sábado, 13 de junio de 2015

Cuatro dias en Islandia 3. Stykkisholmur

Me levanto habiendo descansado bastante mas que el primer dia. Cuestion de agotamiento. Creo que ya me la sudaba bastante esto de que fuera de dia en todo momento. Hoy no tengo una ruta establecida en mente pero algo habra que pensar. Despues de las tipicas necesidades fisiologicas matutinas y una buena ducha, me encuentro, como no, con Bina en el hall. Siempre presta a una buena conversacion, unos cuantos consejos y preguntas sobre como fue la chuza de la noche anterior. Le comento que hoy simplemente quiero conducir hacia el norte sin rumbo fijo, ver hasta donde llego y cuando acabe hasta las pelotas darme media vuelta y volver a Reykjavik. Me dice que si voy en esa direccion no coja el tunel de Akranes, como hace todo el mundo. Se trata de un tunel bajo el oceano para evitarse toda la bahia de Hvalfjordur, que como su nombre indica, mas bien es un fiordo. Bina me insiste en que coja la carretera que bordea el fiordo, que lleva mas de una hora, a diferencia de los cinco minutos del tunel. Basicamente porque ella nacio en esa zona y me asegura que los paisajes son una pasada. Habra que hacerle caso.

Despues de las tipicas conversaciones de cachondeo sin demasiada profundidad, finalmente emplazo a mi anfitriona hasta las siete o las ocho, cuando yo este de vuelta en Reykjavik para mi habitual sesion cervecera nocturna. Antes de emprender la marcha, me aprovisiono de una buena botella de agua para el viaje (tema resaca, como siempre), que compro en la famosa tienda 24 horas. Aun no estoy despejado del todo, ya que la primera calle me la hago completamente por la izquierda al estilo britanico, hasta que al llegar al cruce me doy cuenta de que los coches van al reves. Joder, que peligro al volante. En fin, voy a centrarme que el paseillo de hoy va a ser largo y, por supuesto, espectacular.

El dia ha salido nublado pero nada frio, asi que hoy voy a ver algo diferente al cansino sol de las primeras jornadas. Para abrir boca cojo la carretera 1, que es la que recorre todo el pais dando la vuelta a la isla. Voy en direccion norte hasta que llego al desvio hacia la ruta macabra que Bina me ha recomendado. Y la verdad es que el Hvalfjordur de los cojones tiene unas vistas y paisajes espectaculares. Eso si, no hay signo alguno de humanidad. No se donde cojones naceria esta mujer pero aqui no hay poblados, ni casas, ni granjas, ni coches, ni nada de nada. Hasta el punto de que me estoy meando y paro en mitad de la carretera, en un lugar desde el que contemplo todo el fiordo, y alli vacio la vejiga mientras me asombro con el paisaje. Es tambien una sensacion bastante extraña el saber que eres el unico ser humano en muchos kilometros a la redonda.

Echando un ojo al navegador veo que bastante mas al norte hay una localidad que, por alguna curiosa razon que mi perturbada mente acaba de sacar a la luz, he decidido va a ser el destino final de mi paseo de hoy. Stykkisholmur, este va a ser el lugar, lo introduzco en el navegador y veo que me quedan casi tres horas de paseo. Vamos para alla, a ver que cojones nos encontramos, aventura pura y dura. Entre paradas para hacer fotos, hablar con los pajaros y extasiarme con el paisaje, finalizo mi andadura por el Hvalfjordur de Bina y llego a la localidad de Borgarnes, de cierto tamaño, con gasolineras, restaurantes, fabricas y demas indicios de actividad humana. Aun me queda un trecho hasta mi macabro destino y por carreteras que cada vez se van a ir haciendo mas curiosas y solitarias.

Sobre la calidad de la red vial no hay queja en absoluto. Teniendo en cuenta que no hay ni un puto coche que circule por ella, me parece excesivamente buena, la verdad. Incluso me da por hacer un poco de rally y ver que velocidad punta alcanza el coche. Ya me queda poco para Stykkisholmur, aunque la ultima sorpresa del trayecto van a ser las montañas que tengo delante. Hasta el momento todo relieve medianamente serio que he afrontado ha sido bordeado por una fantastica carretera. Los ingenieros de caminos son muy listos. Pero me da que en esta ocasion no voy a tener esa suerte. Acabo de pasar un cartel que me indica que el puerto del montaña esta abierto y las condiciones del mismo. Esto significa que voy a tener que subir hasta lo mas alto, con dos cojones. El desolado paisaje tipico islandes de lava y musgo comienza a dar paso a nieve por todas partes. Por suerte hoy la temperatura es buena y no han habido precipitaciones en los ultimos dias, asi que sin mayor novedad comienzo mi descenso en picado hacia la villa marinera que va a resultar el punto mas al norte que voy a visitar a lo largo de estos cuatro dias.

