viernes, 18 de febrero de 2022

Cornualles 3. Cumpleaños en el fin del mundo


Desde luego este sofa es comodo de cojones. He dormido de puta madre, cosa que no puedo decir de la mayoria de camastros de otros diversos alojamientos en los que he estado, incluso hoteles de lujo. Me despierto bastante pronto, pero completamente despejado y activo. Hasta el punto de que, tras un rapida ducha, se me ocurre la brillante idea de salir a dar un paseo colina arriba para disfrutar de la soleada matinal que nos ofrece este maravilloso paraje de Portreath. Pienso que, si las vistas ya desde aqui son espectaculares, si subo hasta lo mas alto de esta montañita, deben de ser ya directamente orgasmicas. Y ahi que enfilo la callejuela o carreterucha que continua en direccion ascendente una vez pasada la zona del apartamento. Paso firme y resuelto y a ver hasta donde llego.

Cierto es que veo un par de acantilados bastante espectaculares, pero al cabo de un rato la pista se mete mas hacia el interior y, con la extension de los campos que me rodean, me es imposible seguir divisando la costa. Para mas inri, en un momento dado, y tras unos diez minutos de paseo, veo que la carretera se acaba y da a parar a un tremendo vallado metalico bastante tetrico. Al fondo, muy a lo lejos, veo una torre de control y unas construcciones de poca altura que en la distancia no consigo distinguir demasiado bien. La curiosidad mato al gato, ya lo se, pero yo no lo puedo evitar y me acerco hasta la misma valla para intentar meter las narices y ver si consigo colegir de que cojones va todo esto. Varios letreros de "prohibido el paso bajo pena de arresto" no me acaban de amedrentar, hasta que veo una placa, bastante escondida y corroida por el paso del tiempo, en la que a duras penas distingo los emblemas de la Royal Air Force. Capto el mensaje, una base militar secreta. Porque ni figura en los mapas. Pues yo paso de que me enganche algun soldadito guallon y se ponga a hacer experimentos con mi culo. Mejor me largo por donde he venido y me olvido del tema.

Vuelvo al alojamiento porque tanta fue la energia con la que me levante, que ni siquiera me dio tiempo a desayunar antes de mi extravagante caminata. Con gran parte de las viendas que compre ayer en la tienducha del pueblo me cocino un no demasiado reconfortante "English breakfast", el cual por supuesto incluye una cervecita. Para hacerlo mas llevadero, ya se sabe. Y en estas que estoy degustando el jugo de cebada y metiendome una salchicha en la boca, cuando me doy cuenta de que hoy es mi cumpleaños. Ah, pues mira que bien. Pero tampoco es que me alegre en demasia. Vamos, es que practicamente se me habia olvidado. Supongo que es la cosa esta de que cuando uno ya pasa de cierta edad no le apetece lo mas minimo seguir cumpliendo años. Pero bueno, es ley de vida y tampoco podemos luchar contra ello. Asi lo pasaremos de la mejor forma posible.

El plan para hoy, y uno de los grandes puntos algidos de este viaje, era acercarme hasta el fin del mundo. O al menos eso era lo que pensaban los habitantes de estas tierras hace muchos siglos. Porque lo unico que se acaba en Lizard Point, que asi se llama el sitio a visitar, es la isla. Estoy hablando, para ser mas claros, de la punta mas al sur de la isla de Gran Bretaña. Que curiosamente esta aqui, en Cornualles, y a unos cuarenta y cinco minutos de conduccion de donde yo me encuentro alojado. Asi que subamonos al automovil, disfrutemos de un rato al volante, y a ver que nos ofrece el lugar. Tengo que decir que para mi esto es un poco como completar el circulo. Ya estuve un par de veces en la punta mas al norte de la isla, Dunnet Head, que logicamente se encuentra mucho mas cerca de casa. Asi que ahora es el turno de visitar el otro extremo.

El paisaje es bastante bonito. Varios acantilados, un embarcadero donde uno puede incluso bajar a tocar el agua del oceano, y por supuesto el tipico cafe para turistas que no hace sino joder toda la estampa y darle ese asqueroso toque comercial que siempre denota la deleznable presencia del avaricioso ser humano. Unas cuantas fotitos en el lugar para dar constancia de que lo hemos alcanzado y venga, vamonos a algun lugar algo mas refrescante, porque lo cierto es que yo ya empiezo a tener una sed tremebunda. La historia de todos los dias. No lo puedo evitar. Pero el pueblecito por el que he pasado justo antes de llegar hasta el extremo sur y con el curioso nombre "The Lizard" creo que me servira para tomar ese tan merecido refrigerio. Tambien aqui, en un pequeño cafe, pruebo uno de los productos culinarios mas tipicos y reconocidos de Cornualles, un Cornish Pasty, que realmente esta cojonudo aunque es mas un snack que una comida propiamente dicha. Pero lo importante es el liquido, que me va a servir no solo para rehidratarme, sino tambien para empezar a entonar el mediodia y la tarde que ya en breve se cierne sobre esta maravillosa tierra cornica.

