viernes, 16 de septiembre de 2022

Una semana en Rumania 4. Playa y piscina

No se que cojones ha pasado pero el caso es que a mitad de noche el puto aire acondicionado ha dejado de funcionar. Entre tinieblas, y sudando como un cerdo, me he levantado varias veces a apretar botones del cacharro pero no ha habido manera. Asi que con tantos sudores no me ha sido nada facil pegar ojo. Y luego, cuando parecia que podia enganchar un par de horas seguidas de sueño, ha comenzado el jodido recital de los pajaros. Aqui no hay perros locos ladrando sin parar como en Transilvania y las gaviotas, si las hay, son bastante silenciosas. Pero los putos pajaritos son un puto infierno. Deben de ser como trescientos mil de esos cabrones piando sin parar desde el momento en que se ha comenzado a atisbar la primera claridad del dia. Al final, otra nochecita en vela.

Lo unico positivo es que, como ayer no me pase mucho con la chuza, no tengo resaca a consecuencia del alcohol. Aunque el dolor de tarro por no dormir es bastante considerable. Y los pajaros de los cojones, que no paran con su puto piar escandaloso, no ayudan lo mas minimo. En fin, bajemos a desayunar, que en este resort lo tenemos incluido y quiza con un par de pozales de cafe la cabeza se me pueda despejar un poco. Aunque mucha hambre tampoco tengo, y es que la mariscada de anoche aun me anda repitiendo por el estomago, el esofago y el gaznate. Mira, casi que voy a vaciar primero y a ver si haciendo hueco me entra algo mejor el alimento. Total, ya que es gratis hay que aprovechar.

Pues el buffet del desayuno esta muy bien y muy completo. Para todos los gustos. Los manjares de mi habitual desayuno escoces estan mas o menos bien imitados con bacon, huevos, salchichas y unas alubias caseras que estan de pelotas. Como siempre, hecho de menos el haggis y el black pudding, pero asi de mal nos tratan a los escoceses fuera de nuestra tierra, nunca podemos disfrutar de nuestros productos autoctonos. Por supuesto, para los mas flojos, tambien hay varios tipos de fiambres y quesos, ensalada, cereales, yogur e incluso un arroz dulce que parece que quiera asemejar a nuestro tradicional rice pudding. Y cafe y jugo hasta la saciedad. Y lo cierto es que el liquido es ahora mismo lo que mejor me sienta. Un poco de hidratacion fruticola y un par de cubos de cafe, que esta fuerte de cojones, hasta el punto de que yo, que no soy muy amante del dulce, tengo que echar tres azucares para hacerlo medianamente bebible.

Restablecido a medias, decido salir a dar un paseo matinal por la playa, a ver si la brisa marina termina de despejarme y de paso me da algo de sed, porque la verdad es que ahora mismo no me apetece en absoluto una cerveza y eso no es nada normal en mi. Si que debo de estar estropeado. Saliendo del hotel, cruzando la calle y atravesando un par de dunas, me doy de bruces con la arena y el Mar Negro, que por mucho que diga el nombre es tan azul como todos los demas mares que he visto hasta ahora en mi vida, y ya os puedo asegurar que son unos cuantos. Se supone que esta zona de playa es privada para los residentes del hotel, y asi lo indica en un cartelon a la entrada, pero lo cierto es que aqui nadie te pide nada ni hay ningun tipo de control y, como no esta delimitada, por aqui pasa absolutamente todo el mundo. Tampoco me importa lo mas minimo, yo solo vengo a pasear, paso completamente de tumbarme al sol o meterme en el agua. Dejo eso para los turistas mas juguetones.

