lunes, 25 de diciembre de 2023

Giza 6. Banquete en la granja

Hoy me despierto en bastantes buenas condiciones. Por alguna extraña razon parece que el cansancio despues de las actividades de ayer en El Cairo me ha arreglado bastante. Incluso mi estomago me respeta y no sufro mas de la cuenta a ese respecto en toda la mañana. Tambien es cierto que hoy, como excepcion, decido saltarme el habitual desayuno que ofrece el hotel. La razon es porque dentro de la actividad que tengo contratada hoy se supone que me incluyen un desayuno bastante bestia. Asi que mejor llegar al lugar con hambre. Lo de la ducha diaria si que no lo evito. Y con todo esto, pues a eso de las nueve y media ya estoy listo y mas que preparado para que mi chofer del dia me recoja en la misma puerta del hotel. Vamos alla.

Comenzare por explicar en que consiste la actividad que he reservado para la jornada de hoy. Supongo que recordais que hace un par de dias tuve como guia a Abdullah (tambien conocido como "el camaleon" debido a su dispersa mirada). El tipo se comprometio a encontrarme un tour rural para salir de la gran ciudad y ver como se vive en las zonas de campo del pais. Y ya que lo prometido es deuda, pues aqui estamos, dispuestos a iniciar la susodicha actividad. Nos vamos a bajar hasta Dahshur, una poblacion aproximadamente a una hora en automovil desde Giza, direccion sur, localizada junto a la ribera del rio Nilo, y donde hay diferentes granjas y explotaciones agricolas llevadas de un modo muy tradicional.

De camino al lugar, y antes de llegar, paramos tambien en una fabrica local de alfombras. Todo muy tradicional tambien, y las alfombras muy bonitas y demas, pero vamos, nada que me interese. Asi que tras cumplir el tramite de intentar que me vendan las mil y una alfombras, continuamos, por caminos mas que carreteras, en direccion a una granja perdida en la cual nos van a recibir como a autenticos reyes. Es muy interesante el contraste entre un lado del camino por el que circulamos, completamente desertico y arenoso, y el otro, el mas cercano al Nilo, donde la frondosidad y el verde de la vegetacion se apodera completamente del paisaje, hasta el punto de que parece que en un momento dado nos vayamos a perder en mitad de la selva.

Una vez en la granja, el propietario nos ofrece un tour por toda su explotacion. Os dije que todo era llevado del modo tradicional pero apuntaria que la cosa va incluso mas alla. No hay ningun tipo de tecnologia en el lugar, ni tan siquiera electricidad, gas o agua corriente. El lugar es totalmente autosuficiente, agua de pozo, trabajos durante las horas de sol y materiales proporcionados por la naturaleza. Hasta el punto de las construcciones estan hechas con cañamos del rio entrelazados y las techumbres con ramas y hierbas. Incluso nos muestran el horno en que van a cocinar nuestro papeo, al estilo de hace milenios, construido con arcilla y calentado simplemente con ramas y hierba seca.

Tras una ruta por toda la explotacion en que se nos muestran todo tipo de cultivos, incluso algunos que yo jamas diria que se podrian dar en un clima como el de Egipto, acabamos frente al horno viendo como cocinan lo que va a ser nuestro banquete. Ante la insistencia tanto del propietario como del propio Abdullah, acabamos haciendo nuestro propio pan al estilo antiguo (que por cierto esta de pelotas) y rapidamente nos preparamos para tomar asiento en una especie de terraza colgante ubicada en lo alto de un arbol. Alli se nos sirve un te que esta realmente fantastico y procedemos a llenar el buche como autenticos cerdos.

Me quedaria aqui otros tres dias, tranquilamente medio recostado despues de tan descomunal papeo, simplemente rodeado del sonido de pajarillos y muy lejos de la sobredosis de humanidad de las grandes urbes. Pero anochece, aqui no hay ningun tipo de iluminacion, y lo mejor que podemos hacer es retomar el camino de vuelta al hotel. Hoy, ademas, es nuestro ultimo dia en Egipto, ya que mañana a mediodia sale nuestro avion de regreso a la cotidianidad. Asi que no estaria de mas pasar lo que queda de dia descansando en el hotel y de paso organizando el equipaje, siempre una ardua tarea.

Ya de vuelta me despido de Abdullah, agradeciendole que nos haya suministrado un tour tan cojonudo como este para despedirnos del pais. Estamos tan contentos que decidimos contratarlo como taxista para que nos lleve al aeropuerto mañana. Cerramos el trato y nos emplazamos para mañana a las ocho. Antes de proceder a empacar, aun tengo un pequeño compromiso, y es que quede en grabar un podcast junto a nuestro eterno amigo Gustavo Maher (localizado en Argentina) a traves de conexion de Zoom. Pero claro, ya sabeis la problematica del wi-fi en este maldito hotel de los horrores. Al final me toca bajar al lobby, donde hay algo de conectividad, aunque la velocidad es penosa y la grabacion no acaba de ser todo lo fluida que uno desearia. Para mas inri, con esto de no poder mamar en publico, me toca grabar todo el programa sin una maldita chela que echarme al cuerpo, con la ansiedad que eso me produce.

Son las ocho. Por fin estoy de vuelta en la habitacion y comienzo a recoger mi equipaje. Y aun me quedan tres cervezas en la nevera. Pues no voy a dejar titere con cabeza. Me enchufo todos los brebajes, preparo las bolsas y me doy cuenta de que a eso de las nueve y cuarto ya no tengo nada mas que hacer. Obviamente no tengo hambre como para cenar, y es que lo ingerido en la granja me ha servido como unica comida para todo el dia. Me dispongo a enchufar el televisor para quedarme embobado viendo alguna cadena en arabe hasta caer dormido pero, resulta que ahora, de repente, la conexion a Internet vuelve a funcionar a pleno rendimiento. Justo ahora que ya voy a dejar el hotel. Para mi que lo han hecho adrede para joderme. En fin, que me casco un par de podcasts sobre geografia y, muy relajadamente, acabo por quedarme completamente catatonico. Mañana a las siete arriba y de vuelta para casa. Asi que esto fue todo en Egipto, un pais muy piramidal.

 
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