Stykkisholmur tendra apenas mil habitantes. Casas de madera agrupadas en torno a la calle o carretera principal que acaba en el puerto y algun que otro callejon. La verdad es que el sitio es bonito y acogedor, aunque teniendo en cuenta que la unica forma de llegar es atravesando el puerto de montaña, intuyo que en invierno han de estar bastante aislados, salvo la conexion maritima, obviamente. Llego hasta el final del camino, el puerto, y para ser mas concretos el acceso al ferry, que teniendo en cuenta la posicion geografica de la ciudad, debe de llevar a Groenlandia o algun sitio similar. Pero hoy no me toca ir tan lejos. Voy a aparcar por esta zona y me acercare al restaurante mas cercano, que la gazuza empieza a apretar y aqui tiene pinta de que voy a comer bien y barato.

Una caseta de madera sin nombre resulta ser un restaurante cojonudo, con la tipica camarera islandesa increiblemente amable y risueña, me encantan estas mujeres y lo felices que parecen. Hoy me toca ponerme las botas, fuera de la tipica zona turistica y del atraco de Reykjavik, voy a arrasar con el menu. Por fin consigo probar el mas tipico plato islandes, el tiburon podrido, a pesar de las recomendaciones de las camareras, que me dicen que esta asqueroso. A mi me parece cojonudo, y mas teniendo en cuenta que se sirve con un chupo de aguardiente. Para continuar y rematar la faena, langosta y vieiras, todo ello acompañado por una mas que fantastica ensalada de algas y por supuesto cerveza local, muy local, Stedji, solo disponible en esta zona concreta de Islandia.

Me he puesto hasta el culo y he pagado la tercera parte de lo que me costo ayer la cena en Reykjavik. Dicen que una barriga llena le hace a uno feliz, y en este caso asi es. No puedo pedir mas, asi que me recreo un poco con un ultimo paseo por esta adorable villa marinera, pensando para mis adentros que si, que estoy casi al lado del Polo Norte, pero finalmente es hora de volver, asi que me subo al coche y enchufo en el navegador la casa de Bina en Reykjavik, aunque mucha falta no haria, ya que simplemente tengo que desandar el camino andado hasta aqui. Cuatro horas de conduccion. Bueno, me lo tomare con calma, ire parando a hacer fotitos y disfrutando nuevamente de los paisajes y parajes islandeses. Eso si, con lluvia, ya que por fin, despues de tanta jornada soleada, me pilla una buena tormenta de vuelta a Reykjavik. Pero todo tiene su parte positiva, las nubes, la niebla y la oscuridad hacen que las vistas sean mucho mas tetricas ahora. Una nueva forma de ver el mismo paisaje.

Ya de vuelta en Reykjavik me encuentro a Bina donde siempre, en el hall, siempre al acecho. Me interroga sobre mi paseo de hoy y al decirle hasta donde he llegado me dice que estoy como una cafetera, demasiada conduccion para una sola jornada. Bueno, me gusta conducir y es lo bueno de viajar solo, que uno puede hacer lo que le salga de los cojones sin preocuparse de si sus compañeros de viaje se cansan o se cagan en tus muertos. Pero bueno, gilipuerteces aparte, empieza a ser hora de salir a investigar la ciudad y ponerse un poco o un mucho doblado. Paso de volver al centro, despues de mi experiencia de hoy en Stykkisholmur, creo que eso de ir a donde van los turistas y la multitud (aunque aqui en Islandia nunca llega a ser multitud) no va conmigo. Le echo un ojo al navegador y veo que a unos diez o quince minutos andando hacia el sur hay un pub llamado Classic Rock Sports Bar. El nombre mola, asi que voy a acercarme a ver que se cuece.