Como quien no quiere la cosa, comienzo a caminar por la arena en direccion norte siguiendo indefectiblemente toda la linea de costa. Creo que ya hice algo parecido cuando estuve en Lituania y al cabo de unos cuantos kilometros casi llegue hasta Letonia. Esta vez el pais fronterizo al norte, Ucrania, me pilla algo mas lejos. Pero tu dame unas cuantas horas y veras... O quiza no tantas horas, porque en un momento dado, en lugar de las banderas de Rumania que cada ciertos metros ondean sobre mastiles clavados en la arena de la playa, de pronto me encuentro una bandera de Ucrania. Y a continuacion otra. Joder, si que he caminado. Y el asunto se complica cuando de repente me veo venir de frente a un tipo en bañador que es clavado a Vladimir Putin. Me cago en la puta que de tanto caminar me he salido de Rumania, he pasado Ucrania y ya estoy en Rusia. Joder, casi que me doy media vuelta y enfilo direccion sur, no vaya a ser que el ruso me meta un misil por el culo. Aunque quiza me invite a una botella de vodka, quien sabe.

Ya de vuelta en Rumania (al menos en mi imaginacion), me planteo ponerme a caminar ahora en direccion sur. Pero aqui si que la puedo liar de verdad, porque la frontera con Bulgaria apenas queda a cinco millas y lo siguiente es Turquia, y despues Oriente Medio, y despues... Mejor lo dejamos. Ademas, empiezo a ver tipos gordos cincuentones apostados en barras de bar en mitad de la arena metiendose sus primeras y muy refrescantes chelas del dia gaznate abajo. Y logicamente me dan envidia. Asi que voy a buscar un abrevadero y empezar yo tambien con mi propio recital. Un enorme pub de playa, de estos que tienen varias barras y terrazas, me da la bienvenida mas cordial y, al ritmo de mi habitual "o bere, va rog", me casco las dos primeras de la jornada. Y que bien que me sientan. A todo esto, ya es mas de mediodia. Joder, si que ha sido largo el paseo.

No me quiero encantar porque aun tengo una faena pendiente desde ayer. Asi que me despido del camarero como buenamente puedo (cada dia aprendo cosas nuevas en rumano y ya me voy defendiendo) y acto seguido voy en busca de las tiendas de avituallamiento alcoholico que anoche encontre cerradas a cal y canto. Por suerte aquello no fue mas que un cierre horario, porque hoy los comercios estan abiertos. Y tienen buena variedad los muy cabrones. Asi que me pillo unas cuantas chelas variadas, que ademas estan fresquitas porque las tienen en refrigeradores, y regreso a la habitacion del hotel para guardar mi tan preciado manjar, ya que tambien alli tengo una nevera. Ya tendre ocasion de pegarle al vicio mas adelante, que el dia es muy largo. Ahora lo que toca es menear el bigote, que ya hay gazuza.

Como el pub de las chelas de antes me gusto bastante, decido ir a comer algo al mismo sitio. Y de paso continuar con unas cuantas cervecitas mas. Me pillo un platazo de mejillones del Mar Negro (casi un kilo) y me tiro un buen rato disfrutando de este exceso culinario. A todo esto, yo debo de tener algo con los putos mejillones porque pais al que voy, pais donde los pruebo. Y normalmente intento catarlos en cada uno de los mares u oceanos del planeta que me pillan cerca en ese momento. Os puede parecer una gilipollez, pero estos bichos son totalmente diferentes dependiendo de las aguas en donde residan. Asi, hay una enorme diferencia entre los del Atlantico norte, Atlantico sur, Mar Mediterraneo, Mar Negro, Indico, Pacifico, Oceano Glacial... e incluso en una misma masa acuosa, dependiendo de las corrientes que los bañen, tambien son completamente distintos. Bueno, y a vosotros que os importa esto de los mejillones. Sigamos con las chelas.

Lo cierto es que ahora ya llevo un puntillo bastante bueno, por supuesto acrecentado por este asqueroso sol simiesco que no para de brillar en lo mas alto del cielo y por una temperatura que, si no fuera por las cervezas bien frias, seria absolutamente insoportable. Por suerte hoy me ocupe de salir bien protegido por mi sempiterno sombrerito de turista que desde hace unos años me ha salvado de muchas quemazones y otros tantos dolores de cabeza. Los tres pavos mejores invertidos de mi vida, sin duda. Bueno, y a todo esto, yo creo que a estas alturas ya estoy en condiciones de darme un pequeño chapuzon en la piscina del resort. Es lo que tiene el ir medianamente tajado, que en seguida me dan ganas de lanzarme al agua y hacerme unos largos intentando emular a Mark Spitz. Hasta que me lesiono o me ahogo o me pasa alguna otra chaladura.

