martes, 19 de diciembre de 2023

Giza 2. En busca de las tiendas alcoholicas

Abro los ojos a las siete. Creo que he dormido medianamente bien. Claro, sin posibilidad de agarrar una buena chuza no hay forma de levantarse de resaca. Asi que muy tranquilamente abro la cortina de la habitacion para dejar entrar la brillante luz del dios Ra a estas horas de la mañana y lo primero que me encuentro es lo que uno debe de encontrarse nada mas abrir los ojos en Egipto. Ahi estan, perfectamente visibles desde la ventana de mi habitacion, las espectaculares piramides de la meseta de Giza. Pues si que son grandes las condenadas, y eso que se supone que estoy a una cierta distancia, pero hay que ver como inundan todo el paisaje. Colosales.

A continuacion, es hora de comenzar a descubrir los horrores y las precariedades de este pretencioso hotel, que mucho querer ser de lujo pero al final se va a quedar casi en pasaje del terror. Y comenzamos por la ducha. Yo habia leido en la descripcion que en mi suite iba a tener hasta jacuzzi. Pero lo unico que encuentro es el tipico habitaculo de cristal que representa una ducha, y ademas de bastantes reducidas dimensiones. Y no todo queda ahi. La puerta no cierra bien porque directamente esta mal construida y no encaja. Asi que el agua se desparrama por todo el baño. El desague no traga y al cabo de un minuto me estoy duchando en el puto Loch Ness. Y lo de la temperatura ya es el remate. En la posicion maxima de caliente el agua sale congelada. Al final encuentro un punto mediano que, no se muy bien por que, es donde se consigue una temperatura templada bastante agradable. Pero de pronto, y sin tocar nada, comienzo a abrasarme. Y al cabo de un minuto, y nuevamente sin tocar nada, congelacion. Vamos, que el agua brota como le sale de los cojones. Despues de pegar varios alaridos ante los repentinos cambios de temperatura y de darme una muy desagradable ducha, decido que ya esta bien de padecer y lo dejo estar. Al menos hasta mañana.

A apenas unos pocos metros de mi habitacion esta la zona de desayuno. Es un comedor realmente amplio donde el unico cliente soy yo. Supongo que los demas huespedes del hotel aun estaran peleando con sus respectivas duchas. La comida, al estilo egipcio y arabe, esta realmente de pelotas, especialmente las patatas con especias y las diferentes clases de queso, que ya sabia que por esta zona son espectaculares. Un par de empleados del hotel se ocupan de que no me falte de nada, preguntandome incluso si quiero una tortilla recien hecha o algun jugo de frutas en particular. Estoy por espetarles que lo que necesito es una ducha nueva, pero mejor lo dejo pasar. Es mas, intento desayunar lo mas rapido posible porque en mi cabeza solamente ronda un pensamiento. La primera mision del dia. Ya sabeis, conseguir mamoneo sea como sea.

Veo en Google Maps que una de las dos tiendas alcoholicas de Giza, llamada Drinkies, esta a 45 minutos de paseo del alojamiento. Pues habra que empezar la ruta. Salgo disparado del hotel bajo la atenta mirada de las piramides, que me van a acompañar de fondo a lo largo de todo el camino. Y es que es lo que tiene pasear por esta parte sur de Giza, que mires a donde mires siempre te encuentras esos inmensos mastodontes de piedra en el fondo del paisaje. Si el trafico y el caos de ayer me recordaban mucho a India, la persecucion de individuos caramarrones intentando venderte de todo a lo largo de tu sufrido caminar es otro denominador comun. Y claro, tampoco es cuestion de decirles "mira, tio, me importan una mierda tus servicios de guia, de taxista o las putas piramides, yo ahora mismo solo quiero comprar alcohol". Sobre todo teniendo en cuenta la vision que tiene esta gente musulmana de los que nos dedicamos al etilismo.

