Y ya que hablo de los alemanes, ellos me dieron la otra gran alegría del sábado. Los vacilones, maleducados y salvajes argentinos se han ido a la calle, con su drogadicto entrenador a la cabeza. Pues, como decía alguien sin demasiada educación hace tan sólo unos meses, que la chupen y que la sigan chupando. Este Maradona es un payaso, un faltón y un esnifador de dos pares de narices, nunca mejor dicho. Demostrado ha que sus dotes como entrenador distan bastante de las de cualquier persona seria y con preparación. Pero por si esto no fuera poco, su principal afición en las ruedas de prensa es insultar, faltar al respeto a los rivales y a los medios y encararse con todo aquel que no piense como lo hace su cocainómana mente. Para rematar la faena, después del partido, numerito lacrimógeno de culebrón incluido, el muy naricero llega y se encara con la afición alemana en la grada que celebraba la victoria, por otro lado bien contundente y sin discusión de ningún tipo, mientras cantaban "bye Maradona bye". Pues tío, si no te gusta que te canten eso, te quedas en tu casa. Y si quieres jugar a ser entrenador, pues te jodes y te aguantas, payaso. Boludo esnifalíneas.
Pero no sólo su entrenador es un pajarraco lamentable, también la afición argentina deja bastante que desear. En los últimos días hemos asistido a cómo todos los foros de la prensa digital española se llenaban de comentarios, que más bien pasaban al grado de insultos y provocaciones por parte de estos sudakas chuletas de mierda. Muy de sobrados iban, bien empleado les está. Tres cuartos de lo mismo, o incluso más, por parte de los paraguayos. Estos últimos incluso hablaban de venganza refiriéndose al año 1492. ¿Venganza? A lo mejor querían seguir en taparrabos enculando monos por la selva. O quizá hubieran preferido una colonización británica, como en América del Norte, donde directamente no había mezcla con los indígenas sino que básicamente los exterminaban. Pues seguramente yo también lo hubiera querido así, mucho mejor nos hubiera ido, y de paso ahora no estaríamos invadidos por salvajes maleducados que no saben ni por dónde cojones hay que cruzar las vías de los trenes. Sí, ahora que vengan los progres y maricomplejines a llamarme racista, xenófobo, facha, machista, homófobo... Os remito al post que hay inmediatamente debajo de éste. Aunque mejor os mandaría a la mierda, imbéciles.