Por suerte, en esta ocasion salgo indemne de la sesion de natacion. Que con semejante solana y sin la proteccion del sombrerito intento que sea lo mas breve posible. Hora de tumbarme en una hamaca, a la sombra, por supuesto, y pedirme un par de chelas en el bar de la piscina. Mierda, habia olvidado que aqui solo tienen una marca y esta asquerosa. Bueno, cumplimentare el tramite lo mas rapidamente posible. Mientras lo hago, calculo cuidadosamente los que van a ser mis movimientos para lo que resta de dia, y es que poco a poco las horas han ido pasando y en breve se va a poner el sol y, al final, resulta que no he hecho nada demasiado productivo en lo que llevamos hasta ahora de jornada. Pues que siga asi, porque aqui no hay mucho mas que hacer.

El desayuno y los mejillones ya me han saciado para todo lo que queda de dia, asi que el tema de alimento solido queda ya zanjado por hoy. Paso de la cena. Ademas, ya he pillado velocidad de crucero con las chelas y ahora no voy a parar. Pues sera hora de terminar el dia como quise hacer ayer y no pude, tranquilamente en el balconcito de mi habitacion, con vistas al mar, y disfrutando de las chelas que, hoy si, tengo esperandome en mi neverita privada. Dicho y hecho. Me apalanco en una comoda silla, situando mis piernas sobre la barandilla del balcon, me abro la primera y comienza el recital. Y mira tu que no queria nada solido, pero tras la tercera me empieza a entrar una cierta ansiedad en las mandibulas. Pero tranquilos, todo esta previsto. Yo ya sabia que necesitaria algo de picar para acompañar las cervecitas y, cuando estuve en la tienda del mamoneo, tuve la precaucion de adquirir un par de bolsas de pistachos. Ahora si que estoy en la gloria.

Aunque, aun estando en el paraiso, a veces tu alcoholica mente te juega malas pasadas. Tengo todavia unas cuantas cervezas para terminar la noche totalmente morado, sin embargo ahora se me esta antojando un cocktail. Manda cojones. Uno siempre quiere lo que no tiene, aunque sea el tio mas millonario del planeta. Por fortuna, este tampoco es un capricho tan dificil de saciar. Me bajo nuevamente al bar de la piscina, donde las mismas tipas cutres de anoche estan otra vez entreteniendo al personal con sus horripilantes voces y los mismos tostones de canciones. Me pido una piña colada. Y luego me pido otra. Y luego me pido el cocktail especial de la casa. Joder, y yo que solo queria uno. Al final me casco cinco cocktails y subo de nuevo a la habitacion dando tumbos y rebotando de una pared a otra. Bueno, lo positivo es que con esta chuza voy a dormir de puta madre y me va a dar igual la temperatura, los pajaritos o la pajolera madre que pario al Conde Dracula, del cual ya parece que me he olvidado completamente desde que estoy en la costa del Mar Negro.

Los cojones voy a dormir. Me tumbo y al cabo de diez minutos empiezo a sudar como un poseso. Entre el calor y todo el mamoneo que llevo encima, esto es un puto infierno. El aire acondicionado sigue sin funcionar y me dan ganas de reventar el cacharro a martillazos. De repente una bombilla se enciende en mi alcoholizada mente. Una rapida comprobacion visual me confirma que el balcon tiene exactamente la medida perfecta para albergar un colchon. Adelante pues. Saco el colchon al balcon, lo cual me cuesta un mundo debido a mi estado de embriaguez, y me tumbo a dormir bajo una corriente de aire refrescantemente aliviadora. Pues aqui me quedo, mientras no se rompa la barandilla y me despierte cinco pisos mas abajo en el jardin del hotel, todo ira bien. Uf, espera. Los pajaros a primera hora. Joder, que despertar mas duro me espera.

 
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