De pronto, y mientras intento finalmente recomponerme y salir del catre, me encuentro el jeto de mi compañero de viaje casi pegado frente con frente y esbozando una enorme sonrisa. "¿Sabes que ayer nos dejamos dos chelas en la nevera para desayunar?", me pregunta mientras se lanza como un poseso en direccion al refrigerador. Si, claro que lo se. En realidad fue idea mia porque, basicamente, llego un momento en que ya ibamos tan cargados que no podiamos beber mas. Ademas, joven, te voy a dar otra alegria extra. Resulta que te puedes beber las dos tu solito, porque yo tengo unas molestias intestinales que me indican que de momento el jugo de cebada no esta permitido en mi cuerpo. Y a todo esto, si me disculpas... tu a lo tuyo, que yo necesito vaciar. Comenzamos con el ritual de todas las putas mañanitas. Que cruz.
Despues de varias sesiones de vaciado, las correspondientes duchas, y una vez el joven se ha tomado sus chelas y unas sobras de pan y jamon que habia sobre la mesa, nos damos cuenta de que son las diez y no tenemos que abandonar el apartamento hasta las once. Podriamos irnos ya, pero es que aqui, sentados o tumbados, se esta de puta madre. Asi que vegetamos durante casi una hora, pensando cual va a ser el plan del dia, puesto que ya deberiamos de emprender el camino de regreso a casa, pero este apenas si dura tres horas y tenemos todo el dia por delante. Pues hacemos un par de paraditas para ver algun pueblo mas de la zona. Y si, por supuesto tambien nos iremos tomando diferentes refrigerios, que lo cierto es que ahora que ya ha salido todo fuera, mi cuerpo se encuentra un tanto vacio y empieza a tener bastante sed.
Nuestro primer objetivo del dia va a ser la localidad de Alcañiz, que apenas queda a media hora de Chiprana y que por lo visto es famosa por su monumentalidad. Y no en plan casposo como Caspe. No, aqui nos damos cuenta de que tanto su inmensa catedral (sobre todo para una poblacion de apenas quince mil habitantes), como su precioso centro historico, como su castillo, todo merece la pena ser visitado. ¿Por que cojones fuimos ayer a pasar casi todo el dia a la ruinosa Caspe en lugar de venir aqui? Durante la visita a la villa, obviamente, nos hacemos un par de chelas y paramos a comer en un lugar que bien poco tiene que ver con la mierda que jalamos ayer en el chino congelado. Rabas, oreja y madejas, todo ello cocinado de forma casera y con autentica exquisitez. Ademas, se da la circunstancia de que hoy es el dia de Aragon y por todo el pueblo hay festejos, cachondeo y gente mamando por las calles como si el mundo fuera a terminarse ya mismo. Muy bien, Alcañiz. Esto si que ha merecido la pena.
Continuamos nuestra ruta ya a primera hora de la tarde pensando en cual puede ser nuestra proxima parada. Y entonces nos damos cuenta de que nuestro bar de carretera favorito, el Hostal Las Ventas, se encuentra apenas a cinco minutos de aqui. Y tanto el joven como yo nos preguntamos si el famoso camarero de las gafas trabajara hoy. Se avecina otro show. A pesar de que el joven es un tanto reacio a sufrir de nuevo el caracter festivo y alocado de este perturbado, como el que conduzco soy yo, al llegar junto al cutre-bar-hostal pego un volantazo y me cuelo en el parking con una macabra sonrisilla en el rostro. Si, si, si, yo quiero ver otra vez al tarado de las gafas.
"Si que esta, si que esta", me lanza el joven con un cierto entusiasmo nada mas abrir la puerta del local y penetrar en el. Y es que a estas alturas creo que ambos ya vamos con ganas de cachondeo y alaridos por parte de nuestro camata favorito. Pero nuestro gozo en un pozo. El tipo esta absolutamente derrotado junto a la barra, con la nariz clavada en su celular y apenas si da los buenos dias en voz baja a los clientes que entran en el local. Le pedimos dos cervezas esperando su tipica reaccion desmedida al escuchar la palabra magica, pero el chalado simplemente nos las abre, nos las pone delante y ni nos mira. "¿Sera que no nos ha reconocido?", me pregunta el joven. "¿Le decimos algo?", me insiste. Pero pronto nos damos cuenta de que es lo que esta sucediendo aqui. Y es que en varias ocasiones una mujer con gafas bastante amplia y oronda sale de la cocina y se da un paseo por la barra mirando de forma despectiva al tipejo. Esta claro, hoy no hay cachondeo porque tiene a la parienta rondando. Y todo sea que en una de estas la mujer se haya enterado de sus viajes a los sitios de lucecitas de colores. Que putada, se nos ha terminado la fiesta.
