martes, 9 de junio de 2015

Cuatro dias en Islandia 2. El Circulo Dorado

Despues de estar toda la noche dando cabezadas pero sin acabar de coger un sueño demasiado profundo, a eso de las ocho decido que ya es hora de ir desperezandome poco a poco y empezar la jornada mas turistica de todas las que voy a pasar en este pais. Si uno esta en Reykjavik, es inevitable acercarse a contemplar, ya que no queda muy lejos de la capital, lo que en los mundillos turisticos se conoce como el Circulo Dorado. Tres espectaculares atracciones naturales que hacen las delicias de los boquiabiertos turistas cuando se plantan ante ellas, Thingvellir, Geyser y Gulfoss, las cuales pasaremos a detallar en breve.

Dejo mi habitacion con la tipica sed de agua que toda resaca provoca, aunque mi cuerpo tampoco presenta los tipicos sintomas de cansancio y malestar de un resacon en toda regla. Vamos, que estoy en condiciones de hacerme la ruta del dia. Bina, mi anfitriona, siempre atenta, me pilla por banda en el hall y me pregunta cual es mi plan del dia. Si, el Circulo Dorado, y si me da tiempo alguna que otra cosilla. Ella me dice que me lo tome con calma, que no esta muy lejos, pero que a algun que otro turista con demasiada pachorra le lleva todo el dia e incluso mas. La gente se recrea demasiado. Yo se que ese no es mi caso, asi que me despido de Bina hasta las seis o siete de la tarde, ya que quiero llegar de vuelta a Reykjavik a tiempo de pegarme una buena cena y las consiguientes cervecitas de primera hora de la noche. Es viernes y estoy de vacaciones, es lo que toca.

En la tienda 24 horas me aprovisiono de agua, la resaca, ya se sabe. Aun tengo algo de lo que compre ayer a ultima hora que me va a servir de desayuno en ruta. Sin pensarmelo mas cojo el coche y empiezo a dejar atras Reykjavik para adentrarme en la nada, ya que las regiones de la Islandia interior tienen eso, que no hay nada, pero tal cual, es que ni vegetacion. En apenas quince minutos me encuentro en una carretera en mitad de ninguna parte y los coches han desaparecido por completo. Voy a ir parando a hacer fotos cada dos por tres, y en esas paradas me doy cuenta que lo de los coches va en serio, porque nadie transita esta carretera ni aun estando parado diez minutos. Vamos, que si tengo ganas de mear me la puedo sacar en mitad del trayecto, que nadie me va a ver ni a decir nada, fijo.

Recorriendo paisajes extravagantes, surrealistas e incluso diria yo que lunares, en apenas una hora (con paraditas y todo) ya diviso la espectacular atraccion natural de Thingvellir. Se trata de un valle un tanto peculiar. Provocado por la union de las dos placas tectonicas de Eurasia y America. Es una especie de cañon por el que puedes transitar, con el morbo añadido de que sabes que estas justo en el sitio donde America y Europa se separan. Vamos, que puedes hacer una de Barrio Sesamo, ahora estoy en America, ahora estoy en Europa, al estilo Supercoco.

Posiblemente este es el lugar que mas me apetecia visitar, interesante geologica y geograficamente hablando, dos temas que siempre me han atraido bastante. En los ultimos kilometros antes de llegar a Thingvellir ya empece a ver de nuevo algun que otro coche, y obviamente aqui hay una cierta acumulacion de turistas (chinos en su mayoria), aunque no lo que me esperaba. Si, Islandia es bastante turistica, o al menos eso dicen los islandeses, pero me da que no va a ser ni por asomo Paris, Londres o Roma. Mejor, ya sabeis que la gente me da asco, y cuanta mas acumulacion de personas hay, mas se me revuelven las tripas. Asi que ya os podeis imaginar el extasis que siento conduciendo por estas carreteras desoladas, casi hasta el punto de masturbarme al volante. Y tampoco pasaria mucho si lo hiciera, porque no hay ni dios a la vista.

Mi siguiente parada, segundo punto del Circulo Dorado, esta algo mas adelante siguiendo esta misma carretera. Para llegar hasta alli tengo que atravesar mas paisajes vacios y mas carretera sin coches. Y aqui nos plantamos, en Geyser. Bueno, todo el mundo sabe lo que es un geyser, una columna de agua caliente que brota desde las entrañas de la tierra. Al parecer es este lugar el que da nombre a todos los geyseres a lo largo y ancho del planeta. Si, el lugar esta lleno de esta especie de pozos de agua en ebullicion que de vez en cuando pega un salto, pero tampoco me sorprende tanto como Thingvellir, a pesar del extasis que dos yankees cuarentones estan experimentando justo a mi lado, diciendose el uno al otro que se van a quedar a ver este espectaculo durante todo el dia. Pues que les aproveche.

