A mí hoy no me toca aquí defender la inocencia de Domínguez, de Contador, de Paquillo, de Valverde o de Perico de los palotes. Pero sí que es verdad que esto ya huele a chamusquina, siempre los mismos deportes y curiosamente cuando empiezan a mediatizarse hasta casi el punto de poder eclipsar al tan amado deporte de los veintidós tíos corriendo en calzoncillos tras una pelotita. A todo esto, ¿dónde están los defensores de los animales que no se meten con el fútbol, saben de qué está hecho el balón? En fin, que el entalegado doctor Eufemiano Fuentes, el malo maloso de la película, ya está recibiendo amenazas para que no hable más de lo debido. Lo de siempre desde que este desgobierno dictatorial está sentado en la poltrona, los métodos preferidos de Rubalcabrón, ahora sólo falta ya que lo torturen. ¿Y por qué quieren que este hombre no diga todo lo que sabe? Pues porque estando en el talego ya comentó a sus compañeros de prisión que "si abro la boca nos quedamos sin Eurocopa y sin Mundial". Y no creo que le falte razón, es evidente que el fútbol, y especialmente el español, está manchado hasta la coronilla de dóping, pero claro, eso no interesa.
Aún no he visto a ningún medio de incomunicación español hablar sobre los siete meses de prisión que no cumplió el "entrenador de moda", el señor Guardiola. Sí, amigos, sucedió en 2002, cuando el susodicho militaba en las filas del Brescia. El muy cobarde salió por patas de Italia y fue a refugiarse con sus amigos moritos en Qatar, donde acabó su carrera deportiva. Pero en el país transalpino, hablar de Guardiola, aún a día de hoy, es hablar de un puto tramposo drogadicto que además no tuvo ni los cojones suficientes como para afrontar esa condena de cárcel. Y teniendo a este ¿señor? en un altar porque es el míster del equipo del régimen, cagalanufo hasta la muerte y en fin, un icono de todas las mierdas que encantan a los progres, ¿qué esperamos de los futbolistas bajo su mando que curiosamente forman la columna vertebral de la selección española? Vamos, que tenemos drogas hasta en la sopa, pero una vez más la desinformación reina en este país del absurdo y las chaladuras dictatoriales nazisociatas. Así que la gente sigue siendo feliz (o idiota) viendo a un puñado de tíos drogados hasta las cejas pegar patadas a un balón. Luego hay casos de muerte súbita, no te jode, lo raro es que no se les salga el chute por los ojos cada vez que saltan al terreno de juego.
Lo peor es que aparte de para idiotizar a la gente, el fútbol en España se está utilizando para un objetivo de lo más vil y ruin. La tensión que tanto le gusta a Zetamierdas, dividir el país en dos, volver a una guerra civil. Arreglar el desempleo y la catástrofe socio-económica no, pero crear más enfrentamientos, odio y violencia, eso sí, en eso estos hijos de mala madre del PSOE son especialistas. Y como el equipo del régimen es el Barcelona, pues hay que insultar, maltratar y enfocar todo el odio hacia su rival de siempre, el Real Madrid. Lo que un futbolista como Cristiano Ronaldo sufre a día de hoy en todos los campos de España es una vergüenza. Gentuza que le insulta desde el minuto 1 hasta el 90 sin parar, tarados que le quieren agredir cuando va a sacar de banda o acercarse al córner, futbolistas que se lanzan a por sus piernas con la clarísima intención de partirlo en dos, una auténtica locura impulsada por los de siempre, los del odio y el enfrentamiento, los malnacidos que nos desgobiernan y controlan unos medios de MIERDA.
Y Cristiano puede ser un chuleta y Mouriño un bocas, muy bien, seguramente lo son, pero no más que otros muchos jugadores (Albelda, Alves, Piqué) y entrenadores (Guardiola, Clemente, Vidal) que han estado, están o estarán por toda España. Pero no, hay que fomentar la violencia contra todo lo que al dictatorial régimen de inútiles y botarates no le guste. Hace unas semanas, un panfleto deportivo de la ciudad de Valencia escrito por lo visto por fanáticos y chiflados, fomentaba la violencia a lo largo de innumerables páginas hablando de un "atraco" que por lo visto sólo habían visto ellos. Estos redactores, o lo que sean, que aún sabiendo que no tienen razón, intentan agitar a las masas hasta el punto de que un día tendremos que lamentar una desgracia de verdad, deberían estar directamente en la cárcel. No se puede incitar a la violencia y quedarse tan pancho. El fútbol no debería pasar de ser un deporte, un hobby, un ratillo de ocio, como pescar, leer o escuchar música. Y lo grave es que estos fánaticos perturbados lo están convirtiendo en una continua batalla campal (no hay más que ver las celebraciones cada vez que gana algo el Barcelona). Batalla campal la que montaba yo a las puertas de la Moncloa, a ver si el HIJO DE PUTA se exiliaba ya de una puta vez y nos dejaba a todos tranquilos, joder.