penne al pesto, cuya racion, a pesar de que el camarero me indica que es poco para una persona, es realmente brutal. Y para acompañar, la primera cervecita del dia, que ya iba siendo hora. Eso si, el tamaño del plato muy grande y todo lo que quieras, pero la cerveza... Putos flojeras sicilianos, me la he bebido de un trago. Traeme otra. No mira, mejor me traes dos de golpe. Esto ya esta mejor. Y ahora a ver si damos cuenta de la pasta... aunque la verdad es que no me la puedo acabar. Demasiada comida para una sola sentada.

Con el gaznate mas relajado y el buche lleno, decido que ya es hora de hacer el check-in en el apartamento, puesto que el amigo Massimo (propietario del inmueble) ya me ha enviado un par de mensajes diciendo que me esta esperando. El tipo no habla ni papa de ingles, asi que supongo que los mensajitos que me escribio antes los elaboro con traductor google o similar. Pero tampoco hay demasiado problema en la comunicacion, y es que de pronto un chip se me activa en la cabeza y me doy cuenta de que puedo entender y hablar italiano. Y yo que pensaba que solo sabia decir "una birra grande, per favore". Aunque me da que este macabro chip transalpino se me activa y desactiva de forma involuntaria, porque el hijo de puta del camata de antes, por mucho que le recalque lo de la birra grande, no hacia mas que traerme el tamaño ridiculo ese. En fin, veremos lo que deparan las proximas jornadas.

Hora de salir a pasear. La lluvia y el viento no cesan pero eso no me va a detener, y menos todavia cuando me empiece a entrar la tipica sed etilica, que todavia se esta conteniendo pero que a medida que oscurezca se que va a aparecer por algun lado, en plan Dracula. Por recomendacion de un viejo amigo, me dirijo a ver el puerto, que no ofrece absolutamente nada de interes (menuda recomendacion de mierda) y, lo peor de todo, que no tiene cerca ningun pub o lugar para hacer una paradita a tomar un refrigerio. Por suerte camino rapido y aqui todo esta medianamente cerca. Me vuelvo hacia la parte mas centrica, en torno a la Via Roma, que es la calle que cruza todo el centro de norte a sur, y ahi si que me pongo a buscar garitos de forma ya bastante desesperada, y es que mi cuerpo acaba de encender la luz de alerta. Es hora de mamar.

Estos sicilianos hijos de puta son unos vagos. La mayoria de pubs interesantes no abren hasta las seis (que pocas ganas de trabajar y ganar dinero), y tan solo veo bares cutres con cuatro viejos en la puerta gritandose unos a otros como autenticos chalados. Por norma general me gustan estos sitios porque suelen ser los mas genuinos y los que mas te acercan al populacho, pero lo cierto es que la manera en que estos individuos conversan (si a estos alaridos se les puede denominar conversacion) me acojona en grado mayusculo. Es que realmente da la sensacion de que en un momento dado uno de ellos vaya a sacar una pistola y empezar su ajuste de cuentas personal. Y que despues llegue un automovil de esos de los años treinta, se bajen las ventanillas y empiecen a ametrallar todo lo que pillen por la calle. Deja, deja, que paso de vosotros, mafiosos de los cojones. Mira, un pub donde esta sonando rock'n'roll y que esta abriendo sus puertas. Mejor me meto aqui a tomarme una... o varias.

Huelo este tipo de locales. El Drunks resulta que es un sitio especializado en cervezas sicilianas. Si, ya se que lo tipico de estas tierras es el vino, pero oye, que me tomo un par y me saben a gloria. O por la sed que tengo o porque realmente estan cojonudas. Pues me quedo aqui un rato y me hago una y otra y otra y otra... Y al final se me empieza a ir de las manos. Despues de un par de horas de dar cuenta de todas las chelas sicilianas que tienen en el garito, finalmente decido que ya empieza a ser un buen momento para meterme algo mas solido en el cuerpo. La noche ha caido y un buen restaurant con, ahora si, un buen caldo enologico de la zona se hace menester. Me voy al alojamiento y me cambio de ropa porque esta, despues de la cata del Drunks, huele a cerveza que apesta. Y se me ocurre la brillante (o ya veremos que no tanto) idea de enviarle un mensaje a Massimo, mi anfitrion, para preguntarle por un buen restaurant para cenar.

