jueves, 14 de septiembre de 2017

Anecdotas del Tatus 2

En vista del gran exito del ultimo post, referido a algunas de las mejores anecdotas de un personaje tan interesante como el Tatus, he decidido continuar con algunas mas de sus grandes aventuras. De nuevo, como ya mencione, os pueden parecer graciosas, cachondas, surrealistas, divertidas, macabras... lo que querais, pero ya os digo que cuando uno las vive en primera persona no hay sitio donde esconderse ante semejante delirio. En fin, a ver cuales os puedo contar hoy.

El interesante aparcamiento del Tatus, o como encontrar un sitio para aparcar aun en el lugar y el dia mas complicado para hacerlo. Son las fiestas grandes de la ciudad, locura total en las calles, muchas incluso cortadas al trafico, coches hasta en triple fila y la policia haciendo su agosto, porque estos no descansan en fiestas, es mas, se ve que se ponen cachondos y ponen mas multas todavia. Bueno, la cuestion es que estoy en mitad del sarao con unos coleguillas, haciendo una barbacoa, paella o no recuerdo muy bien que en mitad de la calle, con nuestros correspondientes chuceos.

De repente recibo la siempre inquietante llamada del Tatus, que dice que le diga donde estoy, que pilla el coche y se viene en un santiamen. Todos a mi alrededor coinciden en que si viene en coche no va a tardar un santiamen, se va a volver loco para aparcar, ademas teniendo en cuenta que practicamente todas las calles a nuestro alrededor estan cortadas al trafico. Pero el Tatus aparece en apenas cinco minutos. No solo ha tenido suerte para aparcar sino que encima ha debido de atravesar la ciudad a 120, si no no se explica tal celeridad. En fin, que se une a la fiesta y se pone tibio, como en el es costumbre. Aparte de gorrear todas las birras que puede, el menda tambien traia bajo el brazo uno de esos barriles de cerveza alemana que tanto le gustan, como ya pude narrar en algun post anterior. Obviamente se lo iba cascando por la calle en plan botijo.

Nos trasladamos de lugar tras acabar el festeo. Creo que vamos a casa de alguien a seguir mamando. El Tatus se ofrece a llevarme en coche. Me dice que ha aparcado muy cerca, lo cual no me acabo de creer. Y bueno, lo cierto es que tiene razon, el coche esta cerca, aunque lo de 'aparcado' es un autentico eufemismo. A ver si nos ubicamos, avenida de tres carriles, semaforo, el coche del Tatus esta parado justo delante del semaforo, en el carril de en medio, y asi lleva durante las ultimas cuatro o cinco horas. El trafico ha seguido discurriendo con normalidad, eso si, esquivando el coche del Tatus durante todo ese tiempo. Segun el me explica, el semaforo se le puso en rojo y paro, vio que ya estaba al lado del lugar, paro el motor, se bajo el coche, lo cerro y alli lo dejo tal cual. Ah, y el coche por supuesto seguia alli, sin multa ni sancion de ningun tipo.

Esto lo haces tu y no solo se te lleva el coche la grua y te cae el multon del siglo, sino que lo mas posible es que hasta acabes en el talego. Pero el Tatus es el Tatus. Y ya que estamos con anecdotas de conduccion, me viene otra bastante curiosa a la mente, por suerte en esta ocasion yo no estaba presente.

Mi colega el carapera (otro bastante interesante del que quiza hablemos en alguna otra ocasion) me dice que iba un dia tranquilamente circulando con su vehiculo por la ciudad y de repente noto que el resto del trafico tenia unas extrañas alteraciones. Coches que se apartaban, que cambiaban de un carril a otro sin venir a cuento, bocinas sonando constantemente, algo estaba sucediendo como unos cien metros mas adelante, pero la marcha continuaba, asi que no se podia tratar de un accidente, control policial o un inconveniente estacionado en el camino.

A medida que el carapera iba avanzando empezo a atisbar la causa del problema. Un Ford Escort completamente reventado, con el guardabarros caido, las aletas rotas, un retrovisor colgando, que iba de lado a lado de la avenida, haciendo eses y con una conduccion mas que temeraria, aunque eso si, apenas a 30 por hora, como disfrutando del paisaje. Cuando uno ve un coche asi solo se le viene a la mente que sea un gitano, pero con ese tipo de conduccion ha de ser el tipico abuelo que ya ni ve. Vamos, que era un abuelo gitano, o al menos eso podia uno deducir, pero no, no era asi.

Cuando el carapera rebaso el macabro coche en cuestion, lo primero que vio fue una pierna sobre el salpicadero y una mano por fuera de la ventanilla con una cerveza chorreando, el conductor iba tan repantigado y acostado que apenas se le podia ver. La musica del grupo britanico Queen sonaba mas fuerte que en una puta discoteca, proveniente de aquel destartalado coche, y el conductor cantaba a duo con Freddie Mercury tan a grito pelado que hasta se le oia mas a el. La curiosidad hizo que el carapera estirase el cuello para ver la cara del sujeto que iba dentro del vehiculo con tan extravagante actitud y alli estaba, con los ojos cerrados, cantando como un poseso y mas borracho que una cuba, el Tatus, demostrando una vez mas que por lo que a ti te multarian, inmovilizarian, detendrian y hasta fusilarian, para el no es mas que su rutina cotidiana.
 
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