Atravieso un par de anchas avenidas donde no hay ni coches, y eso que no es tan tarde, son las ocho o por ahi. Llego a un poligono lleno de fabricas, el pub esta detras de las fabricas, bueno, mas vale que este abierto, y aunque lo este, poca marcha voy a tener hoy, porque alrededor no hay absolutamente nada. Quiza me equivoque, me da que si. Classic Rock Sports Bar, ahi esta, placa de Abbey Road en la puerta y poster de The Beatles, esto se pone bien. Entro, esta sonando Springsteen, vamos bien. No hay ni un solo cliente, solo una bonita camarera pelirroja a la que pregunto si el sitio esta abierto. Me dice que si pero que hoy no espera mucha juerga ya que es un sitio para los trabajadores que salen de las fabricas y para los dias de futbol. Hoy es sabado, fabricas cerradas y encima no hay futbol. Pero mira, la camarera es, como no podia ser de otra manera en Islandia, muy simpatica. Asi que me empiezo a enchufar mis primeras cervezas mientras converso con ella.

Pues resulta que Maria, que asi se llama la menda, es la hija del dueño del local. Recientemente estuvo de visita en mi ciudad y de alli se trajo algunas bufandas y camisetas futboleras incluyendo, por supuesto, la de mi equipo y mi seleccion nacional. Este sitio cada vez me mola mas. Pero tengo hambre y aqui solo se chuma. Ella me dice que pida una pizza o algo y que me la coma alli mismo. Pero me apetece algo mas, asi que finalmente me recomienda un buffet libre que hay al otro lado del poligono. De nuevo, totalmente fuera de zona turistica y en un sitio en el que solo hay islandeses gordos poniendose tibios, por un precio irrisorio me atizo una brutal pierna de cordero y otros cuantos manjares que me dejan demasiado extasiado. Ahora me viene a la mente el tipico comentario de reportaje televisivo sobre este pais, "Islandia es un pais muy caro". Si, claro, para turistas imbeciles que solo van a los cuatro sitios donde os roban, porque no teneis ni imaginacion, ni cojones, ni sentimiento de aventura como para ir dos calles mas alla donde el precio es menos de la mitad.

Como en esta zona no hay mucho mas que rascar, me vuelvo al Classic. Maria se ha ido a atender a su bebe y ahora el camarero es directamente un cliente que por alli pasaba, tal es la confianza que hay en este pais de gente honrada. Me meto una cerveza pero se me sale por las orejas, la cena me ha dejado demasiado lleno. Maria ya esta de vuelta y es hora de preguntarle por algun licor digestivo. Me inclino por el Opal, tipico de estas tierras y que es una especie de licor de regaliz a base de vodka, Lo cierto es que me sienta muy bien, pero no me veo aun para ir a por mas cerveza, asi que me paso a la sidra, que es danesa, porque los islandeses no tienen una autoctona. Somersby, sidra de frutas, esta cojonuda, asi que voy a continuar toda la noche con ella, una tras otra.

El cliente que estaba en la barra se ha ido a las maquinas tragaperras y de apuestas, donde se va a tirar toda la noche. Otros dos mendas han entrado en el local. Pronto entablamos conversacion y amistad, ya se sabe, el alcohol hace amigos. Viktor es un ruso que lleva seis meses trabajando aqui en la construccion, al que se le acabo el contrato la semana pasada y desde entonces lleva borracho a base de vodka. Al parecer mañana coge un avion a Suecia, donde tiene un nuevo contrato de trabajo, pero el tipo se cae varias veces de la silla, no se yo si podra llegar al aeropuerto. Amablemente, en lugar de tirarlo del pub, Maria le sirve varios cafes para que se intente despejar un poco. En este pais no se desprecia a la gente porque vayan algo pasados o monten un show, se les intenta ayudar con comprension y buenas maneras.

El otro personaje es Sigurd, un islandes que trabaja en una factoria de pescado y con el que me tiro hablando horas y horas del modo de vida islandes, trabajo, economia y demas. Cuando le digo que en un momento dado hasta me podria interesar vivir en Islandia, el menda directamente me ofrece trabajo. Es lo que tiene este lugar, mas trabajo que personas, necesitan gente, y por supuesto si son caras nuevas mejor, con lo pequeño que es el pais practicamente todos se conocen. Pues ahora mismo no, pero no descarto en un futuro aceptar la oferta del amigo Sigurd. Tanto a el como a Maria los emplazo para una futura visita a Islandia, ya que mañana ya me marcho pero estoy seguro que volvere. Es bueno dejar amigos y mas si son buena gente. Ya voy bastante doblado e intuyo que estas sidras me van a dejar una considerable resaca mañana. Maria esta cerrando el pub ya que ya es la una, pero fuera sigue siendo de dia, por supuesto. Lentamente y con un considerable pedo, ahora me doy cuenta, enfilo mis pasos hacia mi alojamiento. Hoy no paso ni por la tienda 24 horas, voy cocido asi que me meto en la cama, que mañana sera el ultimo dia por estas tierras.

 
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