La cuestion es que, sin saber muy bien como, pero siguiendo la ruta de Google Maps hacia la tienda del mamoneo, acabo en un barrio ultra-deprimido, con edificios medio derruidos y algunos que incluso ya han caido y se han quedado medio inclinados apoyados sobre el de la acera de enfrente. En esta zona, el asfalto de las calles ya se convierte directamente en tierra y arena, y los vehiculos a motor brillan por su ausencia. Bajo la mirada de todo tipo de hiyabs y burkas, paso junto a un individuo que esta extrayendo agua de una alcantarilla y llevandosela en cubos hacia su vivienda. En un momento dado empiezo a dudar mucho de que por aqui cerca haya ningun tipo de tienda, y mucho menos que se venda chuza. Pero la cuestion es que el puto Google Maps rara vez se equivoca y de pronto, al final de una calle sin salida, ahi que me encuentro con una mini-caseta cutre en la cual se puede leer "Drinkies".

Un simpatico egipcio, que supongo que me ha visto acercarme en la distancia, abre un ventanuco de la caseta y me ofrece una enorme sonrisa al tiempo que me pregunta si quiero cerveza, vino, cocktails o cualquier otro tipo de alcohol duro. Una minima inspeccion al reducido recinto me hace darme cuenta de que el hijoputa esta mas que bien surtido. No voy a ser muy avaricioso y de momento me voy a llevar una muestra de las cervezas egipcias mas habituales, a modo de cata, y una botella de vino tambien del pais. Hay que probar cosas nuevas. Una pequeña conversacion con el tendero me revela que aqui los turistas no tienen ningun tipo de restriccion para comprar y consumir alcohol, pero para los egipcios esta prohibido. Claro que el regenta un negocio, y el tipo dice que no se niega a vender a nadie, porque si no no haria dinero. Y, efectivamente, la mayoria de sus clientes son de la tierra. Vamos, que esta gente se pasa las prohibiciones y las enseñanzas del Islam por el forro. Ademas, me indica que las cervezas mas populares entre sus paisanos son las de 15, 20 y hasta 25% de alcohol. Por lo visto les gusta ponerse bien a tono a los muy cabrones.

Intentando ver algo mas de la ciudad, y de paso para no volver a atravesar este barrio tan chungo en mi camino de regreso al hotel, busco una ruta alternativa. Salgo a una de las avenidas principales y alli vuelvo a la locura del gentio y el trafico atronador. A todo esto, y a medida que va avanzando la mañana, cada vez hace mas calor, asi que empiezo a sudar como un cerdo. Debemos de estar a unos 25 grados y con el sol cada vez mas arriba, y esto es algo que a los escoceses no nos sienta nada bien. Paso por la puerta de varios sisha cafes, locales en donde los tranquilos egipcios se sientan a fumar su pipa de la paz mientras degustan te o cafe. Decido parar en uno de estos comercios, que ofrecen muy buen cobijo a la sombra, y el dependiente, tal como me ve entrar sudando y colorado como un tomate, me obsequia con una botella de agua bien fria que cae practicamente de un trago. Acto seguido me pido un cafe bien cargado para que me de energias, y que esta realmente cojonudo. Sabor muy intenso, textura espesa y cargado hasta los topes, como a mi me gusta.

A medio camino hago otra parada, esta vez en un supermercado Carrefour. Obviamente, y a pesar de que aun guardaba alguna postrera esperanza, aqui tampoco se vende ningun tipo de alcohol. Ahora ya me da igual, porque ya llevo un interesante surtido a buen recaudo en mi mochila. En cualquier caso me detengo a ver todos los productos que ofrece el local, y me hago cargo de que este es un pais completamente autosuficiente. No hay ni un solo articulo que no sea fabricado en Egipto. Ni una sola importacion. Y por cierto, aparte del alcohol, otro producto que brilla por su ausencia es la carne de cerdo. Hasta los hotdogs estan hechos de cualquier otro bicho, pollo, vaca, pavo... Pero el marrano ni tocarlo.

