Racialismo: son muchos ideólogos los que estudian esta corriente como una ciencia en sí misma. Trata sobre las diferencias tantos físicas como de patrones de comportamiento entre una raza y otra. Algo, por otro lado, más que evidente. Por mucho que se miren a un espejo, un blanco y un negro, por poner un ejemplo, no son iguales, salta a la vista. Y también psicológicamente existen amplias diferencias entre razas que tampoco nos vamos a extender aquí para exponer en su totalidad. Todos los miembros de todas las razas defienden esta postura, excepción hecha de ciertos grupúsculos de perturbados mentales de raza blanca que se niegan a aceptar una realidad más que plausible. Claro que, con la mierda que semejantes gilipuertas tienen en el cerebro, no es que no puedan distinguir a un caucásico de un negro o de un oriental, es que ni siquiera podrían diferenciar a una tortuga de un elefante. Quizá sí que habría que organizar una raza aparte para semejantes capullos integrales, porque su comportamiento psicológico idiotizado dista mucho de ser parecido al de cualquier otro ser vivo de la naturaleza.
Autodefensa: la lógica aplastante que implica que cualquier ser vivo lucha por conservar su existencia vital. A no ser que seas un suicida (y creo que ni así) lo lógico es que te defiendas de todo aquello que pueda suponer una agresión hacia tu persona. Quiere decir esto que si uno rechaza, siente miedo o no quiere ver en su país a alguien de otra raza que le puede atracar, violar, rajar de arriba abajo o asesinarle por las buenas, no es que sea un racista, facha, xenófobo, ni nada por el estilo, simplemente es que quiere vivir tranquilo y sin alimañas a su alrededor que valoran la vida ajena menos que la de una gallina agonizando. Comentar a los cuatro vientos que España a día de hoy está llena de sudakas navajeros, negros violadores y moracos sinvergüenzas, no es un acto de racismo, sino de realismo. Y como persona decente que quiere lo mejor para sí mismo y para los suyos, es deber de cada uno combatir contra esta lamentable pillería que unos politicuchos lunáticos y un puñado de ciudadanos anormales con el cerebro más carcomido que su propia mierda se han empeñado en que nos invada porque es muy progre y moderno.
Sí, ya sé que no soy un erudito de la lengua y que a veces no me acabo de explicar precisamente como un libro abierto, será cosa del whisky de Elgin, pero el caso es que no estaría de más que después de este post más de uno abriera los ojos y llamara a las cosas por su nombre en lugar de seguir siendo un gilipollas lameculos toda su puta vida. No, no tengo mucha esperanza al respecto, desde luego, al menos en este país de imbéciles. A los que no pretendo convencer es a los subnormales que a día de hoy siguen votando al PSOE. El que ha nacido imbécil, seguramente lo seguirá siendo hasta el fin de sus días, eso sí, a ver si eso llega pronto y nos deja a todos tranquilos de una jodida vez.