Aunque las celebraciones de la España campeona del mundo de fútbol nos han dejado un par de víctimas, cabe decir que éstas lo son única y exclusivamente por causas de su propia irresponsabilidad o enfermedad mental. Es evidente que si uno se lanza vestido a una piscina con un absoluto estado de embriaguez, sin tener antes en cuenta que nunca aprendió a nadar, pues lo lógico es que acabe con los pulmones más llenos de agua que el océano Pacífico. Aunque aquí el rey de las celebraciones es el "superman de Algeciras". Un tipo al que no se le ocurre otra cosa para manifestar su alegría ante el gol de Andrés Iniesta, que celebrarlo lanzándose por la ventana del ático donde vivía. Lo mejor de todo es que como los bomberos y la policía también estaban viendo el partido, el cadáver de este hombre-pájaro fracasado se quedó sobre la acera durante un buen rato.
Fuera de esta pequeña crónica humorística, hay que referirse a lo acontecido en Vascongadas, algo que desde luego no tiene ni puta gracia y que está lejos de convertir a España en un país normal. Sí, porque perseguir hasta moler a palos a alguien que celebra en España una victoria de España desde luego se sale de la normalidad. Y voy enumerando. En Zarautz un puñado de malnacidos se bajan de una furgoneta y pillan a traición a un chaval que portaba la camiseta de la selección. Se lían a hostias con él hasta que derribarlo y una vez en el suelo empiezan a patadas en su cabeza. Traumatismo cráneoencefálico grave y al hospital. En Beasain los putos proetarras de mierda, encapuchados porque nos son más que unos asquerosos cobardes, se dedican a lanzar objetos, algunos de ellos incendiarios, hacia el interior de un bar donde varios aficionados están viendo el partido por televisión. En Bilbao se producen varias agresiones en diferentes puntos de la ciudad, la más notoria nos habla de un hijo de puta gritando "gora ETA" mientras con un bate de béisbol comienza a repartir a todo el que se cruza portando los colores de España.
La nueva España de ZP en estado puro, violencia gratuita y enfrentamientos entre españoles que celebran una de las pocas alegrías que a día de hoy puede darnos este país y antiespañoles intolerantes y malnacidos que se dedican a joder la vida de los demás porque son unos amargados acomplejados de mierda. En Valencia también se vivieron estos enfrentamientos entre unos pocos provocadores estúpidos y la gente que tranquilamente celebraba la victoria española. La fiesta acabó en lanzamiento de botellas entre ambos bandos. Peor fue en Barcelona, donde tanto unos como otros se enzarzaron en una batalla campal que, como casi siempre en la ciudad condal, acabó con mobiliario urbano completamente destrozado, incendios descontrolados y varios detenidos. Gracias por todo Zetaparo, porque si esto no es la antesala de un conflicto bélico civil, que venga Dios y lo vea. Pero mira, hay que seguir creando "tensión". HIJO DE PUTA.