Asi pues me casco las dos primeras chelas del dia en The Lizard, antes de volver a mi querido apartamento en Portreath. Ya de vuelta, y antes de empezar la maraton etilica que hoy no solo me servira para ponerme hasta el culo, sino tambien para celebrar mi cumpleaños, decido bajarme hasta la hermosa playa de la poblacion y darme un pequeño paseito por la arena. Lo de darnos un chapuzon si eso lo dejaremos para otra vida, que cada vez soy menos de meterme en el oceano. Sera la edad. Pero lo cierto es que el sitio esta medianamente concurrido con algun que otro bañista aislado (estamos en febrero) y sobre todo surferos. Aunque el clima esta de lo mas apacible y el mar en calma, con lo cual no hay demasiado oleaje, estos interesantes personajes, siempre pegados a sus eternas tablas, hacen acto de presencia en gran numero. Por lo visto el asunto este del surf es bastante habitual en la zona.

Con el tema del cumpleaños comenzando a atormentarme la cabeza, decido que voy a pegarme una buena cena, mas que nada para hacer el parire de una celebracion o similar. Asi que dirijo mis pasos hacia el primer pub que visite ayer, que tambien tiene restaurant, con la intencion de pegarme una buena cena. Si, ya sabeis, donde el camata viejo sordo. Pero por suerte hoy el tipo no esta, o al menos yo no lo veo. En su lugar me atiende la camarerita escocesa, lo cual me parece muchisimo mejor. Me conduce hasta la zona del restaurant, adosada al bar propiamente dicho, donde en unas quince mesas estoy yo solo. Se ve que aqui no son mucho de salir a cenar. O mas bien es que solo cenan liquido y en la barra. La chica me felicita el cumpleaños, ante lo cual le insinuo que mejor no me pregunte por cuantos caen o me cabreare. Y acto seguido comienzo con el festival etilico-gastronomico.

Para beber, que es lo realmente nos importa, me pido un vino chileno, que no esta muy alla. Nunca me gustaron los vinos chilenos, pero viendo la seleccion en la carta se que los demas que tienen me van a dar verdadera angustia. Asi que me acabo la botella y me pido un par de sidras locales de las de ayer, que eso si que estaba de puta madre. Para comer me hago un solo plato, porque si no la melopea no me sube todo lo que me tiene que subir. Asi que me tiro a una merluza a la plancha con guarnicion que esta fresca y bastante buena. El pescado y el marisco de Cornualles tienen fama de ser excelentes, pero lo cierto es que hasta ahora, con tanto pensar en beber, tampoco les he prestado demasiada atencion. Y para rematar la cena, y teniendo en cuenta que me esta atendiendo la simpatica camarerita escocesa, pues algo de nuestra tierra, para que no la echemos mucho de menos. Un doble chupo de Glenfiddich servira. Joder, que bien que sienta el agua de fuego a estas horas y teniendo en cuenta que ya soy y me siento un año mas viejo.

De vuelta al alojamiento, y de la misma forma que hice ayer, me paro en el otro pub del pueblo. Entro dando tumbos, se ve que no estoy muy acostumbrado a beber single malts y el Glenfiddich me ha afectado mas de la cuenta. O sera el premio acumulado de las chelas del mediodia, el vino chileno, las sidras y el whisky, todo junto. Como no me quiero complicar la vida catando mas cervezas raras, me pido otra sidra, que de momento es lo que mas me ha gustado de todo lo que ofrecen por estos lares. Me la acabo a duras penas y ahora si que me siento borracho como una cuba. Lentamente y en mitad de la oscuridad, retorno al apartamento. Pero no caigo, antes de eso aun tengo los santos cojones de abrirme otra cerveza. Intento encender el televisor para ver si puedo entretenerme con alguna pelicula pero me da que no lo consigo. Joder, que comodo es el sofa. Me acabo la cerveza y cierro el tenderete por hoy. Se acabo el cumpleaños.

 
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