Nueva aventura vikinga, pero esta vez en serio y sin tonterias. El vikingo macabro ha decidido visitar de una puta vez a sus antepasados y colegas de cascos, drakkares y hachazos. Islandia es nuestro destino, obviamente, un viaje que voy a realizar en solitario para mas regocijo y pasion, y porque, basicamente, la gente me da asco, prefiero no tener que depender de nadie y hacer lo que me salga de los cojones las 24 horas del dia. Como se suele decir, mejor solo que mal acompañado.
Despues de ultimar los preparativos del viaje durante la mañana, ya entrada la tarde llego al aeropuerto de Edinburgh para coger el vuelo con destino Reykjavik. Pero mi problema es que siempre soy demasiado previsor, he llegado con dos horas de antelacion al aeropuerto y creo que empiezo a tener sed. Como se que en varios dias no voy a probar mas Tennent's, me voy a enchufar una pinta para que el cuerpo no la eche mucho de menos, o si lo hace, que tenga todavia el recuerdo de tan fantastico sabor bastante reciente.
Del vuelo no hay mucho que contar. No llega a dos horas y media, y como por la ventanilla no se ve nada porque esta nublado, y aunque no lo estuviera solo veriamos Atlantico y Atlantico, pues me casco una Magners (por desgracia no hay Tennent's en el avion), pero tampoco me excedo porque tengo un coche que he alquilado esperandome en el aeropuerto de Keflavik, lo cual quiere decir que tengo que conducir. El limite de alcoholemia en Islandia es 0.5, asi que con un par de cacharros aun estoy en los parametros evitamultas. Claro que, y esto lo voy a comprobar en breve, tampoco es que haya demasiada policia para controlar a los conductores beodos en el pais vikingo. Vamos, que no es un atormentado estado policial como otros que yo me se.
Keflavik, si, el extremo suroeste de Islandia. Alli se encuentra el aeropuerto internacional al que llego. Tengo unos 40 minutos en coche hasta mi alojamiento en Reykjavik y ya empieza a ser algo tarde. No quiero que la dueña del pequeño hostal, una señora muy simpatica con la cual ya contacte via email, se desespere por mi llegada, asi que intento cumplimentar el tramite de recoger el coche y demas lo antes posible y salir pitando hacia la capital. Un pequeño Suzuki blanco, es lo que me ha tocado en gracia, para mas inri automatico (yo no lo solicite asi, pero deben andar cortos de vehiculos) y encima, aunque esto es logico en Islandia, con el volante a la izquierda.
Acostumbrado como estoy a conducir por el Reino Unido, nada mas entrar en el coche, lo que hago es buscar el puto cinturon en mitad del coche. No, esta al otro lado, junto a la puerta. Tiro a arrancar pisando el embrague, como hago siempre. No encuentro el puto embrague. Joder, es un coche automatico. Vale, metere la directa. Busco el cambio de marchas en la puerta, mierda, esta al otro lado, no estoy en el Reino Unido. Esto va a ser divertido. Despues de veinte putos minutos de caos dentro del coche, creo que estoy en disposicion de arrancarlo y empezar a conducir. Tengo que mentalizarme, pegado a la derecha, nada de conducir por la izquierda. Aun asi me cuesta. Y para colmo, llego a una rotonda. Me cago en la puta, a ver por donde atacan los coches. Freno y piso el embrague para que no se cale el coche. Mierda, que no hay embrague, que el coche no se cala. A tomar por culo, yo sigo conduciendo y que sea lo que Dios quiera.
Mis primeras vistas de Islandia son los paisajes de lava, que es el tipo de terreno que se extiende a lo largo de esta zona de la costa suroeste entre Keflavik y Reykjavik. Estoy alucinando bastante, aparte de por la belleza de todo, por la singularidad y rareza. No creo que haya otro lugar en el planeta tan extraño como esta isla perdida en mitad del Atlantico norte. De cuando en cuando, ya que voy en direccion norte junto al mar, tengo fantasticas vistas al oceano, y en un santiamen ya veo Reykjavik a lo lejos, con sus imponentes montañas nevadas al fondo, la que se dice fue la primera vision que tuvo el primer ser humano (vikingo, obviamente) que piso esta por aquel entonces desolada tierra.
Gracias al navegador (gran invento) llego sin ningun problema hasta el hostal de Bina, la que va a ser mi anfitriona durante estos proximos dias. Una islandesa propiamente dicha, ya entrada en edad (pasara los sesenta) pero grande y robusta, pelirroja y con rasgos nordicos con cierto toque esquimal. Vamos, un clasico de estas tierras. Y como voy a descubrir en los proximos dias, tambien una autentica cachonda mental. Me alojo sin pagar, ya que Bina solo acepta efectivo, y para mas guasa me dice que ella es seguramente la unica persona de toda Islandia que no acepta tarjetas. Mira que bien, pues tendre que ir a un banco a sacar pasta. Ella me indica donde esta el mas cercano, pero dice que no me apresure, que como voy a estar varios dias ya le pagare cuando me venga bien. Los islandeses son asi, confiados y honestos, por suerte para ella yo no soy gentuza y le pienso pagar. Mas que nada porque ni se molesta en tomar mis datos, ni mi pasaporte, ni mi direccion, ni nada de nada. Islandia.