En apenas diez minutos de paseo llego a un oscuro callejon (aunque aqui en Palermo practicamente todos los son) en el cual se ubica Il Pipino Rosso. Vaya nombrecito, colega. Los camatas son una treintañera siciliana con cara de mala hostia y un chaval indio joven amable hasta el extremo. Casi que mejor me atienda el indio, que entre que habla ingles y el jeto de la otra, me parece que la experiencia sera mas agradable. Pero el caso es que no lo es. Los precios son desorbitados y tanto el calamar que me pido de entrante como la pasta picante de despues, son una completa basura. Lo unico bueno, el vino, aunque no excelente, y por un precio tambien que, segun voy a comprobar en los proximos dias, es una autentica estafa. Me da a mi que el Massimo de los cojones esta compinchado con esta gentuza para sacar los cuartos a los turistas. Pues a mi me timan una y no mas. A partir de mañana solo entro a sitios de esos con tios gritando que sacan pistolas. Prefiero que me tiroteen a que me esquilmen.

Estoy cansado porque con el madrugon del viaje no he dormido una mierda, pero la noche es joven y yo necesito desquitarme de la experiencia recien acontecida en el Pepino este de las pelotas. Me vuelvo al Drunks (el pub de antes) y me pido un vodka con lima y limon. Un camata muy raro, vestido en plan heavy, con pelo largo, pero con las uñas pintadas de rosa, me pone tanto vodka en el vaso que no le cabe lo demas. Vale tio, veo que te gusta cargadito. Luego me tomo un cocktail de coco y no se que mas mierdas, que es de color azul y solo sabe a alcohol. Joder la que estoy pillando. Por lo menos el de las uñas rosas habla ingles, es un tio cachondo y de vez en cuando suelta algun que otro chiste. Que yo ya empiezo a no pillar porque lo siguiente es una caipirinha. Casi que me vuelvo al apartamento a ver si pillo la horizontal.

Pero mi subconsciente me traiciona y, en lugar de eso, salgo del Drunks, camino dos pasos y me meto en el siguiente pub. Me pido otra caipirinha y ya no se ni por que. Me soplan el doble que en el Drunks y esta mucho menos cargada de alcohol. Pues facil solucion, para no estar a gusto me vuelvo a ver al de las uñas rosas. El tio me ve entrar de nuevo y se parte el culo, pero me pone otro cacharro que no tengo ni idea de lo que lleva. Lo siguiente que sucede es que alguien me esta dando golpecitos en el brazo. Joder, estoy durmiendo sentado en una banqueta y con la cara pegada en la barra. El jevuta de las uñas me dice que llevo dos horas roncando, que van a cerrar y que deberia de irme. Pero no debe de verme muy cristiano porque el tio me indica que si quiero, antes de irme, puedo pegarme una ducha en un pequeño cubiculo que tienen en el mismo local. Deja, deja, que yo me espabilo enseguida. Ademas, me da a mi que este de las uñas ya se esta pasando de amable y me esta empezando a dar mal rollito. Me voy al apartamento.

Pero el caso es que, aunque son mas alla de las cuatro de la madrugada, yo sigo viendo garitos abiertos y gente tomando cerveza en la calle. Pues no me voy a ir a tumbar asi por las buenas, sobre todo porque creo que aun me cabe alguna otra. Un par de calles antes de llegar al destino de mi reposo final me detengo en un local con mesas de estas corridas donde la gente se entremezcla. Alli, una camarerita filipina de muy buen ver me atiende en un perfecto ingles y yo le contesto en italiano, pidiendo la famosa "birra grande" y algo de comer. La cerveza me sabe a gloria y de la comida ya ni me acuerdo. Bueno, en realidad no recuerdo nada mas. Pero eso si, a la mañana siguiente me despierto medio desparramado en un sofa de mi apartamento. Todo correcto pues. Desde luego, y trasladandonos al fantastico lenguaje operistico italiano, lo de esta primera jornada ha resultado ser, sin ninguna duda, una autentica obertura sublime. Menuda tranca, colegas.

 
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