Ya a mediodia llego al alojamiento. Ni paro a saludar en la recepcion. Me dirijo directo a mi habitacion y tal y como cierro la puerta me abro una cerveza de las recien adquiridas y me la enchufo de un trago. Joder, como me hacia falta. Y eso que no me dio tiempo ni a enfriarla. Y ahora que ya he calmado mi sed etilica, procedamos a la siguiente actividad, la piscina. Y es que en la azotea del hotel hay una terraza con solarium y piscina, y por supuesto con vista a las piramides. Es cierto que lo de no poder mamarme una chela mientras me doy un bañito no es precisamente ideal, pero los tres o cuatro largos que me hago me relajan bastante. Ademas, el agua esta realmente fria y me sirve para combatir mis sudores matutinos a la perfeccion. Y ahora, de vuelta a la habitacion y otra chela, como esta mandado.

Con la tonteria, se me esta yendo la mano mas de lo deseado en lo etilico y pronto me doy cuenta de que, como siga asi, rapidamente me voy a quedar sin provisiones. Pues a grandes males, grandes remedios. ¿No dije que habia dos tiendas de chumeo en Giza? Pues vamos a inspeccionar la segunda. Otro buen paseo me lleva a otro barrio bastante rarito, se ve que ponen las tiendas en estos sitios tan chungos para que la gente acuda lo menos posible. Nuevamente calles de arena y edificios medio derruidos. Y de pronto, en un bajo de un bloque de apartamentos, veo un toldo de Heineken que llama la atencion mas de lo deseable en un pais musulman. Esta parece una tienda mas en condiciones que la otra, aunque tampoco mucho mas espaciosa, e incluso yo diria que tiene menos productos. El dependiente de aqui, ademas, no es demasiado docto en hablar ingles, asi que no hay mucho sobre lo que conversar. Me hago con unas cuantas chelas mas, al menos para llegar hasta mañana y, una vez finalizada la transaccion, me encamino de vuelta al hotel.

Ahora que ya no me preocupa quedarme sin metralla, me siento en el sofa de la habitacion, con vistas a las piramides, y alli me meto una cerveza tras otra mientras veo como va anocheciendo. Y a eso de las seis, ya con el cielo totalmente oscuro, decido que es hora de buscar un lugar donde ingerir algo solido, y es que desde el desayuno no meti nada al cuerpo y ya tengo algo de gazuza. Atravieso toda la zona de la "estacion", o asi es como llaman a un lugar donde se reunen las furgonetas que traen a los trabajadores de sus diferentes labores y que parece un centro neuralgico de humanidad, con vendedores ambulantes de toda indole, puestos de comida callejera y gente vagando por doquier. El lugar es ruidoso de cojones y apenas si puedes pasar por entre tanta muchedumbre, pero un poco mas alla se encuentra mi objetivo gastronomico para la noche de hoy.

El Savora es un restaurant muy pijo, que se supone que hace comida internacional con un cierto toque egipcio. Los precios son bastante mas elevados que en cualquier otro cuchitril local, pero todavia mucho mas baratos que en Occidente. Y lo cierto es que la comida esta de pelotas. Eso si, mucho internacional y tal, pero el mamoneo sigue brillando por su ausencia. Menos mal que yo ya lo llevo puesto en el cuerpo, aunque con el paseito el pedo se me ha desvanecido bastante. Mi cena consistira en unos rollitos orientales, pollo frito y una pasta de marisco que esta cojonuda, todo ello acompañado por un zumo de frutas que creo que incluye fresa y melon. Todo muy bueno y tal, pero no me jodas que no hubiera estado mucho mejor con una buena cervecita para acompañar.

Para volver al alojamiento, ya en plena noche, tomo otra ruta, bastante macabra en este caso. Debajo del paso elevado de una tremenda autopista se situan los comercios de carniceria de la zona. Aqui te puedes encontrar cualquier tipo de animal despedazado y destripado colgando de las puertas de estos locales. Vacas enteras y aves de toda indole flanquean mi caminar y de paso el tremendo trafico que a estas horas parece peor que nunca. Ya en el hotel, me abro la botella de vino egipcio que aun no cate y le meto unos tientos esperando a que pronto me entre el sueño. De pronto, y mientras me preparo para meterme en la cama, mi estomago comienza a sufrir unos retortijones muy poco agradables que van a desembocar en una noche realmente apestosa. Si, amigos, las especias egipcias te provocan unos pedos realmente terribles. Peor que una camara de gas.

 
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