miércoles, 28 de mayo de 2008

El PSOE asesina a García Calvo

Mis lectores habituales posiblemente no sabrán de quién hablo si me refiero a Roberto García Calvo, pero para eso estamos aquí, para explicar cosas. García Calvo era uno de los magistrados del Tribunal Constitucional, de tendencia conservadora, y con un peso más que importante en dicho organismo, puesto que su voto constituía un equilibrio de fuerzas entre los magistrados afines al desgobierno y los que no lo son (para que luego digan de la independencia del Poder Judicial). El caso es que este señor no era precisamente un lacayo de ZP y sus secuaces, sino más bien todo lo contrario. De ahí la importancia de su desaparición, que por el momento provoca un desequilibrio de poder en el Tribunal, que ahora queda completamente en manos del ejecutivo para poder aprobar tantas leyes anticonstitucionales como se quiera. Ya no hay trabas.

Lo más gordo del tema es que parece que sobre este mismo magistrado se estaba llevando a cabo una violentísima estrategia de acoso para que renunciara a su puesto. En pocas palabras, se lo querían quitar de en medio como fuera. Informes aparecidos recientemente en varios medios de comunicación revelan que el Centro Nacional de Inteligencia estaba siguiendo a capa y espada a este señor, incluso habían pinchado sus teléfonos y puesto un localizador en su automóvil (bien por el estado de derecho). Cualquier artimaña era buena para hacerse con algo, lo que fuera, que pudiera desprestigiar o poner en un compromiso a García Calvo, y así poder chantajearle hasta que tuviera que saltar de su puesto y dejar el camino libre a estos mafiosos hitlerianos que nos desgobiernan. Sí, amigos, ya sé que esto parece la trama de un thriller policíaco, pero así se las gastan nuestros desgobernantes, éste es su verdadero rostro.

Visto que la vida de este hombre era bastante monótona (no visitaba el pub Arny, ni chorizaba fondos reservados, ni montaba los GAL), los manipulados agentes del CNI decidieron forzar la situación por las malas y actuar. Investigados hasta la saciedad los horarios y la cotidianidad del magistrado, descubren que un día fijo a la semana García Calvo prescinde de su escolta. Ahí está la oportunidad que esperaban estos mezquinos secuaces del nacionalsocialismo zapateriano. Ni cortos ni perezosos comienzan a seguir el coche del magistrado hasta que, en un punto determinado sin demasiado público, lo adelantan y cruzan su vehículo delante. Según varios testigos de dudosa veracidad, ante la irrupción de dos tipos con gafas oscuras y gabardina, don Roberto saca un revólver de la guantera y amenaza a sus agresores. Una vez conseguido el objetivo de sacar un trapo sucio (defenderse de una agresión, ya ves), estos pajarracos suben al coche y desaparecen.

Al parecer aquí comenzaron las llamadas al magistrado por parte de una voz anónima que indicaba que contaría toda esta escena si él no se retiraba de la vida judicial. Obviamente, se produjo una filtración a la prensa, y si tenemos en cuenta que el medio elegido fue el panfleto pro-desgobierno El País, ya empezamos a tener claro, quién cometió, extorsionó y filtró. Lo curioso es que, aún jugándose su carrera, García Calvo siempre afirmó a todos los que le preguntaban a este respecto que él ni tan siquiera tenía un arma. A ver si va a resultar que en realidad les estaba apuntando con una cuchara, o a ver si va a ser que al final todo esto no es más que un montaje por parte de los hijos de puta chorizos, sinvergüenzas y malvados de siempre. Desde luego lleva su firma, se les ve el plumero hasta por debajo de los calcetines.

Lo más grave es que ante la ineficacia real de todas estas artimañas, el PSOE parece que finalmente decidió dar un paso más allá. El día 18 de mayo García Calvo falta a una cita que tenía para comer. Viendo que no responde a ninguna de las llamadas efectuadas, varios magistrados deciden personarse en su chalet para ver qué sucede. Allí encuentran su cadáver con un fuerte golpe en la cabeza. Curiosamente se trataba del famoso día a la semana en que el escolta no estaba, por tanto don Roberto se encontraba solo en el momento en que aconteció su muerte. El informe de la autopsia (nos gustaría saber quién la hizo) dice que el fallecido sufrió un infarto total, se desvaneció y al caer se golpeó con una mesa. Y ya de paso nos cuentan que los siete enanitos, los pitufos y los gnomos son reales. Ya aconteció hace años que uno de los principales testigos en el caso GAL sufrió un infarto con resultado de muerte en plena sala del tribunal cuando estaba informando sobre los responsables de aquella trama. Así que nada nos extraña. Y menos de un desgobierno que subió a la poltrona con las manos manchadas con la sangre de casi 200 personas. Así de hijos de puta y de asesinos son.

No quisiera dejar en el tintero la curiosa reacción que tuvo el malnacido pseudo-periodista que informó de la noticia del fallecimiento en la cadena de televisión pro-nazi Cuatro. El muy cabrón (cuyo nombre ni sé ni me importa), con una sonrisa de oreja a oreja afirmaba la muerte por un problema de corazón de un "magistrado de corte retrógrado". A lo cual añadía que a partir de ahora, muchas leyes estancadas porque la Justicia no estaba en consonancia con el desgobierno, tendrían su vía libre. Pues ya que empezamos a comportarnos así en plena pantalla, yo también voy a comenzar a alegrarme por la muerte de ciertos hijos de puta, y si son asesinados mucho mejor.
 
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