Cogiendo un pequeño desvio por una carretera algo mas cutre y apenas a diez minutos en direccion noreste, tenemos la tercera atraccion del circulo de marras. Se tratada de las cataratas de Gulfoss, basicamente un salto de agua bastante espectacular producido por un caudaloso rio que discurre por un profundo cañon. Al igual que en las dos atracciones anteriores, presencia de turistas, aunque no en exceso, y de nuevo en un 80% chinos.. Intentando tomar fotos junto a la catarata en cuestion me doy un baño bastante cañero. Es lo que tiene, que obviamente es un lugar bastante humedo. Me gusta mas que Geyser pero menos que Thingvellir, ya me lo temia. Y aqui estamos, apenas la una del mediodia y ya me he visto y visitado de pe a pa el Circulo Dorado. Se ve que soy un turista de rapidas maneras.

Lo cierto es que ha salido un dia de pelotas, soleado a mas no poder, practicamente ni una sola nube en el cielo, y con una temperatura muy aceptable. Tampoco es para ir en manga corta, sobre todo teniendo en cuenta que estamos en la zona interior de la isla, que refresca bastante mas que en la costa. Pero no me puedo quejar en absoluto. Y no se si sera por el buen clima, porque ya llevo unas cuantas horas de tute o porque simplemente soy un cerdo, pero ya tengo hambre. Y aqui se me plantea un problema. A lo largo de todas estas horas que he conducido desde Reykjavik hasta aqui no he visto nada. Ni pueblos, ni casas, ni personas, ni nada de nada. Y no quiero parar a comer una hamburguesa en la cafeteria para turistas de Gulfoss. La pregunta va a ser que cojones como. Esto me huele al ultimo superviviente, Bear Grylls.

Decido coger la carretera en direccion sur, hacia el mar, ya que veo en el mapa que en la costa hay algunas poblaciones. Falta saber de que tamaño y que servicios ofrecen. Pero tengo mas de una hora hasta esos parajes, asi que si veo algo por el camino, que lo dudo, hay que aprovecharlo. Comienza la puta aventura. Veo en mitad de la nada un cartel con un cuchillo y un tenedor que señala un camino de tierra que se pierde en una montaña. Tengo mucha hambre, lo pillo, el navegador se vuelve loco, me pierdo. Tengo que atravesar un puente por el que el coche solo cabe si recojo los retrovisores, ahi voy. Delicada operacion pero paso, si, y de repente la pista de tierra se convierte en una zanja. A lo lejos veo una granja. Aquello no es un restaurante, y no voy a meter el coche por la zanja durante kilometro y pico. A tomar por culo, media vuelta y otra vez a cruzar el puente de los retrovisores, que por cierto empieza a crujir a mi paso. Me han tomado el pelo.

De nuevo en la carretera hacia el sur veo otro cuchillo y tenedor. Acabo en otro camino de tierra atravesando plantaciones surgidas de la nada. Reviento varias tomateras con el coche ya que apenas hay espacio. Llego a un lugar muy raro donde veo a varios tios con tunicas blancas. La madre que me pario que me da que me he metido en una especie de secta ecologista o algo asi. No me importaria si me dieran de comer, pero es que los mendas de las tunicas no me hacen ni puto caso y van desfilando como de una especie de barracon a otro. Doy media vuelta y me vuelvo a la carretera. Yo no me llevo bien con los raritos y todo sea que o me acaben dando por culo o acabe a hostias con ellos o las dos cosas a la vez. Carretera de nuevo, y ya son mas de las dos.

De repente veo el cartel de un pueblo, Reykholt, aunque no hay ni una puta casa, solo un par de rotondas muy guapas y, oh, un restaurante de carretera. Alabado sea Dios que siempre proporciona comida a los sufridos fieles que la buscan. Ahora solo me falta que me sirvan la comida angeles. Y la verdad es que no se va mucho, porque las dos camareras (rubia y morena) estan de muy buen ver. Aqui me quedo. Y que barato y que comida. Me pido el especial del dia, un bocadillo de cordero con patatas que me deja mas que saciado. Como entrante, carpaccio de bacalao, jodidamente delicioso. Y por supuesto una cerveza Gull, de estas tierras, para amenizar todo el cotarro. Acabo la sesion culinaria charlando con la camarera rubia, que me obsequia con varios mapas indicando donde estamos y demas. De nuevo me quedo anonadado con la simpatia de las feminas islandesas. Obviamente me dice que no ven a muchos turistas por aqui. Normal, hija, estais en mitad de ninguna parte. Lo raro es que veais a alguien, turista o no.