Viendo que hoy del Mortadelo carasapo no podemos sacar nada (las tipicas chelitas por cuenta de la casa no nos hubieran venido mal), decidimos continuar con nuestra ruta y enfilar direccion sur hacia el limite de Aragon con la provincia de Castellon y prepararnos para nuestra proxima parada cultural prevista, la hermosa localidad de Morella. Pero de pronto una terrible niebla se cierne sobre nosotros hasta el punto de que tenemos que bajar la velocidad a 40km/h. No se ve absolutamente nada de la carretera y ya estamos llegando a Morella. Asi poco vamos a poder visitar en la villa, por lo que intento hacerle saber al joven que mejor cambiamos de planes y obviamos la parada. Pero cuando intento hablar con el, la unica respuesta que me encuentro es a un tio con la boca abierta lanzando unos cruentos ronquidos. Joder, este ha caido despues de tanto exceso y no creo que este para visitar nada. Pues nada, sigo carretera.
Y menos mal que no paramos, porque durante la siguiente hora la protagonista va a ser la lluvia. Vaya viajecito de vuelta, niebla, lluvia, el de las gafas no se paga nada... Bueno, al menos lo pasamos bien visitando Alcañiz. Y de pronto, cuando estamos como a una hora de llegar a casa, para el agua, sale el sol y el joven vuelve a la vida. "¿Donde estamos?, ¿me he dormido?", pregunta mi compañero todavia medio aturdido tras el sueño. Pues a una hora de casa, muy cerca de la localidad de Vilafames, que es un pueblecito muy bonito en una ladera de una montaña y... "Ah, pues vamos a parar a verlo y nos hacemos una chela". Dicho y hecho, mira que somos facilones. Aparcamos en la parte baja del susodicho pueblo y nos hacemos toda la ladera hacia arriba a pateo hasta llegar al castillo, que esta en lo mas alto. Que no se diga que no abrimos la sed. Vistas muy hermosas (sobre todo ahora que ha salido el sol) y todo lo que quieras, si, pero el problema es que no encontramos ni un puto bar abierto.
Bueno, a grandes males, grandes remedios. Como esta zona la conozco bastante bien, le indico al joven que a apenas dos kilometros hay una gasolinera con bar. "Pues vamos alli", me espeta con ojos vidriosos y mientras babea ya pensando en esa chelita que va a caer gaznate abajo. Y efectivamente ahi que hacemos la que va a ser la ultima parada de este viaje de regreso, en la cual el joven finalmente obtiene su recompensa, una jugosa cerveza de la cual no perdona ni una gota. En mi caso, y para mi desgracia, de pronto un terrible cansancio de cierne sobre mi cabeza y mi cuerpo. Claro, yo no me he pegado la siesta del joven, ya que iba conduciendo. Y encima una conduccion entre la niebla y la lluvia, lo cual cansa el doble. Y tampoco es que haya dormido muy bien las dos ultimas noches, asi que... Pues me pido un refresco de cola para ver si me despeja, pero me encuentro tan afectado que apenas si me lo puedo acabar. Venga, vamonos a casa que ya queda menos de una hora y es todo autovia.
Pero el joven no tiene suficiente. "Oye, es que yo si llego a casa a las siete, me aburro el resto de la tarde", me espeta como incitandome a algo mas. Bueno, tio, yo te dejo en casa y luego ya veremos. Y vaya si lo vamos a ver. Dejo en casa al insaciable joven y me voy a aparcar mi automovil. Subo a mi casa y en cuento compruebo el celular me veo varios mensajes suyos. "Voy al bar", "ya estoy en el bar", "¿cuanto tardas?". Pues bien, al final no me quedan mas cojones que ir al bar (una vez mas) y, ya que no tengo que conducir mas, comenzar a beber chelas como si no hubiera un mañana. Y nuevamente, chuza, laguna y a dormir la mona. Eso si, menos mal que este viaje ya por fin se ha terminado.