Una vez aposentado salgo a inspeccionar la ciudad. Son ya las diez, asi que mucho me temo que me he quedado sin cenar ya que todas las cocinas de los garitos habran cerrado ya. Eso si, sigue haciendo un sol de justicia, y lo que queda, porque la sorpresa que me espera es que no va a anochecer. El primer paseo obligado, tambien recomendado por Bina, aunque yo ya lo tenia en mente, es recorrer la bahia. Para eso me he buscado un alojamiento al final de la bahia, para recorrer la media hora larga (casi una hora) que hay hasta el centro de la ciudad disfrutando de las vistas al oceano y la espectacular puesta de sol, que nunca se llega a poner del todo.
Lo de la bahia no se puede contar por escrito, hay que verlo y vivirlo, es un autentico espectaculo. No me importa que el paseo dure mas de una hora porque voy parando a hacer fotos cada dos por tres, esto es una gozada. Pero cojones, empiezo a tener sed y ya no tengo que conducir mas, puesto que he dejado el coche junto al hostal, asi que vamos a coger la primera calle que vea perpendicular a la bahia, que algun abrevadero habra, porque ya no debo de estar muy lejos del centro de la ciudad.
Pues si, bares, unos cuantos ademas, me voy a meter en uno al azar, el Brooklyn, no muy grande y sin apenas clientes. Ademas la camarera es una rubita que esta de bastante buen ver, creo que me voy a quedar aqui un rato. Mi primera pregunta es donde coño estoy, si, en Reykjavik, pero en que zona de la ciudad. La preciosa camarera me dice que estoy en el centro de la ciudad, para ser exactos en la calle de los garitos, por donde toda la gente sale de juerga. Joder, y eso que he pillado la calle al azar, es que lo huelo, colega. Debo de tener un radar etilico o algo asi en la cabeza. Bueno, pues no se hable mas, que la pajara esta me ponga una cerveza del terreno. Y ahi es que mi primera cerveza islandesa es una Viking.
Las lager islandesas estan de puta madre, y hay una gran variedad. A pesar de que hay muchos mas licores por estas tierras, a mi me gustan las lagers y quiero probar unas cuantas. Tienen muchas y a cada cual mejor, la siguiente es una Einstok, una curiosa lager, muy suave al paladar pero con mas de un 5% de alcohol y como con un regustillo a naranja al final. Esta de pelotas, asi que me pido otra igual, no me importa repetir. Aunque me da pena dejar a la camarerita en cuestion, que encima de guapa es muy simpatica, quiero visitar mas locales, pero por supuesto le suelto un "volvere" a lo Terminator que deja muy claro que me ha gustado lo que he experimentado en este lugar.
Estoy cansado del viaje, asi que solo voy a visitar un par mas de locales. Aqui lo que compruebo es que la simpatia de las islandesas no era solo cuestion del primer garito al que entre. Todas las camareras son extremadamente cordiales, sonrisa perenne y explicacion mas que detallada de cualquier cosa que les preguntes sobre las bebidas o la ciudad. Curiosamente los islandeses son bastante mas secos, ya que un par de camareros con los que tambien intento hablar son mucho mas cortantes y apenas se limitan a servirte y cobrarte. Pues lo tengo facil. A partir de ahora a buscar sitios donde solo hayan camareras. Tampoco va a suponer un gran esfuerzo para mi, ni mucho menos.
Apenas pasada la medianoche, con el susodicho cansancio a cuestas y ya unas cuantas rondas encima, dejo el centro y decido volver a mi alojamiento. Por supuesto recorro de nuevo la bahia y aqui es donde algo empieza a no cuadrarme. Ya es mas de medianoche y el sol, alla al fondo acariciando el agua, no se acaba de poner del todo. Ni lo va a hacer, es el sol de medianoche. Y va a ser el sol de la 1, las 2, las 3 y todo el puto dia. No hay oscuridad. Claro, estamos casi en el Polo Norte, es lo que tiene esta tierra en verano. Antes de llegar al hostal recuerdo que la señora me dijo que justo al lado habia un pequeño supermercado 24 horas, y lo cierto es que tengo hambre. Me aprovisiono de todo lo que puedo, incluso de algunas cosas que no se lo que son porque las etiquetas estan en un claro islandes. Tengo hambre, voy algo doblado y no estoy para mariconadas, asi que todo al saco.
Llego por fin a mi habitacion, sera la una y media, sigue siendo de dia, obviamente, por mucho que eche las cortinas no voy a dormir, fijo. Mi cuerpo es asi. Asi que me tumbo en la cama, me como algunos de los manjares previamente comprados, enciendo la radio que no entiendo porque esta en islandes y hago una especie de siesta etilica. Vamos, lo que se llama dormir la mona, porque apenas puedo pegar ojo durante cuatro horas. Pero al menos mi cuerpo descansa y el pedo se me disipa, porque mañana me espera un largo dia de conduccion y visita de lugares turisticos.