Que bien me lo he pasado en el Mika, que asi se llamaba el restaurante. Ya con el estomago lleno, decido dirigirme, porque aun tengo tiempo de sobra antes de ir de vuelta a Reykjavik, bordeando la costa sur hasta llegar a Grindavik, casi el extremo suroeste del pais, y de ahi acercarme a otra tipica atraccion turistica, el Blue Lagoon. Se trata de una laguna de color azul celeste cuyas aguas son calentadas naturalmente por la accion geotermica. Alli la gente se pega sus bañitos calentorros y poco mas. Si, suponemos que sera digno de ver, asi que ya que hay tiempo pues ahi que nos dirigimos.

Esta carretera de la costa sur tiene bonitas vistas al mar, subiendo y bajando pequeñas montañas y con paisajes de lava a uno y otro lado de la carretera de forma constante. Tras dos horas de conduccion y despuies de pasar Grindavik, llego al Blue Lagoon. Que si, que es muy bonito el color de las aguas y demas, pero no me impresiona mucho. Ademas hay que pagar para darse un chapuzon y tampoco tengo un interes especial en dejarme el dinero en eso, prefiero una cerveza, la verdad. Para mas inri, meto la mano en el agua y no me parece que este muy caliente. Esto me huele a camelo para turistas. Total, que ya lo he visto, ya le he hecho fotos, no he visto a ninguna islandesa en bikini, que era otra de las razones para acercarme al lugar, asi que ya puedo irme. Direccion a Reykjavik, que quiero dejar el coche y ya poder beber a gusto unas cuantas birras.

Llego al alojamiento y alli Bina me abre la puerta vestida de cabaret. Mis ojos como platos denotan sorpresa y la buena mujer me dice que se va a bailar con las amigas, que si necesito algo mas o si quiero ir con ella. No, no, mejor sigo con mi plan de ir a cenar y mamar algo en el centro, no quiero riesgos innecesarios. A saber donde me mete esta señora. Asi que tras descansar una media horita en la habitacion y poner todas mis ideas y cachibaches en orden, la misma ruta de anoche, largo paseo junto a la bahia, hermosas vistas y sentimiento cojonudo, y al restaurante mas caro de Reykjavik, con dos cojones.

Desafortunadamente se les ha acabado la ballena, que era mi objetivo principal de esta cena. Mala suerte. Asi que me inclino por la sopa de langosta, que esta cojonuda aunque yo no soy muy de sopas. Luego un abadejo con dos salsas que esta tambien bastante bueno aunque no espectacular (sustituto de mi idea original de la ballena). Y para rematar la faena una mousse islandesa, la cual si que me deja saciado, tanto en cuanto a calidad como a cantidad. Por supuesto todo regado con un par de lagers islandesas, que me siguen pareciendo fantasticas. Obviamente en este restaurante de lujo me sacan los dos ojos de la cara, los riñones y un pulmon y medio, sobre todo si lo comparo con la comida de hoy en mitad de ninguna parte. Un dia es un dia. Y ahora a beber.

Vuelvo al Brooklyn, donde estuve ayer, pero hoy no esta la misma camarera. Ya no me interesa el sitio, aunque un par de birras caen. Y ahora me doy cuenta de que estoy jodidamente lleno de la comida y no puedo beber mucho mas. Uf, que suplicio, me voy a hacer una o dos mas, necesito conocer algun que otro garito. Pero no atino, acabo en una cafeteria cutre donde solo tienen una lager para elegir y luego en un sitio muy raro con un camarero medio autista (ni contesta cuando le hablas) y donde apenas me puedo terminar la cerveza de lo lleno que estoy. Hoy no me salido bien la estrategia chumeistica, asi que decido volverme al alojamiento cuando aun no es ni medianoche.

Me pilla la medianoche en mitad de la bahia, en el tipico paseo de vuelta. Veo a unos cuantos fotografos tomando instantaneas del paisaje. Es evidente por que, Las 12am y ahi esta, al fondo, medio recostado sobre el oceano Atlantico, el sol de medianoche. El espectaculo es soberbio. Lentamente me voy retirando de la bahia aunque me gustaria quedarme viendo el show un rato mas. Me empiezo a notar realmente cansado y somnoliento, aun asi todavia me acerco a la tienda 24 horas para pillar provisiones de cara al viaje de mañana que aun no tengo decidido a donde me va a llevar. Hoy si, tal y como llego a la cama caigo redondo. Falta me hacia. Mañana mas.
 
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